Capítulo 117.

Los chicos habían dicho que había un pequeño riachuelo hacia el Norte así que me dirigí hacia allí y me senté en una roca cuando lo encontré.

Cleo chilló y encontró una rama cercana para posarse.

-Gracias chica, aprecio la compañía. - Murmuré abrazando mis piernas.

No me arrepentía de todo lo que había dicho.

Me mantendría firme en mis convicciones, no abusaría del débil.

Papá estaría decepcionado.

Cerré los ojos y recordé cómo aprendí esa lección.

-Tu destino es ser una Luna. - Dijo papá sin levantar la vista de los documentos que estaba revisando.

Me citó en su oficina aquella mañana y pensé que era para felicitarme por mi cumpleaños número siete.

- A partir de mañana vendrás a mi oficina y te enseñaré a llevar nuestros libros contables. Puedes retirarte.

Como la pequeña cachorra que era, no pude evitar sentirme triste y pensar que papá no me quería.

Si podía tomarse dos minutos para entrenarme, ¿No podría tomar un segundo para felicitarme?

Los lobos de
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