Roma-Italia, un mes después.Enzo de rodillas, ante la tumba de su madre se despedía de ella, con unas emotivas palabras.—quiero agradecerte por todo tu cariño, tus consejos, fuiste una gran madre, me dolió mucho tu muerte, a pesar de que no llevamos la misma sangre, siempre te voy a llevar en mi corazón y jamás te pienso olvidar —se despedía de Antonella, la persona que lo crio como su hijo, sin saber la verdad.—¡Vamos, cariño! —Antonia se arrodilló ante la tumba de Antonella. —Gracias por querer a mi hijo. Con lágrimas en los ojos colocó unas rosas blancas que ella sabía bien que eran las favoritas de la señora Ferretti.—Vamos a casa mamá, Katty debe estar volviéndose loca con mi papá.Antonia sonrió. —No digas eso, Emiliano y Katty ahora se llevan bien, además tu papá está muy feliz con su nieto en casa.—¿Y tú, eres feliz, mamá? —pregunto Enzo a Antonia.La mirada de Toñita se iluminó por completo al escucharlo. —Feliz es poco, jamás pensé que te escucharía llamarme mamá, c
Mientras tanto en Roof Garden Bar, Enzo tenía preparada una sorpresa muy especial para Katty. «Aquello que me diste by Alejandro Sanz», sonaba, en la voz de un joven artista.«Tú eres esa mujer, por quien me siento ese hombre capaz de querer, vivo cada segundo la primera vezSabiendo que me quisisteY todo aquello que me disteKatty no podía de la emoción, ese detalle de Enzo para ella, nunca lo imaginó, la letra de la canción lo decía todo y estar en Europa era tal como ella alguna vez soñó. El cantante terminó la canción, y ella se puso de pie, le dio un fuerte abrazo, y luego que se despidió, ella se lanzó a los brazos de su esposo, le propino un montón de besos.—Gracias mi amor —dijo feliz—Tú te mereces todo esto y más Katty. Te amo—Yo también te amo, Enzo.****New York - Usa. Un día antes de la gran boda. Isabela y Fernando estaban en su departamento, ella preparaba una pequeña maleta, porque su madre le pidió que durmiera en su casa, según Diana era de mala suerte que el no
El jardín estaba decorado con sillas blancas en filas para la ceremonia, en frente al altar una alfombra blanca se extendía, a ambos lados pétalos de rosas rojas acompañaban ese camino, el altar estaba decorado con un arco de flores. Los esposos de Laura y Estefanía se acercaron a Fernando, el padre del novio. —Lo vemos y no lo creemos. Tus tres hijos casados y hasta abuelo eres ya. ¿Quién lo diría? —sonrió Leo—, tú que no creías en el amor, definitivamente Kate hizo milagros contigo —indicó el esposo de Estefanía —El amor hace milagros Leo, yo de ti no hablara muy duro. Tefa te tiene a la raya mi querido amigo. Ignacio y Fernando se carcajearon en delante de su amigo. —Saben qué he estado pensado en reunir a la banda, hace años que no cantamos ni hacemos nada divertido —señaló Leo. —¿Qué se sabe de Beto? —indagó Ignacio. —Hace unos meses lo vi, está viviendo en Los Ángeles, sería cuestión de llamarlo y ponernos de acuerdo —indicó Leonardo. —Yo no tengo problema Leo, tú reúne a
Dos años después Queenstown-Nueva Zelanda El sueño de Isabela y Fernando de realizar Bunge desde el puente Kawarau a una altura de cuarenta y tres metros se hacía realidad. Las personas encargadas les pusieron los arneses correspondientes, se pararon al filo del puente, se dieron un profundo beso y se lanzaron al vacío, tomados de la mano. —Esto ha sido sensacional —exclamó Isa una vez que estaban nuevamente en el punto. —Te lo advertí mi amor, esto fue increíble —afirmó Fernando. Regresaron al hotel, después de esa increíble experiencia. —Creo que nos merecíamos estás vacaciones. Efectivamente, durante estos años ambos sacaron una maestría y estaban enfocados al trabajo. La familia García había aumentado. Ángela y Antonio tenían una hermosa niña de dos años. Katty, era una flamante publicista y estaba esperando su segundo bebé, llevaba seis meses de gestación, el pequeño Enzo tenía dos años y medio, era un niño muy inteligente y bien portado. Y sus abuelos Toñita y Emiliano,
Long Island, NYC.La noche estaba tan fría y oscura como su vida, no podía dar marcha atrás, dio su palabra y la tenía que cumplir, pero:«¿Valía la pena?»Llegó a su edificio, mientras subía en el ascensor, a su mente se vino la imagen de ella, aquella joven que le enseñó a ver la vida de manera diferente, a su lado descubrió el verdadero amor. Se cuestionaba una y mil veces si la decisión que tomó días atrás era: la correcta.«Si cancelo la boda» pensó para sí mismo, llevándose las manos a la cabeza, sin saber qué hacer.<
Madrid- España. Meses antes. Las largas piernas de Isabella reposaban encima de una pequeña escalera metálica, bajaba varias cajas de los gabinetes de la parte superior del closet. Debía dejar aquel apartamento limpio, en un par de días regresaba a New York, y mientras sostenía una antigua caja de zapatos dio un leve suspiro, la nostalgia la invadió. En ocasiones, cuando hablaba con su familia, se arrepentía de haber dejado su hogar para instalarse en un continente nuevo, alejada de ellos por miles de kilómetros. Entonces destapó aquella caja en donde guardaba antiguos recuerdos, y de pronto una imagen le llamó la atención, y de forma involuntaria el corazón se le agitó. Sacó la vieja fotografía: Ahí estaba ella a la edad de cuatro años, y a su lado dándole un beso en la mejilla: Nando, su primer amor; en la parte de atrás había una leyenda:«Cuando sea grande me casaré con Isabella»Entonces los dolorosos recuerdos que creía olvidados vinieron a su mente, y de pronto unas fuertes
—¡Katty! —exclamo Isabela, al ver a su mejor amiga frente a ella, se abrazaron y se pusieron a dar saltos de felicidad.—¡Estás hermosa, amiga! —exclamó Isabela observando a Katherine.—Tú estás bellísima —afirmó la joven García.Ambas, sonrieron felices de volver a estar juntas, entonces Isabela, tomó de la mano al joven que tenía a su lado, y enseguida Enzo saludó con los padres de su novia, quienes con cordialidad respondieron el gesto. —Enzo, quiero presentarte a mi mejor amiga y casi hermana —comentó Isabella—. Ella es Katty, de quien tanto te he hablado —mencionó Isa, sonriendo.La joven García parpadeó sin poder creer que hace unos minutos el novio de su mejor amiga casi la atropella.Enzo, no hizo ningún comentario al respecto, le brindó una pequeña sonrisa que provocó que el rostro de la chica, enrojeciera.—Mucho gusto Katherine —se acercó a ella—. Soy Enzo, un placer — sonrió, entonces la jovencita con timidez, extendió su mano al apuesto caballero, él besó su dorso, y ell
Isabela mantenía su mirada fija en el televisor, pero su mente divagaba en el inesperado encuentro de minutos atrás con Nando. Suspiró recordando lo apuesto que se veía, entonces varios golpes en la madera de la puerta de su habitación lograron sacarla de sus cavilaciones.—Adelante.La puerta se abrió y enseguida María Paz, apareció con una gran sonrisa en los labios, antes de aproximarse a la cama de su hermana, se acercó al balcón y miró hacia abajo.—Nando debe tener mucha experiencia al no caerse desde esta altura —comentó.El rostro de Isabela, enrojeció, de inmediato se incorporó para dirigirse a Paz.—¿Cómo sabes eso? —inquirió.María Paz soltó una sonora carcajada al mirar a su hermana.—Tranquila, no pienso decir nada —respondió— pero debes saber que le jugué una bromita a tu amado Nando. —Sonrió.Isabela ladeó su cabeza de un lado a otro, esbozó una sonrisa.—Eres terrible —comentó—. Debo aclarar una cosa contigo: Nando es solo un amigo —expresó—, recuerda que yo tengo novi