Fueron dos semanas infernales, Gina no mejoraba ni empeoraba. Estaba igual, Ryan y toda la familia estaba tan angustiada, pero el no perdía la esperanza, sabía que su pelirroja se pondría bien, solo tenía que tener Fé. Agarró su mano y le susurró entre lágrimas—Mi amor… lucha por nosotros, por nuestra hija. Vuelve a mi… solo… vuelve a mi, te lo ruego. Te necesitamos… tu madre… tu madre dijo que nuestra pequeña es igual a ti, que tiene tus preciosos ojos y delicadas pecas. Por favor mi amor. Regresa con nosotros…— casi sin darse cuenta, se quedó dormido, recostado, con sus manos entre las de el. Escuchó la voz de su pelirroja y creyendo que seguía soñando, mantuvo los ojos cerrados recreándose en la armoniosa voz. —Ryan…— dijo la joven moviendo su mano— Ryan…—Pelirroja… ¡pelirroja! ¡Estás despierta! ¡Doctor! ¡Doctor!— dijo el levantándose y gritando hacia el pasillo.—Ryan… el bebé— sollozó ella asustada.—Tranquila mi cielo, nuestra niña está bien.El médico la revisó y le explicó
Cuatro años despuésGina estaba en la galería, exponiendo sus obras. Miró hacia la puerta esperando a que llegara su marido. Este le había llamado un poco mas temprano, diciéndole que no iba a llegar a tiempo, ya que sus reuniones se habían atrasado. En ese momento mantenía una conversación con un coleccionista que le estaba coqueteando descaradamente, aún viendo que ella mostraba de manera orgullosa su alianza de matrimonio. Esa alianza que los había unido a ella y a Ryan legalmente. Solo legalmente, ya que estaban unidos en mente y corazón desde hace muchos mas años.El hombre seguía acercándose a ella, haciéndole sentir ya demasiado incómoda. En eso, escuchó la voz de su hijo mayor que con determinación se posó a su lado y miró enojado al individuo. —No te acerques mas a mi mamá, mi papá se enojará mucho.Gina rio interiormente, le daría un sonoro beso a Marco si no fuese porque el niño se veía demasiado serio; y que su babosa madre lo apapachara y besuqueara, destruiría su porte
PROTECTORA PERSONALUna agente secreto, un abogado exitoso...Sam abandonó a sus padres y hermana para ingresar al servicio secreto.Sin embargo, años después, una de sus misiones como agente puso en peligro a su familia. Por más que intentó protegerlos, quien sufrió las consecuencias fue el hombre del que se había enamorado.Huyó, llena de culpa, pero se fue con mas que el corazón partido, algo que la uniría a su hombre de por vida.Volverá, pero su pasado no la dejará tranquila.La pareja deberá luchar por recuperar la confianza mutua y ser felices de una vez por todas.
Sam estaba exhausta, necesitaba vacaciones. Tenia 28 casi 29 años, pero sentia que tenia 40. Aún asi, no cambiaria esa sensación de adrenalina y desafío continuo.Llegó al hotel, y fue al bar a tomarse algo. Se estaba tomando su segundo vaso de vodka y escuchó a alguien carraspear. —¿Estas sola aquí cariño?— le dijo un rubio, alto bastante atractivo; pero ella no tenia ganas de ligar.—No, espero a mi marido que ya subio a dejar unos papeles—comentó ella tratando de ignorarle y que éste entendiera la indirecta. —La vi bajar del auto y estaba sola. No necesita mentir para deshacerse de mi. Entiendo un no por respuesta. —Habló ceñudo el.Sam se sintió culpable , hace mas tres meses no tenia sexo y su cuerpo le estaba pasando factura.—Disculpe, no se vaya. Tiene razon, soy Sam, mucho gusto.— le tendió la mano ella.—Generalmente no soy tan insistente, me llamo Fernando San... —Sin apellidos,solo nombres...—interrumpió ella.♥️♥️♥️♥️♥♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️♥️ Llegaron a la habitación a trompic
Angelina dio vuelta la fuente para ir a saludar a Ryan por su cumpleaños. Toda la noche pareció que estaba evitándola y ella quería abrazarlo y decirle que le deseaba lo mejor del mundo. Pero cuando llegó a la esquina, escuchó una conversación que habría deseado nunca oír.—Ya lo sé papá, estoy saliendo con ella, además es la hermana de mi mejor amigo. No podía dejar de invitarla.— No tengo problemas con su hermano, ¿pero ella? ¡esa chica es adoptada, por favor! Y encima está enferma. No puedes estar con alguien débil. ¿Entiendes? ¿Quieres que yo me encargue de ella? Debes terminar con ella lo más pronto posible.—¡No! Yo lo haré papá, entiendo perfectamente lo que dices. Es débil. Déjame a mi decírselo, Gina piensa que yo siento lo mismo que ella, pero ya es hora de acabar, como tú mismo lo has dicho. —Bien dicho hijo, tú necesitas una mujer fuerte, no necesitas tener que cuidarla y estar pendiente siempre de ella en caso de que empeore.—Ya entendí papá. Ahora déjame continuar con
5 años después en Florencia, Italia.Angelina despertó lentamente, escuchó una respiración suave a su lado y miró al hombre desnudo que estaba acostado.Ángelo era muy guapo, lo conoció dos semanas antes, en una exposición en la que había participado Fran.Era un excelente amante y no le pedía más de lo que ella podía dar. Conversaron de sus familias, él era un buen amigo y, lo que agradecía, un soltero empedernido. A pesar de haber intimado con varios hombres a lo largo de los años, aún anhelaba sentir esa pasión irrefrenable y amor que había sentido por Ryan. Ryan, quien había roto su corazón sin pensárselo dos veces. Luego de haberlo visto con aquella chica, besándolo; se fue inmediatamente a su casa. Su madre estaba allí y preocupada le había preguntado que le había sucedido. Gina le contó lo que había presenciado y luego de escucharla llorar largo rato, su madre la consoló diciendo que todo era aprendizaje. Primero le preguntó si estaba segura de lo que vio, que tal vez había i
Cuando abrió los ojos nuevamente estaba en un cuarto de paredes blancas y varios monitores. El matrimonio italiano, y sus dos amigas estaban a su lado, estas últimas, tenían los ojos rojos y la pareja tenía una mirada de desdicha.—Qué sucedió? ¿Dónde estoy? — preguntó ella confundida, mirando hacia los lados.—Estás en la clínica, te desmayaste. Estuviste inconsciente horas. — dijo entre sollozos Niccola.—Pero ya estoy bien verdad? ¿Ya vino el médico a hacer su ronda? — preguntó asustada frente al semblante tan pálido que llevaban.—Si… Gina… por qué no nos dijiste que estabas enferma? —Porque… no quería que me miraran con lástima. Mis padres y mi hermano me cuidan sobre manera desde que supieron de mi enfermedad. Y mis amigos… cuando les conté a algunos de ellos, me empezaron a tratar como si fuese cristal. No quiero que ustedes me traten de manera diferente ahora que se enteraron de lo que me pasa.—Una de tus válvulas no funciona nada bien Gina, es grave. Te hicieron unos estudi
Gina fue hasta la casa de Dom y Fran. Entró sin problemas, ya que tenía las llaves de la casa. Encontró a Dom ayudando a Alessandro a hacer los deberes—Hijo, mira bien lo que hicimos antes… ¿ves la manera en que lo resolvimos? Bueno, es muy similar—¡Papá! ¡No me gustan las matemáticas! ¿Por qué debo hacerlo? — en eso vio a Gina y soltó los lápices— ¡Gina! ¿Vienes a salvarme? – dijo mientras la abrazaba por la cintura.—¡Uy caramelito! — dijo removiendo sus cabellos— en esta quedas solo, las matemáticas y yo no nos llevamos bien.—No importa, igual eres genial. Mamá dijo que sacamos de ella el no entender los números.—Es verdad— intervino Fran— no estoy orgullosa, pero era muy mala en esa área en el colegio. Pero… — miró a su hijo— eso no quiere decir que no debas seguir tratando de hacer los ejercicios. Si lo dejas ahora, no entenderás los conceptos que vendrán luego. Y estarás en un gran, gran problema. —Así es— acotó Dom— por ahora puedes descansar, peor luego tu y yo seguiremos