SOPHIELa mansión Blossom es cálida y enorme, puedo decir que es muchísimo más grande que la de Miller, por alguna extraña razón me siento mejor aquí que apenas y llevo pocos días.No he visto a mi según esposo desde hace cuatro días, solo veo a Susana que me trata como una hija, quien me atiende y no me obliga a tocar y a vestirme como una muñeca, como Miller.Miller… no sé de él desde ese día, ¿De verdad me había vendido? Creí que era una excusa para rescatarme pero de nuevo me equivoqué con él, no sé por qué eso me hace sentir mal.—Toc Toc— escucho una voz en la entrada de la habitación, Emilio está de pie debajo del umbral de la puesta, trae puesto un traje marrón y uno de sus manos descansa en el bolsillo de su pantalón—. ¿Te he asustado, querida?Negué y Emilio se abrió paso en la habitación, era el primer hombre más amable que conocía luego de mi padre, además nunca en mi estadía en esta casa me pidió algo raro ni me trato de manera tangente, por esas simples razones me agrada
SOPHIEMe muevo incómoda en la cama, no he podido dormir por pensar en la cena de hoy, el padre de Emilio es agradable y cálido. Al igual que todos en esta casa.Di un último suspiro y cuando me estaba quedando dormida sentí como me sacudían.—Sophie…Escuché un pequeño susurro y me alarme alejándome. Un hombre estaba de pie pero no alcanzaba a ver su rostro hasta que se movió y la luz de la luna que se filtraba por la ventana y le dio en su rostro.Era Miller. Miller estaba de pie frente a mí con una mirada extraña, sus ojos brillaban y se veían muchísimo más intensos que la última vez que lo vi.—Vámonos— Miller alcanzó a tomarme del brazo y me levantó de un solo jalón.—¿Qué haces?— retrocedí a la defensiva —. No puedes llevarme cuando se te plazca y menos entrar a un lugar como este, esto no es tu casa— reproche.—¿No puedo llevarte?— levantó una ceja y su rostro se transformó en uno diferente, daba mucho miedo ahora—. ¿Dices que no puedo llevarte?— se acercó a mí y me agarró mis
SOPHIENo puedo dormir, estoy mirando el techo y a mi lado tengo durmiendo a un hombre. El hombre que me compró, y el que se cree mi dueño y amo. Tenía un nudo en la garganta. Me levanté de la cama con cuidado y decidí caminar por el lugar. Me dolía un poco seguir aquí. Suspire el aire cuando salí al jardín el olor a rosas inundó todas mis fosas nasales. Abracé mi cuerpo por el frío de la noche mientras vagaba por el jardín. —¿A qué santo debo agradecerle?— abrí mis ojos sorprendida—. ¿Cuánto tiempo, Sophie?Esa voz…Me di la vuelta de inmediato, unos ojos azules me atraparon, él se acercó a mí hasta estar a centímetros hasta sentir su cálida respiración.—¿Que haces?— pregunté en un hilo de voz mientras trataba de retroceder pero Malcom me atrapó y sostuvo mi cuerpo.—Moría por verte, Sophie.Me alejé de él de inmediato y miré hacia todos lados, tome de la mano a Malcom y lo lleve en lo más profundo del jardín, donde no habían cámaras.—Vas a morir si no te vas de aquí ahora— le a
—¡Eres una imbécil!— la bofetada suena retumbando por toda la habitación, lágrimas salen de mis ojos sin poder creerlo.—¡Madre!— suspiro, pero la mujer frente a mi solo me mira con odio, me lanza la maleta de un golpe obligando a dejar mi mejilla dolida.—¡No soy tu madre!— exclamó, casi mi corazón sale del dolor que me había causado sus palabras—. ¡Ahora lárgate! ¡Te están esperando!Con un nudo en la garganta pregunté:—¿Me has vendido, madre?Esperé un "no" como repuesta, pero las palabras frías de la mujer frente a mi, lo único que tenía solo rompió mi corazón:—Sí, ahora le perteneces a alguien más.Con lágrimas en mis ojos y la frente en alto tomé mi maleta, le eché una última mirada a mi habitación; el piano que me había regalado mi padre también había sido subastado como todo en ella—Un hombre te espera a fuera, vete.Cuando llegue a fuera de la mansión un enorme auto de lujo aparcó frente a mi, un hombre de traje salió de este y me sonrió.—El señor la espera jóven— asentí,
—Quiero algo muy simple— empezó —. Toca para mi.Mis ojos se abrieron tan grande que por un momento pensé que iban a abandonar mi cuerpo.—¿Que dices?— casi me atraganto con mi saliva al preguntar.Miller quien estaba a un extremo de la habitación se acercó a mi Y acarició el piano hasta estar muy cerca.—Creí que habíamos quedado que harías lo que yo quisiera.Sus ojos azules recorrieron todo mi cuerpo, Miller se fue acercando a mi tan lento que mi corazón solo latía cada vez más rápido, estuvimos así por un tiempo hasta que mi espalda chocó contra la pared. Mierda. Miller acercó su rostro a mi cuello y trate de alejar mi rostro del suyo, mi pecho subía y bajada descontroladamente.—¿Estás nerviosa?— su voz ronca chocó contra mi cuello, su calido aliento ocasionó un cosquilleo por todo este—. Vas a tocar para mí, Sophie. Quiero escucharte todas las mañanas al despertarme, en las tardes mientras reviso mi jardín y en las noches cuando voy a acostarme a descansar. Tus lindos dedos bail
Una bocetada se escuchab despues... Mi cuerpo tebloroso trata de apartarse de él pero Miller sujeta mo mano y se acerca mas a mi. —¿Que acabas de hacer?— ahogo un gemido y mis piernas tratan de flaquear. Miller me sostiene de la cintura y me pega a él, nuestros pechos chocan—. ¿A donde crees que vas? Una sonrisa macabra se formó en sus labios, cerre mis ojos y le pedi al cielo ayuda...¿Como habia podido golpearlo? ¡Tonta! —L-lo siento... —¿Y crees que eso lo resolvera?— Miller negó y se separó de mi, deje salir un suspiro tan fuerte que crei que iba a caer—. Te he traido hasta aqui, te he dado una masion, te he dado de comer. ¿Y asi me pagas?— se lo pensó un momento—. ¿Me veo como un tonto, Sophie? ¿Me veo como si aceptara golpes? Trague seco, no tenia una puta idea de que decir entonces el jalon de Miller me despertó, me empujó contra el piano, trate de sujetarme de el pero se escucho el sonido horrrible. —Te explico. mi casa, mis putas reglas. Una niña como tú no va a cam
Adrián me miró un poco extrañado, supongo que pensó que estaría loca por pedirlo pero, ¿no tiene unos hermosos labios? Lamí los míos un poco ansiosa y sujete a Adrián de la mejilla, su piel es muy suave. En ese momento quería chocar sus labios contra los míos, en verdad, y eso fue lo que hice. —Lo siento— me disculpé antes y en un solo empujón uni mis húmedos labios con los suyos, moví mis labios sobre esos suaves y deseados labios, pero no correspondido, entonces me ví apenada y me separé—. Yo...—¿Que tratas de hacer?— me interrumpió con una vos fría, casi me asusta su tono—. Mierda— restrego su cara desesperado, me echó una ojeada y salió disparado pero se detuvo. De bajo del marco de la puerta estaba Miller de pie con una postura ligeramente tranquila, sus ojos estaban puestos en mi y luego pasaron a Adrián quien se encontraba de frente a él—. Señor...—Vete— dijo de una forma tangente, y Adrián hizo caso omiso sin mirarme. Miller se acercó a mi y me sentí pequeña ante su presenc
—¿Te gusta Adrián?— la mirada de Miller era tan inexplicable, pero mucha más la manera en la que se acercó, se apoyó en la madera de la puerta y su rostro estuvo a milímetros del mío —. Responde. Pestañe sin saber que decir, ¿Cuál era la respuesta? ¿Me gustaba? No lo sabía, sí, lo había besado pero eso no podía significar nada.—¿Por qué te quedas en silencio?— habló entrecerrando los ojos.—¿Por qué debería de responder?— ataque y trate de cerrar la puerta pero Miller es más fuerte.—¿Por qué no quieres responder?— arqueó la ceja un poco burlón.—¿Por qué debería?— ataque de nuevo y me aferre a la idea que poder cerrar la puerta, tenía el ceño fruncido y ya empezaba a molestarme —. ¿Puedes irte?Lo siguiente que escuche fue una carcajada de su parte, estaba arta de ese hombre.—¿Irme?— sonrió—. ¿Por qué debería irme de mi CASA?— Hizo énfasis en la última palabra.Me resigné y dejé se cerrar la puerta.—La última vez que entraste a mi habitación terminé en el hospital.—Y lástima que