Aquellos que entendieron que debían de alejarse del árbol, se olvidaron que no me encontraba sola. Gail acabó rápidamente con ellos y nuestro pequeño rincón del bosque quedó en silencio.-Vaya, te estabas tomando en serio tu entrenamiento. - Dije bajando del árbol.-Por supuesto que si. - Dijo con un bufido. - ¿Acaso crees que llegaba destrozado a nuestra tienda solo por pasarme el día viendo flores? No todos podemos ver el culo de nuestro Alfa como entretenimiento en la manada, ¿Sabes? No hay mucho que hacer sin una misión.-Gracias por recordarme que tú supiste todo el tiempo que era el Alfa y me dejaste hablar mal de él en su cara. - Murmuré dando un pequeño salto para aterrizar junto a las víctimas. - Y, para que lo sepas, nadie te impide que le veas el trasero. No es mi culpa que no sea tu tipo.Él bufó.Un poco de charla frívola siempre era bienvenida después de una pelea en el que ambos pudimos haber resultado heridos de no contar con el elemento sorpresa.-¿Estaban llamando a
Todo había ido bien hasta que llegué a una intersección que claramente no había sido hecha de forma natural. Me asomé solo un poco para encontrar otro pasillo desierto y lleno de antorchas. Seguí caminando. El eco de mis pasos se camuflajeaba con el eco del agua al caer así que todo bien hasta aquí. Un par de pasos más y llegué hasta el final del túnel. Del túnel y de mi suerte ya que pude escuchar el ruido de múltiples risas en la siguiente intersección. Me pegué lo más posible a la roca y di un vistazo rápido. Era una especie de sitio de reunión gigante en el que se encontraban mesas y mesas llenas de lobos bebiendo, cantando, brindando y peleando. Volví a esconderme fuera de la vista. Fruncí el ceño. ¿Es que acaso creían que la manada del Alfa Supremo, nuestra manada, no los encontraría después de que raptaron a nuestro Alfa? Me ofendía. Bueno, solo un poco ya que, después de todo, nos había tomado días encontrar este lugar. Punto para ellos. Malditos.
Dejé de fingir ser un borracho apestoso (bueno, lo de apestoso no podía hacer mucho al respecto ahora mismo) y me dirigí hacia él.El pasillo en el que le habían encadenado se encontraba prácticamente desierto salvo por nosotros dos así que no me preocupé.En cuanto estuvo a mi alcance, enterré mis manos en su pelaje.-Joder, he estado muy preocupada...-...¿Vomi?Entonces su rostro quiso meterse prácticamente dentro de mi ropa.Extraño. Sobre todo considerando que apestaba pero ¿Quién era yo para juzgar cómo me recibía después de tantos días?-Mierda... Realmente eres tú. Eres tan encantadora...Fruncí el ceño. No por sus palabras sino por su pronunciar tan lento y cuidadoso.-¿Está bien? - Pregunté sacando su cara peluda de mi ropa holgada.-Drogado... un poco.Bueno, eso lo explicaba.Apreté los dientes. No era de extrañar que el pobre no haya salido de aquí a pesar de la mala seguridad.A menos que...-¿Puede romper esas cadenas?-Si.-Bien, entonces vámonos. - Dije agachándome p
Hubo un silencio repentino. La hembra se encontraba mirando fijamente al Alfa Supremo.Yo me mordí el labio con fuerza.-Bien. No hemos intentado con un macho; dale el afrodiasiaco nuevo y luego ayúdalo a animarse. No podemos seguir perdiendo tiempo en mi emparejamiento. -... ¡¿Yo?! - Preguntó el macho con incredulidad y algo de asco.-Tú, el primer idiota que encuentres... me importa un bledo siempre y cuando hagas el trabajo. Los del grupo de Calavera no se tardarán en descubrir que hemos capturado al Alfa Supremo y tendremos que movernos de aquí... de nuevo. Estoy harta del lugar de todas formas, pero no me moveré de aquí sin una marca en mi cuello y un cachorro en mi vientre. ¿Cuánto tardará en hacer efecto ésta vez?-Unos diez minutos. ¿Quieres meterlo a la jaula antes?-Esa no es una mala idea. La última vez rompió las jodidas cadenas que ese mentiroso contrabandista dijo que eran indestructibles incluso para el Alfa Supremo. - Dijo la hembra con un gruñido molesto. - Otro ma
El Alfa giró su cabeza hacia mí y sus ojos se volvieron negros cuando un latido diferente y menos doloroso se instaló entre mis piernas.¿Buen momento?Se transformó y pude ver que la jodida perra lo había desnudado. Algo que no ayudaba a mi líbido, pero que me hacía rabiar.Un cuarto pulso doloroso en mi pecho hizo que me tambaleara, el Alfa estuvo sobre mí en seguida.Sin dejar de mirarme a los ojos, dejó que sus colmillos crecieran y cortó un poco su muñeca llevándola después a mis labios.Yo chupé como una jodida adicta.Si se le ocurría reprocharme lo de su sangre más tarde, gruñiría en su cara y patearía su trasero porque todo esto era su culpa. ¿Quién en su sano juicio no querría un trozo de Alfa Supremo cuando se veía así?-Vomi. - Susurró a un suspiro de mi oreja. - Yo... no puedo.El qué no podía sería un misterio porque yo estaba ocupada recuperando mis sentidos.Jodidas gracias Dulce Madre que funcionara lo de su sangre.La herida había sanado hacía unos cinco segundos, a
Me levanté de un salto y corrí cerrando la jaula detrás de mí. No porque esperara atraparlos ahí dentro (duh! ellos tenían la llave) sino para ganar algunos preciosos segundos. No me estaba sintiendo muy bien. Y no me refería a mi primer mamada en público, sino a que ese jodido pulso extraño en mi cuerpo dolía y palpitaba al ritmo de mi corazón. No podría tener una pelea decente con la perra y, además de todo, la necesitaba viva. Solo un poquito más. Lo suficiente como para que diera algunas explicaciones y ubicaciones del resto de la escoria que seguía ocultándose. Después la despacharía de forma muy personal. Llegué al pasillo que se dividía en dos y tomé el camino de la izquierda. Simple lógica. La perra me creía un macho, así que pensaría que soy demasiado estúpido como para esconderme en algún lugar que no fuera con el resto de los borrachos. Que me busque, mientras tanto yo iba a investigar qué había por aquí. Cuando se calmaran las aguas, saldría del lugar,
-¿Ahora adoptas... cachorros, Vomi? - Dijo el Alfa desde el suelo.Yo rodé los ojos. -Usted está muerto. No crea que estoy muy feliz porque se dejara atrapar. - Dije con un pequeño puchero mientras Bart tomaba al cachorro de mi ropa. -No fue... intencional.-No fue intencional. - Repetí con un gruñido. - Ya hablaremos de lo intencional que pudo haber sido, Alfa. Ahora, ¿Hay alguna forma de salir de aquí sin pasar por los borrachos de enfrente?-No. - Dijo Bart visiblemente más calmado. Le pasé un par de plantas para que masticara. - Unica entrada y salida es la de allá.-Hay que joderse entonces... - Me sostuve de su hombro cuando un nuevo pulso latió en mi corazón. - Mierda, me siento muy mal.El Alfa abrió los ojos y miró en mi dirección.-¿Dónde... la manada...?-Buscándolo en algún lugar a un día de distancia de aquí. - Dije frunciendo el ceño. - Espero que le gusten sus lobos llenos de flores porque en este momento están en mi lista negra. -¿Has venido sola? - Gruñó enojado.-
Aquella cueva parecía malditamente profunda.Cuando me interné allí parecía que estaban teniendo una fiesta o alguna mierda. Menos mal que solo la mitad de ellos me había seguido hacia afuera.Yo no era invencible ni pretendía serlo, así que al ver la cantidad de lobos detrás de mí supe que no podría enfrentarme a ellos yo solo. Iris también se había vuelto sorprendente, pero no correría el riesgo de ponerla en peligro para que me ayudara con unos cuantos.Lo mejor que se me pudo ocurrir fue correr en dirección en donde se encontraba aproximadamente mi nueva manada y rezar por encontrarlos.Esperaba que Iris no se metiera en problemas mientras tanto pero... ¿A quién engañaba? Desde pequeños esa chica siempre estaba en primera fila para el peligro.-Escucha... Gail. - Dijo el Alfa, padre de Iris, detrás de su escritorio con el ceño fruncido. - No quiero cortarle las alas a mi pequeña porque en cuanto sea una Luna de otra manada lo más probable es que su pareja lo haga. Sin embargo, co