Regresamos con la manada de la mano. Si a alguien le pareció extraño se guardaron sus opiniones. Incluso Gail dejó sus comentarios sarcásticos y sus miradas burlonas. Quizá me había perdido algo. -¿Listos para partir, manada? -Si, Alfa. -Bien. Se transformó y me dió la espalda para que subiera. -Iremos al siguiente punto a investigar y luego acamparemos en el bosque si no encontramos nada interesante. - Dijo el Alfa con voz tranquila. Imaginé que esa información era para mí. -Si, Alfa. Partimos en silencio, pero unos cinco minutos después mi curiosidad pudo más. -¿Puedo preguntar qué pasó con los Renegados que encontramos? El Alfa se tardó tanto en contestar que pensé que solo estaba ignorando mi pregunta. -Tú estás en contra de aprovecharte del débil, yo estoy en contra de dejar cabos sueltos, Vomi. Ah. Tenía sentido, de hecho. No necesitaba tener a unos cuantos renegados con rencor buscándolo en el futuro. Ya tenía suficiente con los que lo busc
-¡Cleo! -Grité para que bajara del cielo. En cuanto lo hizo le envié con Gail.Quizá podría necesitar ayuda extra.Escuchamos un largo aullido proveniente del Alfa Supremo. Bo y Ef corrieron hacia el frente ignorando las pequeñas batallas a nuestro al rededor.Ef resopló.-Claro que podrán diferenciarnos solo por eso. - Murmuró sin perder el paso mientras un grupo se acercaba.Me sorprendió que los lobos que corrían hacia nuestra dirección nos ignoraran después de un rápido vistazo a nuestras caras. Vimos a un par de nuestros compañeros ya sometiendo a algunos lobos en nuestro camino.Finalmente llegamos a la casa de la manada en donde una decena de lobos se puso en posición de defensa antes de ver las caras de mis compañeros y recomponerse.-Gracias a la Gran Madre. - Dijo uno acercándose. Bo me puso finalmente en el suelo. - Tenemos a varios civiles dentro, ¿Ustedes han venido a ayudarnos a protegerlos?-No, nosotros tres venimos a ayudar a curarlos si es que tienen a algún herido.
Quizá los primeros quince minutos fueron ajetreados aquí dentro, pero ahora lo teníamos controlado. Sobre todo cuando Bo mandó lejos al curandero y su asistente para que nos encargáramos nosotros del lugar. Era un lobo muy prejuicioso, en mi opinión. Bo trabajaba a toda velocidad cosiendo algunas heridas mientras yo preparaba más ungüentos y Ef los aplicaba. Fue grato descubrir que estábamos muy bien coordinados a pesar de que no lo habíamos hecho nunca. Estábamos con los últimos lobos cuando la puerta volvió a abrirse y uno de los guardias de afuera dijo con dientes y puños apretados que nuestro Alfa nos llamaba. Bo y Ef miraron al par de lobos que faltaban. Yo me limpié las manos y me ofrecí a ir. Salí del lugar y el lobo me indicó que fuera al frente de la casa de la manada. Una vez ahí vi al Alfa Supremo con su pie en la cabeza de un lobo, algunos lobos hincados mirando y a otros gruñendo. Casi sonreí porque al parecer le gustaba aplastar la cabeza de los lobos y s
Mi grupo se encargó de revisar un sector del bosque, pero no encontramos nada así que simplemente regresamos al punto de reunión: La oficina del Alfa de Garras. Co, Sa, De y yo llamamos a la puerta y el Alfa nos pidió que entráramos. Era tan extraño verlo detrás de un escritorio como un Alfa normal... -Nuestro sector estaba limpio. -Bien. Hay comida en la sala de estar, pueden descansar. Los llamaré si los necesito. - Dijo y nos inclinamos antes de dar la vuelta. - Excepto tú, Vomi. Yo hice un puchero. Quería comida y, con suerte, encontrar un lugar cómodo para dormir. El día había sido muy largo. La puerta se cerró y nos quedamos solos. -Ayúdame con éstos papeles, por favor. Caminé hacia el escritorio y me hice un espacio sobre él para poner mi trasero y tomar algunos papeles. El Alfa me miró divertido. -Hay una silla allá. -Una silla muy lejana y yo estoy agotada. - Murmuré con mi atención puesta en lo que tenía entre mis manos. - ¿Qué estamos buscando? -Los movimientos
Quizá nunca me cansaré de sus labios. No importaba que tuvieran un sabor cobrizo, me tendrían que quitar con una palanca de aquí. Sentí sus manos subir por mi espalda dejando un camino de escalofríos a su paso. Profundizó el beso mientras gemía lo bien que se sentía. Era nuevo eso de que usara las manos para algo más que sostenerme. No me quejaría. Incliné mis caderas más adelante y mis ojos se abrieron con lo que sentí entre mis piernas. Él se rio y puso una mano sobre mis ojos para seguirme besando. De acuerdo. Ignoremos el elefante de la habitación. O, en este caso, la trompa del elefante. Me acerqué aún más para pasar mis manos por sus hombros y cambiar el ángulo de mi boca. La intensidad de nuestro beso subió cada vez más hasta que tuvimos que separarnos por aire. Jadeé sin dejar de mirar sus ojos oscurecidos. -Brazo. - Dijo con suavidad y yo elevé mi extremidad. Él asintió después de examinarlo. Pasó la lengua por sus labios y vi unas cuantas gotas de sangr
Mátenme ahora.-¿A qué se refiere con "hablar" entonces? - Pregunté contra su dedo muerta de vergüenza.. -A que me gustaría que fueras menos descuidada porque no sé si mi sangre tiene algún tipo de efecto secundario al beberla en grandes cantidades. - Dijo lentamente quitando su dedo de mi boca por fin. - No lo había hecho antes, quiero decir, nadie de mi manada ha estado tan mal como para requerir más de algunas gotas. Ah.-Esta bien. Procuraré no herirme a propósito. Uh... ¿Puedo regresar a dormir?-No. - Dijo inclinando la cabeza. - Ahora me encuentro muy interesado en lo que estabas diciendo, Vomi. Yo cubrí mi rostro con las manos.-¿No podemos fingir que fueron balbuceos de una chica dormida? -No. -Dijo haciendo una pausa antes de agregar suavemente. - Ciertamente tenemos que hablar sobre lo que ocurre entre nosotros, así que no me extraña que pienses que de eso quería hablar ahora mismo. Gemí.-Por favor, Alfa... ¿No podemos hacerlo otro día?-Liam. - Dijo tomando mis manos
Aún estaba oscuro cuando el Alfa gruñó en mi oído. -¿Qué? - Pregunté medio dormida. -... abrir. Tienes que revisar que tenga todas tus plantas, hembra. - Gritó un tipo claramente enojado. Bostecé ampliamente antes de acurrucarme de nuevo contra el pecho del Alfa Supremo. Me estaba quedando dormida cuando aporrearon la puerta como si la quisieran tirar. Un nuevo gruñido del Alfa me hizo abrir los ojos. -¿No entenderá la indirecta, verdad? - Gemí. -No lo creo. -Gruñó abrazándome con fuerza. - En estos momentos es cuando refuerzo mi opinión sobre los castigos que terminan en ejecución. Me eché a reír, lo que provocó que el lobo de afuera enfureciera un poco más. -¿Tengo que lidiar con ese problema? - Pregunté mirando hacia la puerta. -Puedo ir yo. Lamentablemente para ti, creo que será divertido que resuelvas tú sola esto y no pienso moverme de aquí. -Hilarante. - Dije cuando me dejó ir para que pudiera levantarme. - ¿Tengo libertad para tratar esto como yo quiera? -¿Piensas
-No será necesario. - Dijo una voz calmada pero letal sobre la multitud.Los lobos se apartaron y yo agaché la mirada. Quizá si me escapaba nadie lo notaría... -Alfa Supremo. Sabe que aprecio su invaluable ayuda a mi manada pero no puede dejar que los miembros de su manada hagan lo que quieran en otros territorios. El Alfa Supremo llegó hasta nosotros después de echar un breve vistazo al cuerpo del lobo en el piso. -Por supuesto no le doy tal libertad a mis lobos. -Entonces quiero una explicación y un castigo para esa hembra. Yo di un respingo. ¿Qué le pasaba a los Alfas y sus tendencias a castigarme? -De acuerdo. - Dijo el Alfa Supremo caminando hacia mí.Mierda.Se detuvo a un paso de mí y arqueó una ceja. Yo me derrumbé.-Por favor Alfa, no me castigue.Sentí sus manos en mi cintura y luego me elevó para estar a la altura de sus ojos. Enseguida mis piernas se enredaron en su cintura.-Explicación. - Dijo con calma mirándome fijamente.Yo hice un puchero.-Ya lo sabe.-S