—¡No escuché tu respuesta! —gritó mientras ambos estábamos por los aires. No creía lo que había escuchado.
—¡SÍ! Me casaré contigo Clark— las palabras salieron de mi boca sin siquiera pensarlas, era una sensación extraña el miedo que sentía había desaparecido. Ahora entendía porqué él insistía en que nos pusiéramos micrófonos antes de saltar, no entendía cuál era su afán de querer hablar mientras estábamos en caída libre.
—Te amo— gritó sonriente antes de soltarme y alejarse de mí, comenzó a dar vueltas, se sentía tan bien, fueron pocos los segundos ahí arriba en el aire, pero fueron mágicos, cuando ya estábamos lo suficientemente alejados tiramos de la cuerda y ambos quedamos expendidos en el aire, luego de minutos tocamos tierra firme, querí
Cada vez el final está más cerca ¿Qué opinan? ¿Les ha gustado como ha ido la historia?
¡Era el gran día! Me desperté una hora antes de lo planeado, simplemente no podía dormir, estaba emocionada, hoy sería esposa del hombre que amo legalmente. Para guardar la emoción todo el día de ayer no nos vimos y hoy tampoco nos veríamos hasta que nos viéramos en el civil, ni siquiera nos hablaríamos por mensajes de texto ni nada. Me levanté con entusiasmo hasta que unas ganas horribles de vomitar vinieron a mí, corrí al baño y no saqué nada, no tenía nada en el estómago solo devolví el ácido estomacal. Suspiré, no dejaría que esto me arruinará mi día.Bajé a la cocina y no había nadie, suponía que mi mamá estaba como loca preparando los &
Narra Hyemi.Estaba acostada en la cama del hospital, los doctores me habían administrado mil medicamentos para contener mi hemorragia. Al parecer mi cuerpo no resistió tanto químico de las quimios y los medicamentos que estaba tomando, o más bien mi estómago no lo resistió y comenzó a crear úlceras, úlceras que se reventaron justo minutos antes de mi boda. Agradecí que no fue nada más grave, o que eso hubiera pasado durante la ceremonia. Ahora mismo no sabía que sería de mí, era consciente de que mi cuerpo ya no estaba resistiendo y por primera vez entendí aquello que me dijo la señora en parís “si no me matan las quimios, me terminará matando el cáncer”. No
Nadie muere de amor, o bueno, eso dicen todos cuando sientes que el mundo se te cierra porque tu pareja te ha terminado. Para nadie fue un secreto que el amor que Hyemi e Ian se tuvieron fue verdadero, intenso y tal vez un poco fugaz, nadie piensa que un amor adolescente terminaría tan trágico. Nadie por día creerlo, no superaban la reciente muerte de Ian, cuando el día después de su sepultura encontraron a Hyemi sin vida, acostada en su cama del hospital, sujetando su celular con una mano mientras acurrucaba con su otro brazo la carta que él le había dejado. —¿Qué pasó?— pedía una explicación su madre quien no tenía consolación alguna, para todos había s
Mi despertador sonó anunciando que ya eran las 7 A.M, como siempre lo pospuse para que sonara de nuevo en 10 minutos, me fui en mi pensamiento a punto de volver a quedarme dormida aun sabiendo que en un par de minutos tendría que levantarme, pero la gloria de seguir dómida valía la pena, antes de que esos gloriosos minutos terminaran abrieron la puerta de un golpe y entró Jason aventándose a mi cama.—¿Qué demonios quieres? — Le pregunté de mala gana, mientras tomaba la otra almohada y la ponía en mi rostro para tapar todo rastro de luz entrante por la ventana.—Nada enana, solo para recordarte que mamá y papa se irán hoy y en 10 minutos se van al aeropuerto y no has bajado a despedirte.—¡Joder! — Me levanté lo más
Habían pasado 2 horas desde que Ian había llegado a la casa, yo ya me había ido a mi habitación a bañarme y vestirme decentemente, él había pasado al cuarto de mi hermano para instalarse. La simple idea de que se quedara aquí era perturbadora, cuando me decía algunas palabras en doble sentido me hacía ponerme nerviosa, nunca había tenido que lidiar con una persona de su tipo a excepción de mi hermano.No llevaba aquí ni dos horas y ya se paseaba como Pedro por su casa, sin camisa mostrando su jodido abdomen muy bien trabajado, que digo muy bien, perfectamente bien trabajado, ¡Dios! Hyemi ¿Qué vez?, tú tienes novio, me dije a mi misma. Borré su imagen de mi cabeza y me dispuse a hacer algo de comer.<
Después de escuchar las palabras de Jason no entendía bien de que hablaban, pero lo deje de lado, fui a mi habitación y me maquille un poco cuando estuve lista baje a la sala viendo a Jason y Jack platicando.—Estoy lista.—No lleguen demasiado tarde— dijo Jason con cara picara, yo solo puse los ojos en blanco al salir de la casa solo se escuchó un —Usen condón— Jack soltó una risita al igual que yo, pero al ir a la cochera nos topamos con Ian el que no tenía ni un poco de felicidad en su cara, lo ignoramos y subimos al auto de Jack y nos fuimos al centro comercial.—¿Cu&aa
Bajé por las escaleras hasta la cocina, la mesa estaba puesta tan perfectamente que parecía que le hubiera tomado mucho tiempo hacer la cena. Me indicó que me sentara y lo hice. —Provecho —Dijo indicando para que comenzara a cenar. Él dio un bocado y yo me le quedé viendo fijamente, así fue por uno o dos minutos, si bien Ian no era un asesino (o no al menos que yo supiera) no me daba confianza comer algo hecho por él, no sabía si le había puesto algo a la comida, ya bastante me había amenazado con los enfrentamientos que habíamos llegado a tener. Tal vez fui muy obvia o sabía leer la mente.—No tiene veneno.—¿Y yo cómo se?—Yo también estoy comiendo —Abrió la boca y me mostro la masa de comida den
Decidí no perder mi dignidad rogándole, eso era lo que él quería así que mejor decidí marcarle a una de mis amigas y decirle si podía quedarme en su casa. Henna aceptó y pronto pedí un taxi a su casa. Al llegar me preguntó que porqué decidí quedarme con ella, omití los detalles ya que sabía que si le contaba no me iba a dejar en paz.Platicamos un poco de otras cosas, pronto nos quedamos dormidas. Al despertar temprano me aseguré de que Jason ya estuviera en la casa, al confirmarlo volví y al entrar lo primero que vi fue a Ian desayunando en bóxer.—Buenos días ¿cómo amaneciste? ¿dormiste bien?Sentía como la tripa se me retorcía y la bilis se me derramaba, pero sabía que si le