Después de que el Alfa me demostrara que la silla era nueva (dos veces) y que tuviera que ser él quien me pusiera la ropa, bajamos para buscar algo de cenar. Nuestros compañeros ahora simplemente dormitaban al rededor de la hoguera antes de bostezar e ir a las cabañas que habían tomado. Gail me dió una breve despedida antes de irse también. -¿Quién ha ido a cazar si todos se encontraban rascando sus vientres? - Pregunté con curiosidad. -Cleo. - Dijo Bo. - El ave más hermosa del mundo y a la que le acabo de terminar de hacer un gorrito para el frío. -¿De verdad? Bo señaló hacia un árbol cercano y vi a Cleo con los ojos cerrados encima de una rama gruesa. Efectivamente, tenía un gorrito negro que combinaba con sus plumas. -¿Dejó que se lo pusieras? -Si y le ha encantado. ¿No se ve feliz? El Alfa suspiró y siguió caminando. Bo se despidió para ir a dormir al poco rato y yo me dirigí hacia el Alfa. -Cleo se ha ganado a la manada. -No la viste en acción después d
El día había iniciado muy bien... y ahora no estaba yendo tan bien. Mis compañeros de manada, nuestra Dulce Madre los bendiga, nos habían apartado comida así que esos cinco divertidos minutos pude haberlos usado en su totalidad. Para cuando el Alfa por fin llegó junto a nosotros, tenía un aspecto... confundido. Dió algunas órdenes y nos pusimos en marcha. Me subí a la espalda de su lobo divertida de ver su expresión perdida. En el camino le ofrecí comida que tomó gentilmente con los dientes hasta que se terminó su ración. -Gracias. - Dijo con suavidad y regresó a su estado meditativo. No me reiría solo porque el lobo no sabía qué pasaba. Me pregunté vagamente si desconocía que eso podría hacerse con los pechos o si ni siquiera se le había ocurrido y ahora veía la ventana de posibilidades. Sea lo que sea, continuamos el silencioso viaje para el que solo nos detuvimos una hora después. Para ese momento se había recuperado lo suficiente como para no desviar su mirad
Yo no tenía experiencia en quemaduras, pero Ef si. Rápidamente me indicó qué hacer.Co estaba inconsciente y realmente pensé que le había caído un rayo, pero Ef me aseguró que esos dejaban otro tipo de daño.Más allá de un par de heridas, encontrarse helado y quemaduras en su rostro y parte del torso, no había nada más.-Un rayo debió caerse después del impacto del rayo y apresó su cuerpo. Las quemaduras surgieron cuando el árbol comenzó a incendiarse, me imagino. - Dijo Ef aplicándole más ungüento a la zona de su pecho con peor pinta. - Estará bien en pocos días.Un árbol incendiándose...En cuanto terminamos con Co, fui directa al Alfa Supremo.-Muéstreme sus manos.-Estoy bien.-Muéstreme. Sus. Manos.Lo hizo a regañadientes y yo le gruñí.Aún con poca luz en el rincón al que decidió retirarse, podía ver la carne viva en sus palmas.-Ya me lo suponía. - Dije estrechándole los ojos. - ¿Acaso volverá a esperar que adivinemos que se encuentra herido?-No es grave...-Así como tampoc
El problema no era la evidente emboscada, el problema era que el último grupo al que habíamos enfrentado tenían algunos trucos bajo la manga. Esperaba que este grupo no usara cosas extrañas para inmovilizar a sus víctimas, pero nunca se sabía.Comencé a moverme rápidamente preparando algunos venenos mientras el Alfa me cubría con su cuerpo; podría o no ser necesario, sin embargo no me arriesgaría.-Yo los distraeré mientras tu regresas con la manada. - Susurró tan bajo que creí que no me estaba hablando. -No voy a dejarlo solo. Sobre todo cuando ni siquiera los escuchó venir. - Repliqué importándome una mierda que me gruñera.-Vomi...-No.-Miren lo que nos trajo el viento, chicos. - Dijo una voz masculina. -¿Una pareja perdida?El Alfa me tomó por los hombros y me abrazó a su costado.Otros hombres comenzaron a salir del bosque a nuestro al rededor. -¿Una pareja? ¿Exiliados? - Dijo otro acercándose.El Alfa gruñó con advertencia.-Quizá estén buscando ser Renegados. - Dijo otro in
No encontramos el rastro del Alfa Supremo tampoco al siguiente día. La lluvia había disminuido lo suficiente como para que pudiéramos ver mucho mejor hacia adelante, pero tristemente sin éxito.Cada charco, cada par de metros llenos de lobo y troncos caídos no ayudaban en nuestra búsqueda.Ni siquiera nos dimos tiempo para dormir o comer mientras volvíamos sobre nuestros pasos y poníamos en marcha de nuevo el plan del Alfa Supremo: Formación en abanico y a buscar en cada jodida roca de nuestro camino.Nosa guiábamos bajo dos premisas:La primera, que el Alfa Supremo había desaparecido tras el rastro del grupo de Rengados que lo querían muerto.La segunda, que el Alfa Supremo había llegado hasta el grupo de Renegados que lo querían vivo.Yo rezaba porque fuera la segunda y no la primera.-Ellos dijeron que al Sur se estaba quemando un árbol y con él algo del bosque y por ese motivo se tuvieron que desviar y nos encontraron. - Dije con frotando mi cara con frustración.Había estado rem
Tres días. Pasaron tres días antes de que volviéramos a tener una pista. No es como si no peináramos el jodido bosque; incluso investigamos por encima de los árboles sin éxito. Cloe tampoco regresó en ese tiempo. No me preocupaba. Si ella quería ser un ave libre, podría serlo. Solo lamentaba que no me hubiera ayudado una última vez. Nos encontrábamos al rededor de una hoguera improvisada. El ambiente tenso no era nada que ver con las risas en nuestro territorio; cada uno estaba perdido en sus pensamientos. Incluso había escuchado susurrar a otros que lo más probable era que lo estuvieran torturando y que recibiríamos "esa" llamada pronto. Mi esperanza aún no disminuía. No es que estuviera siendo la más optimista de la manada, sino que si contemplábamos las posibilidades, creía que fuera más probable que quien quiera que lo haya capturado lo necesitara vivo. Ya lo hubieran matado de ser de otra manera. Durante nuestro tiempo buscándolo, yo no había podido dormir.
El viaje tardó al rededor de un día. Cleo solo se detuvo para cazar algo rápido antes de seguirnos guiando. -Esta área no recuerdo que la hayamos visto en nuestro camino hacia el Este. - Murmuré en los brazos de Gail. -No. - Estuvo de acuerdo. - Quizá nos desviamos porque yo tampoco recuerdo este enorme río. -Extraño. - Dije mirando nuestro entorno. - Quizá porque rodeamos aquella montaña en vez de atravesarla directamente. Ti había dicho que, en la prisa por huir de nosotros, seguramente los Renegados no habrían atravesado dicha montaña sino que prefirieron un camino menos accidentado para que siguieran teniendo ventaja sobre nosotros. Cleo simplemente pasó por encima así que eso hicimos nosotros también. O más bien Gail, yo hubiera tardado una eternidad. El río al que Gail se refería tenía un buen caudal y sospechaba que era profundo. Menos mal que Cleo no se dirigió directamente hacia allí porque parecía peligroso. Nada que ver con el dulce y helado río de nues
La cabeza del Alfa Ayax rodó por la alfombra ante los ojos atónitos de todos. -Mató... ¡Mató a su padre! - Gritó una de las lobas de mi manada que sostenía mi velo. -¡Corre! ¡El yer... yerno mató a su suegro! Los invitados corrían en todas direcciones, los gritos resonaban por toda la sala. Me sorprendió ver a mi nueva pareja sacudiendo sus garras para limpiar los restos sangrientos de ellas, por lo que me quedé quieta en un primer momento. A mí lado, mi hermana menor tembló de miedo. -¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ MATÓ A MI PAPÁ, POR QUÉ?! -Grité en cuanto me recuperé de la impresión. El me miró con una sonrisa siniestra. -¿Por qué? No hay razón, lo maté porque quise. Jeremías se lamió la sangre de sus garras sin apartar la vista de mis ojos. -Ahora te toca a ti, mi querida Luna. Di un tembloroso paso atrás, pero no había hacia dónde correr. -¡Guardias! ¡Guardias! Grité y apreté con fuerza la mano de mi hermana. Pero nadie me contestó, todo se volvió en caos. Mi