Estimadas lectoras y lectores ¿Que sucederá con Ana y Héctor? ¿Será posible que retomen aquella relación del pasado?
--- Héctor Plourde ---Los primeros rayos del sol se cuelan por las cortinas de mi ventana, todo mi cuerpo me duele, pero creo que lo que más me duele es la cabeza, la resaca después de una borrachera con vino tinto, ahora lo recuerdo, es mortal. Comienzo a estirarme pero algo o alguien me lo impide, de pronto, flashazos de lo que ocurrió hace unas horas, comienzan a llegar, miro hacia lo que me impide moverme y la veo, veo su larga y despeinada cabellera.Ana duerme plácidamente sobre mi pecho, apenas puedo ver su rostro, por un segundo me perdí en la rutina diaria de despertar para hacerle un biberón a Jude, ahora lo recuerdo, mi hija no está en casa, ella se fue con Mariana y Álvaro. Tomo aire y lo dejo salir, comienzo a acariciar la espalda desnuda de Ana, ella se mueve e inmediatamente levanta la cabeza.- ¡Hola! – Me dice y me dedica su primera sonrisa.- ¡Hola honey! – Le digo mientras despejo su rostro.Esa larga cabellera la hace ver como Morticia, ahora que lo pienso bien, si
---Diego Sánchez ---Me miro en el espejo, sé que debería está emocionado; sin embargo, para mí es como si fuera un día normal, Cassandra escogió mi esmoquin para la boda, me acomodó y me vuelvo a acomodar el corbatín, por más que lo hago, lo veo y me percato de que está chueco. Tengo una extraña sensación, mi pecho se siente oprimido, no he podido dejar de sentirme así desde el viernes pasado cuando vi a Isabela.¡Maldita sea! No puedo controlar mi m*****a boca, cada vez que la veo, quiero gritarle, quiero tenerla entre mis manos y estrujarle el cuello, el solo pensar que ella y mi tío, ¡Maldita sea! ¿Cómo demonios pude ser tan crédulo? Ella solo quería el poder que nuestra familia le podía dar, no es para menos, si ella se colaba a nuestra familia, tenía el futuro asegurado para ella y su familia.- ¡Malditas muertas de hambre! – Pienso en voz alta.Mi familia decidió que la boda se hiciera en una de las más exclusivas haciendas de la ciudad, todo ello, para causar una buena impresió
--- Ana Teyssier ---Hoy fue mi última noche aquí, cené con Julián, se puso melancólico, lloramos, reímos y él juró que me visitaría tan pronto pudiera. Héctor me llamó para afinar el horario en el que saldríamos para el aeropuerto, por algún motivo que no logró entender el haber estado con él en otros términos, no afectó nuestra extraña relación o amistad.Creo que la relación entre ambos solo se relajó, platicamos como amigos y jamás tocamos lo que pasó la noche del viernes. Él se comporta como cuando le conocí, hace bromas y platicamos en ocasiones de trivialidades, debo reconocer que, de estos pocos días que me quedaban, me ha gustado cada que ha llamado o mensajeado.Héctor será quien me llevará al aeropuerto, Julián tiene una audiencia y desafortunadamente, hoy fue nuestra última cena juntos, al menos en mi apartamento.El viernes pasado, cuando mis compañeros organizaron mi despedida, el que Héctor terminará acompañándome, no fue planeado, la verdad es que más de una o una se qu
--- Ana Teyssier ---De un momento a otro, voy al tocador y es ahí cuando lo miro, él también se da cuenta de mi presencia, me sonríe y, luego de unos minutos en los que espero poder entrar al tocador de chicas, llega.- ¡Hola, Ana! – Dice Héctor mientras me besa en la mejilla.Aquel beso debo decir que recorrió todo mi ser, mi piel sintió un escalofrío recorrerla. Lo miro y sonrió, para luego decir:- ¡Hola, Héctor! ¿Cómo estás? ¡Qué coincidencia! - Digo en un tono alegre por verlo.- ¡Vaya que sí! Vine con unos viejos compañeros y posibles accionistas en la firma.- ¿Y Jude? – Pregunto un poco sorprendida.- Jude está con Mariana, ella la va a cuidar por hoy, mi hija está muy acostumbrada a ellos.- ¡Ya veo! Le hace falta una mamá… - Digo sin pensar.- Si… Solo que eso no es algo fácil de conseguir… Por el momento, creo que es mejor que la cuide su madrina, que funge como mamá en algunas ocasiones. ¿Viniste sola?- ¡Oh, no! ¡No! Mis compañeros de oficina organizaron una despedida con
--- Ana Teyssier ---Yo, creyendo que todo en aquella noche era aburrido, levanto la mirada y veo a quien está frente a mí.- ¡Eres un maldito mentiroso! ¡Eres una m****a! – Dijo Diego con el rostro desencajado de furia.- ¿Qué carajos te pasa? ¿Acaso no eres consciente de que tienes una orden de restricción con Ana? – Dijo Héctor colocándome detrás de él.- ¡ME VALE UNA M****A! TÚ ERES UN MALDITO DESGRACIADO! ¡SEGURAMENTE ESTABA ESPERANDO EL MEJOR MOMENTO PARA ACÉRCATE A ELLA! Y TU ANA TEYSSIER, ¡ERES UNA PUTA! ¡UNA ZORRA! ¡UNA M*****A OPORTUNISTA! ¡TÚ! ¡SI TÚ! ¡QUIERES ROBARME LO QUE ES MÍO JUNTO A ESTE IDIOTA! – Diego grita evidentemente ebrio, no se calla hasta que un Héctor evidentemente molesto le lanza un puñetazo, el cual hace tambalear al Diego.- ¡Diego Sánchez! Por una m*****a vez, deja de decir estupideces, cada vez que abres la m*****a boca, solo es para decir idiotez tras idiotez, ¡Por Dios! Si a ti es a quien le van a dar la presidencia, no quiero imaginar lo que pasará
--- Ana Teyssier ---- Ana… De verdad, lamento que mi familia, se la pase arruinando todo… Yo no quería que esto sucediera.- Héctor… - Digo mientras me detengo en seco, él avanza pero se detiene hasta que nota que no estoy caminando.- ¿Qué sucede? - Me pregunta cuando ve que no avanzo más.- Tú no tienes la culpa, todo este desastre es por mí… - Dice de modo resignado.- ¡No! ¡No creas que es por ti! Tal vez Diego, sí, pero mi padre y hermano, esos dos, son mi propia cruz, así que no cargues también con ella.- ¿Qué vamos a hacer ahora? – Pregunto yo, porque no tengo idea si es mejor irme o simplemente quedarme.- Ana… Haremos lo que tú quieras que haga, pero siendo sincero, lo mejor sería movernos de aquí, no sé cuántos Sánchez haya aquí, no sé si con el golpe que le di a Diego baste para callarle la boca o necesite darle otros dos más.Héctor lo dice de un modo muy serio, de verdad quiero tomarlo así, pero velo en esa manera, solo me hace querer irme de aquí.- Héctor… Vámonos mejo
--- Héctor Plourde ---Luego de todo lo que acaba de pasar, estar en casa de Ana me da un poco de calma, la verdad es que su hogar tiene una extraña sensación de calidez, que me adormila un poco, mi cabeza estaba a punto de reventar.Discutir con mi familia me pone un poco de mal humor, no es una situación agradable, pero debo ser sincero, sabía que esto sucedería, lo supe desde el momento en que llegué al lugar con mis colegas y amigos. De una u otra manera, sabía que Lorenzo se acercaría a mí, sé que me vio desde que llegamos, se contuvo, pero tan pronto golpeé a su nieto favorito fue cuando se acercó.Por un lado, sé perfecto que si no hubiera estado ahí, Ana hubiera padecido de los arranques de ira de Diego, agradezco haber coincidido, pero por otro, no me gusta saber que mi familia ya sabe de mi hija, no los quiero ni cerca de ella.Me molesta pensar desde cuándo podrían saber esto, no quiero imaginar un día topármelos fuera de mi apartamento, sé que esto ocurriría, pero no pensé
--- Héctor Plourde ---Ella se sienta en el sillón, yo me acerco y miro cuando ella trata de calmarse, lo único que se me ocurre hacer es abrazarla. No tengo que ser adivino para saber de quién fue ese hijo.- Te escucho hablar de tu hija y créeme, no puedo dejar de pensar en el bebe que perdí… Tú hubieras sido un buen padre. – Me dice mientras me mira tratando de sonreír.- La vida nos ha dicho una y otra vez, que ambos no estamos hechos para estar juntos, ¿No lo crees?- Si…- Ahora que te vayas a Nueva York, vas a comenzar una vida, yo quiero que lo hagas, quiero que tengas una oportunidad para comenzar de nuevo. No quiero que sigas aquí, quiero que te vayas y saques a la mejor versión de ti…- ¿Y si me quedara?- No… No puedes quedarte, no debes, ¿Por qué lo harías?- Por esto, por ti, por Jude…- Ana, esa no es la respuesta correcta, si te quedas, debe ser por ti, pero sé que no lo harás por ti, te conozco. Solo recuerda algo, tú has trabajado por esta oportunidad, tú has pasado p