—¡Eres una imbécil!— la bofetada suena retumbando por toda la habitación, lágrimas salen de mis ojos sin poder creerlo.
—¡Madre!— suspiro, pero la mujer frente a mi solo me mira con odio, me lanza la maleta de un golpe obligando a dejar mi mejilla dolida.—¡No soy tu madre!— exclamó, casi mi corazón sale del dolor que me había causado sus palabras—. ¡Ahora lárgate! ¡Te están esperando!Con un nudo en la garganta pregunté:—¿Me has vendido, madre?Esperé un "no" como repuesta, pero las palabras frías de la mujer frente a mi, lo único que tenía solo rompió mi corazón:—Sí, ahora le perteneces a alguien más.Con lágrimas en mis ojos y la frente en alto tomé mi maleta, le eché una última mirada a mi habitación; el piano que me había regalado mi padre también había sido subastado como todo en ella—Un hombre te espera a fuera, vete.Cuando llegue a fuera de la mansión un enorme auto de lujo aparcó frente a mi, un hombre de traje salió de este y me sonrió.—El señor la espera jóven— asentí, y él tomó mi maleta.Me había obligado a ir con este hombre, temía por la vida de mi madre si me oponía a su ridícula apuesta. El dolor en el pecho seguía tan intenso como nunca hasta que mis ojos fueron pesando y me dormí.—¿Solo una maleta?— comentó una voz, me moví dormida ignorando.—Su madre ha subastado todo, su padre las dejó en la quiebra, ¿Crees que es lo mejor?Lo último me despertó, abrí mis ojos con cuidado adaptándome a el lugar. En mi campo de visión aparecieron dos hombres pude reconocer al que estaba frente a mi quien era el mismo que me había traído pero el otro que me daba la espalda no sabía quién era.—¿Dónde estoy?— hablé llamando la atención.El hombre que me daba la espalda giró mostrando su rostro, unos ojos azules, un cabello castaño, una piel clara. Se veía perfecto.—¿Despertaste?— me brindó una sonrisa—. Soy Miller.Pestañe un poco, entonces el otro hombre nos dejó a solas, Miller se sentó a mi lado con la misma sonrisa macabra de antes, asustaba no podía negarlo.—¿Por qué estoy aquí?— ataque —. ¿Que quieres hacerme? ¿Por qué me has comprado? ¿Crees que soy un objeto? ¡Responde!Tenía muchos sentimientos encontrados, la sonrisa del hombre se borró con mis palabras, ahora solo tenía una mirada fría.—He podido comprarte— Respondió —. Así que sí, eres un objeto, Sophie.Lo último me dolió tanto, que estuve a punto de llorar pero me contuve.—¡No vas a tenerme nunca!— exclamé.—¿Te has preguntado quién soy yo?Lo último me dejó muda, era verdad no sabía quién era y que podía hacerme.—¿Quién eres?Miller se acercó más a mi, levantó su mano y cerré mis ojos de inmediato esperando el golpe pero solo acarició mi cabello.—Soy tu dueño— respondió y siguió acariciando mi cabello, pero luego las caricias se hacían más pesadas hasta que Miller envolvió su mano en mi cabello y lo jaló acercándonos—. Y harás todo lo que yo diga, ¿Me has entendido?—No soy tu mascota, no soy tu maldito objeto que puedas hacer conmigo lo que quieras— le espeté, mi cabeza dolía de su agarré pero no podía seguir viéndome débil.—¿Sabes que es lo que más odio, Sophie?— Indagó, pero no le respondí nada y él continúo—. Los rebeldes como tú, los que creen que pueden comerse al mundo pero no tienen el apetito para lograrlo. No tienes nada, no eres nada, a menos que hagas lo que deseé yo. Cuando me sirvas para mí tendrás una razón para valer la pena en este mundo.Y soltó el agarre, me dió una última mirada y salió de la habitación, mis lágrimas salieron y lloré como nunca, me dolía todo.Mientras caminaba por pasillos le echaba una ojeada al lugar, todo era oscuro no había mucha luz aquí. Hasta que me topé con una puerta roja muy grande, me acerqué rápidamente podría ser la salida pero la puerta tenía seguro.—Señorita Sophie— me alarmé al escuchar una voz, me di la vuelta enseguida y el hombre de antes me veía muy atento —. El señor Miller la espera, por favor sígame.Eso hice, los dos caminamos alrededor de un minuto en el inmenso lugar hasta que el hombre llegó a un puerta marrón y la abrió por mi.—El señor la espera.Asentí y atravesé el lugar, un hermoso jardín fue lo primero que captó mi atención.—Te estuve esperando.Me di la vuelta para enfrentar a Miller, quien me sonreía, tenía una postura dominante rígida.—¿Acaso eres bipolar?— me crucé de brazos.—¿Esa boquita hay que coserla?— se preguntó—. Hablas demasiado.Rodé los ojos molesta y me acerqué a él aún con mis brazos cruzados, enserio daba miedo pero no debía sentirlo si deseaba sobrevivir en este lugar.—¿Por qué estoy aquí?Entonces él se hizo a un lado y me mostró un hermoso piano blanco. Mi boca se abrió sorprendida y no pude ocultar la felicidad.Hasta que sus palabras borraron mi sonrisa:—Quiero algo muy simple— empezó —. Toca para mi.—Quiero algo muy simple— empezó —. Toca para mi.Mis ojos se abrieron tan grande que por un momento pensé que iban a abandonar mi cuerpo.—¿Que dices?— casi me atraganto con mi saliva al preguntar.Miller quien estaba a un extremo de la habitación se acercó a mi Y acarició el piano hasta estar muy cerca.—Creí que habíamos quedado que harías lo que yo quisiera.Sus ojos azules recorrieron todo mi cuerpo, Miller se fue acercando a mi tan lento que mi corazón solo latía cada vez más rápido, estuvimos así por un tiempo hasta que mi espalda chocó contra la pared. Mierda. Miller acercó su rostro a mi cuello y trate de alejar mi rostro del suyo, mi pecho subía y bajada descontroladamente.—¿Estás nerviosa?— su voz ronca chocó contra mi cuello, su calido aliento ocasionó un cosquilleo por todo este—. Vas a tocar para mí, Sophie. Quiero escucharte todas las mañanas al despertarme, en las tardes mientras reviso mi jardín y en las noches cuando voy a acostarme a descansar. Tus lindos dedos bail
Una bocetada se escuchab despues... Mi cuerpo tebloroso trata de apartarse de él pero Miller sujeta mo mano y se acerca mas a mi. —¿Que acabas de hacer?— ahogo un gemido y mis piernas tratan de flaquear. Miller me sostiene de la cintura y me pega a él, nuestros pechos chocan—. ¿A donde crees que vas? Una sonrisa macabra se formó en sus labios, cerre mis ojos y le pedi al cielo ayuda...¿Como habia podido golpearlo? ¡Tonta! —L-lo siento... —¿Y crees que eso lo resolvera?— Miller negó y se separó de mi, deje salir un suspiro tan fuerte que crei que iba a caer—. Te he traido hasta aqui, te he dado una masion, te he dado de comer. ¿Y asi me pagas?— se lo pensó un momento—. ¿Me veo como un tonto, Sophie? ¿Me veo como si aceptara golpes? Trague seco, no tenia una puta idea de que decir entonces el jalon de Miller me despertó, me empujó contra el piano, trate de sujetarme de el pero se escucho el sonido horrrible. —Te explico. mi casa, mis putas reglas. Una niña como tú no va a cam
Adrián me miró un poco extrañado, supongo que pensó que estaría loca por pedirlo pero, ¿no tiene unos hermosos labios? Lamí los míos un poco ansiosa y sujete a Adrián de la mejilla, su piel es muy suave. En ese momento quería chocar sus labios contra los míos, en verdad, y eso fue lo que hice. —Lo siento— me disculpé antes y en un solo empujón uni mis húmedos labios con los suyos, moví mis labios sobre esos suaves y deseados labios, pero no correspondido, entonces me ví apenada y me separé—. Yo...—¿Que tratas de hacer?— me interrumpió con una vos fría, casi me asusta su tono—. Mierda— restrego su cara desesperado, me echó una ojeada y salió disparado pero se detuvo. De bajo del marco de la puerta estaba Miller de pie con una postura ligeramente tranquila, sus ojos estaban puestos en mi y luego pasaron a Adrián quien se encontraba de frente a él—. Señor...—Vete— dijo de una forma tangente, y Adrián hizo caso omiso sin mirarme. Miller se acercó a mi y me sentí pequeña ante su presenc
—¿Te gusta Adrián?— la mirada de Miller era tan inexplicable, pero mucha más la manera en la que se acercó, se apoyó en la madera de la puerta y su rostro estuvo a milímetros del mío —. Responde. Pestañe sin saber que decir, ¿Cuál era la respuesta? ¿Me gustaba? No lo sabía, sí, lo había besado pero eso no podía significar nada.—¿Por qué te quedas en silencio?— habló entrecerrando los ojos.—¿Por qué debería de responder?— ataque y trate de cerrar la puerta pero Miller es más fuerte.—¿Por qué no quieres responder?— arqueó la ceja un poco burlón.—¿Por qué debería?— ataque de nuevo y me aferre a la idea que poder cerrar la puerta, tenía el ceño fruncido y ya empezaba a molestarme —. ¿Puedes irte?Lo siguiente que escuche fue una carcajada de su parte, estaba arta de ese hombre.—¿Irme?— sonrió—. ¿Por qué debería irme de mi CASA?— Hizo énfasis en la última palabra.Me resigné y dejé se cerrar la puerta.—La última vez que entraste a mi habitación terminé en el hospital.—Y lástima que
Max y el moreno; Alex me miraban atentos, los dos se veían como unos depredadores a punto de comerse a su presa. Mi corazón latía muy rápido y los nervios de punta me avisaban que tendría un ataque. El sonido de la madera llamó nuestra atención, aquel sonido venía detrás de mi, eran de unas botas que impacta la madera. En el rostro del rubio se forma una sonrisa macabra. Unas manos frías se posan en mis hombros desnudos; toda mi piel se eriza y quedó aturdida.—Sophie Brown, es un placer conocerte— una ronca voz llega a mi sistema auditivo. Solo puedo escuchar mi corazón latir en mis oídos. Escucho de nuevo los pasos, como se mueve, pero estoy tan aturdida que no veo nada, hasta que veo un hombre en mi campo de visión. Es un hombre robusto con piel clara, parece que está alrededor de los 40, tiene un cabello negro pero puedo apreciar las canas hacerle una iluminación en su cabellera, tiene una barba en forma de candado y sus músculos muy marcados. Cuando terminé de detallarlo levan
MILLER—¡la puta que te parió!— exclamé, el nivel de estrés parecía consumirme.Adrian ni sé inmutó, parecía acostumbrado a mi carácter, en cambio, solo me lanzó una mirada fría.—¿Crees que Gastón este detrás de esto?— mire a a Adrián enseguida. Imposible, no había realizado algún movimiento peligroso que lo llevará a mi.Maldito Gastón, había olvidado su existencia.—¿Cómo carajos se enteró de Sophie?— habíamos buscado a la chica por toda la mansión, luego revisamos las cámaras de seguridad y se veía como era arrastrada por unos hombres—. Me esforcé en ocultarla.Eso pareció llamarle la atención a Adrián quien su rostro se llenó de confusión.—¿Por qué la aceptó como pago?— indagó —. ¿Por qué sigues permitiendo que se quede aquí? ¿eh? Arqueo una ceja por sus preguntas, ¿Acaso es lo que creo? —Solo quiero que toque para mí— Sonreí y recordé su concierto, sus dedos bailando sobre piano y el sonido hermoso que salía de este alegró un poco mi día oscuro.—Ahi vas de nuevo con tu maldi
SOPHIEMe quedé estática, mi corazón palpitaba a mil, retrocedo un poco y miro a mi alrededor.Debo huir.—¿Estás bien?— dió unos pasos hacia mi—. Te ves palida, ¿Segura? Tragué seco, e imaginé una posible muerte. —Mierda— tropecé con la pared, me encontraba acorralada, Malcom seguía caminando hacia mi hasta que estuvo lo suficientemente cerca—. ¡No! Cerré mis ojos y aguanté la respiración. Toda mi vida pasó en un microsegundo, posiblemente iba a morir en los siguientes minutos. Entonces, extrañé a papá, todos los momentos en los que la pasamos juntos, extrañé a abrazarlo y verlo, extrañé tocar para él, a mi maestra y compañeros.Entonces las puertas se abrieron de golpe, un hombre desconocido atravesó la habitación hasta llegar a Malcom, le susurró algo al oído y el semblante del rubio cambio al instante.Los dos salieron de la habitación disparados. Solté todo el aire retenido y me dejé caer.—Gracias al cielo. Debía huir. Me levanté de inmediato y salí de la habitación, no r
MILLERPuedo observar el rostro triste de Sophie, sus mejillas están completamente rojas al igual que sus ojos y labios. Mi mirada se posa ahora en Adrián quien parece melancólico, imagino que limpiarle las lágrimas a Sophie parece romperle el corazón.Gastón está de pie frente a mi, mira la escena con una cara de asco y eso por alguna razón me causa gracia, entonces entre las sombras resalta un personaje que puedo reconocer desde lejos, esa maldita cabellera blanca me ha perseguido por toda mi miserable vida, vive escondido, entre las sombras, parece que nunca saldrá a la luz.Emilio parece. Decirle algo a Sophie y eso me trae algunos flashback:UNAS HORAS ANTESMuerdo mi labio esperando una respuesta, pero en la otra línea se queda en silencio.—¿Seguro que con eso pago mi deuda?— indagó Emilio con desconfiada, Emilio era un viejo amigo frecuentaba demasiado en killer, mi hermosa creación.Muevo la cabeza.—¿Crees que estoy para bromas estúpidas?— habló tangente.—Mmm, pero no creo