MargotHe tratado de ser más fuerte que mis miedos e inseguridades, pero mientras exista una persona que siempre te haga dudar no solo de ti, sino también de los demás, no podré tenerme confianza en mí misma y confiar plenamente en el amor de Gabriel.No sé si tomé la decisión correcta al pedirle un tiempo, pero he de confesar que sin su compañía he sentido que el mundo entero me cae encima. Gabriel se convirtió en mi soporte, en ese empuje que no tenía cuando no podía más, en la fuerza que necesitaba para no dejarme vencer por nada ni nadie. Desde que lo alejé por mis estúpidos temores, todo ha venido en picada.Toda esa luz que había cubierto mi vida se esfumó desde ese momento en que le pedí tiempo. Por más que me diga a mí misma que no debo depender de él, Gabriel se convirtió en alguien muy importante para mí, es la base de mi progreso. Lo amo, pero el temor de perderlo o no ser suficiente no me permite avanzar. Ahora bien, cuando pensaba buscarlo y hablar con él, esa mujer avivó
El tiempo mejoró, los colores han vuelto a aparecer y todo lo malo que me estaba gobernando empezó a dispersarse de mi mente.Gabriel y yo retomamos nuestra relación, pero quedamos en ir a un ritmo lento. Él pareciera que me está midiendo, o al menos es lo que he sentido, porque no es tan efusivo y demostrativo como en un principio. No toma la iniciativa como antes y se ha mantenido en la raya pese a estar de mi mano y darme todo su apoyo. Sé que se contiene, pero no entiendo del todo por qué lo hace.No quiero pensar en nada malo y trato de seguir avanzando por mí y para mí, pues sí me detengo a pensar por qué de su actitud, voy a empezar a sentir miedo e inseguridad de su amor. Puede que él haya cambiado un poco conmigo, pero en cada beso y en cada abrazo, me sigue demostrando su amor por mí.Hoy tenemos una cena con la Sra. Wilson. Aunque no tengo ni un poco de ánimos de ver la cara de esa mujer tan desvergonzada, lo cierto es que debo estar presente en la dichosa celebración.Poco
En el trabajo me fue de mal en peor. Realicé mal algunos diseños y tuve que empezar de nuevo desde cero, perdiendo todo el trabajo que había realizado con ellos. Mi cabeza no daba para más, sentía que me iba a explotar de tanto pensar.¿Por qué tiene que pasar esto justo cuando habíamos regresado? Cuando no soy yo con mis inseguridades y miedos, es otra persona, queriendo arruinar lo nuestro.No puedo dejar de pensar en que tal vez sea cierto lo que pasaron por las noticias en la mañana, no obstante, es mi inseguridad y miedo que quiere creer que ellos sí tienen una relación y Gabriel solo está jugando conmigo. Por más que trato de no pensar para no hacerme más daño, mis pensamientos se dirigen a ellos y esa cercanía que tenían. Estresada, agobiada y sin ganas de nada, le dije a mi jefe que me diera el resto de tarde libre para poder relajarme y asistir a la clínica para retomar mi tratamiento, aunque no muy convencido me dijo que sí. No me siento bien ni física ni mentalmente para t
—¿Acaso tengo que encontrarte hasta en las cagadas, joder? —dije, pues no iba a montarle un espectáculo frente a la mujer bonita que iba de su brazo.—Maldita sea, otra vez no —murmuró.—¿No sabes entender la palabra no, amigo? —me levanté de la silla, para quedar frente a él y a la chica de ojos marrones.—¿Cuantas jodidas veces tengo que decirte que no me interesas ni en lo más mínimo, mujer? Además, viéndote bien, no es que seas muy bonita que digamos —me siguió el hilo, avivando con mayor intensidad mi furia.—Eso no dijiste cuando me acorralaste y me besaste la otra noche.—¿Cuál de todas? Por si no recuerdas, fuiste tú quien me besó.—Y tú me devolviste el beso.—Por favor, ¿qué mierda estoy pagando? Estaba ebrio y, por ende, ciego, por lo que no tengo ni la más puta idea de por qué te besé de vuelta.—¿Sabes qué? ¡Vete a la mierda, idiota!—Llévame a ella, de paso regresas a donde en realidad perteneces.—Gabriel —advirtió Keith, saliendo de su estupor.—¿De dónde se conocen us
Caí una vez más y volví a tocar el fondo de aquel pozo, pero la soledad, el vacío , la tristeza y ese frío tan penetrante no me gustaron ni un poco. Perdí mi trabajo debido a todos los problemas que tuve hace tres meses con Gabriel. Dejé todo atrás y en pausa porque no podía más. Antes veía el sentido de la vida, ahora todo es gris. No hay colores donde sea que mis ojos miren.Pero tenía que tocar ese fondo una vez más para darme cuenta de que no podía seguir así, dependiendo de otros y esperando que otros me salven. Yo misma debo hacerlo por mi cuenta, salir de mis miedos, inseguridades y soledad y disfrutar de mi vida por mí.Entre Keith y yo nació una amistad muy bonita. Él y su novia Melanie, aquella chica que confundí que era otra más en la vida de Gabriel, son muy buenas personas. Me han dado cientos de consejos, aunque todavía no tienen ni la menor idea de mi relación con Gabriel. Ellos creen que mi depresión se debe a la muerte de Gonza y de toda la desgracia de mi pierna.He
El doctor me realizó varios exámenes, entre ellos, una ecografía. Justo como la primera vez, esa emoción y alegría que me gobernó al escuchar el primer latido de mi bebé hizo que mi corazón estallara de felicidad y dicha. Me sentía la mujer más feliz de este mundo. Después de perder toda esperanza hace dos años, Dios me premiaba con un bello milagro, un hermoso ángel que ha llegado para salvarme y hacer de mí una mujer nueva y diferente.Esta vez no quería perder el tiempo, ni quedarme con la noticia atravesada entre la boca y el corazón. Independientemente de que Gabriel y yo ya no estuviéramos juntos, él está en todo su derecho de saber que será padre. No sé cómo vaya a reaccionar, pero basándome en el deseo que siempre ha tenido de tener una familia, supongo que lo tomará bien. Puede que no formemos un hogar, ni estemos juntos para ver crecer a nuestro hijo, pero tendrá el bello fruto de nuestro amor. El doctor me sugirió tener bastante reposo y mucha precaución. Mi bebé está en e
Solté todo el aire que no sabía que estaba conteniendo y suspiré profundamente. Organicé mis pensamientos por un segundo y lo seguí de cerca, indecisa y muy nerviosa. Joder, en mi cabeza decirle que estaba embarazada era muy fácil, pero al tenerlo de frente, es una cuestión muy diferente. No sé cómo decirle que será padre.Entramos a la casa en completo silencio, por lo que escuchamos a la perfección las palabras de Katie, las cuales me hicieron sonreír:—Ella nos enseña lo básico, aún nos falta mucho para llegar a ser como ella.—Ojalá eso nunca suceda, por el amor de Dios —dijo Gabriel, dándome una mirada maliciosa y una sonrisa burlona—. Yo te amo, Kat, pero si te pareces a ella, dejarás de ser mi sobrina favorita.—Soy la única —sonrió.—Bueno, el punto es que no quiero verte convertida en bruja dominante y fea.—Calla el hocico, maldito perro pulgoso —gruñí.—¿Ves lo que sucede con tipas como ellas? Además, está loca.—Tengan sexo desenfrenado en lugar de estar tirándose indirect
Gabriel se mantuvo en completo silencio, en un pasmo que me preocupó y me puso el doble de ansiosa. Estábamos en el medio de la calle, obstaculizando el paso de uno de los carriles. Los autos que venían detrás nuestro hacían sonar el claxon de manera desesperada e insistente mientras le gritaban al hombre junto a mí que avanzara o se hiciera a un lado.—Será mejor que avances, Gabriel. Estamos formando sendo trancón.—¿Me estás gastando una broma, Margot? —inquirió—. Con los deseos y las ilusiones de las personas no se juegan.—¿Me ves riendo? ¿Tú me crees capaz de jugar con algo tan delicado como un bebé? Tú, más que nadie, conoce de mi anhelo de ser madre. Jamás jugaría con la vida de un bebé, menos con la del nuestro.Volvió a callar por breves instantes, antes de acercar su rostro al mío y sonreírme. Su cercanía alteró los latidos de mi corazón, avivó mis ganas de tomar posesión de su boca y fundirme en el dulce y apisonado sabor de ella.—¿Seremos papás? ¿Aquí hay un bebé tuyo y