Chloe Wheeler/Sasha SmirnovaEse maldito calor que subía y bajaba a su antojo desde mi intimidad, pasando por mi pecho, hasta llegar a mi rostro, era alucinante. No sabía si era el efecto de tanto wiski o el simple hecho de estar allí, besándome con Maxwell, el hermano de mi ex. Se sentía hasta prohibido lo que estaba haciendo con él.Esa jodida calidez de sus labios que encajaron de una perfección con los míos, de una manera en que me sentí en otra dimensión, una en donde solo existían nuestras bocas comiéndose, ese roce celestial de su lengua tan húmeda, tan suave y nuestros cuerpos explorando lo que les era permitido, ya que estábamos en un lugar exclusivo, pero lleno de personas.«Por Dios», me repetía a mí misma, con mis sentidos casi adormecidos de mareo… y deseo.Estaba por completo embriagada por ese aroma masculino que me envolvía, por la ricura que emanaba cada caricia que le daba a mi pequeña cintura, apretándola con lascivia, mientras los dedos de su otra mano rozaban mi n
Chloe Wheeler/Sasha SmirnovaCon el resto de la mañana en curso, aproveché para enviar desde mi número antiguo, algunos mensajes rápidos a mi familia, solo para evitar que entraran en pánico y comenzaran alguna búsqueda oficial por mi ausencia repentina.La verdad no creí tardarme mucho en eso, pero pronto se llegó el mediodía y a todo eso había una persona rondándome la mente de manera inevitable: Maxwell Donovan.Ya me había dado auto placer para olvidarme del asunto… ¿Por qué diablos no salía de mis pensamientos?Aquello me irritaba demasiado, no me dejaba concentrar, sí… sabía que en parte era porque era mi presa y no estaba dispuesta a dejarla ir tan fácilmente antes de comenzar siquiera mi plan.Pero mis recuerdos invasivos se encargaban de traicionarme, e insistían en revivir su m
Narra Chloe Wheeler/Sasha Smirnova¿Acaso era posible prenderse tanto con alguien con quien a penas has cruzado un par de palabras? Pues... por primera vez me estaba ocurriendo a mí, algo que jamás pensé vivir en carne propia.Obviamente, con él, en el pasado cruzamos uno que otro saludo o conversación sosa en la casa de los padres de ellos, pero nada especial, así que técnicamente, era la primera vez que hablaba cara a cara con Maxwell Donovan pero en ese momento las palabras ya habían pasado a segundo o tercer plano.No podía pensar en nada más que en la diversidad de sensaciones que mi cuerpo estaba experimentando en mis zonas sensibles que se estimulaban con un solo beso, lo eufórica que me sentía con esos roces lascivos de las grandes y fuertes manos de Max en mis brazos pasando por mi cuello para tomar mi rostro y profundizar el beso.—H
Chloe Wheeler/Sasha SmirnovaHabía dormido tan plácidamente toda la noche, que lo único que pudo despertarme fue aquel martilleante dolor de cabeza que hacía latir mis sienes.Cada pulsación solo me recordaba lo que anoche había pasado, que si no fuera por el malestar, juraría hubiese sido un sueño… lindo y excitante a la vez.Me incorporé a la cama con lentitud y pequeños quejidos y pronto cuando el refilón de la luz en la cortina debido a una ráfaga de viento, me hizo volver a la realidad con un remordimiento que oprimía mi pecho como una pesada ancla.Aun no me lo creía que me hubiera dejado llevar por mis bajas pasiones para llegar a Max tan lejos como lo hizo en el primer encuentro y termináramos enredados en las sábanas de mi nuevo apartamento ¡Dios, que locura más pasional!Me desconocí p
Chloe Wheeler/Sasha SmirnovaDe pronto un vacío indescriptible se había alojado en todo el apartamento y lo peor aún… era aquel eco de la sensación que la ida de Max había provocado en mi pecho, era un profundo sentimiento de rechazo conocido, uno que Nate había marcado en mí con una feroz precisión.¿Cómo podía ser tan tonta? Un par de lágrimas se escaparon sin permiso y resbalaron gélidas por mis mejillas, esas que quité con una rabia, odiando cada segundo el sentirme tan vulnerable y pequeña.«Maldito sentimiento y maldito seas, Maxwell… Ya estuvo claro que no te importo más allá de esta cama, ¿verdad?», le hablé al tipo en mi mente mientras me arropaba bajo el edredón, sentía el frío de la soledad, de sentirme patética.Pero aquello solo duró u
Me quedé inmersa mirando la nota, embelesada, incapaz de borrar la sonrisa que surcaba mi sonrosado rostro.Por un instante, mi corazón había saltado como el de una adolescente enamorada por primera vez de su amor imposible. La última y única vez que alguien me sorprendió con flores y chocolates había sido en la fría oficina de Donovan System, antes de siquiera corresponder a… mejor no recordar a ese despiadado ser que me las pagará una a una.Los Donovan vaya que son “especiales” ¿Quién hacía ese tipo de obsequios hoy en día? Me parecía demasiado fantasioso el modus operandi que tenían, así que preferí no sentir ninguna pizca de ilusión, decidí colocar aquel gesto en el costal de “detalles banales” que sin duda algunos hombres utilizan para conquistar.Esbocé por inercia una mueca de desagrado
Chloe Wheeler/Sasha SmirnovaAl fin, llegamos al restaurante, y aunque habían pasado algunos años desde la última vez que estuve en ese lugar, realmente no había perdido sus aires de elegancia y deslumbre que me provocaba hasta nostalgia.Entrar al lado de Max, que se veía guapísimo, tan impecable y seguro de sí mismo, fue casi surreal. Me mantuve altiva y serena mientras caminaba con elegancia, parecía que, si vestida casualmente ya impactaba con mi porte, en esos momentos refulgía deslumbrante.Al sentarnos, la charla seguía fluyendo tan natural, como agua que baja por un río nacido. Era tan real que Max y yo conectábamos de qué manera, aun así debía aceptar que algo en él parecía diferente desde que lo ví en el club, tan distinto a como lo recordaba.Pero decidí sacudir eso de mi mente para concentrarme en disfrutar de ser Sasha Smirnova, la velada apenas comenzaba y mi misión vengativa necesitaba ejecutarse con la mayor rapidez posible.Nos trajeron la carta, y cuando él sugirió u
Chloe Wheeler/Sasha SmirnovaEl lujo y la perfección parecían perseguirme con los Donovan, pero lo que más me asombraba no era tal opulencia del hotel al que Max me había llevado, sino la ensoñación en la que me veía sumida.Nuestros besos resonaban por toda la habitación oscura, iluminada tan solo por los rayos de las luces lejanas y posiblemente la luna, pero no podía estar segura.Podía sentir la caricia de sus grandes manos en mi diminuta cintura después de despojarme de mi vestido; el calor de su cuerpo tan cerca del mío que pareciera que podríamos fundirnos allí mismo. Cada beso era húmedo y exquisito, era como si estuviésemos sincronizados, muy acoplados en un ritmo que solo era nuestro.Allí estábamos, enredados entre las sábanas y despojándonos del resto de nuestras ropas en una de las suites más exclusivas de Nueva York, con ese hombre que años atrás había considerado solo mi cuñado… un niñato despreocupado y alejado del mundo que no tomaba para nada en serio, pero que en ese