Estamos llegando al hospital, Mark nos llamó hace unos diez minutos para avisarnos que mi hermana ha roto la fuente y que van en camino también para que mi sobrina nazca pronto. Salimos inmediato de casa junto a los niños, ya que llamamos a Jacky y no podría cuidarlos. Vamos directo al sector de maternidad y vemos a algunos familiares de Mark que cuidan de Hannah.
―Hola, ¿cómo están? ¿Se sabe algo? ―le consulto a los suegros de mi hermana.
―Mark está con ella. Estamos esperando noticias.
―Dios quiera que todo salga bien.
―Ya verás que sí. Tu hermana es una mujer fuerte.
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Tres meses despuésPorque no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague, así dice el refrán. Y hoy ha llegado el día de compartir mi nuevo libro con mis seguidores.Después de tanto tiempo y de todo lo que ha pasado, es increíble que este día haya llegado. Amanda se quedó con Eric y Sean, porque yo tenía que adelantarme y llegar con los chicos de la editorial. Claire como siempre, ha sido fantástica en su trabajo.Se ha conseguido el Raleigh Memorial Auditorium para la ocasión y se lo agradezco ya que, por resguardo he preferido no viajar a Nueva York, donde siempre hacemos mis lanzamientos. Mi embarazo ya está más avanzado y el vientre se me hace enorme y eso que aún no llego a la etapa final.Las emociones están a flor de piel y se siente fantástico este reencuentro con mis lecto
El último mes ha sido uno de los mejores de mi vida, después de la fiesta por el lanzamiento de mi novela y la petición de Sean para que sea su mamá de forma oficial, nos ha tenido aún soñando. Tanto para él decirme mamá y para mí el llamarle hijo, se volvió natural. Fuimos al municipio de la ciudad para actualizar su acta, donde ahora figuro como su madre. Por supuesto, que no podía faltar la celebración por aquel acontecimiento, el que también se realizó en casa de los Hart. Aún estoy sorprendida con Eric, es increíble que no me dijera lo que Sean tenía planeado. Se lo tenía muy bien guardado.Este mes, además mi vientre aument&oacu
Mi panza ya está enorme, Arthur y Paige, mis niños han crecido bastante, que ahora ya debo tomarme un reposo esperando por su llegada. Me agoto más fácil de lo que quisiera y mi genio ha sido de los mil demonios. Por suerte, me siento comprendida por todos quienes me apoyan y ayudan si lo necesito.Eric ya terminó la obra y está entregado el proyecto, así que pasa el tiempo conmigo en casa, solo sale cuando hay que ir a dejar a los niños y vuelve pronto. Salimos de vez en cuando para poder despejarme, porque me estoy cansando de estar en casa, necesito aire puro, además de que apenas pongo un pie fuera de nuestro hogar, me voy sintiendo más calmada.Agradezco mucho sus mimos y comprensiones. Jamás pensé que estar con embarazo doble fuera de esta forma, así que admiro a las mujeres que pasan por esto, porque si ya es tarea importante el llevar un bebé en nuestro vientre, co
GRACE Si alguien me hubiese dicho que mi vida cambiaría tanto en los últimos años, le hubiese respondido de que estaba loco. Si me pongo a pensar en retrospectiva lo que sucedió con John, debía ocurrir, para que solo así encontrará la verdadera felicidad.Tal y como dije aquel día que nos casamos, el tener al hombre que amo a mi lado hace que me despierte a diario con una sonrisa. Aún hoy en día no puedo creer la tremenda sorpresa que me tenía preparada, jamás se me pasó por la cabeza que ese día para el que tanto me pedían me arreglara con la ayuda de Jacky y Eric, sería para mi matrimonio.Si alguna vez soñé con una boda perfecta, no se compara a lo que viví ese día, fue la celebración más perfecta que pude haber tenido y estoy a
Estoy sentada frente a mi computador. Ya llevo algunos capítulos escritos de mi nueva novela, pero justo hoy que tengo toda la noche por delante para escribir, me encuentro totalmente bloqueada. Ya van al menos dos veces que me sucede en el último mes y me es totalmente inoportuno, ya que justo ahora estoy escribiendo una parte importante de la trama. Será imposible poder escribir algo, al menos por esta noche, así que mejor me pongo a hacer otra cosa. Me levanto de mi escritorio y voy a la cocina por una copa de vino. Que es lo único que me relaja. A veces quisiera ser alguna de las protagonistas de mis historias, chicas que lo tienen todo en la vida y no les falta nada. Algunas de ellas con buen empleo, otras, con un amor o incluso dos peleándose por ella... ¿Por qué mi vida no puede ser así? ¿Siempre tendré que plasmar en letras, lo que a mí me gustaría que me pasara? Desde que el padre de mi hija Amanda, me dejó para irse con su amante, mi vida se ha puesto cuesta arriba.
¡Oh, por Dios! No sé qué tanto tomé anoche que no recuerdo para nada, qué habré hecho. Solo sé que estoy en la habitación de invitados de la casa de mi hermana. De seguro tomé tanto que quiso asegurarse por mi bienestar y prefirió que me quede aquí. Veo mi reloj y ¡no lo creo! Son las tres de la tarde. Me levanto rápido y voy a la habitación de las niñas para ver cómo está mi pequeña. De camino debo desviarme al baño porque algo desea salir por mi boca y necesita salir ya. Es tanto mi alboroto que Caroline llega rápidamente para ver cómo me encuentro. —¿Todo bien? —Ante su pregunta solo puedo mirarla con expresión de hastío a la vez que algo nuevo sale por mi boca. —Ahora creo que sí. —Le respondo luego de levantarme y limpiar mi cara—. Iba de camino a ver a Mandy. —Tranquila, ella está bien. Mark llevó a las niñas al parque luego del almuerzo—. Me dice de camino a mi habitación de regreso. Nos sentamos sobre la cama. —Qué alivio. No puedo creer que haya tomado tanto como
¡¿Qué?! De la impresión me caigo del sillón —estaba sentada sobre el brazo del mueble— y suelto el teléfono como si hubiese visto un fantasma. —¿Estás bien, Grace? —S-sí, Mark, gracias. Hermana, ¿podemos hablar un momento? —Sí. claro. Vamos a la cocina. Tomo mi celular y me levanto, siguiendo a mi hermana. —¿Qué fue lo que pasó allá? —Recibí un mensaje de un número desconocido. —¿Y eso qué? A todos nos pasa de vez en cuando. —¿Un mensaje como éste? No lo creo, Grace. —Le entrego el celular a mi hermana y su reacción es de risa—. ¿Por qué la risa? —No estoy entendiendo nada. —Esperaba demoraran en llegarte estos mensajes, pero al parecer me equivoqué. —dice elevando los hombros como si no fuera la gran cosa. —¿Mensajes? —Interrogo incrédula. —Pues sí, Grace. Le diste tu número al menos a cinco chicos. —¿Qué? ¿Y por qué no lo evitaste? —Lo intenté cada vez que lo hacías, pero cuando veías que me acercaba solo me ponías mala cara como si fueras a comerme. —Oh
—¿Perdón? —Le digo sin entender nada. —Tú y yo... El bar... Baile sensual... Me diste tu número. Estaba por llamarte, pero ya veo que no es necesario ya que ahora sé dónde vives. Estoy en shock y no logro decir nada. Mi hermana me ayuda sacándome al chico de encima y recibiendo la pizza. Cierra rápidamente la puerta para que no vuelva a decir más. —Vaya, cuñadita. Era verdad. Ya son tres, quizás cuántos más faltan por aparecer. —Se burla. —¡Eres un idiota, Mark! ¿Lo sabías? —La verdad, sí. Tu hermana me lo dice muchas veces. —¡Oye! —Reclama Carol ante sus dichos. —Bueno, bueno. Habrá que ver cómo ayudarte para salir de este lío. —Será difícil si sabemos que no puedo recordar absolutamente nada. —digo colocando mis manos en ambos lados de la cabeza, en señal de desesperación. —Algo se nos ocurrirá. Mientras tanto, será mejor que nos comamos la pizza o se nos enfriará. Mark se dirige al refrigerador por unas cervezas, mi hermana lleva la pizza al comedor y yo busco