Gina se arrodillo junto a Ryan quien tenía la mirada nublada. Ella le habló asustada por el golpe que se llevó.
—¿Ryan? ¿Estás bien? – luego miró hacia Dylan— ¿qué rayos te sucede? ¡Casi lo matas!Sin embargo, en ese mismo momento Ryan enfocó la mirada y con brusquedad la tumbó encima de él.—Qué haces?!— dijo ella con la respiración agitada.—Has vuelto— y diciendo eso le dio la vuelta quedando el encima— vuelves a mi, pelirroja.—¿Qué? — dijo preocupada por la mirada penetrante de él. — puedes levantarte?Sin decir más el bajó la cabeza y la besó tierna pero profundamente. Gina comenzó a sentir un remolino de emociones que creyó haber enterrado hace tiempo, quería alejarse de esa energía tan magnética, pero Ryan la tenía bien sujeta. Luego de unos segundos, que parecieron años el hombre fue arrancado de encima suyo y apareció en su campo de visión su hermano.—Pero ¡qué haces imbécil! ¡Deja a mi hermana! — gritó enfurecido Dylan.La joven se levantó rápidamente y se acomodó la ropa, vio como Dylan y Ryan estaban en pose de pelea y se metió entre ellos.—Basta Dylan. ¿Qué te pasa? Es tu amigo, tranquilízate y tu— dijo mirando a Ryan— no vuelvas a besarme sin permiso.—O sea que con tu permiso si puedo besarte? — preguntó zalamero— además no necesito que me defiendas Gi.—A todo esto— dijo Dylan— tu qué haces aquí? En chicago, quiero decir. Papá y mamá no me dijeron nada.—Era una sorpresa, pero la sorpresa me la llevo yo. ¿Por qué boxeas? Es peligroso—Gina… no es peligroso, estábamos descargándonos, nada más. Le di en la mandíbula porque el idiota se distrajo. Además, no fue nada, ¿verdad Ryan? — expresó Dylan observando a Ryan con una mirada que decía que más le valía seguirle la corriente. —Claro, claro. Lo que digas.De repente Dylan se sacó los guantes y la alzó en sus brazos, dándole vueltas.—Te extrañé hermanita, extrañé que me miraras con esos ojitos que me desaprueban cuando no logran algo. ¿Vamos a mi penthouse? Tenemos muchas cosas que charlar.—Estoy invitado? —terció Ryan.—Si tenían planes podemos hablar mañana. No me iré pronto. De hecho, nuestros papás darán una fiesta en mi honor.—¡No! Nuestros planes podemos posponerlos, ahora quiero estar contigo. Disculpa Ryan, pero me iré con mi hermana. Lo dejamos para otro día—Seguro que no puedo ir con ustedes?—No Ryan, lo que debo hablar con él es algo … personal, que aún no estoy preparada para que alguien más se entere. —Está bien, tenía que intentarlo. Bueno, me iré a cambiar.—Yo también, espérame aquí Gina, ya regreso.Dylan y Ryan se encaminaron juntos hacia las duchas.—Angelina está hermosa— comentó Ryan.—Siempre lo fue, aún intento averiguar por qué dejaron su relación ustedes. —Un malentendido Dylan, ya te lo dije. Algo que nunca dejaré de arrepentirme. Está diferente, ¿lo notaste?—Sí, me esconde algo. Siempre que está ocultando algo se muerde las uñas. Cuando inició su noviazgo contigo y yo aún no me enteraba, hacía lo mismo. Debe ser algo grave y puede que piense que me molestará.—Quiero recuperar a tu hermana Dylan. Nunca debí dejarla ir. Deseo estar con ella más que nada en el mundo. —¿Y? Es mi hermanita. No quiero que la lastimes de nuevo. No sé qué pasó, pero sé que sufrió un tiempo. Nunca me lo quiso decir, pero cada vez que saqué el tema, ella lo desviaba a algo de lo que si quería hablar. Ya no somos los mismos de hace años. —Me respondió al beso con igual pasión que siempre. —Maldita sea Ryan! No me cuentes eso.—Aún tiene sentimientos hacia mí y haré que se vuelva a enamorar. ¿Me ayudarás? Mañana iré a tu casa a primera hora y me cuentas cuanto se quedará y si tiene alguien mas en su vida. De todos modos, si está con alguien no me daré por vencido. Esta vez no la dejaré alejarse de mi.—Mira Ryan, te aprecio, eres mi mejor amigo, pero mi hermana va antes que nadie. Te contaré solo lo que pueda, nada más.—Lo que sea que me ayude a recuperarla.Minutos después ambos salieron hacia donde estaba Gina, quien miraba embelesada a los hombres haciendo ejercicios. Ryan fue por detrás y le tapó los ojos.—¡Ryan! Se que eres tú. — dijo sonriendo y dándose la vuelta. Se quedó con la boca seca de lo guapo que se encontraba su exnovio. —Pues si— le dio un beso en la mejilla y antes que ella pudiese decir nada salió por la puerta.Una vez que este se fue, Dylan pasó su brazo por encima del hombro de su hermana y la instó a salir.—Vamos por aquí, ¿con que viniste?—Papá me prestó su coche— respondió sonriéndole de manera pícara.—Nunca te negó nada— rio el— yo vine caminado así que vamos, pero yo conduzco. — dijo intentando quitarle las llaves.—Ni hablar! Al coche lo llevo yo— le miró indignada.—Ya decía yo que no lo harías ni por tu hermano preferido. Fueron conversando de trivialidades los pocos minutos que duró el viaje. Cuando ya entraron Dylan la detuvo y miró a los ojos.—Te extrañé hermanita. Creí que te habías olvidado de nosotros.—Nunca Dylan. Son mi familia y ahora estoy aquí… pero vaya… — dijo mirando a su alrededor— esto es… diferente.—No te gusta? Lo decoró una amiga.—Más que amiga, diría enemiga. Es tan… sobrio, tan… frío.—Puede ser. A mí me parece cómodo—Eso ni tú te lo crees. Mira qué te parece, me contactaré con una decoradora personalmente. Podemos…—Ni se te ocurra— intervino el— no quiero un toque femenino en mi casa.—No será femenino. Te juro que tú lo deberás aprobar antes de llevarlo a cabo, pero por favor déjame cambiar este ambiente.—Está bien— suspiró el— pero ven aquí siéntate a mi lado. Y cuéntame eso tan importante.—¿Por qué primero no cenamos algo? Mi amiga me enseñó a hacer una pizza super fácil y es riquísima. Solo dime que tienes provisiones.—Por supuesto que sí. ¿Por quien me tomas? Tengo una señora que me hace siempre las compras, las comidas y tengo variedad de cosas aquí. Debes revisar bien solamente. Pero yo te ayudo. Dime que hay que hacer nada más. —Está bien. Serás mi obediente alumno, Nicki estaría orgullosa de mi — dijo ella en tono jocoso.—No te pases Gi. Vamos.Estuvieron largo rato preparando la masa, mesclando las especias y luego colocaron el preparado en el horno.Mientras comían, Gina decidió abordar el tema que le inquietaba. —Debo contarte algo, pero nuestros padres aún no lo saben.—Dime, ¿es grave? ¿Has matado a alguien? ¿Te persigue una esposa celosa? ¿Te casaste en Las Vegas? – preguntó intentando aligerar el ambiente.—No. Yo… m*****a sea, no sé cómo decírtelo. Y me costará aún más decírselo a nuestros padres.—Tranquila, puedes contarme lo que sea. Estaré siempre para ti – dijo el, agarrando una servilleta y quitándole la salsa de la comisura de los labios.—Gracias. Yo… encontré a mis verdaderos padres o ellos me encontraron. Bueno, nos encontramos de casualidad. —¿Cómo? Cuéntame desde el principio.—Bueno…— Gina le contó todo a excepción de cuándo fue que se enteró de la verdad. Lo de su enfermedad, lo dejaría para más adelante.(…)—Así que tienes otro hermano… y cómo es?—Es muy travieso, no le gusta las matemáticas, pero si los deportes. Le hace mucho más caso a papá que a mamá y a mi me presenta ante sus amigos con orgullo o alardea de mi. Lo amarás, le hablé de ti y en un principio se sintió celoso, pero luego le conté como eras y que eras tan hermano mío como el, se quedó tranquilo. Pensaba que tú lo reemplazabas.—Pero por qué temes la reacción de nuestros padres? Ellos nos explicaron que tu madre te quiso mucho antes de nacer y que se vio obligada a entregarte. Siempre agradeció que le diese la oportunidad de convertirse en tu madre.—¿Tú crees? ¿Me acompañaras a contarles todo?—Claro que sí, pero esta vez si conduzco yo.—Está bien. Y algo más Dylan. – de pronto se puso seria— no quiero que nadie más se entere. Solo la familia. Mis padres y Alessandro vendrán en unos meses y les presentaré ante todos. Él le miró unos momentos y luego le respondió—Te lo juro. Por mi nadie se enterará de todo esto…Dylan y Gina llegaron a casa de sus padres aproximadamente a las once de la noche. Estos los estaban esperando en el salón, ya que Gina previamente les había pedido que no salieran, que ya llegaban.—¡Hola, mis niños! — dijo su madre contenta.—¡Mamá! —gruñó Dylan— tenemos 26 años.—Pero serán siempre nuestros niños. Lo entenderán cuando tengan sus propios hijos — aportó su padre.—Mejor cambiemos de tema papá— respondió Dylan.—Bueno, dinos hija, ¿por qué querías hablar con nosotros? ¿Está todo bien? ¿No has cambiado de idea y te irás pronto no?—No mamá, no es nada malo, ¡bah! Creo que no. Debo contarles algo y espero que no se molesten conmigo.—Puedes decirnos lo que sea hija. ¿Qué sucedió?Gina le contó a sus padres lo del encuentro con sus padres biológicos, como la querían y lo mucho que la cuidaron estando en Italia. Cuando finalizó su relato, les preguntó si estaban molestos y si le perdonaban por haberle ocultado la verdad tanto tiempo.(…) —No hay nada que perdonar. Nos hub
Gina dio la vuelta y vio a Ryan mirándola desde el balcón contiguo. Tenía puesto tan solo una bata, pero ella podía vislumbrar que tenía un boxer oscuro. Además, y lo que le dejaba más guapo era que parecía que había sacudido su cabello varias veces.—¿Qué haces aquí? — preguntó confundida ella.—Dylan me invitó a quedarme, el está en su cuarto de cuando vivía con tus padres y yo me quedaré aquí. ¿Quién es caramelito? — volvió a preguntar—Nadie que te incumba. ¿No sabes que no debes escuchar conversaciones ajenas?— Dijo dándose la vuelta para regresar dentro y acabar con preguntas que no estaba preparada para responder.—Es que esto sí me incumbe. Todo lo referente a ti me incumbe pelirroja— respondió con voz sensual.—Pues no debería. No sé qué pretendes, pero déjame decirte que sea lo que sea, no lo lograrás.—Tú eres lo que quiero— dijo el mientras colocaba sus pies en el barandal.—Pero ¿qué haces? ¡Te puedes caer! — se asustó ella.—No— respondió resuelto el. Cruzó, se sostuvo de
—Dylan… te lo puedo explicar— dijo ella impresionada por la mirada heladora que tenía su hermano.—No quiero escucharte Gina. Tú— dijo mirando a Ryan— ven conmigo. Ahora.Ryan bostezó una vez que su amigo salió de la habitación y se dirigió a Gina con una sonrisa un poco adormilada.—No te preocupes cielo. Charlaré con el y verás que estará todo más que bien. Te veo luego en el desayuno— dijo el y después le dio un intenso beso que la dejó con ganas de mucho más.Lo vio salir tranquilo y decidió no entrometerse. Además, ellos no hicieron nada, Dylan no tenía por qué enojarse. Se duchó y después buscó su teléfono. Llamó a sus amigas y charló largo rato. Sintió a Nicki decaída, triste, aunque emocionada por su próximo viaje. Bajó al comedor y pregunto a la señora por sus padres y su hermano. La mujer le dijo que sus padres aún no se habían levantado y que su hermano estaba en el jardín junto a su amigo Ryan. Medio preocupada echó a andar hacia allá. Los encontró conversando amigablement
Dylan despertó con un sabor amargo en la boca y un espantoso dolor de cabeza. Se frotó los ojos y se miró a sí mismo, llevaba puesta la misma ropa del día anterior exceptuando los zapatos. Se levantó de repente y le entraron ganas de vomitar, fue corriendo al baño y abrió el váter, expulsando así todo lo que había bebido el día anterior. Agarró el cepillo de dientes y se los lavó, una vez que mas o menos se higienizó salió del cuarto y encontró a su amigo haciendo unos gofres; se lo agradeció con la mirada y fue a sentarse.—Tu empleada no viene hoy así que me encargo yo del desayuno. ¿Cómo te sientes? ¿Qué recuerdas de anoche?— le preguntó serio Ryan—Mas de lo que me gustaría. Soy un muy mal borracho. Gracias por sacarme del club, si no fuese por ti hubiese seguido tomando hasta caer— contestó bostezando este—Para eso están los amigos, hay algo que necesito saber… ¿recuerdas lo que me dijiste antes de dormirte?—No exactamente. ¿Por qué tienes esa cara? ¿Qué dije?— indagó incómodo
Ryan se despertó debido al sol que entraba por la ventana. El día anterior, olvidó cerrar las cortinas, estaba tan concentrado en Gina que le importó poco cualquier otra cosa que no fuese ella.Se sentía pleno, la mujer que amaba estaba acurrucada en sus brazos, tan tranquila, pacífica, parecía un pequeño ángel. Se la quedó viendo largo rato. Le parecía increíble volver a tenerla junto a el, el día anterior le dolió verla tan perdida, vacía, por eso mismo la invitó a su casa. En ningún momento se le pasó por la cabeza que terminarían haciendo el amor; por el contrario, la idea era ignorar el deseo intenso que tenía por ella; y apoyarla, escucharla respecto a lo sucedido con sus padres. Sin embargo, cuando ella inició el beso, el no pudo refrenarse más. La tomó como ansiaba e incendiaron las sabanas juntos. Gina le contó que había llevado a sus padres y hermano a que ellos mismos escuchen su estado, y de esa manera reducirles un poco la preocupación. El lo entendía, nada mejor que un d
Ryan miró estupefacto a Gina y aflojó un poco la presión que tenía sobre ella. Aún así, no la soltó, la mantuvo en frente, intentando descifrar lo que quiso decir.—Repite eso… ¿hermano? — indagó frunciendo el seño.—Si, tal como lo oíste, Alessandro es mi hermano biológico. Es más pequeño que yo, tiene doce años. —¿Cómo… cómo lo encontraste? ¿Estás segura?— preguntó desconfiado el.—Si, mira, sentémonos y te explicaré todo— dijo ella queriéndolo sacar de su desconcierto. Se soltó de el y lo guio hasta el sofá.—¿Dónde está tu hermano? ¿Por qué no está contigo? ¿Tu familia sabe de esto?— era obvio que tenía miles de preguntas atragantadas.—¿Quieres la versión corta o larga?— intentó hacer algo de tiempo.—Larga, definitivamente larga— no dudó Ryan—Está bien, pero podemos hablar mientras comemos, estoy famélica— dijo ella mirando la bolsa que estaba sobre la mesa. —Por supuesto— Ryan se fue hasta la cocina y buscó en la alacena platos y cubiertos. Mientras, Gina quitaba todas las c
Gina abrió muy grande los ojos debido a las palabras soltadas por ese hombre. —¿Qué quiere? ¿Cómo me encontró? – indagó ella. —No te preocupes niña, yo se todo lo que hace mi hijo. Se donde está y con quien. No vendrá a molestarnos. Quiero hablar contigo— dijo el, entrando sin ser invitado.—No se de qué— dijo ella cerrando la puerta— y tampoco lo invité a pasar. Está en mi casa, no hay nada para usted aquí.—Te equivocas, bonita— la miró de arriba abajo, libidinosamente— hay muchas cosas que tu y yo debemos hablar. En principio, me alegra mucho que hayas vuelto. Creí que ibas a quedarte en Europa para siempre. No te he olvidado ni un solo día, has estado en mi mente cada día, sin excepción— comentó— eres igual a ella— comentó en un susurro; pero ella si lo escucho.—Mire, no se que le pasa y tampoco quiero saberlo, yo a usted no le agrado, lo se desde que tengo memoria. Así que no imagino que le sucede ahora. Quiero que se vaya, si desea ver a su hijo, búsquelo en el trabajo, pero
Gina salió corriendo detrás de Ryan, quien iba hacia el ascensor rápidamente—¡Para!, ¡Ryan para! No lo hagas— suplicó ella—¿Cómo me pides eso?— el no se detuvo— ha cruzado la línea. Poco me importa si no aprueba nuestra relación, su opinión no me interesa, ya no. Pero meterse contigo… atreverse a decirte que te desea, que lo hace desde hace mucho. No se quedará así.—El no vale la pena.—Por supuesto que no, el no, pero tu si. No permitiré que te falte el respeto. Eres lo mas importante en mi vida, si se mete contigo, se mete conmigo. Desde hoy no le quedará duda de que no debe acercarse a ti, por ningún motivo.—Pero…—Debo hacerlo—la interrumpió el— ve a tu casa, yo iré cuando termine con mi padre. Te llevaré a cenar y si quieres, podemos ir a bailar, ¿te parece?—Ryan…—lo miró y vio la determinación en sus ojos— está bien. Cuídate.—Siempre pelirroja— esbozó una sonrisa y le dio un beso que la dejó con la respiración entrecortadaRyan llegó a la casa de su padre, el ama de llaves