Camila entra a la habitación de Leonel y este sonríe al verla. Ella va directo a abrazarlo. No es momento de pensar en bebés, solo quiere asegurarse de que Leonel está bien de salud.—¿Dónde estabas? —pregunta Ismael—. Guada me dijo que estuviste toda la noche aquí.—¿Te quedaste conmigo? —pregunta Leonel, sorprendido.—Claro que me quedé. ¿Qué clase de novia piensas que soy? —le pregunta ella sin darse cuenta de que ha dicho que es su novia.—Voy a buscar a Clara para que me secuestre a ver si tu amiga acepta de una vez por toda ser mi novia —reclama Ismael entre risas.—Pensé que ya estabas castrado —bromea Leonel para molestarlo.—Sí, pero no sé por qué aún no quiere que formalicemos. Solo ustedes saben que salimos. ¿Sabes algo de eso? —pregunta Ismael a Camila.—No tengo idea. Trataré de averiguar —dice ella con una sonrisa parcial.Leonel le hace señas a Ismael para que los deje solos. Este saluda a Camila y se va. Después de todo, Guadalupe lo espera fuera, ya que han venido jun
—Soy una tonta. Es que son muchas cosas juntas y me aterra pensar en que pase algo y decidas alejarte ahora que estos sentimientos se despertaron en mi interior —indica Camila preocupada por lo del bebé. Leonel, sin saber a qué se refiere realmente, la besa una vez más.—¿Qué te parece si ordeno que te traigan un té de hierbas para mejorar tu digestión y descansas un rato mientras yo veo unas cosas del trabajo? —pregunta él, mientras le vuelve a prender los botones de la camisa.—Está bien —responde ella con una mueca—. Creo que llamaré a mi madre para saber cómo están ella y papá.—Dile que me gustaría comentarles mi idea, si le parece, y pásame el teléfono cuando termines con ella —pide Leonel y sale del cuarto.Camila se siente mal por engañar a Leonel. Aunque ni siquiera sabe lo que va a hacer con ese embarazo. Además, no puede estar con él si hay mentiras de por medio.Antes de que pueda llamar a su madre, su teléfono suena. Es Guadalupe, que no para de llorar. Camila no logra en
Una vez que Ismael sale de la habitación de Camila, ella se recuesta, sin deseos de dormir, ya que no quiere volver a tener pesadillas. Un rato después, Leonel entra y nota que está despierta, mirando en dirección a un cuadro que hay colgado en el dormitorio.—¿Estás bien? —le pregunta preocupado.—Tengo miedo —confiesa ella, y lo abraza.—¿A qué le tienes miedo? —le pregunta él, tratando de apoyarla.—A perderte, nunca pensé que podría sentirme así. Pienso en el futuro y me siento aterrada —revela Camila, sabiendo que aún no puede decirle cuál es la razón—. ¿Cómo haces tú para no tener miedo?—No lo sé. Supongo que me basta con que tú seas feliz, aunque por momentos dolía verte al lado de Lisandro —confiesa Leonel con una sonrisa—. Pero ahora estás aquí, y lo demás quedó en el pasado. ¿Eso es lo que te tiene mal?—No lo sé, tengo mucho sueño —indica ella y él se ofrece a irse para dejarla descansar, pero ella se altera—. No, por favor. No me dejes sola en este momento.—Me quedaré aq
Camila decide volver al hotel y hablar con Leonel. Cuando llega y entra, ve a un montón de personas en la suite que comparte con Leonel.—¿Qué está pasando? —pregunta Camila a Ismael.—Parece que atraparon a varios de nuestros sospechosos. Tenemos que ponernos a armar un caso —dice él mientras sostiene documentos en la mano.—Cami, ¿puedes venir? —pregunta Leonel y, cuando se acerca, este le presenta a una mujer—. Ella es Yohana, es la fiscal que va a ayudarnos en este caso.—¿Perdón? —pregunta la mujer ofendida—. Soy la fiscal, la doctora Yohana Monte Verde, prometida del doctor Leonel Anderson. Un gusto en conocerla, Licenciada González. He escuchado cosas muy buenas de ti.Camila la mira sin mostrar gesto alguno.—Es solo una broma de mal gusto —dice Leonel, algo nervioso.—Por supuesto. Si fuera por su abuelo, nos habría casado el día que nos conocimos —indica la mujer con una gran sonrisa. Camila solo quiere salir de ahí y se siente agradecida cuando alguien la llama.—Lamento, n
Lisandro aún está en shock con lo que Camila le ha dicho. Él va a ser padre y también va a poder estar cerca de ella. Las cosas no pueden ser mejores para el doctor Cuartuco.—Necesitas calmarte. No es bueno para ti o para el bebé —dice Lisandro amablemente mientras la abraza.Leonel nota que Camila y Lisandro tardan en volver, por lo que llama a recepción para preguntar. Le informan que Camila está en la enfermería, así que baja rápido para acompañarla. Sin embargo, cuando va a entrar, escucha a Lisandro hablar.—Tranquila, Leonel va a entender. No es que nosotros quisiéramos que pasara —indica Lisandro.—No me va a perdonar. Estoy casi segura —comenta Camila solloza.Leonel sabe que está mal escuchar detrás de las paredes, por lo que abre la puerta. Nunca pensó que Lisandro estaría abrazando a Camila.¿Qué más necesita ver? Ella ha estado extraña desde que él estuvo internado. No ha querido tener relaciones con él. Y le ha hecho todas esas preguntas extrañas. Seguramente ha vuelto c
Leonel se queda pensando en lo que Ismael le ha dicho. ¿Es posible que entendiera mal? Por otro lado, ahora empieza a recordar cómo es que Yohana ha tratado a Camila. Es probable que Camila entendiera mal el humor de Yohana, ya que no la conocía de antes. Pero… ¿celosa? Eso le quita una sonrisa y se da cuenta de que no puede seguir así. Tiene que ir a verla.Le escribe a Guadalupe para preguntarle por Camila, puesto que ella parece tener el teléfono apagado. Guadalupe le responde con un GIF del dedo medio. La llama, pero Guadalupe no lo atiende. Luego recibe un mensaje de ella donde le dice que deje descansar a Camila.Al otro día Camila aún duerme cuando Ismael pasa a buscar a Guadalupe para llevarla al trabajo. Le ha dejado unos archivos para que Camila revise si lo desea, ya que cree que la ayudarán a distraerse.Leonel entra al departamento con la llave de repuesto. Encuentra a Camila dormida en la cama de Ismael. Se nota que ha estado llorando, puesto que tiene su rostro hinchado
Su madre ha convertido la oficina de su padre en un estudio de arte. Ella siempre ha deseado ser pintora y vender lo que hace, pero no ha tenido éxito. Después de ver un par de cuadros que su madre ha hecho en el pasado cuando él era pequeño, recuerda que su padre tenía una caja fuerte en su oficina. Por lo que corre algunos de los cuadros de su madre y encuentra la caja. Saca la llave de su bolsillo y se fija si entra. Se alegra al darse cuenta de que sí lo hace.Cuando la puerta se abre, encuentra documentos y papeles dentro. Los saca, y los empieza a leer. Al parecer su padre había tratado de estafar a su abuelo, o eso parece. Ha retirado una suma de dinero antes de que su abuelo lo quitara de la presidencia del bufete que ahora tiene a cargo Lisandro.—¿Por qué hiciste esto, papá? —se pregunta Leonel en voz alta.Tal vez por eso su abuelo lo ha contactado recién cuando él se recibió de abogado. Y no hablaba de su padre.Los documentos tienen la firma de su padre y la de otro hombr
Ismael comienza a levantar la copia de los documentos cuando Leonel se levanta de la silla.—No te vayas sin mí —ordena Leonel y se va de la oficina, Ismael ha conseguido lo que quería.Su madre está en su cuarto doblando ropa. Él entra y la abraza.—No quiero que pienses que voy a dejar de quererte por eso. Me criaste prácticamente sola. Si papá nos quería o no, no va a cambiar cuánto yo te quiero a ti.—Leo —susurra su madre y se pone a llorar. Después de unos minutos, ella sonríe—. ¿Vas a ir a pedirle disculpas a tu novia?—Sí. Y te prometo que la próxima vez que venga la traeré para que la conozcas —le asegura Leonel a su madre, mientras acaricia cabello—. Te quiero, mamá.—Te amo, hijo —indica la mujer y la suelta.Después de eso, y de estar seguro de que su madre estará bien. Él e Ismael vuelven a la ciudad. Una vez que ha dejado a Leonel en el hospital, Ismael se va a entregar la documentación a la fiscalía.Leonel entra y pregunta en recepción dónde es el sector de ecografías.