Alaia estaba acomodando unos libros en la estantería cuando escuchó el timbre. Abrió la puerta con una ligera sorpresa al encontrar a Nolan del otro lado. —¿Nolan? No esperaba verte tan pronto —dijo ladeando la cabeza, sintiendo un nudo formarse en su estómago.Esperaba verlo al día siguiente en el hospital, donde supuso que él le haría más preguntas. Sin embargo, algo en su semblante revelaba que la situación había cambiado, y la urgencia en sus ojos no pasó desapercibida para ella. Se apartó para dejarlo entrar, sintiendo cómo una mezcla de emociones se arremolinaban en su interior al ver sus facciones todavía endurecidas. Alaia no sabía qué esperar de su visita.Nolan entró sin decir nada al principio, observando la sala de la pequeña casa como si buscara algo que ni siquiera él tenía claro. Finalmente, cuando se giró para mirarla, sus ojos tenían un brillo que Alaia no lograba descifrar.—Busqué las pruebas que me diste... —su voz sonaba tensa, casi dura—. Y resultaron ciertas.
Por unos segundos, el silencio se apoderó del lugar. Alaia tenía los puños apretados sobre la mesa, pero se obligó a mantener la compostura. Su mirada, fija en Agnes, revelaba el esfuerzo que hacía para no dejarse llevar por el impulso de arrancarle la cabellera en ese mismo instante. Nolan, sin embargo, no pudo contenerse.Se giró bruscamente hacia su cuñada, su expresión seria y desafiante. Agnes, sin inmutarse, alzó una ceja, retadora.—No hagas ese tipo de comentarios, Agnes —dijo Nolan con firmeza, su voz era cortante.Alaia sintió un leve alivio al escuchar a Nolan intervenir, pero la furia contenida seguía ardiendo en su interior. Agnes, en cambio, no mostró ninguna señal de arrepentimiento. Se cruzó de brazos, fulminando a Alaia con la mirada. Estaba convencida de que su cuñado había caído en un hechizo, al igual que su marido. "¿Cómo puede Nolan estar tan ciego?", pensó Agnes, sus ojos destilando desprecio. Apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando Logan entró en la sala. E
El restaurante quedó sumido en un incómodo silencio tras la brusca salida de Agnes. El sonido de la puerta al cerrarse resonó en el aire, dejando un vacío solo roto por los crecientes murmullos de las personas alrededor de Alaia y Nolan. Las miradas furtivas de los presentes no pasaban desapercibidas para Alaia, pero lo que realmente le preocupaba era la amenaza que Agnes había dejado caer."Esto no se quedará así". Esa advertencia era más que una simple frase, era una complicación que podría afectar sus planes, y el nudo en su estómago lo confirmaba.Nolan, sentado a su lado, observó su rostro preocupado y se inclinó ligeramente hacia ella, hablando en voz baja.—No le temas a las amenazas de Agnes —dijo con seguridad—. Yo me voy a encargar de eso.Alaia lo miró, sus ojos reflejaban una mezcla de agradecimiento y duda.—No quiero meterte en problemas, Nolan —respondió, sin querer implicarlo más en ese embrollo.Él la miró con una seriedad que no daba lugar a discusión.—Ya estoy inv
El sol apenas comenzaba a asomarse por las ventanas del hospital cuando Nolan y Alaia ya se encontraban en el consultorio de ella, sentados frente a frente hablando en tono bajo.Nolan, con su expresión seria observaba con interés mientras Alaia repasaba sus planes. Sin embargo, solo mencionaba aquellos que involucraban a Agnes, cuidando de no revelar nada sobre Liam.—Lo que estás proponiendo tiene sentido —dijo Nolan después de un rato, asintiendo con aprobación—. Si logramos desacreditar a Agnes, su influencia disminuirá considerablemente.Alaia frunció los labios en una fina línea, como si pesara cada palabra antes de hablar. —Exacto. Solo espero que no sospeche demasiado —hizo una pausa antes de mirarlo a los ojos—. Nolan, necesito pedirte algo más. Él inclinó la cabeza, invitándola a continuar.—Quiero pasar más tiempo con Logan, pero necesito tu ayuda. Sé que no es una buena idea… —El tono de Alaia se fue apagando al ver cómo la expresión de Nolan cambiaba a una mezcla de cau
Alaia sintió cómo el estómago se le encogía, pero se obligó a mantener una fachada impasible. Frunció levemente el ceño, disimulando cualquier nerviosismo. —No, Nolan. Solo lo conozco desde que llegué a la manada —respondió con calma. Este la miró fijamente por unos segundos, evaluando cada palabra que salía de sus labios. No quería admitir en voz alta la sospecha que lo atormentaba: que su propio gemelo podría estar interesado en ella también. —Me pareció que... —se interrumpió, mordiéndose el interior de la mejilla. No era momento para sus celos. Finalmente, carraspeó y desvió la mirada. —Debemos tener cuidado a partir de ahora. Sobre todo con Agnes y Liam. No quiero que interfieran en nuestros planes. —De acuerdo —respondió Alaia, con la misma serenidad calculada. Ambos se despidieron, conscientes de que la situación se volvía cada vez más peligrosa, con secretos que amenazaban con salir a la luz en cualquier momento. *** Liam caminaba a grandes zancadas, sus pasos resonaba
Las palabras de Liam impactaron a Agnes como una bofetada. Su rostro palideció y sus manos temblaron, pero trató de mantener la compostura.—Soy tu Luna —espetó, con la mandíbula tensa—. Soy tu esposa, y como tal, tengo el derecho de preocuparme por tu bienestar y el de nuestra manada.—Conque eres mi Luna, ¿eh? —su tono era ácido—. Entonces dime, ¿dónde está el hijo que debías darme? Porque ambos sabemos bien que Logan no es tu hijo biológico. Agnes quedó congelada, su boca se abrió, pero no salió sonido alguno. La acusación la dejó sin aliento.—Liam, por favor, entiende...—¡No quiero entender nada! —gritó, acercándose aún más. Su voz estaba llena de desprecio—. En seis años, no me has dado un heredero. Si no cumples con tu deber de esposa y madre pronto, todo lo que hay aquí será para Logan. Y créeme, no querrás eso.Agnes intentó justificar el por qué no había podido concebir, pero sus palabras se enredaban en la furia de Liam.—¡El estrés! —gritó ella—. Desde que esa mujer lleg
—¿Estás celosa? —dijo con tono inquisitivo.Ella rió sin humor por su pregunta, rodando los ojos sin poderlo evitar.—¿Yo? —su tono era de incredulidad—. ¿Qué tengo yo que celarle a ese fósforo con tetas postizas? La comparación le causó gracia a Nolan, quien esbozó una pequeña sonrisa y la miró fijamente para intentar ver más allá de esa dura fachada que colocaba.—¿Segura? —alzó una ceja.—Completamente —carraspeó ella, alejándose un paso.Alaia miró fijamente a Nolan, sintiendo el peso de su mirada en ella. Era incómodo, casi asfixiante.—He rechazado sus coqueteos muchas veces —Nolan suspiró—. Lucía no entiende límites. La he rechazado muchas veces, y aun así sigue insistiendo. Esto ya pasó de los límites. No iba a permitir que siguiera...Alaia sintió una punzada en su pecho al escuchar eso y una duda comenzó a formarse en su mente. "¿Y qué hay de esos momentos en los que Nolan coqueteaba conmigo?" pensó. "¿Fueron solo un juego? ¿O acaso fue otra forma de manipularme?”—Está b
Lucía llegó a la casa con paso firme. Hacía años que no veía a aquel hombre, pero sabía que no tendría más opción. Tocó la puerta y, al abrirse, se encontró con los ojos oscuros de él, quien la escaneó de arriba a abajo con una mirada apreciativa.—Vaya, tan preciosa como siempre —saludó con una sonrisa ladeada.Lucía sonrió, sus labios se curvaron con una seducción calculada mientras se acercaba a él, acortando la distancia entre ambos.—Necesito también un favor —dijo con la voz baja, pero clara—. Tu fórmula infalible, Ragnar.El hombre levantó una ceja, con un atisbo de reluctancia en su semblante.—¿Y qué gano yo con eso? —replicó, claramente no dispuesto a ceder sin algo a cambio.Ella no perdió más tiempo. Se acercó aún más, lo tomó por el cuello y lo besó con urgencia. Sus manos recorrieron su pecho mientras le desabrochaba la camisa y lo empujaba hacia la cama. En cuestión de segundos, ambos estaban desnudos. Lucía lo montó sin vacilación, moviéndose sobre él con una energía