Aún estaba oscuro cuando el Alfa gruñó en mi oído. -¿Qué? - Pregunté medio dormida. -... abrir. Tienes que revisar que tenga todas tus plantas, hembra. - Gritó un tipo claramente enojado. Bostecé ampliamente antes de acurrucarme de nuevo contra el pecho del Alfa Supremo. Me estaba quedando dormida cuando aporrearon la puerta como si la quisieran tirar. Un nuevo gruñido del Alfa me hizo abrir los ojos. -¿No entenderá la indirecta, verdad? - Gemí. -No lo creo. -Gruñó abrazándome con fuerza. - En estos momentos es cuando refuerzo mi opinión sobre los castigos que terminan en ejecución. Me eché a reír, lo que provocó que el lobo de afuera enfureciera un poco más. -¿Tengo que lidiar con ese problema? - Pregunté mirando hacia la puerta. -Puedo ir yo. Lamentablemente para ti, creo que será divertido que resuelvas tú sola esto y no pienso moverme de aquí. -Hilarante. - Dije cuando me dejó ir para que pudiera levantarme. - ¿Tengo libertad para tratar esto como yo quiera? -¿Piensas
-No será necesario. - Dijo una voz calmada pero letal sobre la multitud.Los lobos se apartaron y yo agaché la mirada. Quizá si me escapaba nadie lo notaría... -Alfa Supremo. Sabe que aprecio su invaluable ayuda a mi manada pero no puede dejar que los miembros de su manada hagan lo que quieran en otros territorios. El Alfa Supremo llegó hasta nosotros después de echar un breve vistazo al cuerpo del lobo en el piso. -Por supuesto no le doy tal libertad a mis lobos. -Entonces quiero una explicación y un castigo para esa hembra. Yo di un respingo. ¿Qué le pasaba a los Alfas y sus tendencias a castigarme? -De acuerdo. - Dijo el Alfa Supremo caminando hacia mí.Mierda.Se detuvo a un paso de mí y arqueó una ceja. Yo me derrumbé.-Por favor Alfa, no me castigue.Sentí sus manos en mi cintura y luego me elevó para estar a la altura de sus ojos. Enseguida mis piernas se enredaron en su cintura.-Explicación. - Dijo con calma mirándome fijamente.Yo hice un puchero.-Ya lo sabe.-S
La observé partir y fruncí el ceño.¿Por qué mierda no llevaba zapatos?Sus pies saldrían lastimados de su loca carrera y...... y podría castigarla por lastimarse.-Alfa. - Dijo Ti a mi lado. - ¿Cuáles son sus órdenes?-Tenemos que buscar por los alrededores. Una bdega oculta, una cabaña... lo que sea que pudiera contener a los lobos que supuestamente ha secuestrado esta manada. Si no encontramos nada, enviaremos de regreso a la manada Jade a su territorio y buscaremos a su Alfa.-Si, Alfa. ¿Quiere que dejemos a alguien con Iris?-No. - Dije ocultando una sonrisa. Sabía que podría manejarse sola y, después del pequeño espectáculo que montamos, estaba seguro de que no se meterían con ella. - ¿Ya ha decidido el Alfa un castigo?Cinco minutos después recorrimos los límites del territorio y unos cuantos kilómetros más allá. No encontramos nada más que el rastro que los lobos de Jade habían dejado al llegar a atacar a la manada Garras.Mientras las horas pasaban y el día aclareaba, me ded
Cuando salí de la zona habitacional, me detuve un momento a tomar aire y solté un silbido. El Alfa Supremo nunca dijo que no podía llamar a Cleo para que me ayudara. En cuanto descendió con un pequeño chillido de saludo, la acaricié un poco antes de mandarla por delante. -Encuentra a un lobo que va en esa dirección y guíame, preciosa. Ella alzó vuelo y yo la seguí. El camino era difícil, sobre todo porque había olvidado ponerme los zapatos. Bueno, regresar para ponérmelos no era una opción, así que... Seguí corriendo procurando no pisar alguna piedra (cosa casi imposible). Maravillas de no tener lobo y todo eso. Mis pies eran más sensibles al contacto con la tierra... En fin, ya me lamentaría otro día. Tardé unos buenos quince minutos en darme cuenta de que el lobo no se iba a detener, así que simplemente le pedí a Cleo que lo detuviera. -No lo mates, solo distráelo hasta que yo llegue. Me tomó algo de tiempo antes de escuchar las maldiciones del lobo más adelante.
-¿No piensas interrogarnos? - Preguntó un lobo en medio del silencio. -¿Yo? Ya lo hizo el Alfa Supremo, ¿Por qué tendría que hacerlo? Solo finjan que no estoy aquí y no traten de escapar. - Dije medio distraída. -Sería difícil ignorarte cuando le estás enseñando a ese horrible pájaro en dónde tiene que desgarrar para matarnos. - Dijo otro lobo y luego hubo un coro de acuerdo. -Lo lamento, no quiero ser insensible. - Dije rodando los ojos. - Esque la última vez que no le enseñé, el lobo... bueno, no terminó bien. No es como si me asustara ver un par de tripas, pero sigo siendo una dama ¿Saben? Y, de todas maneras, ¿En qué momento podría enseñarle cuando tenemos que viajar hasta su manada e investigar sobre sus compañeros perdidos? Silencio y luego... -Estás loca. -Me lo han dicho. A pesar de sus protestas iniciales por no querer comer nada que ofreciera Garras por temor a que estuviera envenenado, terminaron obedientemente sus platos, por lo que eso me hacía inferir que te
-Me está haciendo ver mal ante los cautivos, Alfa. - Susurré con mi cara en su espalda. - Estoy segura de que me han estado llamando mentirosa durante los últimos minutos ¿Sabe?-Algo escucho, si. Sobre yo siendo un tirano. - Dijo distraídamente. - ¿Por qué te importa lo que digan?-Bueno, ya que me deja hablar sobre el tema...Le conté al Alfa que la manada Jade estaba muy bien económicamente hablando, por lo que sus hembras se aburrían a muerte al no tener nada mejor que hacer que cuidar a sus cachorros, limpiar y cocinar. No es como si necesitaran ayudar a sus parejas debido a que la principal fuente de ingresos de la manada venía de la extracción de piedras preciosas en su territorio; trabajo en el que unicamente participaban los machos al ser ellos los de la "fuerza bruta". Así que a los machos se les hizo una excelente idea que para tenerlas contentas podían sembrar flores y papas (o alguna mierda parecida) en un pedazo del territorio que no ocupaban.Ellas eran felices, por lo
-No les quitaré esas cuerdas hasta que pueda hablar con su Alfa. - Dijo El Alfa Supremo con un gruñido. - Así que bien podrían guiarme hasta la casa de la manada. -El Alfa fue con nosotros a Garras. - Gruñó uno de ellos. -No lo encontrará en la manada. - Gruñó otro. -Nuestro Alfa no regresaría al territorio con las manos vacías... Un coro de voces defendiendo el honor y la valentía del Alfa de Jade resonó por el bosque. Los ignoramos. Solo queríamos una dirección, no oir las grandes proezas de su Alfa. Cleo chilló en alerta a nuestra espalda y nos detuvimos abruptamente. El Alfa cambió su postura a una relajada, pero no ordenó que siguiéramos nuestro camino. De pronto salidos de entre la vegetación, una orda de cachorros se abalanzó hacia nosotros. Yo volví a saltar sobre los brazos de Gail para evitar que me pasaran por encima en su prisa por llegar hasta los cautivos. "¡Papá!", "¡Tío!", "regresaron" y "¿Dónde está mamá?" fue todo lo que se escuchó de los peque
Sentí sus colmillos crecer contra mi boca y eso fue extrañamente placentero. Sentí un leve pinchazo de ellos en mis labios, pero realmente no me importaba. El sabor cobrizo pronto llenó mis papilas gustarivas y yo solo me derretí contra su posesión. Sacó su boca de mí solo unos segundos antes de aflojar su agarre de mis manos. No me moví porque estaba temblorosamente expectante. Había sangre manando de sus labios y yo miré hacia allí lamiendo los míos. -Dijiste que no tenías experiencia con machos. - Dijo jadeando. Luego apretó la mandíbula. - No me importaría si así fuera, solo detesto las mentiras, Vomi. Parpadeé. -No la tengo. Gruñó acercando su rostro al mío. -No juegues con mi paciencia. -No lo hago. - Susurré. - Hasta entrar en su manada ni siquiera había tenido alguna conversación larga con un macho que no fuera Raptor. De pronto su mano estaba en mi cuello; sosteniendo más que apretando. -Me resulta difícil de creer ahora mismo. - Gruñó. - ¿Estás diciendo que esta m