Maxine.
Envío mi portafolio de trabajo por decima vez en esta semana, estoy cansada, no he dormido nada y estoy frustrada profesionalmente. Han pasado casi seis meses desde que me gradué de la universidad y aun no he conseguido un empleo, ¿Por qué nadie quiere contratarme? Sé que mi trabajo no es digno de un nobel, pero soy una buena periodista, o eso creo yo, porque entre mas hojas de vida paso, más me convenzo de lo contrario.
Cierro la computadora portátil y la dejo sobre la mesita de centro, levanto mi taza de café y voy al balcón del departamento, la vista es espectacular, el apartamento está perfectamente ubicado en uno de los sitios más prestigiosos de todo Flagstaff, supongo que esta es una de las ventajas de vivir con uno de los arquitectos mas importantes en TANER GROUP, Trevor se ha vuelto muy quisquilloso con los detalles, pero no me malinterpreten, me gusta que sea asi.
Miro el cielo lleno de estrellas y pienso en los difíciles que han sido los últimos seis meses, de alguna forma cuando estuve en la universidad estuve viviendo en una burbuja que no sabia que iba acabar explotándome en la cara, todo era perfecto, tenia el novio perfecto, un par de mejores amigos maravillosos, estaba estudiando la carrera de mis sueños y al final hice mis practicas en la empresa en la que siempre quise, creí que la vida seguiría ese rumbo, hasta que me di cuenta de que no era asi. No me quede con el empleo de periodista después de hacer mis prácticas, Adam y Tara se mudaron a otra ciudad, y aunque aún tengo a un fantástico novio, no puedo dejar de sentir que hay algo que me hace falta.
Mi teléfono comienza a vibrar en el bolsillo de mis jeans, yo lo saco y veo el nombre en el identificador, es mi madre.
–¿Cómo está mi periodista favorita? – chilla a través del teléfono.
Yo siento que el pecho se me hunde de la tristeza – solo soy una periodista de cartón, asi que no te emociones – le digo.
–¡Maxi! – me regaña, no le gusta que sea tan “Dura” conmigo misma, según mi madre es cuestión de tiempo para que consiga un trabajo, pero es que esta cuestión de tiempo se está haciendo demasiada larga e insoportable.
–Es cierto mamá.
–No, no es cierto, ya verás que cuando consigas el empleo de tus sueños vas a estar lamentándote por haberte dado tanto látigo.
–El empleo de mi sueño ya lo tuve, y lo perdí.
–Eran pasantías, Maxine, ni siquiera te estaban pagando – me recuerda.
–Aun asi me gustaba.
–¡Maxine, no! No voy a dejar que caigas en este abismo de miseria, hazme el favor y con la mejor actitud vas a esperar a que alguna de esas empresas te llame, estoy segura de que van a querer a una profesional como tú.
–Si, ¡Aja! – digo sin amino, aunque la entiendo, es mi madre y se supone que debe darme apoyo moral en los momentos más difíciles – mejor vamos a cambiar de tema.
–Si, me deprimes, Maxine.
–Yo tambien me deprimo a mí misma – digo y ella se burla de mí, yo tambien suelto una sonrisa lánguida y me recuesto en el balcón.
–¿Todavía vas a venir mañana?
–Si, mis planes no han cambiado, tampoco es como si tuviera un empleo al que ir, asi que no tengo nada que hacer…
–¡Maxine! – me grita – hoy estas insoportable y fastidiosa.
–Si voy a ir, mamá – la corto.
–¿Vendrás con Trevor?
–No, está muy ocupado con un proyecto reciente, es algo grande según lo que dijo, no puede acompañarme.
–Es una lástima, queria que estuviéramos todos juntos.
–Si, pero no será posible.
–Últimamente trabaja mucho, ¿Eh?
–Si, pero es mejor a que se quede en casa a hacer nada, como yo.
–Voy a colgar.
–¡Esta bien! ¡Esta bien! Dejare de lamentarme por mi patética existencia – lo digo en serio, si sigo a este paso voy a tirarme del balcón, y no creo que Trevor se ponga muy feliz si regresa a casa y se da cuenta de que estoy desparramada en la acera frente al edificio.
–¿Las cosas van bien entre ustedes? – cuestiona.
–Mucho – respondo – Trevor es el mejor novio que una chica podría pedir, va de la oficina a casa y de casa a la oficina, solo sale conmigo, está pendiente de mi todo el tiempo y no pierde cualquier oportunidad para hacer planes, es fantástico – sonrío de forma bobalicona.
En realidad, estos casi tres años que llevamos juntos han sido geniales, aun discutimos y peleamos como si fuéramos perro y gato, pero eso ya no es tan malo, porque después de pelear, siempre viene la reconciliación, y nada mejor que el sexo para hacer las paces.
–¿Mamá? – pregunto, porque ella se queda callada de repente.
–Max, estaba pensando en algo – chasquea la lengua – Harvey tiene contactos en el Washington Post, no sé porque no se me habia ocurrido antes, pero ¿Qué te parece si le pido que concrete una cita para ti?
–¡Mamá! ¿Una cita en el Washington Post? Eso seria casi como un sueño – chillo emocionada por primera vez en muchas horas – ¿De verdad crees que sea posible?
–Si, puedo decirle, es solo llamar a algunas personas, ya sabes como son los políticos con todo esto de los contactos.
–Corruptos, ¡Aja! – digo rápido para molestarla.
–Déjame decirte que hoy encabezas mi lista de personas no gratas – yo suelto una carcajada – podrías venir a Washington, quedarte con nosotros un par de días y ver que pasa.
–¡No sabes cuanto te amo en este momento de mi vida! – estoy al borde de las lágrimas, la posibilidad de trabajar en el Washington Post es lo mejor que me podría pasar.
–De acuerdo, hablaré con Harvey y te daré noticias tan pronto como pueda – yo escucho que la puerta principal se abre y me doy media vuelta, Trevor está entrando enfundado en su traje color azul marino.
–Perfecto, hablamos después, Trevor acaba de llegar.
–Dale besitos y saludos por mi – me pide antes de colgar.
Yo corro hacia la sala del departamento, tiro el celular en el sofá y abrazo con fuerza a Trevor, enrollo mis manos en su cuello, él deja su portafolio en el suelo y me abraza por la cintura al tiempo que se ríe.
–¡Joder! Esto si que es una bienvenida – dice en mi oído con su voz ronca y profunda.
Yo sonrío como una niña pequeña, me alejo un poco de él, pongo mis manos en su rostro y lo beso profundamente, meto mi lengua en su boca y el agarre de Trevor se vuelve mas firme en mi cuerpo.
–¿A qué se debe todo esto? – me pregunta con una sonrisa y el ceño fruncido.
–A que te amo – le digo y le doy un pico en los labios – a que estoy profundamente enamorada de ti y a que todo vuelve a tener sentido otra vez.
–¿De qué demonios estás hablando, Prior? – sí, Trevor y yo llevamos tres años juntos y aun asi no ha dejado de llamarme por mi apellido.
Yo lo miro a sus ojos negros y profundos y caigo en cuenta de una cosa, aceptar una entrevista en el Washington Post es abrirme a la posibilidad de mudarme a Washington, lo que significa tener que dejar a Trevor.
En cuanto lo pienso la sonrisa se borra de mi rostro, yo no quiero dejar a Trevor, y sé que por su trabajo él no puede irse conmigo, ¡Joder! Odio ser una adulta, ¿En qué momento la vida se volvió tan complicada?
–Nada, es solo que estoy feliz de verte – le miento en la cara y le doy otro beso – supongo que debes estar cansado, asi que ¿Por qué no vamos a la tina y te ayudo a relajarte un rato? – le pregunto de forma coqueta.
–Esa es una oferta que no puedo rechazar – él me da un mordisco rápido en los labios y camina hacia nuestra habitación.
Yo espero hasta que él desaparezca de mi vista y entonces le envío un mensaje a mi madre.
–“Olvida la entrevista” – texteo.
Vuelvo a dejar el celular en la mesita, y con todas mis ilusiones desinfladas voy con Trevor. Si las relaciones son complicadas, pues las relaciones a distancia lo son aún más, yo no creo que nosotros seamos capaces de soportar la distancia.
¿O sí? ¿Acaso nos amamos lo suficiente como para sacrificarnos de esa forma?
Maxine. La azafata nos indica por donde salir, hace unos minutos que el avión aterrizó en suelo capitalino, ahora todos los pasajeros estamos descendiendo, la mayoría se dirige en busca de su maleta, pero yo no traje equipaje, únicamente un bolso de mano en el que tengo todo lo que necesito para pasar un fin de semana con mi madre y su nueva familia.Quito el estado de “Modo Avión” de mi celular y enseguida me llegan un par de mensajes de Trevor.– “Ya te extraño” – me escribió hace dos horas, cuando aún estaba en el aire.Yo leo sus palabras y sonrío de forma involuntaria, ¡Joder! Amo a este hombre más de lo que amo nada en la vida, no sé de qué forma, pero Trevor se metió debajo de mi piel y ya no hay nada que pueda arrancármelo del corazón.– <
Maxine. Salgo del baño con una toalla envuelta en la cabeza mientras tarareo a SIA que suena a todo volumen en la habitación, resulta que muy consideradamente mi madre se encargó de que instalaran un sistema de sonido que está de maravilla, y por supuesto yo no he perdido la oportunidad de usarlo mientras me bañaba.Suelto mi cabello y voy al tocador blanco lleno de productos para mujer, me siento como una princesa en esta habitación, como si fuera Mia Thermopolis princesa de Genovia, el pensamiento me hace reír.Estando frente al espejo seco mi cabello y después paso ligeramente la plancha de cabello para alisar el frizz en los pelos mas pequeños de la parte de arriba de la cabeza, continuo con un maquillaje sobrio y bastante natural, un poco de mascara negra, un poco de iluminador en las zonas altas del rostro, bálsamo labial de fresa y ya estuve.Mientras cont
Maxine. –¡Maxine, ¿Por qué rayos te levantaste de la mesa de esa forma?! No quiero ser grosera y asumo que tú tampoco, esta situación no deja una muy buena impresión – ella me regaña como si de verdad tuviera el derecho de hacerlo.Yo frunzo el ceño y evito salirme de mis casillas, pero la sangre se me sube rápidamente al cerebro – no puedo creer que me hayas hecho esto – gruño.–¿Hacerte qué? ¿Ahora que hice?–¿Ahora que hiciste? ¡Mamá! Le pediste a Harvey que concretara una cita después de que yo te dije que no. ¡No queria que esto sucediera!–Pensé que estabas bromeando.–No, por supuesto que tu no pensaste que era una broma, tu me conoces demasiado como para creer que voy a bromear sobre algo asi – hago un ademan con las manos, si mi madre
Maxine. Nosotros terminamos de comernos el postre, un mousse de chocolate que me recuerda a una de mis citas con Trevor. Era nuestro aniversario numero uno, y Trevor me hizo una cena en casa, bueno, él dice que la hizo, pero yo estoy segura de que él simplemente pidió un domicilio y organizó la mesa del departamento, aun asi fue un bonito gesto, pero lo mejor vino después de la cena, cuando de forma muy atrevida, Trevor repartió el mousse de chocolate a través de todo mi cuerpo y comenzó a comerlo directamente de mi piel.El recuerdo hace que me den cosquillas en todas partes, recuerdo los besos húmedos de Trevor disfrutando el postre sobre mi vientre, mis pechos y cada una de sus partes favoritas.–¿Está todo bien, Max? – me pregunta Thomas mientras yo sigo sonriendo como una idiota mirando el mousse.–Si, lo siento, solo me distraje un segund
Maxine. Me levanto muy temprano a pesar de que anoche las pesadillas no me dejaron dormir, cuando bajo a la cocina ya lista para irme, Harvey y mi madre ya están allí tomando café.–¡Max, que madrugadora! – me saluda mi padrastro.Yo le sonrío y le doy un beso en la mejilla – sí, es que decidí irme ahora temprano.–¿No tenías el vuelo en la noche? – gruñe mi madre entre dientes.–Si, pero iré al aeropuerto para ver si puedo cambiarlo a uno más temprano – respondo.–¿Quieres un poco de café?–Si, claro – le respondo a Harvey.Me siento en la barra de la cocina de mármol frente a mi madre.–No tienes que irte ahora – susurra, no sé si lo dice de dientes para afuera, pero de lo que si estoy segura es que le esta costando sacar
El vuelo de regreso a casa es jodidamente largo, me duelen las nalgas cuando por fin la azafata nos indica que podemos levantarnos y salir del avión, por desgracia, estoy en los asientos de la mitad, asi que primero tengo que esperar que todos los que están adelante salgan, ¡Son lentos! No entiendo porque no pueden caminar un poco más rápido.Me pongo en pie y estiro las piernas, las tengo entumecidas, entre la noche de ayer usando tacones altos y estar tanto tiempo sentada creo que mis piernas y pies han dejado de funcionar.Me quejo y hago muecas mientras salgo del avión y me meto en el túnel que conecta con el aeropuerto, gracias a Dios no tengo que ir a buscar ninguna maleta, asi que voy directamente al estacionamiento del aeropuerto donde deje mi auto estacionado, me meto dentro y llamo a Trevor, hemos pasado solos unas cuantas horas separados, pero ya lo extraño, además que nuestra última conver
Trevor. –Maxine, ¡Por un demonio! ¡Detente ahí! – le grito, pero ella no deja de alejarse de mí.Ella corre como si de repente se hubiera convertido en una atleta profesional, está cabreada, lo sé por la forma en la que contonea sus caderas de forma exagerada, lo hace siempre que quiere huir de algo que le molesta.El problema es que ella no debería estar armando semejante escena por nada, yo no la he engañado, por mi cabeza ni siquiera se ha pasado el más mínimo pensamiento de traicionarla con ninguna otra mujer, mucho menos con Rose… Rose es solo una compañera de trabajo con la que ya llevo demasiado tiempo relacionándome, es normal que nos acerquemos mas que el resto, ¡Joder! Después de Maxine, Rose es la mujer que me mas me conoce, no voy a pedirle que se aleje de mí, sería injusto, y Maxine debe entenderlo.
Trevor. Regreso a la oficina y veo a Rose que está sentada en mi silla.–¿Está enojada? – me pregunta, mordiendo la punta del lápiz que yo estaba usando.–Si, está cabreada, cree que tú y yo tenemos algo.–¿Todavía no lo supera? – rueda los ojos y cruza su pierna derecha sobre la izquierda, haciendo que su falda se levanta ligeramente.Desvió mis ojos de forma inconsciente a la abertura de la falda negra, pero quito la mirada de sus piernas enseguida.–Pensé que ya era un tema superado, pero nos vio a los dos solos, aquí, tu haciéndome masajes y se imaginó lo peor – chasqueo la lengua – ¡por un demonio! – le doy un golpe al escritorio y camino alrededor de la oficina – y eso no es lo peor de todo. –¿Ah no?–No, dijo algo sobre mud