Me quedé inmersa mirando la nota, embelesada, incapaz de borrar la sonrisa que surcaba mi sonrosado rostro.
Por un instante, mi corazón había saltado como el de una adolescente enamorada por primera vez de su amor imposible. La última y única vez que alguien me sorprendió con flores y chocolates había sido en la fría oficina de Donovan System, antes de siquiera corresponder a… mejor no recordar a ese despiadado ser que me las pagará una a una.
Los Donovan vaya que son “especiales” ¿Quién hacía ese tipo de obsequios hoy en día? Me parecía demasiado fantasioso el modus operandi que tenían, así que preferí no sentir ninguna pizca de ilusión, decidí colocar aquel gesto en el costal de “detalles banales” que sin duda algunos hombres utilizan para conquistar.
Esbocé por inercia una mueca de desagrado
Chloe Wheeler/Sasha SmirnovaAl fin, llegamos al restaurante, y aunque habían pasado algunos años desde la última vez que estuve en ese lugar, realmente no había perdido sus aires de elegancia y deslumbre que me provocaba hasta nostalgia.Entrar al lado de Max, que se veía guapísimo, tan impecable y seguro de sí mismo, fue casi surreal. Me mantuve altiva y serena mientras caminaba con elegancia, parecía que, si vestida casualmente ya impactaba con mi porte, en esos momentos refulgía deslumbrante.Al sentarnos, la charla seguía fluyendo tan natural, como agua que baja por un río nacido. Era tan real que Max y yo conectábamos de qué manera, aun así debía aceptar que algo en él parecía diferente desde que lo ví en el club, tan distinto a como lo recordaba.Pero decidí sacudir eso de mi mente para concentrarme en disfrutar de ser Sasha Smirnova, la velada apenas comenzaba y mi misión vengativa necesitaba ejecutarse con la mayor rapidez posible.Nos trajeron la carta, y cuando él sugirió u
Chloe Wheeler/Sasha SmirnovaEl lujo y la perfección parecían perseguirme con los Donovan, pero lo que más me asombraba no era tal opulencia del hotel al que Max me había llevado, sino la ensoñación en la que me veía sumida.Nuestros besos resonaban por toda la habitación oscura, iluminada tan solo por los rayos de las luces lejanas y posiblemente la luna, pero no podía estar segura.Podía sentir la caricia de sus grandes manos en mi diminuta cintura después de despojarme de mi vestido; el calor de su cuerpo tan cerca del mío que pareciera que podríamos fundirnos allí mismo. Cada beso era húmedo y exquisito, era como si estuviésemos sincronizados, muy acoplados en un ritmo que solo era nuestro.Allí estábamos, enredados entre las sábanas y despojándonos del resto de nuestras ropas en una de las suites más exclusivas de Nueva York, con ese hombre que años atrás había considerado solo mi cuñado… un niñato despreocupado y alejado del mundo que no tomaba para nada en serio, pero que en ese
Narra Chloe Wheeler/Sasha SmirnovaAllí, acorralada por sus fuertes brazos en la esquina de esa tibia y relajante piscina, el corazón me latía a mil por hora.Aquella agua templada era testigo de la inmensa tensión que se estaba creando entre nosotros y la mirada de Max fija en mí, era suficiente para que yo no pudiera ni respirar.Por tan solo un instante, sentía que no existía nada en este mundo, más que él y yo.—Sasha Smirnova… —murmuró con aquella voz profunda, que entraba en mis oídos y llegaba a mi pecho.—¿Sí, Max? —inquirí nerviosa pero firme, sin bajar la mirada, desafiando sus ojos, pero comenzaba a perder la batalla, porque la intensidad de su mirar hacía que mis piernas flaquearan de a poco.Pronto me vi ganadora, porque él bajó la mirada por unos segundos y dio un suspiro que me dejó pensativa; quizá estaba tomando valor para decirme algo más y lo supe en cuanto él volvió a verme de nuevo.—Me gustas —soltó de golpe, directo y sin rodeos, tanto que me quedé paralizada con
Narra Chloe Wheeler/Sasha SmirnovaYo permanecía pegada a la pared, como si me fuera a fusionar con aquella superficie. Tan solo podía sentir mi eufórico corazón latiendo tan fuerte que comencé a respirar hondo para apaciguarme un poco.Podría jurar que era casi medianoche, para mí era una hora demasiado tarde para que se tratara de un cliente o un socio quien efectuara aquella llamada.No… esto era algo más personal, mi mente me lo decía y la voz profunda de Max, que destilaba mucha tensión solo me lo intentaba confirmar.—Escucha, no creo que este sea ni el momento ni la forma de tratar estos temas ¡No! No estoy intentando arruinarte la vida —exclamaba el hombre con frustración que tuve la necesidad de asomarme un poco para observar mejor la escena—. Tú misma lo hiciste sola cuando tomaste las decisiones que tomaste y lo sabes.Mis manos comenzaron a helarse un poco, pero por más que quisiera no podía apartar mi mirada ¡Maldición, me sentí como una espía metiche, pero no me importó e
Narra Chloe Weeler/Sasha SmirnovaMi mirada consternada se clavó en el hermano de mi ex, elevé una ceja para mostrarle que no tomé del todo bien sus palabras, pero asentí con la misma.—Por supuesto, lo entiendo, Max —le respondí y sonreí, de hecho era la sonrisa más falsa que jamás pude esbozar en la vida—. Después de todo, solo somos dos personas que nos acabamos de conocer, ¿no es así? No hay nada más que decir, voy a cambiarme ahora mismo.Al parecer, mis palabras habían causado un efecto en Max, observé como entreabría la boca, como si de ella quisieran salir palabras, quizá alguna opinión o algo para contradecirme, pero, en cambio, desvió su mirada hacia el suelo y tragó saliva.—Es cierto… —dijo en un murmullo, que quizá me hirió un poco, pero no le presté atención a lo que sentía, sino a mis próximas acciones. Por nada del mundo me iba a dejar notar débil o derrotada.Dicho y hecho, me dirigí hacia adelante y recogí mi vestido de noche del suelo y mis zapatillas.Con la misma,
Mi mano estaba afianzada al pomo de la puerta… de verdad no podía creerlo. Allí estaba con su cara de impacto tanto o más que la mía.La euforia me hizo estremecer por dentro, pero también una inmensa sorpresa al saber que se trataba de Olivia. Allí estaba ella, tan extremista como de costumbre que sin decir más entró como si se tratara de un rayo surcando el cielo, para empujarme levemente y comenzar a subir las gradas.—¡Cierra esa puerta ahora, Sasha! —gritó tan imperativa como siempre y yo hice caso para correr tras ella.—Ey, Olivia… ¿y mi saludo? —dije en forma de reclamo, con un enojo fingido porque era evidente que era alivio lo que recorría mis venas.Al escuchar esas palabras, ella se detuvo de inmediato y me encaró mientras enarcaba una ceja, me escrutaba de pies a cabeza.—Tú tampoco te ves tan feliz de verme, señorita mala amiga —respondió con un dejo de hostilidad que, en lugar de resultarme ofensivo, me hacía reír.—¡Ay, por supuesto que sí, Olivia! —Yo solo rodé los ojo
Narra Chloe WheelerMis manos temblaban mientras sostenía las pruebas contundentes de lo que mi mente ya intuía ¡Nate, mi prometido desde hacía dos años, tenía una amante!Pero no era cualquier amante, no…Para añadir más sal a la herida, era Ella. Tanya Parker, la mujer a la que durante diez años había considerado como mi mejor amiga ¡Diez malditos años!El mundo parecía desmoronarse bajo mis pies. Esas múltiples fotos, junto a las impresiones de los chats… todo lo obsceno que el investigador privado me había compartido que había ocurrido durante los meses de mi recuperación del catastrófico accidente que casi acaba con mi vida, hasta justo hoy en la mañana, diciéndole: “Buenos días, mi gata salvaje”.Esos infernales mensajes ahora parecían quemar las palmas de mis manos y mis retinas, mientras los miraba con el desprecio hirviendo en mis entrañas.«¿¡Cómo pudiste, Nate!?», pensé mientras lancé las pruebas y gritaba con rabia. Todo voló y calló frente a mis ojos, pero yo solo podía c
Narra Chloe Wheeler— ¿Eso te responde Nate, o te lo vuelvo a repetir? — pregunté con la frialdad saliendo de mi garganta, que para ser sincera, me resultó liberadora.Por primera vez en mucho tiempo, él no tuvo una respuesta rápida y perspicaz para mi actitud. En sus ojos solo leía las más numerosas de las dudas.Un presentimiento de que quisiera lanzarse contra mí y golpearme me invadió, pero lo conocía bien, él tenía la “reputación” tan en alto que no se mancharía de sangre las manos, al menos no directamente.Nunca me golpeó físicamente, pero eso no minimizaba el descomunal golpe emocional que tenía y que no sentía poder sobrevivir.Nate se limitó a sujetarme por la muñeca precursora de tener la mejilla al rojo vivo por la bofetada, para entrar conmigo y cerrar el apartamento de un portazo ¡Ja! Como si eso pudiera solucionar el caos que yo llevaba por dentro.—Vas a decirme qué te pasa ¡¿Por qué me golpeaste, Chloe?! —preguntó entre dientes, con insistencia, mientras apretaba mi m