Estimadas lectoras y lectores Veamos a donde nos lleva esta noche de despedida...
Eran como las 10:00 pm cuando la madre de Ana se comenzó a despedir, no queríamos que se fuera tan pronto, pero tenía razón, su madre ya estaba cansada y había sido muy ameno, pero para una mujer mayor, era justo ir a la cama, Romina no se quería retirar, pero debía hacerlo porque al día siguiente tenía prácticas.Terminamos pidiendo un taxi de aplicación, ya que como adultos responsables, no manejaríamos, menos con tantas copas de vino encima, Ana y yo, salimos a despedirlas, vemos que todo vaya bien, su madre luce un tanto mareada, pero todo bien.Cuando vamos de regreso al café, Ana es quien comienza a hablar…- ¡Gracias por venir! Aprecio mucho que estés aquí… - Dice mientras se detiene y me mira.Volteo para mirarla y me doy cuenta de que estoy dos o tres pasos delante de ella, sonrío y digo:- No hay de qué… Hace muchos años que no me divertía tanto, me recordó una época que quedó atrás hace mucho tiempo.- Sí, a mí también, todo esto me recordó a aquellos tiempos… Álvaro y Ernes
--- Ana Teyssier ---La verdad es que tenía mucho tiempo que no me pasaba una tarde y noche, de esta manera, ver a todos mis amigos cercanos, me hizo sentir muy bien, esta velada pinta para ser una de las mejores que la vida me ha dado la oportunidad de vivir.Debo reconocer que no esperaba encontrarme con Álvaro y Ernesto, verlos platicando con Héctor, trajeron a mi mente recuerdos de cuando era joven y no cargaba con tanto dolor a cuestas.Vaya que me ha gustado, Julián invito solo a las personas que realmente quería que estuvieran, ¿Cómo convenció a todas? ¡No lo sé! Pero eso es algo que él sabe hacer muy bien, ya faltan pocos días para irme, pero creo que bien han valido la pena.Mis amigas me hacen muchas recomendaciones, me juran y perjuran que me irán a visitar tan pronto ahorren para la visa y el boleto de avión, ellas dicen que eso de tener una amiga donde llegar en Nueva York, les ahorrara muchas cosas, bromeamos sobre el tema, reímos, tomamos vino, comemos queso, papitas y p
--- Héctor Plourde ---Luego de escuchar lo que ella me propone, sin pensarlo dos veces, la cargo y cómo puedo abro mi camioneta, la subo y nos vamos de aquel café, ¿A dónde vamos? ¡Aún no lo sé! Solo me urgía salir de ahí, no quería que nadie nos viera e interrumpiera, solo quería tenerla conmigo, solo quería que por un momento en que ella fuese solo mía como hace años.Ella me mira, esos ojos color ámbar me hipnotizan, quiero besarla, tomo su mano y no lo pienso más, la llevo a mi casa, la verdad es que soy un completo irresponsable, la verdad es que no sé ni cómo es que llegamos. Veo cuando ella baja del auto, y no puedo contenerme, la abrazo y beso ahí mismo, mi beso está cargado de anhelo, hace tanto tiempo que no besaba y sentía esos labios, la tomo de la mano y, rápidamente, la llevo a mi apartamento.Mientras caminamos hacia la puerta, ella no dice nada, ninguno de los dos dice nada, abro la puerta, entramos, al cerrarla, todo se descontrola. Tomo su cintura, la atraigo hacia m
--- Héctor Plourde ---Los primeros rayos del sol se cuelan por las cortinas de mi ventana, todo mi cuerpo me duele, pero creo que lo que más me duele es la cabeza, la resaca después de una borrachera con vino tinto, ahora lo recuerdo, es mortal. Comienzo a estirarme pero algo o alguien me lo impide, de pronto, flashazos de lo que ocurrió hace unas horas, comienzan a llegar, miro hacia lo que me impide moverme y la veo, veo su larga y despeinada cabellera.Ana duerme plácidamente sobre mi pecho, apenas puedo ver su rostro, por un segundo me perdí en la rutina diaria de despertar para hacerle un biberón a Jude, ahora lo recuerdo, mi hija no está en casa, ella se fue con Mariana y Álvaro. Tomo aire y lo dejo salir, comienzo a acariciar la espalda desnuda de Ana, ella se mueve e inmediatamente levanta la cabeza.- ¡Hola! – Me dice y me dedica su primera sonrisa.- ¡Hola honey! – Le digo mientras despejo su rostro.Esa larga cabellera la hace ver como Morticia, ahora que lo pienso bien, si
---Diego Sánchez ---Me miro en el espejo, sé que debería está emocionado; sin embargo, para mí es como si fuera un día normal, Cassandra escogió mi esmoquin para la boda, me acomodó y me vuelvo a acomodar el corbatín, por más que lo hago, lo veo y me percato de que está chueco. Tengo una extraña sensación, mi pecho se siente oprimido, no he podido dejar de sentirme así desde el viernes pasado cuando vi a Isabela.¡Maldita sea! No puedo controlar mi m*****a boca, cada vez que la veo, quiero gritarle, quiero tenerla entre mis manos y estrujarle el cuello, el solo pensar que ella y mi tío, ¡Maldita sea! ¿Cómo demonios pude ser tan crédulo? Ella solo quería el poder que nuestra familia le podía dar, no es para menos, si ella se colaba a nuestra familia, tenía el futuro asegurado para ella y su familia.- ¡Malditas muertas de hambre! – Pienso en voz alta.Mi familia decidió que la boda se hiciera en una de las más exclusivas haciendas de la ciudad, todo ello, para causar una buena impresió
--- Ana Teyssier ---Hoy fue mi última noche aquí, cené con Julián, se puso melancólico, lloramos, reímos y él juró que me visitaría tan pronto pudiera. Héctor me llamó para afinar el horario en el que saldríamos para el aeropuerto, por algún motivo que no logró entender el haber estado con él en otros términos, no afectó nuestra extraña relación o amistad.Creo que la relación entre ambos solo se relajó, platicamos como amigos y jamás tocamos lo que pasó la noche del viernes. Él se comporta como cuando le conocí, hace bromas y platicamos en ocasiones de trivialidades, debo reconocer que, de estos pocos días que me quedaban, me ha gustado cada que ha llamado o mensajeado.Héctor será quien me llevará al aeropuerto, Julián tiene una audiencia y desafortunadamente, hoy fue nuestra última cena juntos, al menos en mi apartamento.El viernes pasado, cuando mis compañeros organizaron mi despedida, el que Héctor terminará acompañándome, no fue planeado, la verdad es que más de una o una se qu
--- Ana Teyssier ---De un momento a otro, voy al tocador y es ahí cuando lo miro, él también se da cuenta de mi presencia, me sonríe y, luego de unos minutos en los que espero poder entrar al tocador de chicas, llega.- ¡Hola, Ana! – Dice Héctor mientras me besa en la mejilla.Aquel beso debo decir que recorrió todo mi ser, mi piel sintió un escalofrío recorrerla. Lo miro y sonrió, para luego decir:- ¡Hola, Héctor! ¿Cómo estás? ¡Qué coincidencia! - Digo en un tono alegre por verlo.- ¡Vaya que sí! Vine con unos viejos compañeros y posibles accionistas en la firma.- ¿Y Jude? – Pregunto un poco sorprendida.- Jude está con Mariana, ella la va a cuidar por hoy, mi hija está muy acostumbrada a ellos.- ¡Ya veo! Le hace falta una mamá… - Digo sin pensar.- Si… Solo que eso no es algo fácil de conseguir… Por el momento, creo que es mejor que la cuide su madrina, que funge como mamá en algunas ocasiones. ¿Viniste sola?- ¡Oh, no! ¡No! Mis compañeros de oficina organizaron una despedida con
--- Ana Teyssier ---Yo, creyendo que todo en aquella noche era aburrido, levanto la mirada y veo a quien está frente a mí.- ¡Eres un maldito mentiroso! ¡Eres una m****a! – Dijo Diego con el rostro desencajado de furia.- ¿Qué carajos te pasa? ¿Acaso no eres consciente de que tienes una orden de restricción con Ana? – Dijo Héctor colocándome detrás de él.- ¡ME VALE UNA M****A! TÚ ERES UN MALDITO DESGRACIADO! ¡SEGURAMENTE ESTABA ESPERANDO EL MEJOR MOMENTO PARA ACÉRCATE A ELLA! Y TU ANA TEYSSIER, ¡ERES UNA PUTA! ¡UNA ZORRA! ¡UNA M*****A OPORTUNISTA! ¡TÚ! ¡SI TÚ! ¡QUIERES ROBARME LO QUE ES MÍO JUNTO A ESTE IDIOTA! – Diego grita evidentemente ebrio, no se calla hasta que un Héctor evidentemente molesto le lanza un puñetazo, el cual hace tambalear al Diego.- ¡Diego Sánchez! Por una m*****a vez, deja de decir estupideces, cada vez que abres la m*****a boca, solo es para decir idiotez tras idiotez, ¡Por Dios! Si a ti es a quien le van a dar la presidencia, no quiero imaginar lo que pasará