Estimadas lectoras y lectores Poco a poco, Ana, Héctor y Dominik, irán desenredando lo que sucedió en el pasado.
--- Dominik Müller ---Luego de llegar al lugar donde el investigador me dijo que encontró el último rastro de Ana, al darme cuenta de que era la única pista y que solo me llevaba a un callejón sin salida. Comencé a sentir que mi corazón latía con rapidez, comencé a tener dificultad para respirar, sentí cómo mi cuerpo se debilitaba, mi pecho dolía, como si algo lo oprimiera.Supongo que debí haber asustado a la dueña de la última casa donde sé que vivió Ana hace ya 5 años. Ahora, luego de aquel ataque de pánico, me veo en un rudimentario hospital, no lo critico, pero es obvio que nunca había estado en un lugar así.Imaginar que Ana vivió en aquel cuarto descuidado, imaginar cómo pasó su embarazo ahí, me parte el corazón. Imaginar que ella pudo haber traído al mundo a nuestro hijo o hija en un lugar como este, solo hace que la opresión en mi pecho sea mayor.- Tú, ¿Qué tienes? – Se escuchó una vocecita al otro lado de la cortina que divide mi camilla de otra camilla.Aquello me sacó de
--- Héctor Plourde ---Después de la última crisis emocional de Ana, preferí mudarme con ella. El lugar donde actualmente vivimos está bastante alejado de la ciudad, incluso no vivimos en el mismo estado, ahora vivimos cerca de la costa del Pacífico en México.Ana había intentado vivir sola, pero yo sé bien que eso era una pésima idea, más con una bebe en brazos. Por lo que ahora llevamos ya casi 5 años juntos.Compre una casita pequeña que se adaptó a nuestra pequeña familia, el lugar es encantador y Ana le ha puesto su toque. Cada vez que ella se siente triste, arregla el jardín y las niñas le ayudan. Suena raro, pero mis hijas disfrutan del lugar, tiene el espacio correcto para correr y juguetear por todo el lugar.Sé que por más años que pasen, el dolor de la pérdida nunca se va, menos cuando de un momento a otro, tu vida cambia totalmente.- ¿En qué piensas? – Dice Ana al salir con un par de cervezas en mano. – Hazme un huequito. – Dice cuando me ve recostado en el camastro.Me h
--- Dominik Müller ---Luego de más de 6 horas, por fin vamos camino a la ciudad. Una vez que Bruno llegó por mí, el hospital accedió a darme de alta. Debido a la crisis que presentaba, el hospital se negaba a dejarme ir solo, Bruno tuvo que conducir por 6 horas, me dijo que había un accidente y demoro más tiempo de lo habitual. Si las miradas mataran, ya estaría enterrado en este preciso momento.- Dominik… Dom…- Dime…- Ya debes de dejar de hacer este tipo de cosas… ¡No puedes seguir así…! Si ella no quiere que la encuentres, es por algo, ¿No lo crees?- Necesito hablar con Ana... No puedo dejar que las cosas terminen así y menos cuando sé que tuvo un hijo o hija mío… - Digo recordando cómo fue que me enteré.- Dominik, solo te voy a poner en perspectiva las cosas tal como las veo, no quiero que creas que te estoy atacando, pero solo contesta lo siguiente:¿Qué le vas a decir? ¿Qué vas a hacer con Elena? ¿Para qué quieres encontrar a Ana?- Únicamente quiero hablar con ella, quiero
--- Ana Teyssier ---Sentir el calor del abrazo de Héctor calma un poco mis pensamientos, esos que llevó 5 años luchando para apaciguar y que no salgan.En ocasiones, miro al hombre que está a mi lado y me pregunto, ¿Por qué? ¿Por qué demonios no me quedé? Al final, ahora estamos juntos, pero separados.Él tiene a Ella y, en definitiva, es una buena mujer y se ha adaptado perfectamente al ritmo de vida de Héctor. Aunque no puedo evitar sentirme culpable, ya que, en ocasiones, imagino cómo hubiera sido mi vida si no hubiera tomado ese vuelo hace 8 años.Tal vez mi vida hubiera sido diferente, tal vez mi familia seguiría viva, tal vez Paz realmente sería hija de Héctor, tal vez se llamaría diferente, tal vez no lucharía cada día con lo que siento, tal vez no me sentiría culpable por seguir viva.Admito que el enterarme de que estaba embarazada, cambió varias cosas en mí, pero el embarazo llegó en el momento en que había decidido que ya había tenido suficiente, que ya no podía más, que m
--- Héctor Plourde ---Miro a la mujer que tengo a mi lado, Ana se ha quedado dormida, con sumo cuidado, me levanto, la cargo y me la llevo a su habitación.En noches como esta, me duele verla así, me duele recordar todo lo que sucedió, me duele pensar en cómo fue que su familia se nos fue. Si para mí fue doloroso, para Ana fue peor, yo fui a quien le tocó esa darle esa dolorosa noticia.Sé que de haber ido tanto Jude como yo estaríamos muertos, pero ese día tuve una reunión de emergencia y tuve que cancelar mi salida, había prometido que llegaríamos al día siguiente.Recuerdo que Marlene me dijo que le habían avisado a Ana, pero que ella les había dicho que confirmaría con Dominik. De acuerdo con lo que me dijo, Ana nunca había confirmado eso, me sonó raro, aunque supuse que estaba ocupada con otros temas y no puse más atención.Después, Marlene me dijo que se había comunicado con Dominik y este, le había prometido que nos alcanzarían en dos días.Fue obvio que ellos tampoco los alcan
--- Héctor Plourde ---Tan pronto como cuelgo, llamo a la única persona que sé que es capaz de mover las cosas y no tener que rendir cuentas por ello, además de que, ya había pensado en él para el tema de la familia de Ana. Entro a mi móvil y busco su contacto, finalmente lo encuentro y le marco.- ¿A qué debo tu llamada? – Responde la voz al otro lado de la línea.- Necesito dos favores… - Digo sin rodeos.- ¿Cuáles? Si me hablas tan temprano, debe ser urgente…- Necesito que traigas a Ana de Nueva York y el otro, necesito averiguar dónde está la familia de Ana. Todos iban en una camioneta rumbo a Acapulco, hubo un derrumbe y varios autos quedaron atrapados… - Digo sin darle tiempo a decir que no.- ¡Maldita sea! – Dice cómo primera respuesta y sé que podría ser que se niegue.Una vez, él y yo hablamos sobre Ana y ambos llegamos al punto de que él prefería no saber de ella. Era un capítulo en su vida que deseaba cerrar, y para mí era más que obvio que, era incómodo.- ¿Qué? ¿Puedes o
--- Alexis Betancourt ---Mis manos están temblando, siento mi estómago revuelto, no me puedo imaginar el dolor tan grande que se le viene a Ana.Sé muy bien que, para ella, su familia es lo más importante. Lo que acaba de suceder no lo esperaba nadie. El derrumbe ha afectado a varios automóviles, llevan toda la noche tratando de sacar o encontrar sobrevivientes, pero está por demás que busquen.Al ver las imágenes en las noticias, es claro que no las hay. Una vez que logro calmar un poco mis pensamientos con un trago, inmediatamente busco a alguien que me ayudara con el tema de Héctor en México.Solo fue cuestión de hablar con algunos amigos en el gobierno para que le den acceso a donde están llevando los cuerpos recuperados.Mando el nombre y los datos de quién será la persona que le dará acceso a Héctor; luego de ello, busco en mi agenda uno de mis contactos en EE. UU para traer a Ana de vuelta.Aún no me explicó cómo Ana, sí, mi Ana, fue a caer en las malditas garras de ese idiota,
--- Alexander Müller --- - Señor… ¿Va a necesitar algo más? - ¡Oh, no! No puedes retirarte, nos vemos mañana… - ¡Gracias, señor! ¡Descanse! ¿Descansar? Desde que regresé a Nueva York no he podido hacerlo, jamás imaginé que mis acciones hubieran cambiado tanto el curso de las cosas, jamás pensé que mi madre pudiera hacer tanto daño a su propio hijo. Luego de que Bruno Wilson y la tía Lorelei, vinieron a mí y me contaron el desastre de vida que estaba llevando Dominik, decidí regresar. Llevaba 3 años divorciado de Chloe, prácticamente era un secreto a voces, pero regresar lo hizo más evidente. Mi madre erróneamente había hecho de la vida de mi hermano una m****a, no fue hasta que regresé y les conté a mis padres toda la verdad con puntos y comas, ahí, ella entendió que Dominik solo había sido víctima de mis malas decisiones. En ese momento fue donde ella, se percató de que todas sus acciones fueron incorrectas, fue ahí donde mi querida madre se dio cuenta de toda la m****a que h