Emma se despidió de Lucrecia con un beso en la frente y una sonrisa. La joven tomó asiento y vio a su familia al otro lado del ventanal compartiendo y siendo locos los unos por los otros. La joven se puso las manos en el abdomen de nuevo y vio a Alonso al otro lado dándole un abrazo a su hijo mayor.
Sebastian y Carrick se pusieron en pie y comenzaron despedirse por lo que la joven se acercó hacia el grupo y se despidió de ellos, no sin antes insistir en que la comida de Alonso era buena, aunque pareciese que solo sabía cocinar asados, sus amigos rieron y le advirtieron que era el mejor chef de los tres, Lucrecia rio y les dio un abrazo a sus amigos.
—Gracias por siempre estar—Dijo Lucrecia mientras tomaba la mano de sus amigos.
Carrick se disculpó de nuevo por siquiera haberle buscado la información para que visitara a su madre y más por no haber ido con ella. Lucrecia les explicó que era algo que tenía que hacer sola, por eso no había
Adoro los paseos en coche. Imagínense a esta familia en una solo espacio... qué no puede pasar. Más tarde subo la continuación. ¡¡Comenten!! Me gusta muchísimo que los chicos tuviesen más protagonismo en este capítulo. Ahora les dejo preguntitas para que se animen. comentar: ¿Solo yo escucho unas campanas de boda o creen que Franco va a estar muy obsesionado con no cumplirle el capricho? ¿Si son hermanos menores, qué se siente ser el más pequeño es pesado o fácil?
Lucrecia propuso que llevaran masa para pizza, se puso a prepararla. Alonso vio a Elise con Lauren y Fabio los cuales estaban llevando sus maletas. Él le bloqueó el paso e hizo una seña a sus hijos para que fueran a dejar las maletas y le dejarán a solas.—Elise, tú sí que te amas—Comentó Alonso antes de reírse. —Tienes razón, estás en una posición de hacer cosas impresionantes, y eres una mujer grandiosa, para nosotros como tu familia, y tu otra familia — ella rio ante la mención de “la otra familia”, —nos importa solo la felicidad de Elise. El resto del universo ya es una mierda y puede seguir siéndolo, pero, Franco te necesita y esos hermanos que son perfectos y molestos te necesitan y tus cuñados y cuñadas y amigas te necesitan. Lo más importante es que te queremos tanto como a cualquiera de lo
Alonso no se enojó, sabía que de estar en la situación de su esposa cualquier mensaje le parecería una provocación o una aventura. Él abrió el computador y le mostró los correos que ella se rehusó a leer. —Sé que para ti soy una hija más... —Lucrecia por qué quieres provocar una gran pelea —No quiero una gran pelea, quiero una gran reacción. Lo he intentado todo, te tiré los anillos, te dije que estamos separados y tú finges que no he dicho nada de esto, que no está pasando. Alonso, si no estás enamorado de mí, puedo vivir con eso, pero, no voy a estar en el limbo toda mi vida. Ya viví ahí. Tú tuviste el matrimonio con el que todos sueñan, tú estabas enamorado y ella era perfecta, pero no lo soy. Alonso se sentó en la cama, al lado de su esposa y le puso las manos en las mejillas. Se acercó a ella y le dio un beso. —Lucrecia nunca he dicho que tuviese el matrimonio perfecto., Hacía más esnórquel que nadie, s
Después de cinco horas de viaje, Alonso y Lucrecia habían tomado los puestos delanteros, Alonso condujo un par de horas más con el bullicio de sus hijos y les dijo a sus hijos que era mejor quedarse a dormir cerca de donde estaban. —¿En dónde estamos?—preguntó Tini preocupada y Lauren le rodeó con el brazo —Trinidad, estamos cerca del cielo—explicó Lauren y su cuñada rió.—Que sí. Sus cuñados le adoraban. Todos conocían a Tini desde que conocían. Charlie, habían sido compañeros de toda la vida y mientras le tenían los ojos a la pequeña Sofía, Tini decidió tomar lo que era suyo, básicamente Charlie, ninguno tenía idea de por qué, pero a su hermano le gustaba y los dos lo hacían funcionar. La otra cosa que llamaba la atención a sus hermanos era que Trinidad era la copia de Lucrecia; es pequeña, muy mona y divertida, tan llenas de vida y seguras de que podían llenar el lugar de alegría y amor, l
Alonso y sus hijos estaban conversando en la cocina cuando Priscila y Lucrecia regresaron de su caminata. Trini venía arrastrándose con los ojos hinchados y tocándose la cabeza. —¿Quién puso una alarma en mi habitación?—preguntó Tini con los ojos cerrados y apuntó hacia Lauren y Fabio. —Vives en mi casa; fuera de mi casa y te despiertas a las diez eso no va conmigo.—respondió Alonso —¡No te dije que quería vivir contigo!—Respondió y todos le miraron. Samuel le dio su taza de café y ella dio un sorbo largo. —Papá...—dijo Charlie.—Decías lo del centro comercial. —Regalos de Navidad. No se pongan baratos con Verónica, regalos caros y bonitos, ella tiene una lista navideña en doce tiendas, elijan lo más caro y háganla feliz. Además compren algo del corazón y caro—Replicó y su esposa sonrió. —Papá, esto siempre es un Fracaso—le recordó Alonso
Alonso tomó las manos de su esposo y acercó un poco su silla a la de ella. —Estoy oponiéndome. —Sin plan. —Sé que he estado cometiendo un error tras otra Lucrecia. Que esta no es la vida que planeamos juntos, que ha sido muy difícil, pero te amo por encima de cualquier cosa, excepto nuestros hijos y tú pegándoles o algo raro. La realidad es que Salomón Enterprise no va a soportar un cambio tras otro de presidente, no puedo darte una empresa que está mal, porque tengo dinero y muchas inversiones, tengo propiedades, económicamente vamos a estar bien, pero un solo accidente más y la empresa no va a seguir siendo sostenible para mí.Los incendios y sabotajes han generado un impacto insostenible en el negocio. —Alonso, lo siento, lo siento mucho mi amor. —Es solo una empresa—replicó Lucrecia y le abrazó su esposo sonrió y le dio un beso en el pelo. Lucrecia era la única mujer
Capítulo 1Puesto que el embarazo de Lucrecia estaba avanzando y no querían ponerte en riesgo haciendo un viaje y otro, eligieron la playa como su destino vacacional. Después de una caótica Navidad en su casa, con toda la familia y los amigos cercanos. Alonso seguía sorprendido con su mujer; había hecho una fiesta navideña tan cálida y dulce como nunca. Se había deshecho con educación de la gente que invitaban solo pro cumplir para darle un aire más familiar.Emma, Verónica y Lucrecia había organizado la famosa fiesta de los Pieth en el jardín de su casa con decoraciones preciosas, una banda y los más exquisitos platillos, solo que esta vez para la familia y los amigos que importan, además, había tenido el apoyo de toda la familia en esa modificación y en cada una de las decisiones que tomó.Para al dí
Alonso regresó cabizbajo, pero con el infinito apoyo de su esposa. Le preguntó a su esposa si se podía encargar de acompañarle para dar la noticia a sus hijos y así poder comentar los detalles de la venta de salomón con su cliente y con sus amigos. Lucrecia les comentó lo que había estado pasando, la aseguradora se negaba a reembolsar y Alonso no podía seguir manteniendo los desastres de un pirómano, pagando por los gastos y a los empleados. —Me ha llamado un viejo cliente del abuelo. Ha ofrecido un buen trato para vender la empresa y lo voy a tomar. Alonso recibió la llamada de Daniella, la cual no contestó, con el fin de poner atención a las inquietudes de sus hijos. —¿Estás seguro, papá? —preguntó Lauren y le dio la mano. Los gemelos compartieron una mirada de complicidad. Todos compartieron miradas y vieron sorprendidos a su papá. Ninguno quería ser el primero en hablar, sin embargo, Priscila lo hizo, qu
Sebastian y Carrick habían buscado todas las formas de que su amigo no vendiera la empresa, incluso se ofrecieron comprarlos ellos y pese sus esfuerzos, su amigo continuaba teniendo la misma opinión inicial. Alonso no se comportó como el asno usual y les abrazó con una sonrisa llenada dulzura inusual y después de darles las gracias se siguió riendo, su esposa despeñó temprano para ir a Salomón Enterprise, llegó con los cafés para sus amigos y de camino a la sala de reuniones se encontró con Daniella. Lucrecia evitó siquiera el contacto visual, saludó a lo lejos a sus amigos. —¿Se puede saber de qué va la reunión? —No—respondió Lucrecia. —Esos no son tonos para hablarle a tu jefa. —No eres mi jefa. —Soy dueña de un 40% y estoy casada con el otro 60%. Soy tu jefa y tanto en los negocios como en mi vida personal necesitas entender cuál es tu lugar. —¿Cuál es mi lugar Lucrecia? —Lejos de la polla de mi m