—¿Te gusta Adrián?— la mirada de Miller era tan inexplicable, pero mucha más la manera en la que se acercó, se apoyó en la madera de la puerta y su rostro estuvo a milímetros del mío —. Responde. Pestañe sin saber que decir, ¿Cuál era la respuesta? ¿Me gustaba? No lo sabía, sí, lo había besado pero eso no podía significar nada.—¿Por qué te quedas en silencio?— habló entrecerrando los ojos.—¿Por qué debería de responder?— ataque y trate de cerrar la puerta pero Miller es más fuerte.—¿Por qué no quieres responder?— arqueó la ceja un poco burlón.—¿Por qué debería?— ataque de nuevo y me aferre a la idea que poder cerrar la puerta, tenía el ceño fruncido y ya empezaba a molestarme —. ¿Puedes irte?Lo siguiente que escuche fue una carcajada de su parte, estaba arta de ese hombre.—¿Irme?— sonrió—. ¿Por qué debería irme de mi CASA?— Hizo énfasis en la última palabra.Me resigné y dejé se cerrar la puerta.—La última vez que entraste a mi habitación terminé en el hospital.—Y lástima que
Max y el moreno; Alex me miraban atentos, los dos se veían como unos depredadores a punto de comerse a su presa. Mi corazón latía muy rápido y los nervios de punta me avisaban que tendría un ataque. El sonido de la madera llamó nuestra atención, aquel sonido venía detrás de mi, eran de unas botas que impacta la madera. En el rostro del rubio se forma una sonrisa macabra. Unas manos frías se posan en mis hombros desnudos; toda mi piel se eriza y quedó aturdida.—Sophie Brown, es un placer conocerte— una ronca voz llega a mi sistema auditivo. Solo puedo escuchar mi corazón latir en mis oídos. Escucho de nuevo los pasos, como se mueve, pero estoy tan aturdida que no veo nada, hasta que veo un hombre en mi campo de visión. Es un hombre robusto con piel clara, parece que está alrededor de los 40, tiene un cabello negro pero puedo apreciar las canas hacerle una iluminación en su cabellera, tiene una barba en forma de candado y sus músculos muy marcados. Cuando terminé de detallarlo levan
MILLER—¡la puta que te parió!— exclamé, el nivel de estrés parecía consumirme.Adrian ni sé inmutó, parecía acostumbrado a mi carácter, en cambio, solo me lanzó una mirada fría.—¿Crees que Gastón este detrás de esto?— mire a a Adrián enseguida. Imposible, no había realizado algún movimiento peligroso que lo llevará a mi.Maldito Gastón, había olvidado su existencia.—¿Cómo carajos se enteró de Sophie?— habíamos buscado a la chica por toda la mansión, luego revisamos las cámaras de seguridad y se veía como era arrastrada por unos hombres—. Me esforcé en ocultarla.Eso pareció llamarle la atención a Adrián quien su rostro se llenó de confusión.—¿Por qué la aceptó como pago?— indagó —. ¿Por qué sigues permitiendo que se quede aquí? ¿eh? Arqueo una ceja por sus preguntas, ¿Acaso es lo que creo? —Solo quiero que toque para mí— Sonreí y recordé su concierto, sus dedos bailando sobre piano y el sonido hermoso que salía de este alegró un poco mi día oscuro.—Ahi vas de nuevo con tu maldi
SOPHIEMe quedé estática, mi corazón palpitaba a mil, retrocedo un poco y miro a mi alrededor.Debo huir.—¿Estás bien?— dió unos pasos hacia mi—. Te ves palida, ¿Segura? Tragué seco, e imaginé una posible muerte. —Mierda— tropecé con la pared, me encontraba acorralada, Malcom seguía caminando hacia mi hasta que estuvo lo suficientemente cerca—. ¡No! Cerré mis ojos y aguanté la respiración. Toda mi vida pasó en un microsegundo, posiblemente iba a morir en los siguientes minutos. Entonces, extrañé a papá, todos los momentos en los que la pasamos juntos, extrañé a abrazarlo y verlo, extrañé tocar para él, a mi maestra y compañeros.Entonces las puertas se abrieron de golpe, un hombre desconocido atravesó la habitación hasta llegar a Malcom, le susurró algo al oído y el semblante del rubio cambio al instante.Los dos salieron de la habitación disparados. Solté todo el aire retenido y me dejé caer.—Gracias al cielo. Debía huir. Me levanté de inmediato y salí de la habitación, no r
MILLERPuedo observar el rostro triste de Sophie, sus mejillas están completamente rojas al igual que sus ojos y labios. Mi mirada se posa ahora en Adrián quien parece melancólico, imagino que limpiarle las lágrimas a Sophie parece romperle el corazón.Gastón está de pie frente a mi, mira la escena con una cara de asco y eso por alguna razón me causa gracia, entonces entre las sombras resalta un personaje que puedo reconocer desde lejos, esa maldita cabellera blanca me ha perseguido por toda mi miserable vida, vive escondido, entre las sombras, parece que nunca saldrá a la luz.Emilio parece. Decirle algo a Sophie y eso me trae algunos flashback:UNAS HORAS ANTESMuerdo mi labio esperando una respuesta, pero en la otra línea se queda en silencio.—¿Seguro que con eso pago mi deuda?— indagó Emilio con desconfiada, Emilio era un viejo amigo frecuentaba demasiado en killer, mi hermosa creación.Muevo la cabeza.—¿Crees que estoy para bromas estúpidas?— habló tangente.—Mmm, pero no creo
SOPHIE Mi mirada está perdida, mientras veo el desierto por la ventana, a mi lado está Adrián quien escribe algo en su tablet. ¿Esposa? ¿Por qué todos creen que pueden venderme como si fuera un objeto? mi pecho de oprime por el dolor de la situación. Ahora le pertenezco a alguien más.Estoy cansada, todo esto es agotador, duele pero no trataré de luchar más, solo haré caso omiso a sus órdenes.—¿Estás bien?— preguntó tangente Adrián quien tenía la mirada puesta en su tablet.Asentí y asumí que él podía verme, mis mejillas me dolían al igual que mi cuerpo. Pude sentir la mirada de Adrián por encima de mi hombro pero no dije nada ni mucho menos me inmute. Al paso de unas horas cuando había oscurecido el carro se detuvo enfrente de un enorme portón, unos hombres con linterna verificaron todo y nos dejaron pasar.Detallé el lugar con cautela, era una mansión grande y hermosa, con jardines y fuentes.—Es la mansión Blossom, su prometido Emilio es el heredero de la familia más rica del paí
SOPHIELa mansión Blossom es cálida y enorme, puedo decir que es muchísimo más grande que la de Miller, por alguna extraña razón me siento mejor aquí que apenas y llevo pocos días.No he visto a mi según esposo desde hace cuatro días, solo veo a Susana que me trata como una hija, quien me atiende y no me obliga a tocar y a vestirme como una muñeca, como Miller.Miller… no sé de él desde ese día, ¿De verdad me había vendido? Creí que era una excusa para rescatarme pero de nuevo me equivoqué con él, no sé por qué eso me hace sentir mal.—Toc Toc— escucho una voz en la entrada de la habitación, Emilio está de pie debajo del umbral de la puesta, trae puesto un traje marrón y uno de sus manos descansa en el bolsillo de su pantalón—. ¿Te he asustado, querida?Negué y Emilio se abrió paso en la habitación, era el primer hombre más amable que conocía luego de mi padre, además nunca en mi estadía en esta casa me pidió algo raro ni me trato de manera tangente, por esas simples razones me agrada
SOPHIEMe muevo incómoda en la cama, no he podido dormir por pensar en la cena de hoy, el padre de Emilio es agradable y cálido. Al igual que todos en esta casa.Di un último suspiro y cuando me estaba quedando dormida sentí como me sacudían.—Sophie…Escuché un pequeño susurro y me alarme alejándome. Un hombre estaba de pie pero no alcanzaba a ver su rostro hasta que se movió y la luz de la luna que se filtraba por la ventana y le dio en su rostro.Era Miller. Miller estaba de pie frente a mí con una mirada extraña, sus ojos brillaban y se veían muchísimo más intensos que la última vez que lo vi.—Vámonos— Miller alcanzó a tomarme del brazo y me levantó de un solo jalón.—¿Qué haces?— retrocedí a la defensiva —. No puedes llevarme cuando se te plazca y menos entrar a un lugar como este, esto no es tu casa— reproche.—¿No puedo llevarte?— levantó una ceja y su rostro se transformó en uno diferente, daba mucho miedo ahora—. ¿Dices que no puedo llevarte?— se acercó a mí y me agarró mis