Dylan despertó con un sabor amargo en la boca y un espantoso dolor de cabeza. Se frotó los ojos y se miró a sí mismo, llevaba puesta la misma ropa del día anterior exceptuando los zapatos. Se levantó de repente y le entraron ganas de vomitar, fue corriendo al baño y abrió el váter, expulsando así todo lo que había bebido el día anterior. Agarró el cepillo de dientes y se los lavó, una vez que mas o menos se higienizó salió del cuarto y encontró a su amigo haciendo unos gofres; se lo agradeció con la mirada y fue a sentarse.—Tu empleada no viene hoy así que me encargo yo del desayuno. ¿Cómo te sientes? ¿Qué recuerdas de anoche?— le preguntó serio Ryan—Mas de lo que me gustaría. Soy un muy mal borracho. Gracias por sacarme del club, si no fuese por ti hubiese seguido tomando hasta caer— contestó bostezando este—Para eso están los amigos, hay algo que necesito saber… ¿recuerdas lo que me dijiste antes de dormirte?—No exactamente. ¿Por qué tienes esa cara? ¿Qué dije?— indagó incómodo
Ryan se despertó debido al sol que entraba por la ventana. El día anterior, olvidó cerrar las cortinas, estaba tan concentrado en Gina que le importó poco cualquier otra cosa que no fuese ella.Se sentía pleno, la mujer que amaba estaba acurrucada en sus brazos, tan tranquila, pacífica, parecía un pequeño ángel. Se la quedó viendo largo rato. Le parecía increíble volver a tenerla junto a el, el día anterior le dolió verla tan perdida, vacía, por eso mismo la invitó a su casa. En ningún momento se le pasó por la cabeza que terminarían haciendo el amor; por el contrario, la idea era ignorar el deseo intenso que tenía por ella; y apoyarla, escucharla respecto a lo sucedido con sus padres. Sin embargo, cuando ella inició el beso, el no pudo refrenarse más. La tomó como ansiaba e incendiaron las sabanas juntos. Gina le contó que había llevado a sus padres y hermano a que ellos mismos escuchen su estado, y de esa manera reducirles un poco la preocupación. El lo entendía, nada mejor que un d
Ryan miró estupefacto a Gina y aflojó un poco la presión que tenía sobre ella. Aún así, no la soltó, la mantuvo en frente, intentando descifrar lo que quiso decir.—Repite eso… ¿hermano? — indagó frunciendo el seño.—Si, tal como lo oíste, Alessandro es mi hermano biológico. Es más pequeño que yo, tiene doce años. —¿Cómo… cómo lo encontraste? ¿Estás segura?— preguntó desconfiado el.—Si, mira, sentémonos y te explicaré todo— dijo ella queriéndolo sacar de su desconcierto. Se soltó de el y lo guio hasta el sofá.—¿Dónde está tu hermano? ¿Por qué no está contigo? ¿Tu familia sabe de esto?— era obvio que tenía miles de preguntas atragantadas.—¿Quieres la versión corta o larga?— intentó hacer algo de tiempo.—Larga, definitivamente larga— no dudó Ryan—Está bien, pero podemos hablar mientras comemos, estoy famélica— dijo ella mirando la bolsa que estaba sobre la mesa. —Por supuesto— Ryan se fue hasta la cocina y buscó en la alacena platos y cubiertos. Mientras, Gina quitaba todas las c
Gina abrió muy grande los ojos debido a las palabras soltadas por ese hombre. —¿Qué quiere? ¿Cómo me encontró? – indagó ella. —No te preocupes niña, yo se todo lo que hace mi hijo. Se donde está y con quien. No vendrá a molestarnos. Quiero hablar contigo— dijo el, entrando sin ser invitado.—No se de qué— dijo ella cerrando la puerta— y tampoco lo invité a pasar. Está en mi casa, no hay nada para usted aquí.—Te equivocas, bonita— la miró de arriba abajo, libidinosamente— hay muchas cosas que tu y yo debemos hablar. En principio, me alegra mucho que hayas vuelto. Creí que ibas a quedarte en Europa para siempre. No te he olvidado ni un solo día, has estado en mi mente cada día, sin excepción— comentó— eres igual a ella— comentó en un susurro; pero ella si lo escucho.—Mire, no se que le pasa y tampoco quiero saberlo, yo a usted no le agrado, lo se desde que tengo memoria. Así que no imagino que le sucede ahora. Quiero que se vaya, si desea ver a su hijo, búsquelo en el trabajo, pero
Gina salió corriendo detrás de Ryan, quien iba hacia el ascensor rápidamente—¡Para!, ¡Ryan para! No lo hagas— suplicó ella—¿Cómo me pides eso?— el no se detuvo— ha cruzado la línea. Poco me importa si no aprueba nuestra relación, su opinión no me interesa, ya no. Pero meterse contigo… atreverse a decirte que te desea, que lo hace desde hace mucho. No se quedará así.—El no vale la pena.—Por supuesto que no, el no, pero tu si. No permitiré que te falte el respeto. Eres lo mas importante en mi vida, si se mete contigo, se mete conmigo. Desde hoy no le quedará duda de que no debe acercarse a ti, por ningún motivo.—Pero…—Debo hacerlo—la interrumpió el— ve a tu casa, yo iré cuando termine con mi padre. Te llevaré a cenar y si quieres, podemos ir a bailar, ¿te parece?—Ryan…—lo miró y vio la determinación en sus ojos— está bien. Cuídate.—Siempre pelirroja— esbozó una sonrisa y le dio un beso que la dejó con la respiración entrecortadaRyan llegó a la casa de su padre, el ama de llaves
Gina se despertó perezosa, el clima estaba especial para seguir acurrucados y continuar durmiendo. Sin embargo, debía hacer muchas cosas. Trató de levantarse de la cama sin despertar a Ryan, pero no tuvo tanta suerte. Apenas puso un pie sobre la alfombra, su hombre la agarró de la mano y la tiró encima de el.—No te irás a levantar ahora ¿verdad?—Pues si, de hecho, es lo que pretendo hacer. Tu también deberías ¿acaso no piensas ir a trabajar? —No. planeo dedicarme a ti todo el día, imagino que debes comprarte un vestido o algo para la reunión de esta noche.—¿Seguro que quieres que vaya junto? ¿Irán muchas personas?— indagó ella —Mmm… alrededor de doscientos o ciento cincuenta. Es exclusivo, ya compré nuestras entradas— comentó guiñándole un ojo y haciéndole saber que no iba a permitir que ella se quedara.—Está bien, no entiendo mucho de tus negocios, pero si hay comida rica, me apunto. De todos modos, si me aburro, hablaré con las esposas, asistentes o novias de los individuos qu
—¿Gina? ¡Bella!— recorrió su cuerpo con la mirada— ¡dio! ¿Cómo estas? ¿Qué pregunta, verdad? Estas mas principessa que siempre.—Gracias— le sonrió ella— tu tampoco estás nada mal— rio.El se la quedó viendola un momento y ella se sintió incómoda. Le alegraba verlo, pero quería regresar con Ryan. Aún así, no quería ser grosera y quedaron charlando unos minutos. Ángelo le preguntó cómo le iba, qué estaba haciendo. Ella le respondió y le preguntó lo mismo, el le contó que estaba por negocios y que se quedaría unos días y que luego tenía que volver a Grecia por negocios.—Bueno, ha sido un placer volver a verte— dijo dejando claro su intención de marcharse.Sin embargo, cuando ella cruzó a su lado, el agarró su mano haciendo que la joven quedara inclinada sobre el. Ángelo la besó con necesidad, ella, sorprendida por su arrebato trató de alejarlo y hacer que el deje de besarla. Empujó su pecho, pero era inamovible, segundos después, sintió que alguien tiraba de Ángelo y, asombrada, notó q
Una semana después—Cariño… despierta, tienes que abrocharte el cinturón— dijo Ryan tratando de despertar a Gina.La joven abrió lentamente los ojos e intentó enfocar la mirada. Bostezó y se frotó los ojos tiernamente. Ryan sonrió y le dio un suave beso en la mejilla, le agarró la cara y la obligó a que lo mirara a los ojos.—No hagas esos sonidos que no respondo. Eres demasiado irresistible y terminaré diciéndole al piloto que continúe volando— dijo medio en broma, medio enserio.—¡No!— ella rio fuerte y le pegó en su costado— quiero presentarte a mis padres y a mis amigas. Ya es de noche aquí ¿verdad?—Si, ¿tu amiga vendrá a buscarnos?—Si, Nicki dijo que esta vez iba a llegar puntual. —Genial. ¿Sabe que venimos en el Jet y que no debe esperarnos en la parte de vuelos comerciales?—Si. Igual ella estará en el auto esperándonos. Una vez que aterrizaron, mostraron sus pasaportes y demás documentos. Cada uno llevó tan solo una maleta y Ryan era quien las llevaba. El hombre le había p