C11: Una propuesta.

Yimar llevó a Evangeline a que le revisaran el brazo y luego la llevó a su dormitorio. Mientras tanto, el Alfa se acercó a la sala, donde Samira estaba sentada, con la mirada perdida en la taza de té que había preparado.

—Samira —comenzó Alister—. Necesitamos hablar sobre lo que pasó en la cocina.

Samira levantó la vista, con el semblante serio, pero la mirada invadida por la pesadumbre.

—Alister, yo nunca haría algo así. Como ya te he dicho, yo no empujé a Evangeline. Ella tropezó sola.

El Alfa se sentó a su lado, tomando sus manos entre las suyas.

—¿Sabes? En verdad te creo incapaz de lastimar a alguien de esta manera —reveló—. Por otro lado, el hecho de pensar que Evangeline está mintiendo, es igual de grave. Dime, ¿porqué hay tanta tensión entre ustedes? ¿Porqué tendría ella la necesidad de decir una mentira como esa? ¿Qué está pasando?

Samira suspiró profundamente.

—No lo sé. Desde el primer día en que llegué aquí, Evangeline ha estado a la defensiva conmigo. Nunca le
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