KIARA.
—He llegado.— Avisó cuando entró a la casa.
—¿Como te fue? ¿Estuvo divertido tu día?— pregunto el hombre desde la sala.
—Me fue bien.— Mintió. Dejo su mochila a un lado de la entrada.
Más al rato la subiría a su habitación.
—¿Estás segura? ¿No hay algo que quieras contarme?— Interrogó.
—Al hacer esa pregunta creo que sabes bien la respuesta ¿no es así?— Se sentó en el sofá individual. —No fue coincidencia que él estuviera ahí ¿verdad?— No podía despejar sus temores, su voz temblorosa la delataba.
El hombre sonrió.
—Solo quería ver que tan leal me eres— Alzó los hombros. —Tengo a mis hombres siempre cuidándote Kiara, tanto como dentro de las instalaciones de la universidad como afuera. Investigue a tu compañera el centro al que te llevo es uno de sus lugares favoritos como también la relación de amistad de las madres de Dylan y ella así que cuando me pediste permiso para ir llame a unos de los amigos del chico para que lo llevará al lugar quería saber tu reacción si tan solo con verlo correrías hasta a el— Saco su celular. para mostrarle algunas fotos.
Suspiró resignada.
—Fue algo tonto lo que hizo.—Hizo una mueca de disgusto. —Para ser sincera sobre que tengo a personas vigilando me no me sorprende pero ¿Por que a él? ¿El que tiene que ver en todo esto?—
Su rostro se tornó cauteloso.
—Queria saber si aún tienes sentimientos por el—
—No los tengo o si pero no de la forma romántica que piensa.— Masculló.
—Una lástima saber eso. pienso que podrían hacer una linda pareja como en el pasado.—
—No quiero que lo involucre en esto.— Contesto enfadada.
La miró profundamente a los ojos con una mirada sería.
—Tampoco tendrás un final feliz con Demián, el no es bueno para ti.—
Al escuchar aquellas palabras sintió un dolor en su pecho a tal punto que por poco la deja sin aliento.
—¿Acaso no se ha puesto a pensar que puedo estar bien sin estar atada a algún hombre?—
El soltó una carcajada por lo bajo.
—Tienes razón no pensé en eso. Eres una chica muy lista. Creo que prefiero que estés sola.— Se levantó. —¿cenaste? estoy seguro que no, hice filete vamos a cenar.—
—Usted es raro— Confesó. Se levantó para seguirlo.
Ahora se encontraban en la cocina.
—Mañana vendrá la psicóloga.— Dijo el hombre.
—¿Por qué?— Dejó el tenedor en la mesa y frunció el ceño.
—Necesito que estés preparada mentalmente para lo que se aproxima, lo de Demián y Dylan tan solo fueron unas pruebas las cuales pasaste bien.—
—Bien.— Fue lo único que salió de sus labios, no quería preguntar más sobre ello. estaba cansada tanto físicamente como mentalmente.
AL DIA SIGUIENTE.
—Hola, buenas tardes.— Saludo Kiara entrando al estudio.
por alguna razón ella no le daba confianza.
pero no podía hacer nada.
tal vez estaba algo paranoica. Si, eso debía ser. ya que ella solo estaba ahí para ayudarla con sus traumas.
—Buenas tardes Kiara, por favor siéntate empezaremos con la sesión.—
Asintió.
Se sentó, apática, en el sofá mientras esperaba las preguntas de la psicóloga.
—¿Has dormido bien? No tienes muy buen aspecto—
—Supongo que no estoy bien. Los trabajos de la universidad me han estado consumiendo por completo hasta altas horas de la madrugada y lo poco que duermo tengo algunas veces pesadillas.—
—Te recetarle un medicamento para dormir ¿Quieres hablar de lo sucedido ayer en el centro comercial ?—
—Asi que el le contó.— Comento sin ganas.
—Si, todo lo que tenga que ver contigo lo tengo que saber para que obtengas una recuperación más rápida.— Dijo. Miro su libreta. —¿Que sentiste al ver a, Dylan?—
—Miedo... Tuve miedo de que me viera.— Confesó
—Supe que tú y el joven estuvieron casados. ¿Tus sentimientos por el cambiaron?—
Una sonrisa triste se asomó entre sus comisuras.
—Estuvimos casados y lo ame como a nadie — Sus ojos se cristalizaron al recordar aquellos momentos. —Pero el amor que sentía por el se acabó ahora solo siento cariño.—
—Eso es normal. Él quiso que hablara contigo de lo que se aproxima.—
—Lo se o al menos lo sospechaba.—
—Dijo que te gusta ayudar a las personas sin importar si sales perjudicada y no digo que eso está mal por que para nada es así pero en este caso y como tú psicóloga te aconsejare que lo primordial seas tú. —
—No entiendo — En su voz se podía escuchar la confusión.
—Piensa siempre en ti y el por qué estás haciendo todo esto, el por qué no te has ido no puedes dejar que tus emociones te controlen. no le falles. Veo que eres una chica que ha pasado por demasiadas cosas se te fue arrestada tu adolescencias de una forma atroz pero has sobrevivido a cada obstáculo que se te ha puesto. No seas irracional no juegos con fuego y pierdas la confianza que se te otorgó, El puede ser un buen hombre a simple vista pero todos tenemos un lado oscuro.— Hablo acomodando sus gafas.
Al escuchar esas palabras se sentía alerta y su mente trabajaba deprisa y con intensidad.
Su estómago se había revuelto, en cualquier momento vomitaria estaba segura de eso.
Se mantuvo en silencio.
—Piensa el por qué lo estás haciendo.— La psicóloga estiró su mano, tendiendole una fotografía.
Kiara estiró su mano para tomarla.
sintió sus mejillas mojadas.
Acarició con delicadeza la foto.
—Se lo que tengo que hacer— Respondió con voz entrecortada. —¿podríamos parar la sesión por hoy?—
—Bien, mañana vendré.— Se levantó tomando su bolso, acomodando todo. —Hasta mañana Kiara — Se despidió saliendo del lugar.
Kiara se levantó caminando al jardín.
Se sentía sofocada.
El aire frió la había avivado.
Empezaron a resonar en su mente las palabras que su psicóloga había dicho hace unos momentos.
Era incapaz de respirar o de moverse.
Sentía su rostro helado, parpadeo un par de veces provocando que las lágrimas volviaeran a caer.
—tengo que ser fuerte— Pensó. —No puedo fallar, esta es mi última oportunidad para ser verdaderamente libre —
—¿Kiara?— Había una extraña mezcla de confusión y preocupación en su voz
Sintió sus pesadas manos en sus hombros.
—¿Estás bien.?—
Limpio sus mejillas con su sudadera.
—Estoy bien.— Dijo, intentando convencerse ella misma. miro al hombre para abrir sus brazos y abrazarlo.
No sabía bien por qué lo hacía.
—Estas helada Kiara — Correspondió su abrazo. —Vamos adentro, te prepararé una taza de chocolate caliente.— Con su brazo rodeo sus hombros.
Le preguntaría más tarde a su amiga Nadia que había sucedido.
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"LO QUE DARIA POR PODER BORRARME COSAS DE LA CABEZA Y QUE ME DEJE DE AFECTAR TANTO CADA VEZ QUE ME ACUERDO."
DEMIÁN.—¡Encerio fue un accidente!— Se escuso entre risas. —Y le pedí perdón por lo sucedido.——Yo creo que quedó impactada con mi belleza y por eso estrelló su helado en mi camiseta. quería una forma de llamar mi atención.— Bromeó Duncan, dejando un beso en la frente de Kendra.—Me están dando diabetes chicos.— Bromeó esta vez Demián.Kendra y Duncan rieron.—Hermano no seas así. — Sonrió. —De que estábamos hablando de helado se me ha antojado uno.——Vamos por unos entonces.— Contesto Demiá
KIARA.Días después.—Hola lili.— Saludo sentándose a su lado.—Hola emma.— Saco una barra de chocolate de su mochila. —Toma, lo he comprado para ti.——Gracias.— Abrió la barra para darle un mordisco. —El chocolate es mi favorito.— Sonrió.—Casi no sonríes, deberías hacerlo más.— Ánimo, dándole unas palmaditas en la cabeza.—¡Oye! No hagas eso — Se quejó.—Shh, El profesor llegó — Río por lo bajo.Una hora después.—¿Qué harás este fin d
KIARA.Miraba la carta en su mano aún no se había atrevido a leerlaEran ya las tres de la madrugada y seguía sin poder dormir.El hombre aún no llegaba, estaba sola con miles de tormentos en su cabeza.Ser una persona emocional era tan jodidamente asfixiante.Tomo una manta, cubriéndose con ella salió al balcón de su habitación.Todo estaba cubierto de nieve era algo tan hermoso de ver pero a la vez transmitía nostalgia o es ¿que tan solo ella lo sentía así?No le importó sentir el frió recorrer su cuerpo, la manta no era lo suficientemente gruesa para cubrirla pero si no salía se sofocaria.Tomo asi
KIARA.—Veo que te has levantado. ¿Que tal la resaca?— Pregunto dándole un trago a su vaso de jugo.—¿Qué hora es?, Me duele la cabeza.— Se dejó caer en la silla, sobándose las sienes.—Las doce, dormiste mucho. — Se levantó. en busca de un plato y un vaso. —Toma, desayuna y bebé el agua con esta pastilla. no te la tomes sin antes tener algo en el estómago.—Dejo en la mesa un tazón con fruta picada.—Gracias.— Pincho con el tenedor un pedazo de melón para llevárselo a la boca. —Me duele la costilla y la frente.— Se quejó, Cuando termino de masticar.—Cuando llegaste al parecer choca
KIARA.Abrió la puerta de la casa, se encontraba demasiado cansada había tenido varios exámenes ese día solo quería comer algo rico tomar un baño y dormir.—¡Mierda!— Gritaron, provocando que se asustará.Sabía que era el hombre, con pasos rápidos fue hasta donde se hallaba.Al llegar vio como azotaba la puerta del sótano y cómo colocaba un candado.aquello se le hizo estraño, se estaba haciendo ideas que esperaba fueran erróneas.—¿Estás bien.?— Se acercó con sumó cuidado.estaba realmente exaltado. podía notarlo por su respiración.
KIARA.Se miro en el espejo. Se había decido por una camisa de manga larga negra con cuello de tortuga y un vestido de tirantes color blanco y negro de cuadros.Dejo su cabello suelto, lo tenía hasta los hombros.Tock tock—Señorita Kiara el señor quiere que baje, la cena está lista.—Hablo tras la puerta la señora que cocinaba.apenas ese día había regresado de sus vacaciones.Soltó un suspiro.Quería tomar el valor para bajar y verla.—¿Señorita Kiara?— Volvió a llamar al no obtener respuesta.—Enseguida voy.— Respondió tomando la perrilla de la puerta y abriendo. 
KIARA.—¿Vamos?— Pregunto con entusiasmo Lili.—No lo sé, tengo que pedirle permiso a mi hermano.— Respondió.No se sentía bien, creía que sería un gran error salir a comer y al cine sabiéndo que Kendra estaba en casa encerrada.—¿Le has dicho a tu hermano que salias temprano hoy?— Preguntó, con la mirada en algún punto del estacionamiento.—Si, ¿porqué?— desconcertada la miró.—Por qué creo vino por ti, recuerdo el auto. No me habías dicho lo guapo que es tu hermano.— Contesto con una sonrisa coqueta.—¿Que?— Miro la misma dirección que su compa&nt
Kiara.Semanas después.—¿Gustas más flan?— Preguntó el hombre, con la mirada en Kendra.Ella negó.—¿Disculpa? No te escuché.——No.— Miró su plato. —No gracias.——Y ¿Tu Kiara?——No ya he comido mucho.— Respondio. —Si me permiten iré a mi habitación a terminar mis tareas.——Anda ve, Cuando termines baja a mi despacho quiero hablar de unas cosas contigo.——Si, permiso.—