-No les quitaré esas cuerdas hasta que pueda hablar con su Alfa. - Dijo El Alfa Supremo con un gruñido. - Así que bien podrían guiarme hasta la casa de la manada. -El Alfa fue con nosotros a Garras. - Gruñó uno de ellos. -No lo encontrará en la manada. - Gruñó otro. -Nuestro Alfa no regresaría al territorio con las manos vacías... Un coro de voces defendiendo el honor y la valentía del Alfa de Jade resonó por el bosque. Los ignoramos. Solo queríamos una dirección, no oir las grandes proezas de su Alfa. Cleo chilló en alerta a nuestra espalda y nos detuvimos abruptamente. El Alfa cambió su postura a una relajada, pero no ordenó que siguiéramos nuestro camino. De pronto salidos de entre la vegetación, una orda de cachorros se abalanzó hacia nosotros. Yo volví a saltar sobre los brazos de Gail para evitar que me pasaran por encima en su prisa por llegar hasta los cautivos. "¡Papá!", "¡Tío!", "regresaron" y "¿Dónde está mamá?" fue todo lo que se escuchó de los peque
Sentí sus colmillos crecer contra mi boca y eso fue extrañamente placentero. Sentí un leve pinchazo de ellos en mis labios, pero realmente no me importaba. El sabor cobrizo pronto llenó mis papilas gustarivas y yo solo me derretí contra su posesión. Sacó su boca de mí solo unos segundos antes de aflojar su agarre de mis manos. No me moví porque estaba temblorosamente expectante. Había sangre manando de sus labios y yo miré hacia allí lamiendo los míos. -Dijiste que no tenías experiencia con machos. - Dijo jadeando. Luego apretó la mandíbula. - No me importaría si así fuera, solo detesto las mentiras, Vomi. Parpadeé. -No la tengo. Gruñó acercando su rostro al mío. -No juegues con mi paciencia. -No lo hago. - Susurré. - Hasta entrar en su manada ni siquiera había tenido alguna conversación larga con un macho que no fuera Raptor. De pronto su mano estaba en mi cuello; sosteniendo más que apretando. -Me resulta difícil de creer ahora mismo. - Gruñó. - ¿Estás diciendo que esta m
-Deja de gruñir, ya casi terminamos aquí. - Dijo divertido el idiota. -Esto es esclavitud, una tiranía, un... -Si terminamos en los próximos diez minutos, te llevaré a comer. Le eché una mala mirada. Soborno con comida, ¿En serio? -¿Eso le funciona con las chicas a las que esclaviza? -No lo sé, solo te tengo a ti con grilletes. ¿Quieres que lo averiguemos? -No. - Dije con un puchero molesto. El Alfa ahora estaba de buen humor y yo solo quería ahorcarlo. ¿Irrespetuoso? Claro que si. ¿Importaba? Ni un poco. De hecho estaba muy tentada a ser yo la que golpeara su trasero por jugar conmigo aunque, técnicamente, fui yo la que comenzó todo el asunto de ponernos "juguetones". También debía admitir que estaba un poco avergonzada de lo que le había propuesto. Solo un poco y culpo de eso totalmente a que me resultaba sumamente atractivo cuando me gruñía. Masoquista, estaba segura. -Bien, entonces, ¿Qué tal si te prometo un premio diferente? -¿Cómo qué? - Pregunté sin interés. -Exp
Enseguida Gail se levantó y se puso por delante de mí (o a mi espalda, ya que yo estaba sentada) gruñó en advertencia.El resto de mi manada, sin preguntas simplemente se levantaron y adoptaron poses defensivas imitando a Gail.Sus gruñidos calentaron mi corazón. No podía ver a Derek debido a todos los cuerpos de machos que tapaban mi vista; estaba a punto de pedirle que se marchara porque no le daría ese "minuto" (sobre todo después de la pequeña escena posesiva del Alfa) cuando otra voz intervino.-Nosotros no venimos a causar problemas. Solo quería hablar con Iris.Me levanté sobre mi asiento para ver por encima de las cabezas de mis compañeros y vi a Bianca de pie asomando solo un poco la cabeza por la puerta. Derek había adoptado una postura defensiva por delante de ella.Mi cerebro hizo clic en seguida.Claro, la unica forma en la que Derek supiera sobre mi "muerte" era de la boca de su hermana menor. Quien, también, era la mejor amiga de mi hermana.Y ese era el principal moti
Llevábamos diez días recorriendo los bosques en busca de Renegados, lobas, una madriguera o una jodida pista para encontrar a un montón de lobos perdidos. Las manadas que visitamos a nuestro paso reportaron algunas desapariciones también, así que el trabajo no terminaba.En todo ese tiempo yo no había podido pronunciar palabras y me sentía más como un pedazo de hoja siendo llevada por el viento. El Alfa Supremo se había querido acercar durante la primer noche, pero supongo que se aburrió de su monólogo en el que ni siquiera moví mi cabeza. Después mantuvo su distancia de mí.-¿Deberíamos regresar y matar a esa loba? - Murmuró uno de mis compañeros de manada cuando me ofrecieron un durazno para la cena y yo no lo acepté.-Nadie matará a nadie. - Dijo el Alfa Supremo sin emoción y mis compañeros gruñeron.-Alfa, estamos preocupados...-Nadie matará a nadie. - Repitió.La hoguera de esta noche era brillante, hipnotizante...-Te quedarás ciega. - Dijo Gail tapando mis ojos con una mano.
Regresamos con la manada y nadie hizo un comentario sobre el por qué estábamos ambos mojados. Ahora que estaba un poco más "despierta", pude sentir claramente el frío en mi piel. Sin tener otra cosa que ponerme, tomé la ropa amarillo chillón y fuí detrás de un enorme árbol para cambiarme. Regresé y busqué un sitio para calentarme bajo el sol. Cuando me senté, la camiseta del Alfa fue arrojada a mi cara. -¿No había nada más pequeño? - Preguntó divertido el Alfa. - Eso es prácticamente ropa interior, Vomi. -Usted dijo "algo que no usarías". ¿Acaso cree que el amarillo es mi color? - Dije poniéndome la camiseta. Cómoda, caliente y con el agradable aroma del Alfa: Bosque después de una lluvia repentina. -Sabes que no me refiero al color. -Pudo haber sido más específico. La manada observaba nuestro intercambio y pude ver que las caras de todos reflejaban algo de alivio. -Yo creo que te ves muy bien, Iris. - Dijo Ti acercándose para entregarme un trozo de carne. Quizá era
Nuestro viaje hacia el Norte fue prácticamente en línea recta. El Alfa decidió por fin quitarse la cicatriz, así que nos mantuvimos alejados de las manadas. Estaba agradecida, algo en mí sabía que en cuanto volviera a pisar una manada tradicional todo lo que estaba suprimiendo explotaría. Mi necesidad para dormir regresó a la normalidad también... hasta que ya no fue normal que tomara un montón de siestas mientras la manada se turnaba para llevarme en brazos. -No has estado comiendo ni durmiendo bien, es normal que ahora tu cuerpo quiera todo aquello de lo que fue privado. - Dijo Ef cuando le pregunté al respecto. Se veía tranquilo. Quizá demasiado tranquilo. Y fue por eso mismo que comencé a sospechar de él. Tardé unos tres días, pero finalmente lo vi agregar algo a mi comida. -¡Lo sabía! - Grité indignada. - ¡Me has estado haciendo dormir! Él suspiró cuando la atención de todos se vió centrada en nosotros. -Solo te estoy ayudando. -¡Estás haciendo que no dé más
-¿No dijiste que querías compañía para la ducha? - Preguntó arrojando sus zapatos a un lado y bajando su pantalón por sus largas piernas. - A menos de que esa fuera tu forma no tan sútil de pedirme que limpiara la suciedad de mi cuerpo porque te molesta. -Usted huele bien y lo tomaría inclusive si estuviera en medio del fango. - Dije distraídamente sin moverme y sin perder mi concentración de lo que hacían sus manos. -Eso suena higiénico. - Dijo con una risa ronca. -¿No le temes a las bacterias? -Conozco unas quince plantas para tratar la gran mayoría de las bacterias. Nimiedades no me detendrían. -Por supuesto que no. - Dijo acercándose a mí gloriosamente desnudo. Elevó una mano y la apoyó en mi mejilla. - Eres una pequeña cosita valiente. La pregunta es... ¿Continuará tu valentía? Su mano bajó lentamente hacia mí cuello y luego su otra mano se unió a la lenta exploración sobre mi ropa. O su ropa, ya que técnicamente la camiseta era de él. Era, tiempo pasado porque pas