Bajé por las escaleras hasta la cocina, la mesa estaba puesta tan perfectamente que parecía que le hubiera tomado mucho tiempo hacer la cena. Me indicó que me sentara y lo hice. —Provecho —Dijo indicando para que comenzara a cenar. Él dio un bocado y yo me le quedé viendo fijamente, así fue por uno o dos minutos, si bien Ian no era un asesino (o no al menos que yo supiera) no me daba confianza comer algo hecho por él, no sabía si le había puesto algo a la comida, ya bastante me había amenazado con los enfrentamientos que habíamos llegado a tener. Tal vez fui muy obvia o sabía leer la mente.
—No tiene veneno.
—¿Y yo cómo se?
—Yo también estoy comiendo —Abrió la boca y me mostro la masa de comida dentro de ella.
—No tienes que ser un asqueroso.
Tragó su comida y luego estiró su brazo para tomar con su tenedor un poco de mi plato, lo metió a su boca viéndome fijamente, lo masticó y tragó. Levantó una ceja dándome entender que de ser que tuviera algo mi comida, a él también le pasaría algo.
—Ves, no tiene nada —Accedí y di un bocado —Nada que haga daño en pocas dosis —Dijo sonriendo.
—Me matas de la risa.
Comenzando a comer entablamos una plática del colegio de cómo vamos en las notas y ese tipo de cosas. Si hay algo que realmente me sorprendió de Ian es que es realmente inteligente y habla tres idiomas, me comentó que su mamá es mexicana y su papá estadounidense entonces el hecho de que nació en estados unidos tuvo que aprender el inglés como su idioma natal pero por parte de su mama aprendió el español y al cumplir 13 años se fue a estudiar a Italia por dos años, tiempo suficiente para aprender el italiano también y al parecer los dos idiomas los habla perfectamente bien, sin duda nunca pensé que el chico mujeriego tuviera tales cualidades.
La comida estuvo realmente buena no creí que fuera tan bueno para cocinar, otra cualidad a su favor.
—Estuvo rica la cena.
—Cuando era pequeño mi madre me llevaba con ella a sus clases de cocina y aunque suene raro se me quedó un poco de todo lo que ella aprendió— eso lo dijo acompañado de una sonrisa, una sonrisa… ¿sincera? Una que yo no le conocía, por lo regular en el colegio lo veía con mi hermano, serio o con su cara de "tú, tú y tú se mueren por mi" su sonrisa arrogante, o las veces en las que venía a visitar a mi hermano siempre se la pasaba serio pero esta sonrisa era... diferente. Creo que es la primera vez que tengo una conversación con él, donde no hay insultos, desprecios ni amenazas, de hecho, es la primera conversación decente que tengo con él.
Después de lavar los platos me fui a mi habitación, le marqué a mi hermano para preguntarle a qué hora regresaría, no me sorprendí cuando me dijo que se quedaría en casa de su novia, lo que si me sorprendió es que me dejara a mí en la casa a solas con Ian, después de despedirme colgué, salí y me dirigí a la sala donde estaba Ian.
—Iré a la tienda, ¿necesitas algo? —Dije mientras desenredaba mis audífonos.
—Sí —Se levantó y sacó su cartera del bolsillo de atrás, sacó un billete y me lo dio.
—¿Qué necesitas?
—Un lubricante y un paquete de condones… talla grande.
Achiné los ojos y sentí como la cara se me ponía roja —Yo no te voy a traer tus porquerías — Dije aventándole el billete en la cara. Ian se comenzó a reír y yo salí de la casa, caminé por la banqueta con paso apresurado cuando escuché que me gritó.
—¡Oye! ¿No irás en el auto? Es noche y la tienda no está cercana. —Decidí ignorarlo, este que se cree.
Caminé un par de cuadras hasta que me detuve para poner música, miré al cielo, estaba totalmente lleno de estrellas y aunque a luna no se veía por ninguna parte, estaba alumbrado. Me gustaba salir por las noches a caminar sola, solo yo con mis pensamientos y un poco de música. Tenía tantas cosas en la cabeza, principalmente lo de Jack, era un tema que me rondaba desde hace meses, y más cuando mis amigas me daban consejos y me contaban algunas experiencias y yo no podía sentir lo que ellas decían que debería de sentir. Quería mucho a Jack, lo conocía hace años y él me conocía a la perfección, habíamos pasado muchas cosas juntos y creía que él debería ser la primera persona en mi vida, pero no lograba sentirme segura, aunque me lo dijera a mí misma mil veces. No lograba sentir eso que Henna me contaba, deseo, lo amaba, pero en ese aspecto no sentía la necesidad de estar con él, siempre he creído que es el miedo lo que me inhibe, miedo al dolor del momento, miedo de que algo salga mal y haya un embarazo no deseado, etc. Me sumergí tanto en mis pensamientos que cuando menos me di cuenta ya estaba afuera de la tienda, ni siquiera supe cuánto tiempo estuve parada frente a la puerta.
Antes de entrar, un auto se paró en frente, bajaron la ventana y vi a Ian.
—¿Qué quieres?
—Por fin te encontré, fui a dos tiendas antes y nada más no estabas. Te andaba buscando para decirte que los condones fueran de sabor de Uva por favor.
—Hijo de… —Respiré y entré a la tienda, compré lo que necesitaba y al salir Ian seguía ahí, volví a ignorarlo y caminé por la banqueta.
—Sube por favor
—Prefiero caminar
—Es noche, no dejaré que andes sola.
—Aquí es seguro. —Dije mientras seguía caminando y él me seguía lentamente.
—Si no subes te seguiré hasta la casa.
Me encogí de hombros —¡No señor, déjeme en paz! —Grité para que las personas cercanas escucharan y apresuré el paso. Ian abrió grandes los ojos.
—Hyemi ¿Qué haces? Sube ya.
—¡No iré con usted a ningún lado! —Ian detuvo el auto y se bajó. Vi como las personas se detuvieron y comenzaron a mirar.
—Hyemi
Yo al ver que venía hacia mi comencé a correr, dentro de mí me regocijaba. Ian se dio por vencido al ver que la cosa se veía fea a la expectativa de los demás. Subió al auto y se fue.
Después de unos minutos llegué a la casa, vi que la puerta estaba cerrada. Busqué en mi ropa, pero no tenía las llaves. Ian había llegado ya que el auto estaba afuera. Toqué la puerta varias veces, pero no se escuchaba nada. Después de gritarle y casi tumbar la puerta se asomó por una ventana.
—¿Sí? ¿Qué se le ofrece?
—Deja de hacerte el tonto y ábreme.
—¿Compraste mis condones?
—No
—Entonces no puedes entrar.
—¿Estás bromeando?
—¿Esta es una cara de broma? —Dijo poniendo la cara seria. Si no fuera porque ya me estaba enojando no hubiera podido contener la risa.
—Abre
—Nop
Pensé en entrar por el patio, pero de nuevo como si me hubiera leído la mente me reafirmó que estaba cerrado.
—Toda la casa tiene llave, hasta las ventanas, querías andar de graciosa haciendo creer que quería hacerte algo malo, pues te quedarás afuera hasta que Jason venga.
—Jaison no vendrá a dormir hoy.
—Lo sé — una sonrisa de oreja a oreja se formó en su estúpido rostro. De pronto bajó la cortina y desapareció.
Decidí no perder mi dignidad rogándole, eso era lo que él quería así que mejor decidí marcarle a una de mis amigas y decirle si podía quedarme en su casa. Henna aceptó y pronto pedí un taxi a su casa. Al llegar me preguntó que porqué decidí quedarme con ella, omití los detalles ya que sabía que si le contaba no me iba a dejar en paz.Platicamos un poco de otras cosas, pronto nos quedamos dormidas. Al despertar temprano me aseguré de que Jason ya estuviera en la casa, al confirmarlo volví y al entrar lo primero que vi fue a Ian desayunando en bóxer.—Buenos días ¿cómo amaneciste? ¿dormiste bien?Sentía como la tripa se me retorcía y la bilis se me derramaba, pero sabía que si le
El celular de él comenzó a sonar, miró la pantalla y luego lo bloqueó.—¿No piensas contestar?—No es importante —Dijo mientras no quitaba la vista del camino.—¿Una chica?—No exactamenteEl celular comenzó a sonar de nuevo y él hizo lo mismo de bloquear la pantalla. Logré ver el nombre de Theo. Creo que no mentía cuando le pregunté si se trataba de una chica. Así siguió sonando 4 o 5 veces más. Cuando por fin llegamos yo entré a la casa. Me llegó un mensaje de Jason confirmándome de nuevo que no pasaría la noche aquí. Le dije que estaba bien y que no se preocupar por mí.Vi
—¿Qué estás haciendo aquí? — Dije en un susurro, alterada, histérica.—Vine a terminar lo que comenzamos— Dijo con toda la seguridad del mundo mientas estiraba las sabanas de mi cama y descubría mi cuerpo.—Aléjate Ian— advertí.—¿O si no qué?—O si no grito y a Jason no le gustara que estés aquí ¿verdad? — Dije triunfante.—Eres como las típicas zorras calienta braguetas— pude notar molestia en su voz.—Primera y última vez que me hablas así estúpido— Levanté mi mano para darle una cachetada, pero él reaccionó más r&aacu
Vi caminar a Ian hacia la entrada, que para ser sincera se veía muy bien, es decir a pesar de ser una fiesta muy sencilla, fueron demasiadas personas importantes del trabajo de la señora por lo cual todos íbamos de vestido largo o de vestir, y esa ropa le sienta muy bien.—¿Quién es el chico? — preguntó Thony sacándome de mi pensamiento al ver que todas mirábamos como Ian caminaba con su cara de "sé que todos me miran".—Nadie— contesté restando importancia.—Es el chico que se quiere dar a mi amiga.
—¿Que putas te pasa? — Le grité mientras lo empujaba. Sus labios apenas rosaron los míos, pero no planeaba cometer otro error y mucho menos ser su plato de segunda mesa de nuevo. Lo que más me sorprendió es que no opuso resistencia y se hizo para atrás.Lo miré por unos segundos y vi como sus ojos se clavaban en mí.—¿Estas drogado o algo por el estilo? — Fue lo único que pudo salir de mi boca.El suspiró, y dejó caer la cabeza hacia atrás. —Esto es una mierda, no tiene caso, larguémonos de aquí.—¿Es una mierda? claro que es una mierda, ¿cómo te atreves a besarme después de haber follado con Lara? sabrá dios donde estuvo tu boca, quiero que te quede claro, conmigo no vas a hacer lo que te de la puta gana, conmigo no.Él simplemente miró al suelo, me quedé
Al despertar poco a poco noté la luz del sol entrando por mi ventana, tomé una almohada y la puse en mi cara. Recuerdos de la noche anterior pasaron por mi mente, la fiesta de la mamá de Jack, Hanna llorando, Ian con Lara, ¿Ian y Jack?... oh dios, caigo en cuenta de que en realidad no recuerdo casi nada después de los tragos de ayer. Por más que intento mis recuerdos son sumamente borrosos, lo último que recuerdo es que Ian me dio un electrolito y más de eso no hay nada en mi mente... Quité la almohada de mi cara y abrí los ojos poco a poco adecuando mi retina a la luz, me doy cuenta de que estoy en mi habitación, rápido me siento en la cama, cosa de la que me arrepentí en el instante, siento mil latidas en mi cabeza, parece que me va a explotar o algo así, me recosté de nuevo despacio, algo que fue en vano ya que fue peor para mí, siento como si el techo diera vueltas, si
—Continúa Ian— dije esperando una respuesta.—Creo que esto no me corresponde decírtelo ¿por qué no le preguntas mejor a él?—Eso ya lo hice y negó que lo que yo vi fuera verdad.—¿Ah sí? Bueno eso ya es problema de ustedes ¿no crees?—Dime por favor, Ian, necesito saber que está pasando entre ustedes, primero comienza a comportarse extraño, después pasa eso ayer y hoy me niega que haya sido verdad cuando tú me estás diciendo que si sucedió algo.—Problema de borrachos ya sabes.—Tú no estabas borracho.—Pero él sí.Supe que no lograría sacarle información —Como sea, no te voy a rogar— después me fui a mi habitación.Narra IanVi a Hyemi salir de la habitaci&
NarraHyemi.No podía creer lo que mis oídos estaban escuchando, me quedé paralizada viendo como Jack me miraba con la servilleta en su nariz.—¿Qué estás diciendo? — pregunté teniendo la esperanza de que lo que escuché fuera un error.—Que se tiró a otra— dijo Ian sin quitarle la mirada a Jack.Puse mi mirada en él para verlo, vi su rostro, sabía que lo disfrutaba ¿Esto era un tipo de venganza hacia mí? Lo único que pude hacer fue gritarle que se largara, que esto era cosa de Jack y mía, él no tenía nada que estar haciendo aquí.—¿Qué? ¿me estás corriendo? por si lo no sabes, si no fuera por mí, que yo vi cómo se tiraba a la puta en el baño de hombres, este imbécil te seguiría poniendo los cuernos.