SOPHIEMe quedé estática, mi corazón palpitaba a mil, retrocedo un poco y miro a mi alrededor.Debo huir.—¿Estás bien?— dió unos pasos hacia mi—. Te ves palida, ¿Segura? Tragué seco, e imaginé una posible muerte. —Mierda— tropecé con la pared, me encontraba acorralada, Malcom seguía caminando hacia mi hasta que estuvo lo suficientemente cerca—. ¡No! Cerré mis ojos y aguanté la respiración. Toda mi vida pasó en un microsegundo, posiblemente iba a morir en los siguientes minutos. Entonces, extrañé a papá, todos los momentos en los que la pasamos juntos, extrañé a abrazarlo y verlo, extrañé tocar para él, a mi maestra y compañeros.Entonces las puertas se abrieron de golpe, un hombre desconocido atravesó la habitación hasta llegar a Malcom, le susurró algo al oído y el semblante del rubio cambio al instante.Los dos salieron de la habitación disparados. Solté todo el aire retenido y me dejé caer.—Gracias al cielo. Debía huir. Me levanté de inmediato y salí de la habitación, no r
MILLERPuedo observar el rostro triste de Sophie, sus mejillas están completamente rojas al igual que sus ojos y labios. Mi mirada se posa ahora en Adrián quien parece melancólico, imagino que limpiarle las lágrimas a Sophie parece romperle el corazón.Gastón está de pie frente a mi, mira la escena con una cara de asco y eso por alguna razón me causa gracia, entonces entre las sombras resalta un personaje que puedo reconocer desde lejos, esa maldita cabellera blanca me ha perseguido por toda mi miserable vida, vive escondido, entre las sombras, parece que nunca saldrá a la luz.Emilio parece. Decirle algo a Sophie y eso me trae algunos flashback:UNAS HORAS ANTESMuerdo mi labio esperando una respuesta, pero en la otra línea se queda en silencio.—¿Seguro que con eso pago mi deuda?— indagó Emilio con desconfiada, Emilio era un viejo amigo frecuentaba demasiado en killer, mi hermosa creación.Muevo la cabeza.—¿Crees que estoy para bromas estúpidas?— habló tangente.—Mmm, pero no creo
SOPHIE Mi mirada está perdida, mientras veo el desierto por la ventana, a mi lado está Adrián quien escribe algo en su tablet. ¿Esposa? ¿Por qué todos creen que pueden venderme como si fuera un objeto? mi pecho de oprime por el dolor de la situación. Ahora le pertenezco a alguien más.Estoy cansada, todo esto es agotador, duele pero no trataré de luchar más, solo haré caso omiso a sus órdenes.—¿Estás bien?— preguntó tangente Adrián quien tenía la mirada puesta en su tablet.Asentí y asumí que él podía verme, mis mejillas me dolían al igual que mi cuerpo. Pude sentir la mirada de Adrián por encima de mi hombro pero no dije nada ni mucho menos me inmute. Al paso de unas horas cuando había oscurecido el carro se detuvo enfrente de un enorme portón, unos hombres con linterna verificaron todo y nos dejaron pasar.Detallé el lugar con cautela, era una mansión grande y hermosa, con jardines y fuentes.—Es la mansión Blossom, su prometido Emilio es el heredero de la familia más rica del paí
SOPHIELa mansión Blossom es cálida y enorme, puedo decir que es muchísimo más grande que la de Miller, por alguna extraña razón me siento mejor aquí que apenas y llevo pocos días.No he visto a mi según esposo desde hace cuatro días, solo veo a Susana que me trata como una hija, quien me atiende y no me obliga a tocar y a vestirme como una muñeca, como Miller.Miller… no sé de él desde ese día, ¿De verdad me había vendido? Creí que era una excusa para rescatarme pero de nuevo me equivoqué con él, no sé por qué eso me hace sentir mal.—Toc Toc— escucho una voz en la entrada de la habitación, Emilio está de pie debajo del umbral de la puesta, trae puesto un traje marrón y uno de sus manos descansa en el bolsillo de su pantalón—. ¿Te he asustado, querida?Negué y Emilio se abrió paso en la habitación, era el primer hombre más amable que conocía luego de mi padre, además nunca en mi estadía en esta casa me pidió algo raro ni me trato de manera tangente, por esas simples razones me agrada
SOPHIEMe muevo incómoda en la cama, no he podido dormir por pensar en la cena de hoy, el padre de Emilio es agradable y cálido. Al igual que todos en esta casa.Di un último suspiro y cuando me estaba quedando dormida sentí como me sacudían.—Sophie…Escuché un pequeño susurro y me alarme alejándome. Un hombre estaba de pie pero no alcanzaba a ver su rostro hasta que se movió y la luz de la luna que se filtraba por la ventana y le dio en su rostro.Era Miller. Miller estaba de pie frente a mí con una mirada extraña, sus ojos brillaban y se veían muchísimo más intensos que la última vez que lo vi.—Vámonos— Miller alcanzó a tomarme del brazo y me levantó de un solo jalón.—¿Qué haces?— retrocedí a la defensiva —. No puedes llevarme cuando se te plazca y menos entrar a un lugar como este, esto no es tu casa— reproche.—¿No puedo llevarte?— levantó una ceja y su rostro se transformó en uno diferente, daba mucho miedo ahora—. ¿Dices que no puedo llevarte?— se acercó a mí y me agarró mis
SOPHIENo puedo dormir, estoy mirando el techo y a mi lado tengo durmiendo a un hombre. El hombre que me compró, y el que se cree mi dueño y amo. Tenía un nudo en la garganta. Me levanté de la cama con cuidado y decidí caminar por el lugar. Me dolía un poco seguir aquí. Suspire el aire cuando salí al jardín el olor a rosas inundó todas mis fosas nasales. Abracé mi cuerpo por el frío de la noche mientras vagaba por el jardín. —¿A qué santo debo agradecerle?— abrí mis ojos sorprendida—. ¿Cuánto tiempo, Sophie?Esa voz…Me di la vuelta de inmediato, unos ojos azules me atraparon, él se acercó a mí hasta estar a centímetros hasta sentir su cálida respiración.—¿Que haces?— pregunté en un hilo de voz mientras trataba de retroceder pero Malcom me atrapó y sostuvo mi cuerpo.—Moría por verte, Sophie.Me alejé de él de inmediato y miré hacia todos lados, tome de la mano a Malcom y lo lleve en lo más profundo del jardín, donde no habían cámaras.—Vas a morir si no te vas de aquí ahora— le a
—¡Eres una imbécil!— la bofetada suena retumbando por toda la habitación, lágrimas salen de mis ojos sin poder creerlo.—¡Madre!— suspiro, pero la mujer frente a mi solo me mira con odio, me lanza la maleta de un golpe obligando a dejar mi mejilla dolida.—¡No soy tu madre!— exclamó, casi mi corazón sale del dolor que me había causado sus palabras—. ¡Ahora lárgate! ¡Te están esperando!Con un nudo en la garganta pregunté:—¿Me has vendido, madre?Esperé un "no" como repuesta, pero las palabras frías de la mujer frente a mi, lo único que tenía solo rompió mi corazón:—Sí, ahora le perteneces a alguien más.Con lágrimas en mis ojos y la frente en alto tomé mi maleta, le eché una última mirada a mi habitación; el piano que me había regalado mi padre también había sido subastado como todo en ella—Un hombre te espera a fuera, vete.Cuando llegue a fuera de la mansión un enorme auto de lujo aparcó frente a mi, un hombre de traje salió de este y me sonrió.—El señor la espera jóven— asentí,
—Quiero algo muy simple— empezó —. Toca para mi.Mis ojos se abrieron tan grande que por un momento pensé que iban a abandonar mi cuerpo.—¿Que dices?— casi me atraganto con mi saliva al preguntar.Miller quien estaba a un extremo de la habitación se acercó a mi Y acarició el piano hasta estar muy cerca.—Creí que habíamos quedado que harías lo que yo quisiera.Sus ojos azules recorrieron todo mi cuerpo, Miller se fue acercando a mi tan lento que mi corazón solo latía cada vez más rápido, estuvimos así por un tiempo hasta que mi espalda chocó contra la pared. Mierda. Miller acercó su rostro a mi cuello y trate de alejar mi rostro del suyo, mi pecho subía y bajada descontroladamente.—¿Estás nerviosa?— su voz ronca chocó contra mi cuello, su calido aliento ocasionó un cosquilleo por todo este—. Vas a tocar para mí, Sophie. Quiero escucharte todas las mañanas al despertarme, en las tardes mientras reviso mi jardín y en las noches cuando voy a acostarme a descansar. Tus lindos dedos bail