Rodrigo y yo nos sentamos en el sofá, al borde de la cama, en mi habitación de hotel. Todavía intento comprender por qué la esposa de Amadeo fue quien me envió el dinero para abortar. ¿Acaso Amadeo no quiere deshacerse de nuestra hija? ¿Y cómo es posible que Mabel supiera lo que pasó con Alma?—Estás hermosa, Tinita —me dice mi mejor amigo, tocando mi cabello corto, y me da un beso en la frente. Sé que lo hace para tratar de distraerme un poco—. ¿Estás lista?—No lo sé. Solo ponlo —digo nerviosa, y tomo su mano con fuerza.«Cálmate, Mabel. Sabes que el trastorno de tu esposo no pasa por un bebé. Lo que ocurre es debido a su enfermedad. Si bien es bueno que estés embarazada, no voy a negártelo. Era parte de lo que necesitábamos que ocurriera. Debemos ser cautelosos, ya que eso también los puede separar. No te apresures a contárselo, puesto que, si llegaras a tener un aborto, traerías un recuerdo perturbador en su mente, y sabes que la cabeza de Amadeo está en una constante lucha interna
Voy hasta la suite de Amadeo y trato de hablar con él, pero sus empleados me dicen que no es posible. Se ha ido a una conferencia. Es obvio que se ha enojado conmigo. Aun así, necesito respuestas y no voy a aceptar una negativa de su parte. Asisto a la conferencia como reportera e intento preguntarle algo cuando sale, pero no me deja y hace que sus hombres me mantengan lejos de él. Cancela el acuerdo con el diario y no vuelve a hablarme. No responde mis mensajes ni mis llamadas. Es casi imposible que nos veamos. ¿Qué es lo que lo ha hecho actuar así?Decido tomar un descanso de toda esta locura y voy con Rodrigo a casa. Mi tío parece feliz al vernos. Está saliendo con Charlie desde hace cinco años.—Era hora de que te mudaras —le aseguro a Charlie al saludarlo.—No digas eso Tania, tu abuelo puede tomarlo a mal —me pide él, avergonzado.Charlie conoció a mi tío cuando este se hizo cargo de mí. Al principio solo eran amigos y se llevaban muy bien. Todos nos dábamos cuenta de que pasaba
Vuelvo a mi departamento después de despedirme de mis amigos y mi familia; y de asegurarme de que todo esté en orden en casa. Rodrigo se ofrece a llevar a Belén al aeropuerto, lo que me facilita las cosas. Ella vino solo para ver cómo estaba, y me siento muy agradecida por tener una amiga tan maravillosa como Belén. En realidad, no solo ella, Rodrigo, también ha sido maravilloso desde el principio.***Amadeo había tratado de protegerme, pero al decirle toda la verdad a nuestro preceptor me había metido en serios problemas. No tenía idea de cómo salir de esa situación. Aun así, no iba a dejar que nadie me apartara de lo más valioso que yo tenía. —¿Y qué si eso es cierto? —le pregunté poniéndome de pie frente a su escritorio. No podía estar sentada si tenía que mostrarme fuerte. Charlie me miró sorprendido. Parecía que no era la respuesta que estaba esperando, por lo que aproveché la situación. Era el momento de darlo todo con tal de conseguir que las cosas no cambiaran. —Disculpe q
Sé muy dentro de mí que deseo estar con Amadeo, lo cual me asusta. Saber que, aun después de tanto dolor, sigo sintiendo esto por él. ¿Qué pasa si Amadeo es parte de todo esto?Me sorprende enterarme de que ha alquilado una suite en el hotel donde se celebra la fiesta. ¿Esperaba que viniera? ¿Qué busca de mí? ¿Trata de engañarme de nuevo?—Amadeo, necesito hacerte un par de preguntas —le digo, tratando de calmarlo, ya que se nota que está muy alterado.No obstante, él comienza a besarme, apenas entramos a la habitación. Nuestras bocas se encuentran y no puedo evitarlo; dejo que sus labios posean los míos. Después de tantos años, él aún me hace sentir así, lo que me sofoca y me confunde.—No puedo más, al verte con él me puse muy celoso —me reclama mientras baja el cierre de mi vestido. Yo acompaño sus besos, como una necesidad. Siempre me ha parecido el mejor besando y la manera en que lo hace nubla mi mente.—No estoy con Rodrigo, ya te lo dije —le explico mientras me deja caer sobre
Leo el contrato, solo me tratara como dama de compañía. Tengo que estar estos tres meses a su disposición. Acompañarlo en sus viajes, cenar con él, hacer cosas que se esperaría que hiciera una pareja. Aun así, le pido que me dé por lo menos hasta después de ver a mi abuelo, para firmar. Quiero hablar con mi tío antes. Acepta, y sin decir una palabra más, vamos al hospital.Mi tío está destrozado, hablo con Charlie y me dice que se nota que Luis no puede soltar todavía a mi abuelo. El médico nos explica que hay un tratamiento experimental. Que, si bien nadie va a querer darle un corazón por su enfermedad de base, existe la posibilidad de hacer un xenotrasplante. Nos indica el proceso, de qué se trata y las posibilidades que tiene. Nos dice que prolongará su vida unos cinco años.Bernardo no me deja sola ni un minuto. Después de preguntarle a mi tío si está seguro de querer exponer a esa situación a mi abuelo y que este me diga que sí, voy a recepción. Entrego el dinero que necesita par
—¿Cómo decirlo para no asustarte? Empezaré desde el principio y tú me dices cuando quieras que me detenga. Sé que tus padres fallecieron cuando eras pequeña, también sé que estuviste de novia con el Gobernador cuando eras adolescente y que te hizo sufrir mucho. Ya sabía que estuviste embarazada y que tuviste que dar a tu bebé en adopción por presión familiar —dice y mis ojos se abren como dos platos. Sabe muchísimo más de mí de lo que yo pensaba—. Sé que la familia que adoptó a tu hija tuvo un accidente cuando iban con ella en su automóvil, lo que te habrá causado un dolor inmenso, ya que tus padres murieron de la misma manera.Él se acerca a mí y me mira a los ojos, me acaricia la mejilla como si quisiera consolarme.—Sé que no puedes tener más hijos porque tuviste cáncer de útero —dice, pero se detiene cuando ve que estoy completamente tiesa. Me besa la frente y me abraza—. Sé que eres una mujer muy inteligente y capaz, ya que mientras hacías quimio empezaste a estudiar periodismo. P
Después de dejarme más que ansiosa por él, me mira a los ojos y me pregunta si estoy lista para recibirlo.—Seguro —digo, y antes de poder hacer algo, entra de repente con fuerza. Me sostengo de su espalda y me dejo llevar.Después de hacerlo con intensidad y plenitud, me quedo dormida por la fatiga. Al despertar, Bernardo ya no está en la habitación. Ha dejado el vestido que me quitó sobre la silla. Es muy ordenado y atento.Me levanto y me doy una ducha. Después de eso, llamo a mi jefe y coordinamos algunas cosas antes de empezar con los artículos. Cuando me doy cuenta, ya es de noche. Bernardo aún no ha vuelto cuando golpean la puerta de la habitación.—¿Sí? —pregunto al abrir.—Buenas noches, señorita Lascialandare, el señor nos pidió que le trajéramos unas cosas —dice una chica muy amable.Al parecer, Bernardo ha comprado ropa para mí. Dejo pasar a la chica y tras mostrarme lo que Bernardo ha escogido, me pregunta si me gusta.—El señor Lascialandare dijo que si algo no le gustab
Colombia es muy colorida, sobre todo la capital. Aun así, no perdemos tiempo y me lleva a conocer el Cerro Azul, lo que me sirve para poder hacer un artículo para el diario. En el Parque Nacional Natural Itría podemos ver ballenas, eso es surrealista, tremendamente encantador.—¿Cómo la estás pasando? —me pregunta Bernardo al ver que miro por la ventana del coche en silencio.—Bien, es decir, todo esto es hermoso —digo inquieta.—Puedes decirme si algo te molesta —me aclara mientras bajamos del automóvil e íbamos al jet privado que ha alquilado. Nuestro próximo destino es Venezuela.—Estoy un poco cansada. Este mes ha sido increíble, pero siento que si vuelvo a casa después de sesenta días así voy a desfallecer. Necesito descansar de los aviones y los largos viajes en carretera —le digo molesta conmigo misma.—Está bien —dice y lo miro sorprendida—. Sí, Tania, el punto de que me acompañaras era que lo pasaras bien conmigo. Si vas a estar sufriendo no tiene sentido.—No digas eso. No es