UN AÑO DESPUÉS.

Aquel hombre de traje caro iba caminando por el cementerio se había aprendido el camino hacia su amada, era un recorrido doloroso, vaya que lo era.

—Buenas tardes Demian — Saludó el guardia con aspecto cansado, cabello blanca, arrugas en su rostro por su avanzada edad.

—Buenas tardes Javier- Detuvo su caminata para regresarle el saludó.

—Tengo que admitir que pensé que ya no vendría más muchacho.- Dijo el guardia. 

—Mientras siga vivo vendré a verla, si no pude estos tres meses fueron por trabajo pero ya estoy aquí.- Respondió.

—Me alegra oír eso las personas hoy en día olvidan a sus fallecidos, pero ya no te entretengo más, anda ve.- 

Se despiden.

Habían pasado tres meses sin ir a visitarla se sentía tan mal por eso, sus noches se habían vuelto insomnios ya que cada que dormía sus pesadillas eran peor y aún sabía bien que era su castigo y era la menos que merecía pero aún así estaba aterrado.

Al llegar a la tumba se arrodilló.

—Hola cariño— Saludó como si la persona en la tumba lo escuchará.

Se sentó a un lado sin decir una sola palabra más. Sumergido en sus pensamientos lamentando se nuevamente por lo sucedido era una gran tortura.

Sin saber que cerca de donde estaba había otra persona acechando lo, disfrutando de ver lo en ese estado.

¿Qué pasaría si Demian se enterara de que su hermosa Kiara estaba viva?

—Aún no es el momento— Dijo en voz baja, con una sonrisa.

UNAS HORAS DESPUÉS.

El hombre misterioso hace tiempo se había marchado mientras Demian seguía sentando lamentándose.

—Muchacho debes ir a casa porque está oscureciendo ya.- Aconsejó el guardia con lástima.

—Desde que la perdí, no volví encontrarme a pesar de los intentos por volver a ser el mismo, no pude hacerlo si por ser yo la perdí entonces ¿Por qué debería de ser el mismo? Quiero creer que aprendí de mis errores y que ella me ha perdonado.-

El guardia lo miró sin comprenderlo, Demian le devolvió la mirada en sus ojos se podía ver el remordimiento.

El hombre mayor se sintió mal por el, que aún no sabía su historia nadie merecía perder a la persona que amaba y mucho menos sentirse culpable

—Lo siento si lo incomoda— Se levantó sin siquiera limpiar su costoso traje.

—Tranquilo muchacho no se por lo que hayas pasado pero estoy seguro que ella donde quiera que esté te ha perdonado.-

Demian asintió no muy seguro.

—Adios, Javier—Dijo con voz cansada.

El guardia se despidió, viendo desaparecer a Demian por las frías tumbas que tenía que cuidar.

AL OTRO LADO DE LA CIUDAD.

—¡Kiara!— Dejó en libro aun lado cuando escucho como era nombrada.

Aquel hombre había llegado.

Se levantó del sofá acomodando mejor su suéter, el invierno había empezado.

Salió de la habitación bajando despacio las escaleras.

—¡Kiara!- Una vez más fue llamada.

Pero no contestó, le faltaba solo un escalón.

—¿Sucede algo?— preguntó cuando llegó hasta donde estaba.

—Nada malo, solo quería contarte a quien vi hoy. -- dijo el hombre con alegría.

—¿A quién?— Murmuro, confundida.

—Ha demian— Respondió sonriendo.

—Y ¿Eso te hace feliz?— Lo miró sin comprender.

—Se veía tan miserable—Dijo soltando se a reír.

Frunció el ceño.

—Eso es ridículo.— Resopló Kiara.

—Oh, vamos es divertido.— Dejó de reír. —El muy imbécil está sufriendo es tán grato verlo así.—

—¿Por qué?— preguntó con desgana.

—Por que es divertido— Respondió Caminado a la cocina.

Kiara lo siguió.

—Eso es absurdo yo me refería del por que de tu venganza— 

Parecía reacio a contestar, su mirada pasó entre las ollas que estaban en la estufa y clavo en el suelo. Luego, contestó con amargura:

—No te importa— 

—Creaste mi muerte, me tienes secuestrada en tu casa así que si me importa ya que estoy involucrada en todo este plan .— Se quejó. 

—Basta Kiara y no te tengo secuestrada.- 

—¡Pero estoy bajo amenaza! ¡Por eso no me he ido!— Exclamó con total frustración.

—Hey, cálmate ¿De cuando acá te tomas tanta libertad de hablarme con tanta confianza?— 

—Desde que cumplí un año de muerta, ¿Entonces me dirás?—

—No y ya no quiero hablar más del tema, ven vamos a cenar— 

—Está bien, está bien— Repuso de inmediato al ver cómo el hombre arrugaba la frente.—Quiero verlo— Ordenó Kiara 

—¿Qué?— Preguntó incrédulo.

— Estoy segura que él cuando está rodeado de personas no muestra cómo se siente así que si lo viste miserable es por qué uno: Te lo contó directamente lo cual es imposible o dos: Lo estaba acosando. -- Explicó.

—¿Acaso estás preocupada?- Preguntó.

—No es eso… Es solo curiosidad.— 

—¿Curiosidad? Pero qué mentirosa eres mi pequeña kiara. -- Se burló. —Pero está bien te llevaré a verlo, eso sí. Si me haces una jugada te arrepentirás— Amenazó.

—No soy estúpida jamás haría algo que ponga su vida en peligro, quiero que ella esté bien y tu lo prometiste así que no tienes porqué preocuparte— Dijo dándole un bocado a su comida.

—Bien, la próxima semana lo verás y respecto a lo otro mandé a sacarle unas fotos.—

—Eres bueno— admitió. —Aunque tú absurda venganza muestre lo contrario, deberías parar todo esto.—

—¿Gracias? Pero nada de lo que me digas hará que cambie de opinión se cuál es mi verdadero objetivo y lo llevaré hasta las últimas.— Replicó con voz apaciguada. 

—¿Piensas matarlo?— preguntó, eso hizo que su cuerpo se tensara.

—¿Me crees capaz de algo así?— Respondió con otra pregunta, su rostro no reflejaba ninguna expresión.

—No lo sé, a pesar de que llevo atrapada un año contigo en realidad nunca se termina de conocer a las personas— Dijo sin mentir.

—Chica sabía— Respondió —¿Has acabado ya?— Alza los platos sin siquiera esperar respuesta.

—¿Lo matarás?— Volvió a preguntar.

—No crees que si lo quisiera muerto, ¿lo hubiera matado desde hace tiempo?— Refunfuño.

—Eres tan extraño, das a entender una cosa pero luego muestras otras.—

—En tus ojos se ve el temor que tienes al pensar que algo malo le puede pasar, así muestras lo mucho que te importa, eso es divertido. -- Ríe. —Ya es tarde, sube a dormir.— Cambio de tema dedicando su atención a los platos sucios.

Asintió con la cabeza. 

Sin importar que él no la pudiera ver.

-Descansa.- Fueron sus últimas palabras antes de desaparecer de la cocina.