Tras horas y horas de risas, charlas y glotonería, Anna y Dante decidieron que era hora de volver, pues el joven, había acordado reunirse con Alastor temprano al día siguiente, por lo que, entre silbidos y comentarios burlescos, ambos regresaron a casa tomados de la mano.Al llegar, ambos se dirigieron directamente a la habitación de Anna, donde, complacidos, notaron que alguien ya había llevado la única mochila que Dante llevaba con él a la habitación, por lo que, tras intercambiar un par de besos más, Anna se dirigió a su armario, mientras que Dante, se dirigió directamente al baño.―Por fin…―le susurró Anna al espejo tras ponerse la pijama, un pants negro con cuadros grises y una blusa de manga larga de color gris ―Después de un largo año de espera, por fin estamos juntos…―“¿Quieres salir de una buena vez? Lo echo de menos…” ―gruñó Amara―Amara, no han pasado ni diez minutos desde que nos separamos de él ―dijo Anna riendo“¿Vas a decirme que no lo extrañas?” ―gruñó indignada la lo
Tras lo que Anna consideró la mejor noche de descanso de su vida, su despertar fue completamente lo opuesto, pues lejos de despertarse en los brazos de su compañero, la joven se despertó con un sobresalto, pues alguien había comenzado a brincar encima de ella dando gritos.― ¡Ya es hora Anna! ¡Despierta! ―― ¡Ares! ―exclamó asustada la joven― ¡Feliz cumpleaños hermanita! ―exclamó el lobato sin dejar de brincar encima de Anna―G-Gracias…―masculló la joven dirigiendo su mirada hacia el espacio donde Dante había dormidoJusto en ese momento, aquel espacio estaba siendo ocupado por la almohada que el joven había usado aquella noche.―Mamá dice que debes bajar ya, es muy tarde y aún debemos planear tu fiesta ―dijo el joven dejando de brincar para acurrucarse junto a ella― ¿Tarde? ¿Qué hora es Ares? ――Son las doce y treinta del medio día ―dijo el lobato aferrándose a su hermana― ¿¡Doce treinta!? ―exclamó asustada―Mamá estaba preocupada porque siempre te levantas temprano ――Rayos… Es q
Ante la sugerencia de su madre, Anna se revolvió nerviosa y evitó el contacto visual con los demás, por lo que Iva, soltó un suspiro y comenzó a acariciar su espalda, lo que relajó ligeramente a Anna.―Vale mi niña, lo siento, ¿prefieres hacer algo en Wolfsong? ――Yo… No estoy segura mamá, estaba pensando algo más tranquilo aquí, en casa ―masculló la joven tomando la rebanada que Dona le extendía ―Aunque… La verdad es que hoy me gustaría ver a mi familia ――Lo sé mi niña, pero sabes que tu abuela no pisará el territorio, si bien ahora nos acepta, tampoco es que le entusiasme estar rodeada por hombres lobo ――Dulzura, no deberías dejar que la sombra de ese horrible ser te atormente ―dijo Melba, quien le acercaba un vaso con leche a Ares, cuyos ojos, estaban fijos en su hermana―Así es cariño, el alfa se encargó de que ese ser no volviera a lastimar a nadie más ―dijo Dona acercándole su rebanada de pastel a Ares, quien pasó olímpicamente de ella para sujetar la mano de su hermana―Ademá
Ante la seguridad de su hija, Iva sonrió complacida y acarició su mejilla suavemente.―Tú puedes mi niña ―susurró la mujer con dulzura por lo que Anna la abrazó brevemente antes de ceder a su transformaciónApenas Amara apareció, esta se acercó a Ares y le dio un lengüetazo, lo que hizo reír al cachorro, quien no tardó en acariciar la cabeza de la loba.―Eres la más bonita ―dijo Ares alegremente ―Después de Ivory, claro ―agregó cuando su madre se aclaró la garganta ruidosamente―Buen intento cachorro ―dijo Iva con una sonrisa antes de ayudarlo a subir al lomo de Amara, quien ronroneó suavemente cuando el cachorro acarició su pelaje ―Recuerda sujetarte suavemente, no vayas a lastimarla ――No lo haré mamá ――Y tú ―dijo Iva apresurándose a sujetar el rostro de la loba ―No corras, no quiero que tires a tu hermano por intentar alardear de tu velocidad ¿me escuchaste? ―Ante la pregunta y la severidad en el tono usado por su madre, Amara asintió torpemente, lo que hizo reír a Alastor, quien
Ante las palabras de Dante, Byron soltó una suave risita y asintió.―Básicamente… ¿Nos vamos? ――Venga, guíanos ―dijo Dante acariciando la cabeza de Amara cuando esta se acercó a élTras sonreírle a la loba, Byron asintió y se echó a correr, para así, transformarse a media carrera.Al aparecer Bingen, el lobo no se detuvo, si no que aumentó su velocidad para sacarles un poco de ventaja.Y es que, el joven delta se sentía ansioso al tener que volver a aquel lugar, sobre todo, porque sabía como Anna se sentía al respecto.Sabía lo mucho que le aterraba ir a la cabaña y lo mal que se ponía, sobre todo, sabía que Anna aún tenía pesadillas con Lucien, lo cual, era algo que a él lo hacía sentir culpable, pues todo había sucedido bajo su vigilancia. Por lo que, apenas le dijeron que ella quería volver, no titubeó ni un segundo en aceptar acompañarla.Estaba convencido de que, si su joven alfa lograba superar aquel miedo, él también podría dejar aquel capítulo atrás.“¿Descansaste anoche? Mamá
Tras una larga y tensa carrera para Amara, el pequeño grupo finalmente llegó a su destino, por lo que, permitiéndole ir a su ritmo, Dante y Byron se quedaron unos pasos detrás de la loba, dejándola olfatear y recorrer el lugar con calma. ―Tranquila… Tú puedes ―le susurraba Ares cuando Amara se congelaba en algún lugar debido al miedo Ante las palabras de su hermano y sus suaves caricias, la loba poco a poco fue recorriendo el lugar, recordando, todos y cada uno de los momentos vividos en aquella fiesta, dejando para el final, la enorme y lujosa cabaña. ― ¿Lista? ―le preguntó Dante en voz baja cuando la loba se detuvo frente a la enorme puerta de entrada Cuando Amara asintió, Dante ayudó a Ares a bajar del lomo de la loba para que ella pudiese adoptar su forma humana. ―En este lugar… Se respira demasiada calma ―masculló la joven nada más aparecer ―Una aterradora…―susurró al mismo tiempo que dirigía su mirada hacia el lago Pese a que en ese momento la primavera apenas comenzaba a h
Si bien su compañera había hablado con determinación, Dante pudo notar que sus ojos estaban llenos de desesperación, lo cual, partió su corazón en dos.―Vale… ―dijo Dante asintiendo antes de apartarse de su camino para dejarla pasar―Anna… El que creo que no debería ir a ese lugar, es Ares…―dijo Byron cuando ella se acercó a él― ¡No voy a dejar que mi hermana vaya sola! ―exclamó el cachorro ―Prometí que me mantendría a su lado todo el tiempo ―agregó antes de correr junto a Anna para tomar su mano― ¿Lo prometiste? ―preguntó la joven con una pequeña sonrisa―Lo hizo ―intervino Dante ―El alfa tenía sus dudas con respecto a dejarlo venir, por lo que Ares, juró que no se despegaría de tu lado, que durante todo el tiempo que estuviésemos aquí, él te cuidaría en todo momento ―explicó con sus ojos clavados en el lobatoVer la decisión con la que el niño observaba a su hermana, le hizo algo de gracia, pues estaba convencido de que, si Ares fuese mayor, él tendría serios problemas, pues el lo
Sin dar tregua a su recorrido, Anna se acercó a la mesa de acero, la cual, ahora lucía vieja y algo oxidada.Decidida a dejar su pasado atrás, la joven estudió la mesa detenidamente.En ella, pudo ver las jeringas, el acónito, e incluso, el paño con el que Ella, había limpiado su espalda herida tras los brutales azotes que Lucien le había dado.―Aquí fue… ―susurró al encontrar una pequeña y apenas visible mancha de sangre en el borde.Justo en aquel lugar, Anna pudo verse así misma deslizándose por ese mismo borde hasta caer al piso, justo antes de que Lucien, se apresurara a colocarse encima de ella.Con total desagrado, observó como Lucien comenzaba a recorrer su cuerpo con sus manos antes de sujetarla por los brazos para, inmediatamente después, pasar su lengua lentamente por su cuello con toda la intención de morderla, por lo que, asustada, Anna cerró sus ojos fuertemente, sin embargo, al hacerlo, la imagen cambió completamente.Ahora, en lugar de Lucien, Dante era quien estaba en