Cubrí mi rostro como única reacción, deseando que la tierra me tragara y me escupiera en otro universo. No me di cuenta de nada a mi alrededor, pues me dejé envolver por el momento y por lo bien que me sentía conmigo misma, que no pensé en que Gabriel llegaría tan de repente. Se supone que debería estar trabajando, no aquí, respirando tan cerca de mi oído y tentándome a más no poder con el calor que desprende su cuerpo y ese aroma tan varonil y envolvente de su colonia.—Sin duda alguna, la mejor decisión que tomé fue haberme devuelto —susurró, apartando mis manos de mi rostro—. No sientas vergüenza, mi diosa. Todos, en algún momento de nuestra vida y con más frecuencia de la que crees, jugamos con nosotros mismos. Además, estamos en el derecho de conocer nuestro cuerpo, descubrir zonas sensibles que otros nunca han descubierto y explorar nuestra piel las veces que queramos. Te veías tan linda y sexi atendiendo tus deseos y complaciendo tus ganas —sentí su mano por mi espalda baja y u
Con el paso que dimos nos hicimos más cercanos que antes y nuestra relación se fortaleció con mayor fuerza. Para mí no solo significó tener sexo, quitarnos las ganas o cumplir con los deseos que agobiaban mi carne. Pude sentir que, en la unión de nuestras almas hubo una conexión que no tiene explicación alguna, que va más allá del placer y la pasión, que sobrepasa las aventuras e incluso lo que es el mismo amor.Desde entonces no he dejado de sentirme en un mágico sueño, donde mis ilusiones van tomando una forma muy bonita y mis sueños van haciéndose realidad.No puedo cambiar y borrar de mi mente lo que pasó, pero ahora que la resiliencia ha llegado a mi mente y a mi corazón, entiendo cuál era el propósito de Gonzalo y el papel que jugó en mi vida. Aprendí muchas cosas bonitas de las que hoy agradezco.En lo más recóndito de mi memoria quedará como mi más bonito amor. Ahora solo puedo recordar nuestros días más felices y una sonrisa se forma en mis labios.A mi bebé que, aunque no pu
Sus brazos se volvieron mi lugar seguro y predilecto. Podría quedarme toda una eternidad sumida en ellos, dejándome apretar y sintiendo ese calor que desprenden segundo a segundo.Cerré los ojos y solté un profundo suspiro, acunando un poco más mi cuerpo en el suyo. Me gusta estar así con él, abrazada a su desnudez mientras sus labios descansan en mi cuello y va susurrándome palabras que enternecen mi corazón.Hace poco dejé ir la inseguridad y el miedo, porque Gabriel se ha encargado de hacerme saber con hechos y palabras que soy única y hermosa para él, que mis imperfecciones son perfectas para sí y que es capaz de aceptarme tal cual soy y sin detenerse a juzgarme.Tal vez todavía sienta un poco de miedo, pero se debe al sentimiento que está surgiendo con mucha fuerza en mi interior y no tiene intención alguna de detenerse. Todo lo contrario, cada día que va pasando, arde con intensidad. Me vine a dar cuenta de dicho sentimiento en estos días que no pudimos vernos. Lo extrañé tanto,
La felicidad que siento día a día nadie me la puede arrancar tan fácilmente. No hay segundo del día que no me sienta la mujer más dichosa de este mundo. Todas las piezas de mi vida que creía sueltas y perdidas, están encajando una a una en su correspondiente lugar, haciéndome ver que todavía tengo mucho por vivir.Hago el trabajo de mis sueños, mi madre ahora sonríe con mayor frecuencia y en su rostro ya no hay tanta preocupación como antes. Mi relación con Gabriel está en lo más alto de la montaña y mi hermano está siendo tan feliz como yo, ahora más sabiendo que pronto habrá un pequeño angelito siendo la luz de todos nosotros.No deseo nada más en esta vida, todo lo que tengo es más que perfecto y merezco. Siento que tengo lo que deseo y no ambiciono más que seguir siendo feliz y amada, sentir esta paz que tanto necesitaba en mi corazón y seguir avanzando en la sanación de mis heridas.Me he sentido nerviosa en los últimos días, puesto que Gabriel me dijo que me presentaría a su úni
No logré caminar más allá de las puertas del restaurante, cuando fui detenida por una mano. Gabriel me giró y me dio una mirada sería. Se veía enojado, tenía el ceño fruncido.-¿A dónde crees que vas?-¿Eres sordo o te haces? Tengo otro compromiso que atender.-¿Con quién?-Con un cliente, ¿no crees? -intenté zafarme de su agarre, pero me sostuvo con más fuerza-. ¿Qué quieres? ¿Por qué no estás llevando a la Sra. Wilson al hotel donde se está quedando? Ve con ella y a mí déjame irme sola.-No te vas a ir sola.-Pues no me voy a ir contigo y con esa mujer.Me acercó a su cuerpo, abrazándome por la cintura. Descansó su frente de la mía y viré el rostro antes de que sus labios se apoderaran de los míos. Me sentía enojada con él, pero más conmigo misma, por dejarme influenciar por los celos y las inseguridades.-No es lo que crees, mi amor. Estaba mostrándole los planos y no me había percatado que estaba tan cerca.-Claro, como no. Encima de ti y ni cuenta te diste -bufé.-Me tomó por sor
GabrielNo sé desde cuándo ese deseo de tener una linda esposa y una enorme familia nació en lo más profundo de mi corazón, quizás fue cuando mi hermana se casó con mi mejor amigo y fueron tan felices o cuando vi a mi hermosa sobrina nacer, que los deseos se hicieron presentes.Lo cierto es que ninguna mujer hizo arder ese deseo en mi interior como Margot sí lo despertó con tanta fuerza. Ella me ha hecho pensar en una vida a su lado, me ha hecho imaginar cómo seríamos estando día y noche en brazos del otro. Me ha hecho hasta soñar con hijos, aunque tengo clarísimo y soy consciente de que ella no puede tenerlos. Pero a mí no me importa, sería feliz y dichoso con poder amarla hasta que el corazón me deje de funcionar.Me enamoré sin reservas de una mujer con el alma rota y el corazón muerto, pero poco a poco entré en su vida, suponiendo que con mi amor era más que suficiente para salir de esa tristeza que la corroía. Pensé que lo estaba haciendo bien y que había logrado remendar su cora
—¿Por qué no te quedas? Mírate nada más, no te puedes mantener en pie.—¿Que no? Puedo hacerte el cuatro si quieres —me encogí de hombros y mi sobrina soltó una risita—. Solo vine a dejar a tu padre. Cuida de él o puede cortarse las venas con una foto de Melanie.—Se supone que debías cuidarlo, pero terminaste igual de ebrio.—La ocasión lo ameritaba —dejé un beso en la frente de Katie—. Iré al apartamento, así que no te preocupes.—De acuerdo, pero que Bri te lleve.—Bien.El novio de mi sobrina me llevó en su auto, pero a medio camino las ganas de verla me dominaron. No podía ir al apartamento donde tanto la quise porque su recuerdo es una tortura para mi corazón. Su silueta desnuda, su risa, su dulce mirada, incluso cuando dormía entre mis brazos no me permite tener paz alguna.Margot está en mi mente día y noche. Por más que trato de no pensarla, ella ya hace parte de mí y es muy difícil sacarla de mi ser cuando quedó tan impregnada en mi alma.Brian me dejó frente a la casa de Ma
MargotHe tratado de ser más fuerte que mis miedos e inseguridades, pero mientras exista una persona que siempre te haga dudar no solo de ti, sino también de los demás, no podré tenerme confianza en mí misma y confiar plenamente en el amor de Gabriel.No sé si tomé la decisión correcta al pedirle un tiempo, pero he de confesar que sin su compañía he sentido que el mundo entero me cae encima. Gabriel se convirtió en mi soporte, en ese empuje que no tenía cuando no podía más, en la fuerza que necesitaba para no dejarme vencer por nada ni nadie. Desde que lo alejé por mis estúpidos temores, todo ha venido en picada.Toda esa luz que había cubierto mi vida se esfumó desde ese momento en que le pedí tiempo. Por más que me diga a mí misma que no debo depender de él, Gabriel se convirtió en alguien muy importante para mí, es la base de mi progreso. Lo amo, pero el temor de perderlo o no ser suficiente no me permite avanzar. Ahora bien, cuando pensaba buscarlo y hablar con él, esa mujer avivó