¡Hola! Vengo con un nuevo episodio, perdón la demora pero he tenido días difíciles de recuperación, aunque voy mejorando y con ello mi rendimiento para escribir. En fin.. ¿Qué te pareció el capítulo? ¿Qué opinas de los encuentros de estos dos? Comenta qué crees que Max le dirá a Sasha, siempre estoy al pendiente de tus opiniones ¡Gracias por leerme! Te invito a leer una novela finalizada: Mi dulce y suertudo millonario
Narra Chloe Wheeler/Sasha SmirnovaAllí, acorralada por sus fuertes brazos en la esquina de esa tibia y relajante piscina, el corazón me latía a mil por hora.Aquella agua templada era testigo de la inmensa tensión que se estaba creando entre nosotros y la mirada de Max fija en mí, era suficiente para que yo no pudiera ni respirar.Por tan solo un instante, sentía que no existía nada en este mundo, más que él y yo.—Sasha Smirnova… —murmuró con aquella voz profunda, que entraba en mis oídos y llegaba a mi pecho.—¿Sí, Max? —inquirí nerviosa pero firme, sin bajar la mirada, desafiando sus ojos, pero comenzaba a perder la batalla, porque la intensidad de su mirar hacía que mis piernas flaquearan de a poco.Pronto me vi ganadora, porque él bajó la mirada por unos segundos y dio un suspiro que me dejó pensativa; quizá estaba tomando valor para decirme algo más y lo supe en cuanto él volvió a verme de nuevo.—Me gustas —soltó de golpe, directo y sin rodeos, tanto que me quedé paralizada con
Narra Chloe Wheeler/Sasha SmirnovaYo permanecía pegada a la pared, como si me fuera a fusionar con aquella superficie. Tan solo podía sentir mi eufórico corazón latiendo tan fuerte que comencé a respirar hondo para apaciguarme un poco.Podría jurar que era casi medianoche, para mí era una hora demasiado tarde para que se tratara de un cliente o un socio quien efectuara aquella llamada.No… esto era algo más personal, mi mente me lo decía y la voz profunda de Max, que destilaba mucha tensión solo me lo intentaba confirmar.—Escucha, no creo que este sea ni el momento ni la forma de tratar estos temas ¡No! No estoy intentando arruinarte la vida —exclamaba el hombre con frustración que tuve la necesidad de asomarme un poco para observar mejor la escena—. Tú misma lo hiciste sola cuando tomaste las decisiones que tomaste y lo sabes.Mis manos comenzaron a helarse un poco, pero por más que quisiera no podía apartar mi mirada ¡Maldición, me sentí como una espía metiche, pero no me importó e
Narra Chloe Weeler/Sasha SmirnovaMi mirada consternada se clavó en el hermano de mi ex, elevé una ceja para mostrarle que no tomé del todo bien sus palabras, pero asentí con la misma.—Por supuesto, lo entiendo, Max —le respondí y sonreí, de hecho era la sonrisa más falsa que jamás pude esbozar en la vida—. Después de todo, solo somos dos personas que nos acabamos de conocer, ¿no es así? No hay nada más que decir, voy a cambiarme ahora mismo.Al parecer, mis palabras habían causado un efecto en Max, observé como entreabría la boca, como si de ella quisieran salir palabras, quizá alguna opinión o algo para contradecirme, pero, en cambio, desvió su mirada hacia el suelo y tragó saliva.—Es cierto… —dijo en un murmullo, que quizá me hirió un poco, pero no le presté atención a lo que sentía, sino a mis próximas acciones. Por nada del mundo me iba a dejar notar débil o derrotada.Dicho y hecho, me dirigí hacia adelante y recogí mi vestido de noche del suelo y mis zapatillas.Con la misma,
Mi mano estaba afianzada al pomo de la puerta… de verdad no podía creerlo. Allí estaba con su cara de impacto tanto o más que la mía.La euforia me hizo estremecer por dentro, pero también una inmensa sorpresa al saber que se trataba de Olivia. Allí estaba ella, tan extremista como de costumbre que sin decir más entró como si se tratara de un rayo surcando el cielo, para empujarme levemente y comenzar a subir las gradas.—¡Cierra esa puerta ahora, Sasha! —gritó tan imperativa como siempre y yo hice caso para correr tras ella.—Ey, Olivia… ¿y mi saludo? —dije en forma de reclamo, con un enojo fingido porque era evidente que era alivio lo que recorría mis venas.Al escuchar esas palabras, ella se detuvo de inmediato y me encaró mientras enarcaba una ceja, me escrutaba de pies a cabeza.—Tú tampoco te ves tan feliz de verme, señorita mala amiga —respondió con un dejo de hostilidad que, en lugar de resultarme ofensivo, me hacía reír.—¡Ay, por supuesto que sí, Olivia! —Yo solo rodé los ojo
Narra Chloe WheelerMis manos temblaban mientras sostenía las pruebas contundentes de lo que mi mente ya intuía ¡Nate, mi prometido desde hacía dos años, tenía una amante!Pero no era cualquier amante, no…Para añadir más sal a la herida, era Ella. Tanya Parker, la mujer a la que durante diez años había considerado como mi mejor amiga ¡Diez malditos años!El mundo parecía desmoronarse bajo mis pies. Esas múltiples fotos, junto a las impresiones de los chats… todo lo obsceno que el investigador privado me había compartido que había ocurrido durante los meses de mi recuperación del catastrófico accidente que casi acaba con mi vida, hasta justo hoy en la mañana, diciéndole: “Buenos días, mi gata salvaje”.Esos infernales mensajes ahora parecían quemar las palmas de mis manos y mis retinas, mientras los miraba con el desprecio hirviendo en mis entrañas.«¿¡Cómo pudiste, Nate!?», pensé mientras lancé las pruebas y gritaba con rabia. Todo voló y calló frente a mis ojos, pero yo solo podía c
Narra Chloe Wheeler— ¿Eso te responde Nate, o te lo vuelvo a repetir? — pregunté con la frialdad saliendo de mi garganta, que para ser sincera, me resultó liberadora.Por primera vez en mucho tiempo, él no tuvo una respuesta rápida y perspicaz para mi actitud. En sus ojos solo leía las más numerosas de las dudas.Un presentimiento de que quisiera lanzarse contra mí y golpearme me invadió, pero lo conocía bien, él tenía la “reputación” tan en alto que no se mancharía de sangre las manos, al menos no directamente.Nunca me golpeó físicamente, pero eso no minimizaba el descomunal golpe emocional que tenía y que no sentía poder sobrevivir.Nate se limitó a sujetarme por la muñeca precursora de tener la mejilla al rojo vivo por la bofetada, para entrar conmigo y cerrar el apartamento de un portazo ¡Ja! Como si eso pudiera solucionar el caos que yo llevaba por dentro.—Vas a decirme qué te pasa ¡¿Por qué me golpeaste, Chloe?! —preguntó entre dientes, con insistencia, mientras apretaba mi m
Narra Chloe WheelerDespués de ese momento, en un abrir y cerrar de ojos, todo a mi alrededor había cambiado.La última semana fue un infierno total, entre interminables llamadas a los invitados para cancelar el viaje de luna de miel y esa maldita boda. Pese a las preguntas invasivas de la gente, traté de eludir el expresar la verdadera razón de la ruptura de mi estable relación con Nate.Me daba mucha vergüenza hasta salir a la esquina y lloraba con desesperación todas las noches. Cada vez que alguien me preguntaba y esperaba los por qué, me esforzaba en ser lo más superficial posible y dar respuestas vagas.Pero, no pasó mucho tiempo antes de que los rumores comenzaran a propagarse como esporas venenosas que me comenzaron a intoxicar.Mi intuición —que a estas alturas ya sabía que no me fallaba—, me gritaba que Tanya tenía algo que ver con tales chismes tan acertados. Después de todo, la conocía desde que las dos entramos a la empresa como simples secretarias de recepción de la empr
Narra Chloe WheelerSi antes sentía que mi alma se desmoronaba, en esos momentos lo que me inundaba era algo mucho más oscuro y siniestro.Lo describía como… una tórrida amalgama de miedo y asco.Eso que Nate me había hecho durante la noche no tenía nombre más que “crimen”. Decir lo ultrajada que me sentía no era suficiente para describir la inmundicia que ese monstruo pudo infligir sobre la mujer a la que decía amar, a la que supuestamente llevaría al altar.Cuando abrí los ojos esa mañana, la luz que se filtraba a través de las cortinas color crema de mi destrozada habitación me hizo querer pegar un grito de angustia.Mi cuerpo comenzó a reaccionar de a poco, pero me costaba controlarlo. Mis piernas estaban entumecidas y la entrepierna me ardía demasiado. Un martilleo insoportable en la cabeza me impedía pensar y recordar con claridad.Mi mente daba pequeños flashazos y me hacía recordar que ese pañuelo que el hombre me puso en el rostro, seguramente tenía una sustancia que me dejó