—¿Ya me dirás por qué me regresaron a casa sin motivo aparente?—preguntó Ivy con el ceño fruncido.Sin embargo Tyler no parecía prestarle atención, sólo se mantuvo de pie cerca de la puerta con cara de pocos amigos, acción que sólo hizo enojar más a la muchacha.—Está bien, no me digas, no es como que te necesite—aseguró alejándose de él.—¿A dónde vas?—le preguntó el chófer mirándola fijamente.—No es asunto tuyo—masculló.En realidad no era imbécil, sabía que salir por la puerta delantera era mala idea porque Tyler la estaba bloqueando así que optó por la puerta trasera que además conectaba directamente con el mar, una caminata no arreglaría su angustia pero la vista desde luego la podía distraer.Cuando finalmente pudo encontrar las llaves y poner un pie fuera del hogar casi sufre un infarto al encontrarse con Tyler nuevamente, no lucía para nada contento a juzgar por su semblante.—¿Cómo es que llegaste tan rápido?—Señorita Hoogen, es usted más testaruda de lo que me advirtieron,
—¿Y como te enteraste? —¿Es todo lo que vas a preguntar? Realmente eres increíble, te estoy diciendo que estás en riesgo a muerte y parece no preocuparte. —Honestamente el descanso eterno sería lo mejor que me podría ocurrir, no más trabajo, crisis existenciales, engaños, el cielo es el límite—Respondió colocándose de pie. Ivy estaba consiente de que el contraer matrimonio en esas circunstancias acarreaban muchos problemas, pero no creía que existiese algo peor que ser secuestrada y maltratada. Hizo una pequeña pausa para observar la hermosa vista al mar desde las ventanas de cristal. —Respondiendo a tu pregunta escuché a Mathew hablar por teléfono y decir que su matrimonio es arreglado, no pensé que serías ese tipo de persona... —Idealizar no es bueno Tyler y por unos millones cualquiera lo pensaría. —¿No te avergüenza tal acción? —Pasar vergüenza es mi pan de cada día así que ya estoy acostumbrada, siguiente pregunta. —¿Por qué actúan como una pareja? —Hipoteticamente lo som
La escena era como una telenovela y todo se movía en cámara lenta, si bien era cierto que no era correcto mirar de esa forma a su empleado era inevitable cuando Tyler resultaba tan llamativo, él cantaba alguna canción y se veía tan concentrado que era imposible notar que Ivy lo observaba sin parpadear, también le intrigada, quería saber mucho más de aquel hombre ya que de cierta forma ya tenían una amistad.Pasados los minutos Tyler al ver la poca ayuda que recibía o más bien ninguna, rocío de agua los pies de Ivy con la manguera haciéndola retroceder de golpe tropezando con una roca y por un segundo pensó que caería al césped y se rompería algún hueso pero nunca pasó. Tyler sostenía su cuerpo como si ella fuera de cristal por la manera en que se aferraba a Ivy y la miraba con detenimiento.Las pecas en su rostro le daba un toque más tierno y aunque ella no era el tipo de mujer tímida ante una mirada o de pocas palabras era como si su mente se hubiera quedado en blanco.—Tienes bonit
Tyler. Era difícil para Tyler explicar con exactitud lo que estaba sucediendo y por qué de repente había accedido a hacer todo lo que Ivy quería, más allá de que fuera su jefa no estaba obligado, pero aún así no le desagradaba hacerle compañía a esa chica solitaria que se notaba a leguas que necesitaba a alguien, quizás por esa razón no le sorprendió que se tomará la mitad de la botella con una rapidez impresionante hasta embriagarse y permanecer sentada en un rincón viendo hacia el vacío. Eran las once de la media noche y Mathew todavía no aparecía así que tomó la iniciativa de llamarlo, no porque le preocupara realmente si no porque sabía que a Ivy si le angustiaba, lo había repetido un par de veces durante la noche. —¿Que hizo Ivy? —Fué lo primero que preguntó al atender. —Nada en particular, es sólo que había estado algo preocupada y deseando saber lo que sucedió... —Estaré allá en una hora. Fue todo lo que dijo para después colgar. No le sorprendía, Mathew Hoogen era una pe
Ivy.Aunque le dolía la cabeza no era tan intenso como los despertares anteriores después de cada borrachera, también recordaba gran padre de lo que había sucedido la noche anterior, había sido liberador contarle a alguien más lo que había pasado, de pronto entendía mejor que el silencio causa mucho más daño que un golpe y que no todos los hombres deseaban herirla, la bondad existía y la había visto en los ojos de aquel muchacho. La forma en que sujetaba sus manos y ponía atención a cada palabra, su impotencia al escuchar que jamás se hizo justicia y que después de tanta violencia aún no hay un cierre para ella.Le dolía pensar en eso, pero Ivy entendía que la vida muchas veces era cruda y no habían finales felices, sucedía lo que se suponía que debía suceder. Pero el refugiarse entre los brazos del joven le hacía bien, también le daba esperanza.Observó toda su habitación y las ventanas aún se mantenían abiertas, no había nadie durmiendo a su lado, lo que daba a entender que Mathew n
Haber elegido el auto descapotable fue la mejor decisión por parte de Tyler, Ivy eufórica se puso de pie en el asiento sintiendo la brisa fresca en su rostro haciendo caso omiso a las miradas de los transeúntes o el chófer preocupado de que pudiera lastimarse, era su momento de gloria después de haber derramado unas cuantas lágrimas, parecía que serían las últimas porque no tardó ni cinco minutos en elegir ese vestido con quién el viento parecía ir de un lado a otro mostrando su bikini verde menta abajo de él.Ivy no sentía vergüenza, de hecho le gustaba tener los ojos de Tyler sobre ella. Quizás estaba llevando aquello demasiado lejos y después se lamentaría aunque lo dudaba, no era el tipo de mujer que se arrepintiera de cualquier decisión que le proporcionara felicidad.Conducir nunca se sintió tan mágico desde que estuvo al lado de él, era raro, ella no era precisamente una chica cursi pero ahí estaba romantizando cada pequeño detalle.—¿Te gusta el paisaje? —Preguntó el muchacho.
Ambos se miraron fijamente mientras sus respiraciones aún continuaban aceleradas, pero Ivy quería ir mucho más allá de lo que le dictaban sus impulsos y como si Tyler pudiera leer sus pensamientos la tomó de sus caderas y la acercó a él nuevamente mientras la joven sentía que ardería ante tanto deseo, no sabía a dónde llevarían todo eso pero la noche era mágica y no podían desperdiciarla con pensamientos intrusivos. —¿Estás consiente del lío en el que estamos?— Preguntó Tyler en voz baja—. Podría detenerme cuando quieras... —No quiero que pares Tyler—interrumpió. —Si que te gustan los problemas Montana—Respondió mientras la muchacha mordía el lóbulo de su oreja. —Y a tal parece que a ti te gustan las chicas problemáticas—se defendió con una sonrisa coqueta. Recorrió sus manos por todo el torso de Tyler y luego bajó hasta su entrepierna mientras el joven se esforzaba por no perder el control pero tal parecía que Ivy deseaba llevar las riendas de la situación, hasta que el muchacho
Ivy se sentía agotada y merecía una larga siesta por el agetreado día que había tenido, aún seguía recordando todo lo que había sucedido y era difícil de creerlo, realmente había compartido una noche con Tyler y no solo eso, le había encantado. Escuchó la puerta abrirse y fingió estar dormida nuevamente porque reconocía perfectamente los pasos de Mathew y su forma de tararear alguna canción de su adolescencia.Era el tipo de chico que pese a los años de vida seguía disfrutando de las mismas canciones, los mismos pasatiempos y deportes, una parte de ella se sentía mal por haberlo traicionado y otra muchísimo peor por conocerlo tan bien.—Ivy, sé que estás despierta, literalmente acabas de mover un pie—dijo con desgana.—Etonces deberías asumir que no deseo hablar contigo.—Eres mi esposa y debes hablar conmigo siempre que quiera porque ese es tu deber...—No empieces Mathew, siempre dices que está relación no es real—intervino Ivy molesta.—Me vine a disculpar por haberte tratado así.