Camila espera a Lisandro, pero este no llega y tampoco le avisa que no vendrá. Ya tiene sueño, así que decide irse a dormir. Cuando está por guardar todo, golpean la puerta del departamento.Ella abre la puerta y al ver a Leonel se emociona. No puede creer que vuelva tan rápido. Lo abraza y él entra, dándole un beso lleno de ansiedad y cariño.—No pensé que estarías tan feliz de verme —indica él después de besarla.—¿Por qué dices eso? —pregunta ella, mientras lo abraza con fuerza.—Porque preferías que tomara la declaración de tus padres a que estuviera aquí. Y la verdad es que no me importa el juicio, si en consecuencia tengo que ponerte en riesgo —responded Leonel mientras acaricia a Camila.—Leo, te extrañé mucho —asegura ella, tratando de no llorar.—¿Lisandro te avisó que yo volvía? —pregunta Leonel al ver la mesa puesta.—Me dijo que preparara una mesa para dos —dice ella sonriendo.¿Lisandro habría hecho esto por ellos?—¿Y qué celebramos? —pregunta Leonel, mientras se acerca
Hacen salir a Leonel de neonatología para darle el informe de Camila. Ella ha sido herida con una de las balas, al parecer. Lo que ha causado que pierda mucha sangre, por lo que su estado es delicado.¿Camila podría morir?El mundo de Leonel empieza a tambalearse cuando la médica le dice a Nicolás que Lisandro ha fallecido. Leonel no puede creerlo. Lisandro está muerto. Eso no puede ser real.Lisa y Clara llegan al hospital y es Nicolás quien da la noticia. Ellas lloran desconsoladas. No puede ser que Lisandro muera en este momento que volvían a ser una familia.—No, papá —reclama Clara bañada en llanto. Su madre la sostiene mientras ella también llora.—No puedo creer que Lisandro ya no esté con nosotros —susurra Nicolás con tristeza.Leonel permanece en silencio. La muerte está muy cerca, por lo que tiene miedo de decir o hacer algo y que esta también se lleve a Camila. No podría vivir sin ella. Ya no le importa vengar la muerte de su padre. Ni siquiera quiere ganar el juicio. Solo
Camila acaba de descubrir que Lisandro ha muerto. Algo que no puede creer, ya que ella misma lo vio en su habitación de hospital.—Leo, no juegues con eso. Si él estuvo aquí —asegura Camila, sorprendiendo a todos.—Cami, Leo dice la verdad. Él y yo fuimos a su velorio —indica Ismael, serio.No puede ser. Camila no puede creerles. Ella sabe lo que vio, escuchó e incluso sintió cuando Lisandro tuvo la audacia de besarla.—Cami, no te sientas mal. Él fue un héroe —comenta Guadalupe, sin saber qué decir.En ese momento, Camila recuerda las palabras de Lisandro.«Yo estoy bien. No quiero que te preocupes por mí ni sientas culpa. Me siento feliz por haberlos protegido a ti y a Junior»Pero si Lisandro ha muerto, no es posible que haya ido a su habitación de hospital a visitarla.—Cami, ¿estás bien? —pregunta Leonel al ver que ella se ha quedado en silencio.—A Lisandro le habría gustado mucho el nombre que elegiste —responde ella, comenzando a llorar—. Gracias, Leo.Ella abraza a Leonel y a
Los días pasan volando y cuando menos lo esperan ya están celebrando el primer año de vida de Junior. Leonel y Camila besan a Junior como lo hacen cada mañana antes de irse a trabajar. La madre de Leonel se ha mudado cerca para poder ver a su nieto más seguido, y los padres de Camila vienen sin falta cada fin de semana para pasar tiempo con Junior. Es un niño muy querido y mimado.—Mamá, recuerda no darle dulces, esta noche tendremos su fiesta —le indica Leonel a Libet.—Te crie a ti, puedo cuidar de un bebé —reclama la mujer ofendida.—No se haga problema, Libet. Sabemos que es una gran abuela —indica Camila, sonriendo antes de agarrar su portafolios.—Por fin alguien que me valora —responde la mujer y los tres ríen.—Vamos, amor. llegaremos tarde —indica Camila a Leonel.Este día no solo es especial porque es el cumpleaños de Junior. También quieren enviar su aprecio a aquel que hizo posible que el pequeño esté con ellos. Suben a la limusina que los espera en la puerta.—¿Llegaremos
Después del cumpleaños de Junior, Camila se tomó unos días en el trabajo, ya que las náuseas se volvieron cada vez más fuertes. Leonel tuvo que contratar a otro abogado para ayudar a Camila con sus casos. Era el hermano mayor de Ale, también sobrino de Yohana. El chico no solo es un genio de las computadoras, sino que también tiene una memoria infalible. Será de mucha ayuda para Camila.—Aquí quien da las órdenes es Camila. Si ella te pide algo, lo haces. Si te dice que archives un caso y te ocupes de otro, solo sigue sus órdenes. Ella sabe por qué lo hace —explica Leonel, mientras entrevista al joven.—Está bien. ¿Cuándo la conoceré? —pregunta el muchacho, que tiene casi la misma edad que Camila.—Ella está trabajando desde casa, así que tendrás que ir allá para que te dé las indicaciones —responde Leonel, dándole las llaves del automóvil—. Este será el vehículo con el que te manejarás mientras estés en horario laboral.—Pero yo no sé manejar —revela el joven algo avergonzado.—Enton
***Una pequeña brisa fresca recorre mi rostro. El invierno se acerca, y en el aire siento cómo cada vez estoy más lejos de quienes amo. También se vuelve extraño estar frente a la tumba del hombre que alguna vez fui, encontrando flores dejadas por dos mujeres que aún amo y por las cuales fui capaz de fingir mi muerte.El cementerio se encuentra en silencio, como siempre. Sin embargo, en mi interior, el ruido de mis pensamientos es ensordecedor, cada uno contradiciéndose con el siguiente. Volver y enfrentar a todos, o seguir así, asegurándoles una vida digna a las personas que más me importan.Aunque acepté trabajar para la mafia rusa a cambio de la protección que brindan a mis familiares, siento el peso de mis pasos al caminar hacia la salida de este lugar sombrío. Si alguien me llegara a ver, todo mi sacrificio sería en vano. Aun así, estoy aquí, sin poder dejar por completo al que fui junto con todo lo que forjé.El pasaje del avión que debo abordar está aún en mi bolsillo, junto a
Ubicación: RusiaLa esposa del CEO, Mijaíl Kosovo, acaba de morir y aún no sabe cómo hará para que Alexander, su pequeño hijo, comprenda la situación. Hace días que el pequeño de solo cuatro años quiere ir al hospital con su padre a visitarla. Sin embargo, Kosovo no se lo permite, ya que hace una semana que se encuentra inconsciente por los fármacos que pusieron en su suero para que no sufriera dolor. Pocos son los que saben qué está ocurriendo en verdad, porque el empresario es una persona con demasiados enemigos como para mostrarse débil ante la mirada pública.Elena fue una buena esposa, criada por sus padres para ser la madre del heredero de un imperio como el que Kosovo posee, por lo que estaba al tanto cuál era su lugar en la vida de su esposo. Sin embargo, él no llega a apreciarla, ya que sus obligaciones lo tienen ocupado la mayor parte del tiempo.—Señor Kosovo, disculpe que lo moleste —interrumpe uno de sus empleados entrando al cuarto donde el magnate se encuentra despidién
«La noche está oscura debido a las nubes en el cielo, como si la naturaleza compartiera tu pesar. A tus veintitrés años, te sientes devastada: tu novio te ha dejado el mismo día en que esperabas una propuesta de matrimonio».Esta mañana, al salir de tu departamento hacia el trabajo, encontraste una nota de Cristian deseándote buenos días, una de las muchas pequeñas tradiciones que comparten. Trabajas como pasante en un prestigioso bufete de abogados, un puesto que has conseguido gracias a un amigo de la familia. Aunque eres consciente de las expectativas de tus padres, que te han criado con amor, pero también con altas demandas, te sientes orgullosa de haber completado tu carrera sin interrupciones, algo que pocos de tus compañeros lograron.Sin embargo, tu vida profesional no es fácil. Tu jefe, un hombre casi mítico en el mundo legal, te pide que te quedes hasta tarde para cerrar el bufete. Esto te hace llegar tarde a tu cita con Cristian, quien te ha enviado un mensaje durante el al