Haber elegido el auto descapotable fue la mejor decisión por parte de Tyler, Ivy eufórica se puso de pie en el asiento sintiendo la brisa fresca en su rostro haciendo caso omiso a las miradas de los transeúntes o el chófer preocupado de que pudiera lastimarse, era su momento de gloria después de haber derramado unas cuantas lágrimas, parecía que serían las últimas porque no tardó ni cinco minutos en elegir ese vestido con quién el viento parecía ir de un lado a otro mostrando su bikini verde menta abajo de él.Ivy no sentía vergüenza, de hecho le gustaba tener los ojos de Tyler sobre ella. Quizás estaba llevando aquello demasiado lejos y después se lamentaría aunque lo dudaba, no era el tipo de mujer que se arrepintiera de cualquier decisión que le proporcionara felicidad.Conducir nunca se sintió tan mágico desde que estuvo al lado de él, era raro, ella no era precisamente una chica cursi pero ahí estaba romantizando cada pequeño detalle.—¿Te gusta el paisaje? —Preguntó el muchacho.
Ambos se miraron fijamente mientras sus respiraciones aún continuaban aceleradas, pero Ivy quería ir mucho más allá de lo que le dictaban sus impulsos y como si Tyler pudiera leer sus pensamientos la tomó de sus caderas y la acercó a él nuevamente mientras la joven sentía que ardería ante tanto deseo, no sabía a dónde llevarían todo eso pero la noche era mágica y no podían desperdiciarla con pensamientos intrusivos. —¿Estás consiente del lío en el que estamos?— Preguntó Tyler en voz baja—. Podría detenerme cuando quieras... —No quiero que pares Tyler—interrumpió. —Si que te gustan los problemas Montana—Respondió mientras la muchacha mordía el lóbulo de su oreja. —Y a tal parece que a ti te gustan las chicas problemáticas—se defendió con una sonrisa coqueta. Recorrió sus manos por todo el torso de Tyler y luego bajó hasta su entrepierna mientras el joven se esforzaba por no perder el control pero tal parecía que Ivy deseaba llevar las riendas de la situación, hasta que el muchacho
Ivy se sentía agotada y merecía una larga siesta por el agetreado día que había tenido, aún seguía recordando todo lo que había sucedido y era difícil de creerlo, realmente había compartido una noche con Tyler y no solo eso, le había encantado. Escuchó la puerta abrirse y fingió estar dormida nuevamente porque reconocía perfectamente los pasos de Mathew y su forma de tararear alguna canción de su adolescencia.Era el tipo de chico que pese a los años de vida seguía disfrutando de las mismas canciones, los mismos pasatiempos y deportes, una parte de ella se sentía mal por haberlo traicionado y otra muchísimo peor por conocerlo tan bien.—Ivy, sé que estás despierta, literalmente acabas de mover un pie—dijo con desgana.—Etonces deberías asumir que no deseo hablar contigo.—Eres mi esposa y debes hablar conmigo siempre que quiera porque ese es tu deber...—No empieces Mathew, siempre dices que está relación no es real—intervino Ivy molesta.—Me vine a disculpar por haberte tratado así.
—¿Sucede algo Ivy? Te noto más callada de lo normal y no comiste demasiado en el desayuno. Aunque estaban almorzando en uno de los mejores restaurantes de la localidad la joven no se lo estaba disfrutando en lo absoluto, en realidad se sentía mal por todo lo que estaba sucediendo. Jamás pensó que llegaría a el punto de crear vínculos tan tóxicos o que se convertiría en una persona infiel, tampoco que después de aquella noche Tyler no había vuelto a cruzar una palabra con ella, quizás de todo eso era lo que más la angustiaba. La infidelidad de su esposo y Esmeralda era solo la punta del iceberg. —No tengo que hablar todo el tiempo—respondió —Me sigue pareciendo extraño, si hay algo que te incomoda podrías decírmelo, soy tu esposo ¿No? —En ocasiones lo eres... Mathew se sentó a su lado con un gesto serio probablemente en busca de la verdad, lo que no sabía es que a Ivy no le podría importar menos si él se molestaba o no. —Yo creo que sí hay algo más, generalmente estás arruinando
—Bueno Ivy, prepárate para hacer lo que yo te diga... —No puedo creer que haya perdido ante un cabeza hueca como tu—se quejó mirando a su esposo con enojo. —Hace rato me abrazabas y gritabas como una pequeña y ahora me insultas, si que eres impresionante —bromeó Mathew. Ivy se confío que podría ganar la apuesta debido a su experiencia en aquella casa embrujada, pero había olvidado el hombre con la motosierra. Por supuesto que gritó y salió corriendo a toda velocidad por segunda vez y aunque Mathew también parecía entrar en pánico se mantuvo mucho más cuerdo en comparación así que no podía protestar ante su derrota. —Bueno, debo cumplir con mi palabra así que hagámoslo—opinó unos minutos después. Una sonrisa maliciosa se mostró en el rostro de Mathew, sabía perfectamente que estaba a su merced y no desaprovecharía la oportunidad. —Quiero que grabes un vídeo conmigo pasándola increíble y me digas que estás perdidamente enamorada de mi, una vez lo hayas hecho lo subirás a internet..
No sucedió como en las películas, no hubieron últimas palabras antes de dejar de respirar ni tampoco cayó una tormenta sobre ellos. Esmeralda ya no formaba parte de este mundo y ese parecía ser el inicio del más ardiente infierno.Aunque sonara un tanto irreal, no era la primera vez que Ivy miraba a una persona morir. Richie era un ser frívolo y como si el maltrato físico y emocional suministrado a una versión de ella más joven no fuese suficiente, disparó a uno de sus empleados tras negarse a abusar sexualmente de Ivy mientras el pretendía observar la escena desde su sillón, enojado tras no obtener lo que quería dejó a la chica a cargo de la limpieza, quería vivir pese a las circunstancias así que hizo lo que se le pidió.Sabiendo esto, no era nada novedoso aunque desde luego sentía mucha pena por la chica. No entendía por qué razón alguien asesinaría a Esmeralda a sangre fría, no parecía tener problemas ni ser conflictiva.Quizás había un futuro brillante por delante y todo eso se d
Ivy sentía que algo dentro de ella había cambiado, seguía observando fijamente hacia su abrigo que aún conservaba algunas manchas de la sangre de Esmeralda, Mathew por otro lado se había negado a asistir al funeral porque eso significaría más polémica, y aunque ella hubiera deseado que fuese de otra manera al final era lo mejor. Mientras empacaban su esposo la ayudaba con algunas cosas, eso le extrañaba muchísimo ya que Mathew no era de ese tipo.—Creo que ese abrigo deberíamos desecharlo, no te hará bien pasar tanto tiempo mirándolo...—Es inevitable, se suponía que este verano sería liberador para mí y ahora tengo menos estabilidad mental a cuando llegué y para colmo un cadáver—contestó en voz baja.—Quizás podamos optar por vivir esta vez en un lugar más restringido...—Ese no es el punto, aún ni siquiera sabemos por qué la mataron.—Tal parece que Esmeralda tenía familia problemática, sólo eso alcancé a descubrir—respondió.—Ese no es el punto Mathew...—Hago todo lo que puedo ¿Si
Mathew seguía bebiendo mientras Ivy leía algunas revistas que estaban en la mesa, le sorprendía lo mucho que a las personas le interesaba la vida de los demás y el como mucho de lo que se rumoraba era una farsa. Ella no era el tipo de persona que estaba al pendiente de celebridades pero a veces podía entender un poco más la angustia de ser observada, de tener que asumir un papel en su vida para poder estar en calma y muchas veces reprimir sus emociones.Ivy no tenía claro en ese momento que elección tomar, luego de la charla con Carolina no había vuelto a encontrarse a Tyler, aunque ambos sabían que aquel encuentro no garantizaba absolutamente nada.—¿Entonces por qué me siento así?—Murmuró.Mathew se giró hacia ella con una sonrisa burlona mientras degustaba el vino en su copa.—Creo que en lugar de traerte de luna de miel debí recluirte en algún sanatorio...—Vete al diablo, como si nunca hubieras hablado solo—se defendió la muchacha mirándolo con enojo.—Necesitas salir más, puede