Estimadas lectoras y lectores Al parecer la verdad se va mostrando ante los ojos de Dominik, él ha omitido varios eventos, que lo hicieron llegar a este punto.
--- Dominik Müller ---Luego de ver que Bruno cuidará de Ana, salgo hecho una furia rumbo a mi apartamento. Tan pronto llego, rápidamente subo a mi apartamento, me cambio y luego, me dirijo al centro de monitoreo del edificio, es evidente que tan pronto el personal que labora ahí, me ve, me reconoce.- Señor Müller, ¿Qué hace aquí? – Dice el oficial que está en la entrada.- Buen día, necesito que me muestren las grabaciones y audios que están en mi casa. – Dije en un tono que no aceptaba negativas.- Señor Müller, ¿De qué habitación en específico necesita? Usted sabe que las de su alcoba… Bueno, esas se las entregamos a usted mes con mes… - Dice y lo interrumpo, sé muy bien que las de mi alcoba son un tema muy privado.- Necesito las grabaciones de hoy a las 4:30 am en la sala de estar, quiero las grabaciones donde aparece mi novia y mi asistente. – Digo seriamente.- ¡Oh! Ya veo, es sobre el incidente de la mañana, ¿verdad? – Me preguntan sabiendo la respuesta.- ¡Sí! - Digo seriamen
¿Sabes una cosa? Ana está ingresada en el hospital, tiene un músculo desgarrado, tiene un tendón comprometido y posiblemente pierda la movilidad de su mano. Ella va a tener que estar 5 meses en reposo absoluto… ¿Escuchas eso? ¿Sabes la gravedad de eso? - Digo tratando de ponerle el verdadero escenario.- ¡Ella se lo buscó! Seguramente sabía lo que hacía cuando se lastimó, sabía que te verías forzado a ayudarla si ella se lastimaba, Dominik ¿Acaso no lo ves? Ella está intentando manipularte, ¿Por qué no lo puedes ver?Tú dices que ella es más importante que yo, pero andas conmigo, ¿por qué, Dominik? ¿Por qué?- Bárbara… Solo quería que las cosas fuesen diferentes, quería que confesaras, pero no, no tienes las agallas. Sabes bien que no soy cualquier persona, sabes que siempre me gusta mucho mantener mi seguridad y mi privacidad.Pero algo que no sabes, es que mi casa tiene cámaras y audio. Sé lo que realmente pasó, Bárbara, lo sé y de verdad me da pena, me da tanta pena con Ana, a quien
--- Ana Teyssier ---Aún no logro salir del shock ante el terrible panorama que me acaba de presentar el médico: un mal movimiento y adiós a mi mano. Solo puedo sentir cómo las lágrimas que he estado conteniendo me invaden, ¿Por qué, Dios? ¿Por qué a mí? ¿Acaso tuve que haber hecho algo muy malo en otra vida para merecer esto? ¡Dios! Ni siquiera sé cómo llegué hasta este punto.Miro mi mano inmovilizada, me duele, a pesar del medicamento, me duele. 15 puntos, músculo desgarrado, tendón dañado y posibilidad de quedar inmóvil, yo, yo solo quiero ir a casa, quiero ver a mi mamá, quiero comer su comida, quiero que me abrace, la he extrañado tanto.¡Vaya! En estos dos años ni siquiera he pensado en… Ni había pensado más bien, porque el solo pensar por qué no regresó, inmediatamente me llega su recuerdo, ya ni me duele, creo que ahora me duele más esto.¿Hasta cuándo, Ana? ¿Hasta cuándo vas a permitir que pasen sobre ti? El maldito contrato ya se terminó y tú sigues aquí, pones el pretexto d
--- Bruno Wilson ---Al ver cómo Ana comienza a toser y moverse como si le faltara aire, corro a ver al médico, por suerte, iba uno pasando. El hombre inmediatamente la atiende y le pone un calmante, está claro que Ana no está bien, ni física, ni emocionalmente.Poco a poco veo que se va quedando dormida, varias horas más tarde, Dominik llega, su semblante es frío y se ve que está lo que sigue de molesto, solo llega y se sienta a lado mío, por un momento se queda callado, luego habla.- ¿Cómo está ella? – Dice preocupado.- Dom, ¿Tú sabes lo que pasó? O me preguntas para evitarte reconocer que tu amada, lastimó a Ana. – Digo molesto.- Sé que crees que no haré nada al respecto, pero ya lo hice, ya investigué… - Dice mientras ve a ningún lado. - ¿Cómo está, Ana?- Le tuvieron que poner un calmante, está completamente dormida, tuvo un ataque de pánico. Dominik, ¿Es verdad que la despediste? – Pregunto para ver su respuesta.- Sí, dije muchas cosas, antes de saber lo que realmente sucedió
--- Dominik Müller ---Luego de que veo cómo mi amigo se va, entro a la habitación, veo que ella está completamente dormida, me siento en el sofá que está a su lado. Hoy ha sido un día largo, me siento agotado, pero es lo menos que puedo hacer por ella.No puedo negarlo, esta situación me recuerda a mi hermano, yo nunca pude pedirle perdón, ¿Cómo le pides perdón a un hermano a quien le negaste la oportunidad de ser padre? ¿Cómo lo puedes ver a la cara? Yo fui el culpable de todo, yo le arruiné la vida, yo debería ser el que está lejos de su familia, no él.Veo que Ana se mueve, al parecer debió sentir un poco de dolor, porque frunce un poco el ceño. Vaya, es la primera vez que la veo así, siempre que la veo parece hormiga, anda de un lado a otro, no puedo evitar pensar que, en estos dos malditos años, ella me ha quitado demasiada carga, tanto física como emocional.El principio me molestó el no poder deshacerme de ella, sé que mi madre debió convencerla, si la traté de manera indiferen
--- Ana Teyssier ---Con los primeros rayos de luz de la mañana, me despierto, ¡Dios! Me duele tanto la espalda, espero poder irme hoy a casa, pero ¿Cuál casa? No tengo casa, bueno, ya pensaré en algo.- “Ana, no entres en pánico. Tienes ahorros, puedes pagar un cuarto en lo que vez el tema de regresar a casa”. – Dijo una vocecita en mi cabeza.Comienzo a tratar de estirarme, pero algo me lo impide, muevo mi mano sana y de pronto un escalofrío me recorre cuando siento algo, cuando siento el cuero cabelludo de alguien.- ¿Bruno? ¿Bruno despierta? ¿Por qué no me avisaste que te quedarías a cuidarme? – Comienzo a preguntar aligerando mi voz.- A… Ana… ¿Ya despertaste? – Escucho una voz familiar, pero una familiar que no me gustó.Me incorporo de golpe y me asustó al ver quién está aquí.- ¡Señor Müller! ¿Qué rayos está haciendo aquí? – Dijo asustada y un tanto ofuscada.- ¡Tranquila! Bruno no podía quedarse a cuidarte, así que me quedé yo… - Dijo aquel hombre apenas despertando.- ¿Usted?
--- Dominik Müller ---Puedo ver en el rostro de Ana un verdadero desconcierto al decirle que se va a ir a mi casa, pero no puedo negar que si ella se queda en el apartamento donde vive, no voy a poder estar tranquilo. Es más que obvio que Ana será un dolor de cabeza, que digo de cabeza, de muelas, pero, será la culpa, el remordimiento o lo que sea, no puedo dejarla.Cuando comenzó a increparme con sus preguntas, estaba por perder la cabeza, estaba por perder mi calma, esta niña tiene el don de sacarme de mis casillas con facilidad, pero, lamentablemente, el que ella esté así, es mi m*****a culpa.Antes de perder la cabeza y decir algo que no, prefiero salir al pasillo a donde me encuentro a su médico.- Señor Müller, él es el doctor Alberto Díaz, especialista en accidentes como el de su esposa. – Dijo el médico frente a mí.Miro al hombre frente a mí y me vuelvo a preguntar de ¿Dónde saca que Ana es mi esposa? Obviamente, no le digo nada, no aclaro nada, solo extiendo mi mano al otro
--- Dominik Müller ---En menos de lo que imagino, Ana está lista, un asistente la lleva en silla de ruedas a mi auto; luego de un momento de somnolencia, se queda dormida. Todo el trayecto a casa manejé lo más despacio que pude, para no provocar algún movimiento involuntario con su brazo derecho.Llegando al edificio, ella, al sentir cómo el auto se detuvo, se despierta, aún somnolienta, me mira y vuelve a cerrar los ojos. El medicamento que le están suministrando para el dolor he notado que la hace dormir la mayor parte del tiempo.- ¿Ana? ¡Despierta! Ya llegamos… - Digo tratando de despertarla.Por más que intentó, ella no despierta, antes de salir del hospital, se tomó su dosis de antibióticos y algunos medicamentos para el dolor, sin más opción, terminó sacándola del auto y me la llevó cargando.Ayer por la mañana, cuando la llevaba al hospital, la verdad estaba más angustiado al verla llorar y ver el tamaño de la herida, que no me percate de su tamaño. Ana realmente es muy pequeñ