DÍAS DESPUÉS.
KIARA.
—Ultimamente a estado raro ¿por que? ¿qué está pasando?— Preguntó.
—Para ser sincero el plan de la venganza se ha puesto en marcha.— Tomo un poco de su taza de café.
Kiara miro su plato el hambre se había esfumado por completo.
—No comprendo bien sobre su plan ¿Que es lo que hará? ¿qué me pasará?—
—Tu seguirás estudiando y yéndo a la universidad hasta que el se entere que estás viva, después de eso estudiarás en casa. No dejaré que te lleve.— Aseguró.
—¿Estudiar en casa? ¿por cuánto tiempo?— Interrogó.
—Sera solo por un tiempo. Y por hora es lo único que te diré.— Se levantó dejándola sola en el comedor.
Algo había pasado para que el hombre quisiera adelantar sus planes, las preguntas abordaban la cabeza de Kiara el miedo se había instalado en su cuerpo.
Pero no por qué tal vez se reencontrará con Demián si no por lo que le pudiera suceder.
—El dijo que no lo mataría — Recordó.
quería confiar en su palabra.
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DEMIAN.
—¿Quién mando esto?— Preguntó, mirando fijamente la foto.
—Lo ha traído un joven está mañana señor west.— Hablo su nueva secretaria. —Dijo que era importante que se lo entregáramos, Le dije que usted se negaría pero él respondió que lo que contiene el sobre sería de su mayor interés.—
—Quiero que miren las cámaras de vigilancia y investiguen quién es el chico que trajo esto.— Ordenó. —Cuando lo encuentren lo traen a la oficina.—
—Si señor west, si es todo me retiro.—
Demián escucho la puerta de su oficina ser cerrada.
eso le indicaba que por fin estaba solo.
con cuidado saco de nuevo la carta.
tan solo unas cuantas palabras estaban escritas en ella.
"¿Crees en los fantasmas?"
en el sobre también se encontraba una foto de Kiara para su sorpresa la imagen tuvo suceso el día del incendio de la mansión.
la foto fue tomada de lejos, Kiara estaba de espaldas mirando la ambulancia donde se llevaron a Kendra.
—¿Quién pudo a ver tomado esa foto?— Murmuró para si mismo.
Aún no entendía lo que estaba pasando.
¿acaso era una amenaza? ¿pero quién?
Era algo ridículo que quisieran hacer algo así ya que su amada no estaba más en este mundo. pero era obvio que tenía algo que ver con ella.
Los recuerdos llegaron a su mente, ese trágico día que lo marco de una manera inimaginable.
Una punzada se hizo presente en su cabeza.
estaba teniendo jaquecas.
—Mierda— Dijo, levantándose del escritorio.
Había tenido suficiente por ese día, iría a casa a pasar tiempo con su hermana y cuñado. Los había invitado a comer y después ir al cine.
quería olvidar el mal sabor de boca que había aparecido tras abrir el sobre.
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—Tengo clase a las cuatro así que me iré ahora — Tomo su mochila para colgarla en su hombro.
—El chófer te está esperando afuera, Recuerda no hablar con desconocidos ni olvidar tu nombre falso.— Le recordó. —Si te sientes incómoda por la presencia de los chicos, llámame. iré por ti rápidamente.—
—Gracias y no, no se me olvida mi nombre— Ella misma lo había elegido ¿como podría olvidarlo.?
—nos vemos al rato.— Salió, despidiéndose con la mano.
en el camino a la universidad y como los días anteriores.
se recordaba lo fuerte que era, que nadie le haría daño que el aún no sabía que aún seguía con vida y que sus compañeros no eran el.
En el fondo seguía con miedo hacia el.
—A pesar de que le tengo miedo no puedo evitar no preocuparme por el.— Pensó.
Al llegar ingreso a su salón. no antes sin a ver tomado suficiente aire para tomar valentía.
—¡Emma!— Gritaron su nombre.
—Hola lili.— Saludo a su compañera.
—Llegas temprano, ¿nos sentamos juntas hoy?— Sin esperar respuesta la tomé del brazo jalando la a los asientos. —Bien y dime ¿qué harás al terminar las clases?—
—Esta es la primera y aún no empieza. y ya ¿quieres hacer planes para la salida?— Río.
Lili se había vuelto su única amiga. No se sentía cómoda con ninguna de las demás chicas de sus clases.
tal vez por el hecho de que su aura y forma de ser le recordaba un poco a Susan.
—Susan no sabes cuánto te extraño.— Pensó.
—¡Ey! ¿por que esa cara triste? Hace un momento te estabas riendo—
—Lo siento, recordé algo.—
—Entonces no recuerdes eso es malo para la salud.—
Kiara sonrió al escuchar aquellas palabras.
—Bueno, como te decía estaba pensando en ir al centro comercial hoy tan solo tenemos tres clases ya que las de la mañana fueron canceladas ¿Que dices, vamos?—Animo.
—No creo que sea buena idea.—
—¿Por que? ¿Que no apenas te habías mudado a nueva York? De seguro no conoces bien los lugares. Sería bueno que conocieras más además podemos ir a comer algo, será mi regalo de bienvenida—
los demás alumnos guardaron silencio al
notar que la profesora había llegado.
—La profesora llegó te doy mi respuesta en la tercera clase.— Respondió.
Al terminar las clases Kiara había estado pensando sobre la invitación y después de llamar para preguntarle al hombre y a ver recibido su permiso acepto ir con Lili.
Le sorprendio mucho cuando el acepto.
Pero el estába cumpliendo su palabra de darle su libertad a cambio dentria que ser fiel y no traicionar su confianza.
—Mira esa blusa es hermosa — Señaló Lili.
—Se ve linda, una pregunta ¿Que centro comercial es este?— Pregunto ya que se le hacía familiar pero estaba segura que no era el que había visitado con el hombre.
Y el recorrido fue de casi cuarenta minutos.
—Estamos en la parte norte de nueva York se llama Center universal.— Contesto.
—¿Center universal?— Miro a los lados recordando.
Era el centro comercial que quedaba cerca de su antiguo hogar.
Y cerca del hogar de Dylan.
—Me tengo que ir ya.— Aviso con nerviosismo.
—Pero acabamos de llegar.— Reprochó.
—Lo se pero...
Ya había pasó un año ¿Que tan probable era que siguiera viviendo en el mismo lugar?.
—Oh, mira Emma el es Dylan su madre es amiga de la mía, acompañame a saludarlo.— Apunto a un chico no cualquier chico si lo al que no había visto desde hace un año.
¿Como era posible? ¿Es que acaso si era posible que eso sucediera?
—Espera.— La detuvo. miro a Dylan el cual hablaba feliz con otro chico. Aún no había notado su presencia. —No puedo, recordé que tengo algo urgente que hacer así que me tengo que ir ya —
Lili al verla tan desesperada acepto ir se junto con ella.
Kiara agradecía internamente a ver podido salir sin ser vista.
Nadie podía saber que estaba viva o por lo menos aún no.
¿Es que acaso el destino estaba en su contra?
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"Tómate el tiempo que necesites hasta que vuelvas a ser tu."
KIARA.—He llegado.— Avisó cuando entró a la casa.—¿Como te fue? ¿Estuvo divertido tu día?— pregunto el hombre desde la sala.—Me fue bien.— Mintió. Dejo su mochila a un lado de la entrada.Más al rato la subiría a su habitación.—¿Estás segura? ¿No hay algo que quieras contarme?— Interrogó.—Al hacer esa pregunta creo que sabes bien la respuesta ¿no es así?— Se sentó en el sofá individual. —No fue coincidencia que él estuviera ahí ¿verdad?— No podía despejar sus temores, su voz temblorosa la delataba.&nbs
DEMIÁN.—¡Encerio fue un accidente!— Se escuso entre risas. —Y le pedí perdón por lo sucedido.——Yo creo que quedó impactada con mi belleza y por eso estrelló su helado en mi camiseta. quería una forma de llamar mi atención.— Bromeó Duncan, dejando un beso en la frente de Kendra.—Me están dando diabetes chicos.— Bromeó esta vez Demián.Kendra y Duncan rieron.—Hermano no seas así. — Sonrió. —De que estábamos hablando de helado se me ha antojado uno.——Vamos por unos entonces.— Contesto Demiá
KIARA.Días después.—Hola lili.— Saludo sentándose a su lado.—Hola emma.— Saco una barra de chocolate de su mochila. —Toma, lo he comprado para ti.——Gracias.— Abrió la barra para darle un mordisco. —El chocolate es mi favorito.— Sonrió.—Casi no sonríes, deberías hacerlo más.— Ánimo, dándole unas palmaditas en la cabeza.—¡Oye! No hagas eso — Se quejó.—Shh, El profesor llegó — Río por lo bajo.Una hora después.—¿Qué harás este fin d
KIARA.Miraba la carta en su mano aún no se había atrevido a leerlaEran ya las tres de la madrugada y seguía sin poder dormir.El hombre aún no llegaba, estaba sola con miles de tormentos en su cabeza.Ser una persona emocional era tan jodidamente asfixiante.Tomo una manta, cubriéndose con ella salió al balcón de su habitación.Todo estaba cubierto de nieve era algo tan hermoso de ver pero a la vez transmitía nostalgia o es ¿que tan solo ella lo sentía así?No le importó sentir el frió recorrer su cuerpo, la manta no era lo suficientemente gruesa para cubrirla pero si no salía se sofocaria.Tomo asi
KIARA.—Veo que te has levantado. ¿Que tal la resaca?— Pregunto dándole un trago a su vaso de jugo.—¿Qué hora es?, Me duele la cabeza.— Se dejó caer en la silla, sobándose las sienes.—Las doce, dormiste mucho. — Se levantó. en busca de un plato y un vaso. —Toma, desayuna y bebé el agua con esta pastilla. no te la tomes sin antes tener algo en el estómago.—Dejo en la mesa un tazón con fruta picada.—Gracias.— Pincho con el tenedor un pedazo de melón para llevárselo a la boca. —Me duele la costilla y la frente.— Se quejó, Cuando termino de masticar.—Cuando llegaste al parecer choca
KIARA.Abrió la puerta de la casa, se encontraba demasiado cansada había tenido varios exámenes ese día solo quería comer algo rico tomar un baño y dormir.—¡Mierda!— Gritaron, provocando que se asustará.Sabía que era el hombre, con pasos rápidos fue hasta donde se hallaba.Al llegar vio como azotaba la puerta del sótano y cómo colocaba un candado.aquello se le hizo estraño, se estaba haciendo ideas que esperaba fueran erróneas.—¿Estás bien.?— Se acercó con sumó cuidado.estaba realmente exaltado. podía notarlo por su respiración.
KIARA.Se miro en el espejo. Se había decido por una camisa de manga larga negra con cuello de tortuga y un vestido de tirantes color blanco y negro de cuadros.Dejo su cabello suelto, lo tenía hasta los hombros.Tock tock—Señorita Kiara el señor quiere que baje, la cena está lista.—Hablo tras la puerta la señora que cocinaba.apenas ese día había regresado de sus vacaciones.Soltó un suspiro.Quería tomar el valor para bajar y verla.—¿Señorita Kiara?— Volvió a llamar al no obtener respuesta.—Enseguida voy.— Respondió tomando la perrilla de la puerta y abriendo. 
KIARA.—¿Vamos?— Pregunto con entusiasmo Lili.—No lo sé, tengo que pedirle permiso a mi hermano.— Respondió.No se sentía bien, creía que sería un gran error salir a comer y al cine sabiéndo que Kendra estaba en casa encerrada.—¿Le has dicho a tu hermano que salias temprano hoy?— Preguntó, con la mirada en algún punto del estacionamiento.—Si, ¿porqué?— desconcertada la miró.—Por qué creo vino por ti, recuerdo el auto. No me habías dicho lo guapo que es tu hermano.— Contesto con una sonrisa coqueta.—¿Que?— Miro la misma dirección que su compa&nt