Estimadas lectoras y lectores Ana abrió una parte de su vida amorosa, dejo un tanto intranquilo a Dom. Creo que todas sabemos por dónde va ese interés.
--- Dominik Müller ---Me siento más libre, me enfoco en mi trabajo, me enfoco en cuidarlo y ayudarlo a usted, aunque he de ser sincera, señor Müller, realmente necesito vacaciones, necesito tiempo para mí. – Dice mientras voltea a verme a los ojos.Necesito hacer todo lo que ya le dije, si acepto seguir con usted, debe dejarme un tiempo para mí, no es que me vaya a ir corriendo a buscar un amor, más bien voy a buscar mi propio amor…Quiero un día para consentirme, para apapacharme, quiero un día a la semana mío, quiero tiempo para conocer los cafés de la ciudad, quiero ir a un bar, emborracharme, beber cerveza y comer una grasienta hamburguesa, quiero ir a los bolos aunque no sé jugar…Quiero conocer el Empire State, quiero ir a la estatua de la libertad, además quiero tomar un vuelo o ir en tren a Chicago…- ¿Los musicales?- ¡No! La verdad es que quiero tomarme una foto debajo de la habichuela gigante… - Dice y sé que es verdad.- ¡Ana!- Sí, sí, luego puedo ir a los musicales, pero
--- Dominik Müller ---Se va de la cocina y yo, me quedo con una extraña sensación. Ella me besó, me abrazó, eso jamás lo había hecho y yo sonrió como idiota. Pero la sonrisa se me va al recordar lo que me contó anteriormente.Ella casi no habló de su familia, pero de aquellos hombres sí, debo saber quiénes son, ¿Por qué? Porque uno de ellos me suena familiar, ese tal Héctor Plourde, sé que lo he escuchado antes, pero no recuerdo de dónde.- De nuevo… ¡Gracias! ¡No sabe cuál feliz me hace saber que tendré vacaciones! ¡Es más, deme ese maldito contrato y se lo firmo ahora! – Dice ella toda entusiasmada.- Ana, es obvio que debo volver a redactarlo, no lo tengo a la mano…- Bueno, pues apresúrese antes de que cambie de opinión…Luego se va, obviamente no se puso ni pantuflas, ni zapatos, va por la casa dando brinquitos tal cual niña…Terminó de recoger la mesa, voy a verla y se ha quedado profundamente dormida, cosa que aprovecho para revisar el susodicho contrato. Al leerlo con detenim
--- Dominik Müller ---La tarde fue amena, llegamos a un bar, ella decía que lo quería conocer, pidió una grasienta hamburguesa y yo la acompañé con la misma, pidió un enorme vaso de cerveza. Yo no soy mucho de esa bebida y eso que soy Alemán, pero terminé pidiendo una, para acompañarla.Es la primera vez que la veo así de contenta, luce relajada y feliz, luce como cuando la conocí hace ya varios años.Luego de ver el final de una serie que ni ella, ni yo hemos visto en nuestras vidas, veo que lleva 3 vasos de cerveza IPA. Sus mejillas son rosadas, se ha integrado muy bien en el ambiente, sonríe y me mira, una banda de rock comienza a tocar, ella coloca su brazo lastimado arriba de la barra, me mira y habla.- ¿Quién es Ashley, Dominik?Creo que el alcohol ha comenzado a hacer efecto.- Nadie… - Respondo cortantemente.- No pareciera… - Dice mientras da un sorbo enorme a su vaso de cerveza.- Ana… Creo que no deberías tomar más…- ¡Tú tranquilo! Es algo que he hecho montones de veces e
--- Dominik Müller ---- Bien, ahora que le conté la historia entre Héctor y yo, ¿Me contará sobre Ashley? - Dice con curiosidad.- ¿Qué quieres saber de ella? – Pregunto porque no sé por dónde comenzar.- ¿Por qué es caso cerrado? O al menos eso me advirtió Bruno… - Dice y ahora sé de dónde viene todo eso.- Bruno y su bocota… - Digo molesto.- Bueno, no lo tome a mal, pero varias chicas me preguntaron que si yo sería la nueva Ashley, por eso supe cómo se llamaba la nueva asistente. Al principio me miraban raro y casi no querían hablar conmigo, supuse que debía tratarse de un tema incomodo.Luego lo vieron llegar del brazo de Bárbara y obviamente supieron que habían metido la pata.- Ashley fue mi asistente, duró casi el mismo tiempo que tú… Solo que, bueno, sucedieron cosas… - Digo apenado.- ¿Te acostaste con ella? - Preguntó sabiendo la respuesta.- ¿Quién te dijo eso? – Respondo sorprendido y apenado aún más.- No necesita decirlo, todos decimos lo mismo cuando pasa algo así… - Di
--- Dominik Müller ---Dejó salir un suspiro. Sé que casi nadie conoce la historia real de lo que pasó aquella noche de nuestro fatídico accidente, básicamente solo Bruno lo sabe.- Ana… Salgamos de aquí, vamos a caminar… - Digo por qué no me siento muy cómodo de hablar de esto en un bar.- Hace frío, pero está bien… - Responde ella y aquí reparo en que trae vestido y comienza a hacer frío.Saliendo de ahí, aún conseguimos un café, caminamos un rato y llegamos a Central Park, nos sentamos en una banquita y comencé a hablar.- Ana… Lo que te voy a decir solo lo conoce Bruno, nadie más, bueno, ahora tú lo sabrás, por lo que si te lo estoy contado, es porque confió plenamente en tu total discreción. - Digo por qué sé que esto solo Bruno lo sabe y ahora ella lo sabrá.- ¡Claro…! Boca cerrada, creo que sabrá que no es mi deber decir lo que usted me diga, ver, oír y callar, ¿Recuerda?- Bien, a los 18 años tenía una novia, era rubia, ojos azules, hermosa, me traía vuelto loco, en aquella épo
--- Dominik Müller ---Cuando por fin llegamos a mi camioneta, Ana llevaba las mejillas más rosas que de costumbre. Le ayudé a subir a la camioneta y ajusté su cinturón de seguridad. Ella quería aparentar sobriedad, pero básicamente estaba demasiado mareada, casi no tardó en llegar a casa, al final tuve que bajarla cargando, ella estaba completamente dormida.Entramos al apartamento y la llevé inmediatamente a su habitación, le quité el abrigo y sus botas, ella medio despertó, me miró y sonrió.- Señor Müller es usted un hombre muy atractivo… Debería vestirse así más seguido… - Dijo tratando de hablar lo mejor que podía. – Seguro así conseguiría a una chica linda, guapa y hermosa.- ¡No necesito buscar una! Ya le tengo, pero no se da cuenta… - Dije sin pensar o sí, pero ciertamente aproveché que ella no recordaría nada.- ¡Gracias! Hoy me la he pasado muy bien… - Dijo Ana haciendo un esfuerzo sobre humano para mantenerse despierta.- ¡De nada…! Tal vez podamos hacer un hueco y repeti
--- Ana Teyssier ---- ¡Eres una idiota! ¡Eres una estúpida! ¡Siempre lo has sido! ¡Volviste a caer Ana! ¡Lo volviste a hacer! ¡Tú sabías bien lo que sucedería! – Me digo frente al espejo hecha un mar de lágrimas.Cada bofetada que me doy a mí misma, me duele, pero más me duele el corazón, me duele lo que soy, si porque he de reconocerlo, ¡Soy una completa idiota! Esta historia ya me la conozco, esta historia ya me la sé, primero son 3 fabulosos meses y luego adiós. Diego Sánchez nunca me amo y nunca me amará, nunca lo hará como yo.- Ana, ¿Cómo pudiste caer? Mírate, ya tienes 25 años, ya deberías aprender, Diego nunca se quedará contigo, esas malditas fantasías que te haces en tu torpe cabeza, solo son eso, puras y meras fantasías, llevas 7 malditos años soñando con un amor que nunca llegó, llevas 7 largos años esperando un amor que nunca funcionó. – Me digo mientras me lastimo mis brazos, cada arañazo que me doy me duele, pero me hace sentir mejor.De haber sabido hace 7 años que mi
--- Ana Teyssier ---Luego de casi un mes en el que trate de mantenerme firme y no entrar a revisar sus redes sociales, algo dentro de mí, mi lado menos cuerdo dijo:- “Ana, entra, ve lo que está haciendo”Seguramente lo que mi cabeza pretendía, o más bien lo que mi corazón buscaba, era algún indicio de que él me extrañaba tanto como yo; sin embargo, fue todo lo contrario, él había subido fotografías, múltiples fotografías con ella.Aquella rubia de largas piernas, cuerpo de modelo y pechos voluminosos, siempre lo supe, ella nunca se fue, ella nunca salió de su vida. Tal como a los 18 años, ahí estaba, ahí estaba esa rubia angelical, aquella chica llamada Casandra Riva, tan bella, tan presentable, tan hermosa, tan perfecta.Mi corazón se rompió, una cosa era sospechar que me había visto la cara, una y otra vez, como cuando teníamos 18 años y otra, era que lo confirmara. ¿Dónde habían quedado las promesas de una vida feliz? ¿Dónde había quedado el plan de vida juntos? ¿Dónde?Aquella ch