Una vez que Ismael sale de la habitación de Camila, ella se recuesta, sin deseos de dormir, ya que no quiere volver a tener pesadillas. Un rato después, Leonel entra y nota que está despierta, mirando en dirección a un cuadro que hay colgado en el dormitorio.—¿Estás bien? —le pregunta preocupado.—Tengo miedo —confiesa ella, y lo abraza.—¿A qué le tienes miedo? —le pregunta él, tratando de apoyarla.—A perderte, nunca pensé que podría sentirme así. Pienso en el futuro y me siento aterrada —revela Camila, sabiendo que aún no puede decirle cuál es la razón—. ¿Cómo haces tú para no tener miedo?—No lo sé. Supongo que me basta con que tú seas feliz, aunque por momentos dolía verte al lado de Lisandro —confiesa Leonel con una sonrisa—. Pero ahora estás aquí, y lo demás quedó en el pasado. ¿Eso es lo que te tiene mal?—No lo sé, tengo mucho sueño —indica ella y él se ofrece a irse para dejarla descansar, pero ella se altera—. No, por favor. No me dejes sola en este momento.—Me quedaré aq
Camila decide volver al hotel y hablar con Leonel. Cuando llega y entra, ve a un montón de personas en la suite que comparte con Leonel.—¿Qué está pasando? —pregunta Camila a Ismael.—Parece que atraparon a varios de nuestros sospechosos. Tenemos que ponernos a armar un caso —dice él mientras sostiene documentos en la mano.—Cami, ¿puedes venir? —pregunta Leonel y, cuando se acerca, este le presenta a una mujer—. Ella es Yohana, es la fiscal que va a ayudarnos en este caso.—¿Perdón? —pregunta la mujer ofendida—. Soy la fiscal, la doctora Yohana Monte Verde, prometida del doctor Leonel Anderson. Un gusto en conocerla, Licenciada González. He escuchado cosas muy buenas de ti.Camila la mira sin mostrar gesto alguno.—Es solo una broma de mal gusto —dice Leonel, algo nervioso.—Por supuesto. Si fuera por su abuelo, nos habría casado el día que nos conocimos —indica la mujer con una gran sonrisa. Camila solo quiere salir de ahí y se siente agradecida cuando alguien la llama.—Lamento, n
Lisandro aún está en shock con lo que Camila le ha dicho. Él va a ser padre y también va a poder estar cerca de ella. Las cosas no pueden ser mejores para el doctor Cuartuco.—Necesitas calmarte. No es bueno para ti o para el bebé —dice Lisandro amablemente mientras la abraza.Leonel nota que Camila y Lisandro tardan en volver, por lo que llama a recepción para preguntar. Le informan que Camila está en la enfermería, así que baja rápido para acompañarla. Sin embargo, cuando va a entrar, escucha a Lisandro hablar.—Tranquila, Leonel va a entender. No es que nosotros quisiéramos que pasara —indica Lisandro.—No me va a perdonar. Estoy casi segura —comenta Camila solloza.Leonel sabe que está mal escuchar detrás de las paredes, por lo que abre la puerta. Nunca pensó que Lisandro estaría abrazando a Camila.¿Qué más necesita ver? Ella ha estado extraña desde que él estuvo internado. No ha querido tener relaciones con él. Y le ha hecho todas esas preguntas extrañas. Seguramente ha vuelto c
Leonel se queda pensando en lo que Ismael le ha dicho. ¿Es posible que entendiera mal? Por otro lado, ahora empieza a recordar cómo es que Yohana ha tratado a Camila. Es probable que Camila entendiera mal el humor de Yohana, ya que no la conocía de antes. Pero… ¿celosa? Eso le quita una sonrisa y se da cuenta de que no puede seguir así. Tiene que ir a verla.Le escribe a Guadalupe para preguntarle por Camila, puesto que ella parece tener el teléfono apagado. Guadalupe le responde con un GIF del dedo medio. La llama, pero Guadalupe no lo atiende. Luego recibe un mensaje de ella donde le dice que deje descansar a Camila.Al otro día Camila aún duerme cuando Ismael pasa a buscar a Guadalupe para llevarla al trabajo. Le ha dejado unos archivos para que Camila revise si lo desea, ya que cree que la ayudarán a distraerse.Leonel entra al departamento con la llave de repuesto. Encuentra a Camila dormida en la cama de Ismael. Se nota que ha estado llorando, puesto que tiene su rostro hinchado
Su madre ha convertido la oficina de su padre en un estudio de arte. Ella siempre ha deseado ser pintora y vender lo que hace, pero no ha tenido éxito. Después de ver un par de cuadros que su madre ha hecho en el pasado cuando él era pequeño, recuerda que su padre tenía una caja fuerte en su oficina. Por lo que corre algunos de los cuadros de su madre y encuentra la caja. Saca la llave de su bolsillo y se fija si entra. Se alegra al darse cuenta de que sí lo hace.Cuando la puerta se abre, encuentra documentos y papeles dentro. Los saca, y los empieza a leer. Al parecer su padre había tratado de estafar a su abuelo, o eso parece. Ha retirado una suma de dinero antes de que su abuelo lo quitara de la presidencia del bufete que ahora tiene a cargo Lisandro.—¿Por qué hiciste esto, papá? —se pregunta Leonel en voz alta.Tal vez por eso su abuelo lo ha contactado recién cuando él se recibió de abogado. Y no hablaba de su padre.Los documentos tienen la firma de su padre y la de otro hombr
Ismael comienza a levantar la copia de los documentos cuando Leonel se levanta de la silla.—No te vayas sin mí —ordena Leonel y se va de la oficina, Ismael ha conseguido lo que quería.Su madre está en su cuarto doblando ropa. Él entra y la abraza.—No quiero que pienses que voy a dejar de quererte por eso. Me criaste prácticamente sola. Si papá nos quería o no, no va a cambiar cuánto yo te quiero a ti.—Leo —susurra su madre y se pone a llorar. Después de unos minutos, ella sonríe—. ¿Vas a ir a pedirle disculpas a tu novia?—Sí. Y te prometo que la próxima vez que venga la traeré para que la conozcas —le asegura Leonel a su madre, mientras acaricia cabello—. Te quiero, mamá.—Te amo, hijo —indica la mujer y la suelta.Después de eso, y de estar seguro de que su madre estará bien. Él e Ismael vuelven a la ciudad. Una vez que ha dejado a Leonel en el hospital, Ismael se va a entregar la documentación a la fiscalía.Leonel entra y pregunta en recepción dónde es el sector de ecografías.
—¿Estás bien? —pregunta Leonel a Camila, mientras ella se recuesta en la camilla en el consultorio médico.—Tengo miedo —responde ella, mientras esperan al ecógrafo.—¿Tienes miedo por la salud del bebé? —le pregunta Leonel.—No. Siento que él está bien. Es solo que si tú no eres… —susurra ella y se detiene.—Aun así, estaré aquí contigo y con él —le asegura Leonel, y acaricia el abdomen de Camila—. Te amo, y es una extensión de ti, así que también lo querré.Después de decir eso, le da más tranquilidad a Camila. Ella tiene mucho miedo, pero con Leonel a su lado siente que puede con todo lo que se avecina.—Bueno, yo los atenderé hoy. Veamos qué hay por aquí —dice el profesional—. Mamá, levántate la blusa. Se sentirá frío, pero es normal.Después de explicarlo, acerca el gel al abdomen de Camila. Una vez que en la pantalla pueden ver a esa pequeña criatura, ella siente felicidad por primera vez desde que supo que estaba embarazada. Le hacen escuchar el latido, va muy rápido. Leonel ap
Más tarde, ese mismo día, mientras ambos descansan abrazados en la cama de Leonel, él le pregunta qué se supone que ha ocurrido en las últimas horas, ya que Camila no había actuado así con él antes.—No lo sé. Pero siento que quiero seguir —comenta ella avergonzada.—¿Estás segura? Hace unos días estabas muy cansada como para tener contacto físico —le recuerda él, con una gran sonrisa y bastante confundido.Le encanta pensar en que ella desee hacerlo de nuevo. Aun así, no cree que sea posible. No, hasta que ella, así desnuda, se sube sobre él. Como si no la avergonzara exponerse ante Leonel.—Sí —dice ella y se ayuda con la mano para hacer que él regrese a su interior.Que Leonel no pueda llegar es algo que la preocupa. Aunque en ese momento saber que lo tiene disponible a toda hora la hace feliz. Camila desea darle placer, de manera lujuriosa y constante. Quiere retribuir de alguna manera, el hecho de que él confíe en ella y la acepte pese a las pocas posibilidades que existen de que