—¡Mamá!— gritó Gina, asustada— Ryan, llevémosla a sus cuarto— luego miró a Lía alarmada— dime qué le pasa a mi madre ¿está enferma? ¿por qué se desmayó?—No… yo no se nada, ella es fuerte como el roble, jamás se siente mal. De verdad no se qué le sucede— respondió la mujer pareciendo verdaderamente anonadada. Cosa que le hizo pensar a Gina, que no sabía nada en realidad.—No importa— habló la joven— lo averiguaré.Una vez que Ryan llevó a la habitación, la acostó en la cama y tocó su mano, observando sus pulsaciones.—Está bien, creo que solo le bajó la presión— trató de confortarla el.—Tranquila Gi, Fran estará bien, seguramente solo está cansada. Iré con Lía y le pediré que traiga té y algo de comer para cuando despierte— intervino Nicki, quien los había seguido hasta el cuarto preocupada.—Gracias ¿puedes llamar a papá y pedirle que venga?—Claro— respondió su amiga antes de salir en dirección a las escaleras.En ese momento Francesca comenzó a despertar y Gina se aproximó a ella
Gina, conmocionada se posó sobre Ryan y le dijo a su amiga —¿Cómo? ¿un acosador? ¡Dios mío! ¿Has llamado a la policía? —Yo… aún no se lo dije, está tan contento de que al fin le di el si, que me sentiré mal si lo agobio con esto. Además, es inofensivo. Son en general presentes. Me ha enviado rosas, lienzos muy bonitos hecho aparentemente por el. Solo estas últimas veces me ha enviado algo mas, cosas como fotos de mi sola, de mi con otras personas. No quiero hacer la denuncia, no quiero armar un escándalo ¿entiendes? —Mira— habló Ryan— se que no me conoces y yo a ti tampoco y tal vez consideres que no debo entrometerme, pero creo que deberías tomarlo como lo que es, una amenaza. Esa persona te ha enviado fotos de ti en diferentes escenarios y por lo visto te ha seguido en más de una ocasión, por ahora son regalos y pruebas de que te está viendo, pero mas adelante puede hacerte algo. De acuerdo a estas fotos ya sabe tu rutina, podría abordarte en cualquier momento y lastimarte. —Ali
Días después, Ryan y Gina viajaban junto a sus padres y hermanito hacia Chicago. Ryan lamentó mucho lo que su padre le había hecho a Francesca cuando era joven, se disculpó en su nombre, pero la mujer, que ya estaba mas tranquila se dio cuenta que padre e hijo eran completamente diferentes. Le dijo que el no tenía que disculparse por nada. Es mas, se disculpó por su arrebato y exabrupto.En ese instante, Alessandro estaba interrogando a Ryan y Gina se rio al escucharle hacer de hermano sobre protector. La boda de Alina y Dante había salido hermosa y ya se habían ido de luna de miel. Por otro lado, Nicki estaba cada vez mas cerca de sus tíos, aparentemente ya les había perdonado la metedura de pata de hacía años. Gina miró hacia adelante, su padre tenía agarrada de la mano a su madre mientras le susurraba algo en el oído. Su padre se tomó mucho mejor el parentesco de Ryan y su padre, dijo que si bien no notó el parecido entre padre e hijo, se dio cuenta que era un buen chico y cuidarí
Gina se asustó, jamás había visto a su padre tan agresivo y fuera de control; aunque entendía perfectamente su actuar y su enojo con ese asqueroso hombre, no podía permitir que se ensuciara, que el saliera perjudicado por culpa de William. Miró a su madre que estaba respirando agitadamente y les gritó a los otros dos.—¡Papá! ¡suéltalo! El no vale la pena, por favor— al observar que este no le hacía caso y seguía golpeándolo con más fuerza, le dijo— ¡papá! ¡mamá no se siente bien!— eso si surtió efecto, su papá le dio un último puñetazo a William que lo dejó tirado en el piso. Se fue a acercar a su esposa, pero al observar sus manos manchadas de sangre y al sentir un ardor en el labio, cambió de opinión. Miró a Francesca y le dijo—No llores amore mio, iré a limpiarme las manos, no dejaré que su sucia sangre te toque— fijó la vista en su hija y le pidió perdón con la mirada. Fue hasta el baño, se acomodó bien la ropa, miró sus nudillos y deseó haber infringido mas daño del que ya le h
Gina y su madre salieron del museo hablando, el paseo allí fue muy entretenido y las dos estaban comentado sus puntos de vista respecto a lo observado. Francesca mandó un mensaje a su esposo diciéndole que en unos minutos regresarían con ellos. Dominic le contestó que hace instantes habían llegado a la empresa de Ryan, ya que este debía arreglar unos asuntos que surgieron de repente, y que, tanto él como Alessandro estaban con Dylan. Una vez que su madre le contó donde estaban los chicos, Gina las dirigió allí; llegaron al piso que correspondía y guio a su madre hasta la oficina de su hermano. Ella, por otro lado, fue hasta donde debería estar la secretaria de su novio, pero al no verla, decidió entrar al despacho de Ryan. Sin embargo, lo que vio cuando entró, le partió el corazón, sintió como un deja bú: años atrás cuando encontró a una chica besándose con Ryan en el parque que tanto frecuentaban. —Ryan…— susurró ella entre lágrimas. Cerró la puerta y salió corriendo, dirigiéndose
Algunos meses despuésRyan salió de la empresa silbando, encendió el coche y se dirigió a la casa en la que convivía con su novia. Aparcó en la calle ya que Gina quería pasar la tarde con sus padres y el como siempre, trataba de pasar el mayor tiempo posible con ella. Cuando no estaba junto a ella, se sentía incompleto y vacío. Habían sido unos hermosos meses, su pelirroja era cada vez mas abierta y confiaba en el de verdad, se sentía feliz por eso. Cuando creyó que la perdía… no podía ni pensar en eso. Se habían comprometido hace tan solo una semana, le había mandado una foto de los posibles anillos a las amigas de Gina, estas habían discutido en plena videollamada por cuál creían que era el mejor color para su amiga. Al final, no habían servido de mucha ayuda. Ryan le preparó una cena especial, bueno, en realidad le había pedido a su empleada que lo hiciera. Gina aceptó emocionada casarse, casi inmediatamente, llamó a sus amigas y les contó mostrándoles el hermoso anillo. Las chic
Gina sintió como si el le hubiese abofeteado. Se abrazó por el dolor que estaba sintiendo. Creyó que sería una hermosa noticia y el lo catalogaba como un error. —Estoy embarazada, y no es un error— lo vio meditar y jamás, nada lo hubiese preparado para lo que estaba por escuchar.—Todo esto está mal, no puedes estar embarazada. No vamos a tener un hijo, demonios! esto va en contra de todo lo que creo, pero debes abortar!. —¿Qué?— gritó ella conmocionada— ¿cómo puedes decir eso!?—¡Dios mío Gina! ¡No puedes estar embarazada!— ese parecía ser su mantra—¡Ya deja de decir eso! ¿Cómo puedes querer que mate a nuestro hijo?—Tienes que abortar— le agarró de la mano y la fue llevando hasta la puerta principal— conozco a un doctor…—Sobre mi cadáver te desharás de mi hijo— —¡Exacto! —¡No!— exclamó ella furiosa. Se soltó de el y corrió fuera de la casa.El fue tras ella, visiblemente angustiado. Logró llegar a ella antes de que se subiese al coche y la retuvo contra el.—Por favor… te lo r
Fueron dos semanas infernales, Gina no mejoraba ni empeoraba. Estaba igual, Ryan y toda la familia estaba tan angustiada, pero el no perdía la esperanza, sabía que su pelirroja se pondría bien, solo tenía que tener Fé. Agarró su mano y le susurró entre lágrimas—Mi amor… lucha por nosotros, por nuestra hija. Vuelve a mi… solo… vuelve a mi, te lo ruego. Te necesitamos… tu madre… tu madre dijo que nuestra pequeña es igual a ti, que tiene tus preciosos ojos y delicadas pecas. Por favor mi amor. Regresa con nosotros…— casi sin darse cuenta, se quedó dormido, recostado, con sus manos entre las de el. Escuchó la voz de su pelirroja y creyendo que seguía soñando, mantuvo los ojos cerrados recreándose en la armoniosa voz. —Ryan…— dijo la joven moviendo su mano— Ryan…—Pelirroja… ¡pelirroja! ¡Estás despierta! ¡Doctor! ¡Doctor!— dijo el levantándose y gritando hacia el pasillo.—Ryan… el bebé— sollozó ella asustada.—Tranquila mi cielo, nuestra niña está bien.El médico la revisó y le explicó