Vuelvo a casa, después de esa reunión, con un pensamiento distinto y un plan. Al llegar, me recuesto en la cama. Sé por Amadeo que Bernardo ha enviado a Amanda a un internado, por recomendación de su padre. Al parecer, sin mí cerca, D' Luca teme que sea capaz de hacerle daño a Amanda. El detective Arias ya me ha contado que D' Luca está bajo la mira y si comete un solo error más, van a capturarlo, ya que nadie cree que alguien fuera de la familia me golpeara de ese modo y lograra entrar a la casa, siendo que esta tiene un sistema de seguridad sumamente sofisticado. No puede darse el lujo de matar personas en este momento.A la media hora, Bernardo está en casa. Entra al dormitorio y me mira sorprendido. No puede creer que haya vuelto.—Tania, estás aquí —dice y me abraza.Parece estar feliz de verme. Después de casi haberme matado, ahora se muestra protector. Trato de conservar la calma. Debo fingir ante él. Todos dependen de que Bernardo crea en mí.—¿Dónde estuviste? —me pregunta, c
Al Bernardo atender su teléfono, Mabel comienza a despotricar. Amadeo la ha abandonado y quiere la custodia de su hijo.—Seguro lo hace porque la puta de tu mujer volvió a revolcarse con él —grita Mabel al teléfono.—Deja de decir tonterías. Tania no se ha separado de mí ni un minuto. Ni siquiera llamó a Amadeo, eso te lo aseguro —dice Bernardo mirándome.Él cree saber todo de mí porque controla mi teléfono. Sin embargo, gracias a las habilidades de Rodrigo y su colega, Bernardo tiene los ojos vendados. Igual o peor que como él me había tenido durante estos años.—Mabel, si Amadeo ya no quiere estar contigo, es problema tuyo. No sigas metiendo a Tania en tus asuntos —indica y cuelga.—Bernardo, no le digas eso a tu hermana —digo nerviosa—. Si Amadeo deja a Mabel, nuestra hija estará en peligro.—¿Por qué dices eso? —pregunta confundido.—No puedo decirlo. No quiero más problemas con tu familia —le digo y lo abrazo.—Tania, amor —dice él, y siento ganas de vomitar. Ese maldito se atrev
Encuentro a Mabel en la sala de espera. El lugar está a oscuras y hace frío. No me gustan los hospitales, por lo que tengo que tratar de conservar la calma y respirar profundo para no perder el control. Me siento a su lado y me quedo en silencio. Tengo que evaluar muy bien lo que voy a hacer y cómo voy a actuar. Aunque haya pensado en todos los posibles desenlaces, esto no es un juego, algo puede salir mal y arruinar nuestros planes. Las vidas de más de diez personas están ligadas a la mía a partir de ahora y hasta el final.—¿Familiares de Lascialandare? —pregunta un hombre. Es el cirujano.—Sí —dice Mabel poniéndose de pie antes que yo.—Soy su esposa —indico y me levanto lentamente.—Necesito que hablemos en privado —dice el médico, pero Mabel lo detiene.—Soy su hermana. Merezco escuchar —reclama ella tratando de imponerse, pero el médico le pide que espere fuera. Esto enfurece a Mabel.Al entrar a la sala de urgencias, pasamos por un pequeño pasillo y terminamos en una oficina. A
Toco el timbre del departamento de Amadeo y espero. Llevo una valija con ropa para varios cambios. Esto me pone nerviosa. No es algo que tengo ganas de repetir con Amadeo.—Hola —me dice él al verme. Yo paso y apoyo mi valija en el suelo.—¿Estás seguro de que tus vecinos no nos verán? —le pregunto algo incómoda.—No lo sé. Pero en la mañana no suele haber nadie en el edificio —me dice como si le molestara mi pregunta—. ¿Cómo se supone que haremos esto? ¿Y ahora qué? —me pregunta Amadeo y no sé qué decirle.—No sé, supongo que solo debemos hacerlo —indico incómoda.—No me siento cómodo sabiendo que nos están viendo —dice él y yo sonrío.—Supongo que Rodrigo no lo verá. Es solo lo que necesitamos para que Mabel crea que seguimos juntos —digo inquieta.—Hubiera sido más fácil antes —dice él y suspira.—Lo sé, pero tenemos que hacerlo. Si quieres la custodia de tu hijo para ti, solo hay que convencer a Mabel de esto —digo y coloco su mano en mi pecho.En ese momento suena mi teléfono cel
—¿Dónde está mi hijo? —dice Alfonzo cuando me ve en la puerta de la habitación de Bernardo.—Los médicos entraron porque empezó a convulsionar —digo como si me sintiera afligida.Él abre la puerta y al ver cómo tratan de reanimar a su hijo se queda paralizado. No pienso que un monstruo como ese pueda tener sentimientos. Aunque al parecer no es invencible. El poder observar el dolor en su rostro es impagable, como sus ojos pierden la esperanza. Así como lo he hecho yo en varias oportunidades. Como tantos otros han sido privados de sus seres queridos por este demonio infernal y ahora tengo el placer de verlo sufrir.El corazón de Bernardo deja de latir. Nadie más que sus hombres, esos en los que Alfonzo ha confiado su vida tantos años, han sido los responsables de dejarlo sin su hijo. Su primogénito ahora descansa en el infierno. Algo que me hubiera gustado que tardara más de cuarenta días, pero yo no voy a meterme entre ellos y su destino.El día del velorio Mabel no puede estar presen
—El hombre de D' Luca está vivo —dice el detective con su expresión apática.—¿A qué se refiere? —le pregunto, ya que todos creíamos que Alfonzo lo había mandado a matar o por lo menos a torturar.—Estuvo dando vueltas por tu casa —indica, y siento una ola de frío atravesarme—. Debemos hablar con Rodrigo.Me da la mano para que lo acompañe fuera del edificio, en lo que parece un intento por protegerme. Al final, Rodrigo y el detective están de acuerdo en que yo debo desaparecer unos días. Hasta que se resuelva la situación de D' Luca. Ya que si ha descubierto nuestro plan seguramente irá primero por mí.—Lo mejor va a ser que te quedes con Juan —declara Rodrigo.Él ha venido hasta la comisaría para que pudiéramos hablar tranquilos. Los dos creen que yo no debo irme de la ciudad, pero sí desaparecer de la vista de todos.—Esperen, puedo ocultarme por mi cuenta —les aseguro, y ambos me miran como si estuviera diciendo un disparate.—Tania, no vamos a dejar que corras peligro después de
***—Estamos aquí reunidos para celebrar el matrimonio de Belén y Rodrigo —dice la jueza.Mis amigos se ven increíblemente bellos vestidos de blanco. Amo que su historia termine de este modo. Me siento feliz, por ser parte de sus vidas.—Mamá, quiero ir al baño —dice Amanda avergonzada. Sus ojos siguen recordándome a Amadeo. El cual está frente a nosotros con su hijo en brazos.Amanda y yo somos damas de honor de mi amiga, y Amadeo junto con su pequeño Augusto. Ambos con trajes, el pequeño se ve más que hermoso con esos rizos.—Espera un minuto, los novios se besarán en poco —le digo, pero Juan, quien me ha acompañado a la boda, toma las flores de Amanda, de manera discreta y mi hija sonríe.Ella se va al baño y en silencio le agradezco a Juan lo que hizo por ella. Él parece complacido, no esperaba que empezáramos una relación después de que D’ Luca recibiera su prisión preventiva en ese geriátrico en el que está.Una vez que la ceremonia termina, voy con juan a nuestra mesa, en la cu
Hola, soy Osaku... espero que disfrutaras esta novela. Aqui está la intro de la segunda parte que se llama Venganza - Segundo round y la encuentras aquí, en esta plataforma, con ese nombre. «La noche está oscura debido a las nubes en el cielo, como si la naturaleza compartiera tu pesar. A tus veintitrés años, te sientes devastada: tu novio te ha dejado el mismo día en que esperabas una propuesta de matrimonio».Esta mañana, al salir de tu departamento hacia el trabajo, encontraste una nota de Cristian deseándote buenos días, una de las muchas pequeñas tradiciones que comparten. Trabajas como pasante en un prestigioso bufete de abogados, un puesto que has conseguido gracias a un amigo de la familia. Aunque eres consciente de las expectativas de tus padres, que te han criado con amor, pero también con altas demandas, te sientes orgullosa de haber completado tu carrera sin interrupciones, algo que pocos de tus compañeros lograron.Sin embargo, tu vida profesional no es fácil. Tu jefe, u