No olviden sus reseñas.
Katty e Isabela no traían puesto el cinturón de seguridad. La hermana del joven evitó golpearse el rostro con el asiento delantero colocando sus manos. —¡Auh! —exclamó adolorida. —¡Si serás idiota!, ¿No te han enseñado a manejar? —increpó Isabela, mientras se agarraba la rodilla, que de inmediato se le formó hematoma y se le hinchó. Nando estacionó el auto completamente pálido, asustado por los golpes de Isabela y su hermana, su corazón palpitaba acelerado. Se regañó en la mente, dándose cuenta de que se estaba comportando como un cavernícola. —Déjame ver —solicitó avergonzado. —¡No te atrevas a tocarme! —amenazó Isabela. —¡Eres un completo idiota!, ¿Quieres matarnos? —cuestionó arrastrando las palabras, frunciendo los labios. —Si Fer te pasaste. No entiendo, ¿Por qué actúas así? —reprendió su hermana. —Fue un accidente, ustedes me venían distrayendo —se disculpó llevándose las manos al cabello, para luego pasar sus dedos por la rodilla de Isa. —Aparte del golpe, ¿Estás bien I
—Es solo un golpe, un poco fuerte, con la pomada que te pusiste y estos analgésicos bajara la hinchazón —explicaba el médico al joven García.—Tú siempre tan exagerada —bufó Fernando.—¡Y tú, tan idiota! —resopló ella.—¿Puedes caminar? —cuestionó—. O deseas que te lleve cargando como hace rato —propuso él, ladeando una sonrisa.—Puedo caminar, no te preocupes —respondió ella.Y aunque cojeando, Isabella transitó por los pasillos de la universidad.—Déjame ayudarte, no soy un patán como piensas.Y sin pedirle permiso, Nando, la tomó de la cintura y luego hizo que ella se apoyara en él.—A veces actúas como un patán, y ni siquiera tengo idea de por qué eres así —confesó Isabella con decepción.Fernando inclinó su cabeza, tomó aire al escuchar la voz de desilusión de Isabela, entonces salieron a los jardines de la universidad; Enzo y Katty estaban conversando muy animados. —Creo que hoy ya no pudimos averiguar nada —expresó desanimada Isabella.—¿Cómo te sientes, amore? —inquirió Enzo,
Katty y Enzo, salían de la universidad, con toda la información y documentos, de los distintos postgrados que tenían en mente estudiar, aunque la joven estaba decidida por ahondar sus conocimientos en publicidad, sabía que a Isa le gustaría más algo de finanzas. —Enzo, muchas gracias por acompañarme, aquí está toda la información que Isabella necesita.Katty colocó en una carpeta los folletos para su mejor amiga, al instante que ella le entrego la documentación, sus manos se rozaron.El joven Ferretti enarcó una de sus cejas, reflejándose en la tímida y dulce mirada de la jovencita, sintiendo una extraña sensación.Katty, desvió su vista, al tiempo que su rostro enrojecía y trataba de disimular como su corazón palpitaba con gran fuerza, tanto que amenazaba con salir del pecho, enseguida retiró su mano del roce de él.—¡Una fiesta de máscaras! —exclamó emocionada, tratando de disimular el incidente de hace minutos.—¿Te gustan ese tipo de celebraciones? —pregunto Enzo, sonriendo al ve
Enzo quedó impresionado con todo ese relato. Su mirada se cubrió de una irrisoria nostalgia al recordar a su familia, sin embargo, no hizo ningún comentario, entonces ingresaron al enorme comedor equipado con gran cantidad de mesas rectangulares y sillas para atender a los comensales. —Siéntate Enzo —sugirió Katty— voy a la cocina, quiero ver si no necesitan mi ayuda. Él tomó asiento en una de las sillas plásticas, mientras Katty caminaba al sitio en donde preparaban los alimentos, Enzo, observó la fila de ancianos, que se formaba para recibir su comida. Cada uno tomaba su plato y las señoras encargadas de servir, les colocaban los alimentos de acuerdo a lo que cada uno podía comer. En el centro comunitario se les hacía revisiones periódicas en los dos dispensarios médicos: el uno a cargo de la doctora Ana Cristina amiga de Ariadna, quien atendía en medicina general, pero se especializaba en ginecología y obstetricia. El otro era atendido por: Leo González, gran amigo del padre de
Días después.Isabela arrugó su ceño al no tener respuesta a las varias llamadas que le hizo a Katty, bufó al recordar lo distraída que era su mejor amiga, entonces miró el reloj para corroborar que a esas horas Nando se hallaba fuera de casa y de esa forma visitar a los García con calma.Tomó su cárdigan fucsia, se lo colocó encima cubriendo la blusa de tiras blancas que llevaba ese día, junto a sus ripped jeans y sus infaltables botines de plataforma y tacón de aguja. Cargó su bolso en el codo y salió de su residencia. Isabela caminaba con parsimonia por el jardín que conducía de su casa a la puerta trasera de la vivienda de Katty, mientras revisaba su móvil, extrañada de no tener ningún mensaje, ni llamada de su novio.Los dedos de la chica tocaron la madera de la puerta de la cocina, esta se abrió apenas dio el primer golpe.—Buenas tardes —saludó ingresando a la habitación, entonces miró encima de la mesa de desayunar varias rodajas de jamón serrano, queso, tomate, lechuga y unas
Minutos después apareció de nuevo en la sala frente a Nando, el chico enseguida notó la palidez en el rostro de Isa y sus ojos acuosos.—¿Estás bien? —cuestionó con preocupación.—Sí —respondió ella— debo volver a casa, no tarda en llegar Katty.Nando centró su mirada en Isa, no se quedó muy convencido de la explicación de ella.—Sabes bien que reconozco cuando mientes —expresó—, el tono de tu mirada cambia, y te tiembla el labio inferior.Isa se enrojeció al escucharlo, inclinó sus parpados.—Es el cambio de comida, es todo —comentó, volviendo a sentarse.El diario de una pasión empezó a reproducirse, los jóvenes miraron atentos como se iba desarrollando el romance imposible entre Noa y Ally.—¿Harías todas esas locuras por una chica? —cuestionó Isabella.—Conoces bien esa respuesta —expresó Nando, pausando la película, giró su rostro, tomando por la barbilla el de Isa—; por ti soy capaz de eso y más —mencionó y sin pensarlo un segundo más, sus labios se apoderaron de los de ella.Is
Enzo se quedó estático, sorprendido ante aquel inesperado beso que le estaba brindando a Katty. Se cuestionó por segundos si hacía bien al corresponderla, entonces recordó a su novia y sabía que Isabella no se merecía una traición; sin embargo, le era muy difícil negarse ante la atracción que ejercía sobre él, aquella dulce y tímida jovencita.Ese roce de los labios de Katty sobre los de Enzo, se estaba convirtiendo para ella en su primer beso. Pensó que todo terminaría ahí, porque era consciente que aquel hombre que despertaba en ella un sinnúmero de emociones desconocidas, era: prohibido, entonces estaba por despegar su boca de la del caballero, cuando los dedos de Enzo la tomaron de la cintura, y profundizó aquel contacto.Katty, entreabrió sus labios con timidez, sus piernas temblaban. Se sostuvo de los fuertes brazos de Enzo, para no caer, entonces la lengua de él, hizo contacto con la suya, provocándole un cosquilleo que encendió todo su ser, sus mejillas se tiñeron de carmín, p
Katty, asintió, enseguida él sacó su pañuelo y se lo brindó; la jovencita limpió su rostro empañado de lágrimas, entonces aspiró aquel varonil aroma ambarino. Enzo para relajarse encendió el reproductor de su BMW. Las notas de: «Alucinado by Tiziano Ferro» acompañaba la travesía, mientras Katty, observaba las luces de los edificios a su alrededor. «Perdona si no te hablo bajo, si no lo grito muero, te he dicho ya, que te amo» tarareaba Enzo, susurrando. Katty, ladeó sus labios, sonriendo; luego de varios minutos llegaron al lujoso edificio donde él residía. Al ingresar y cuando las luces se prendieron, la joven contempló la ciudad desde aquellos grandes ventanales, además de quedar fascinada por la moderna decoración, entonces tomó asiento en uno de los finos sillones de piel gris, que contrastaban con el color aceituna de las paredes, en donde colgaban hermosos cuadros con paisajes romanos. —Tienes un departamento muy bonito —comentó Katty. Enzo, sonrió mientras le servía un vaso