—Quiero algo muy simple— empezó —. Toca para mi.
Mis ojos se abrieron tan grande que por un momento pensé que iban a abandonar mi cuerpo.—¿Que dices?— casi me atraganto con mi saliva al preguntar.Miller quien estaba a un extremo de la habitación se acercó a mi Y acarició el piano hasta estar muy cerca.—Creí que habíamos quedado que harías lo que yo quisiera.Sus ojos azules recorrieron todo mi cuerpo, Miller se fue acercando a mi tan lento que mi corazón solo latía cada vez más rápido, estuvimos así por un tiempo hasta que mi espalda chocó contra la pared. M****a. Miller acercó su rostro a mi cuello y trate de alejar mi rostro del suyo, mi pecho subía y bajada descontroladamente.—¿Estás nerviosa?— su voz ronca chocó contra mi cuello, su calido aliento ocasionó un cosquilleo por todo este—. Vas a tocar para mí, Sophie. Quiero escucharte todas las mañanas al despertarme, en las tardes mientras reviso mi jardín y en las noches cuando voy a acostarme a descansar. Tus lindos dedos bailarán sobre el piano las veces que yo deseé. ¿Me has entendido?Miller se alejó de mí, y me volvió a escanear.—Adrian te dará las indicaciones.Cuando abandonó la habitación me deje caer, mi respiración era una m****a y de la nada lágrimas salieron desenfrenadamente. Ahogué un suspiro asustada, ¿Dónde estaba? ¿Por qué me pasaba a mi?El sonido de las puertas me sobresaltaron, retrocedi en el suelo y me lleve la sopresa de que era el hombre anterior, Adrián.—Es hora del baño, señorita— ladeo la cabeza sin poder creerlo, ¿Acaso era una m*****a mascota?Di un suspiro, y me imaginé a mi madre llorar por mi ausencia, solo me bastó de ver su rostro para levantarme.—No tocar su jardín, no comer a su lado, no masticar con la boca llena, no soltar sonidos ni gases, no verlo directamente a los ojos, no responder mientras él esté hablando, no usar pantalones largo, o cortos, no usar camisas, no pasearse semidesnuda por la mansión, no...—¿No que? ¡Dios! ¿Quién se cree ese idiota?Adrián me daba indicaciones de las cosas que no debía hacer.—¿Acaso no puedo respirar?El hombre revisó su libro.—No hacerlo muy cerca del señor...—¿Existe algo que le agrade a ese hombre?—Las rosas rojas, principalmente las de su jardín.Lo mire extrañada, recuerdo que había un jardín en la habitación en la que se encontraba el piano.—¿Por qué está el piano en su jardín si odia que alguien tenga contacto con sus estúpidas flores?—Solo puedes usar vestidos, te he dejado muchos en tu habitación— Adrián ignoró mi pregunta y continúo con mi arreglo, las mujeres a mi lado peinaron y secaron mi cabello, que estaba un poco desaliñado.Unas horas después me encontraba sentada en el comedor, mi cabello caía perfectamente en cascadas sobre mi espalda, traía un vestido rojo con estampados de rosas blancas, ¿Ese idiota tiene alguna obsesión con las rosas?De la nada las enormes puertas se abrieron, Miller entró con un perfecto traje azul, su cabello estaba perfectamente peinado hacia atrás y traía una postura rígida. El hombre se sentó al otro lado del enorme comedor mientras las mujeres del servicio preparaban su plato.Mire mi plato aburrida, no deseaba comer, mi apetito había desaparecido.—¿No te ha gustado la cena?— la voz de Miller llamó mi atención tan rápido, pero yo no respondí, no deseaba hablarle al maniático que quería tomarme como su mascota—. ¿No te ha gustado la comida?Está vez sus palabras fueron más fuertes pero no me sobresalté.—Señorita...— escuché como una mujer me hablaba al lado, pero tenía la mirada en el plato.El golpe en la mesa me sobresalto un poco, Miller estaba de pie su rostro se había contraído en uno enojado. A pasos rápidos se acercó a mi, las personas a mi alrededor retrocedieron, y supuse que iba a pasar algo muy malo.El hombre me levantó de un solo golpe y me obligó a mirarlo, sus ojos azules se veían tan fríos que sentí una corriente por todo mi cuerpo tembloroso.—¿No has escuchado mi pregunta?— su aliento chocó contra mi rostro, y recordé una de las reglas, "No verlo a los ojos" Pero su hermoso color azul me hipnotizó por unos segundos, entre abrí mis labios y en ese momento mire los suyos, era un hombre precioso—. ¡¿Me estás escuchando?!Pestañeo sin poder creerlo, la vena en su frente sobresalía del enojo, y sus labios estaban en una perfecta línea. Miller tomó mi brazo y me sacó del lugar, trate de seguirle el paso pero era casi imposible, él me ganaba en altura.—Toca.Me empujó contra el piano, habíamos regresado a la habitación.—¿Que?—Toca.Me crucé de brazos cansada.—No.—¡Toca!No podía negar que su presencia me intimida pero no soportaba un minuto más aquí.—¡No voy a tocar una m****a!— lágrimas salieron de mis ojos—. ¡Estoy cansada! ¡No quiero estar aquí! ¡No deseo ser tu miserable mascota! ¡Odio todo! ¡Te odio a ti!No pude evitar soltar a llorar, pero los pasos de Miller acercándose a mí me asustaron, tomó la pequeña silla del piano y la levantó cerré mis ojos esperando el golpe pero me sobresalté más al ver cómo destruía el piano con su silla.—¡No!—¡Eres una m*****a niñita que no entiende que en tu puta casa te han abandonado!— soltó y dejo caer el resto de la silla—. No entiendes que no tienes donde ir, tu estúpida madrasta ha perdido todo por su absurdas apuestas, ¡Ha quedado en la calle! ¿Acaso no entiendes?Su mirada fría me alarmó, Miller había arruinado su impecable traje, ahora estaba arrugado y su cabello sudado caía sobre su frente...tragué seco.—¡Aléjate!— pero él sonrió y continúo sus pasos hacia mi, ahora nos encontrábamos en la misma posición de esta mañana—. ¡Aléjate por favor!Él estaba tan cerca, apoyó su mano sobre la pared y se dejó caer hasta estar a centímetros de mi.—¿Te pongo nerviosa?— sus labios ahora traían una sonrisa de lado.Bipolar.—No me toques.—¿Crees que deseo tocarte?— Indagó, levanté la mirada y sus ojos estaban puesto en los míos —. No me generas la más mínima ganas de hacerlo, solo eres una llorona, te quejas por todo, solo gritas y lo único que sabes hacer bien no lo haces...—¿Por qué estoy aquí?—¿Crees quiero acostarme contigo?— soltó una risita—. Con tu experiencia no llegaré ni al clímax. Entiéndelo, no me interesas sexualmente, solo deseo que...— lamió sus labios —. Toques para mí.Una bocetada se escuchab despues... Mi cuerpo tebloroso trata de apartarse de él pero Miller sujeta mo mano y se acerca mas a mi. —¿Que acabas de hacer?— ahogo un gemido y mis piernas tratan de flaquear. Miller me sostiene de la cintura y me pega a él, nuestros pechos chocan—. ¿A donde crees que vas? Una sonrisa macabra se formó en sus labios, cerre mis ojos y le pedi al cielo ayuda...¿Como habia podido golpearlo? ¡Tonta! —L-lo siento... —¿Y crees que eso lo resolvera?— Miller negó y se separó de mi, deje salir un suspiro tan fuerte que crei que iba a caer—. Te he traido hasta aqui, te he dado una masion, te he dado de comer. ¿Y asi me pagas?— se lo pensó un momento—. ¿Me veo como un tonto, Sophie? ¿Me veo como si aceptara golpes? Trague seco, no tenia una puta idea de que decir entonces el jalon de Miller me despertó, me empujó contra el piano, trate de sujetarme de el pero se escucho el sonido horrrible. —Te explico. mi casa, mis putas reglas. Una niña como tú no va a cam
Adrián me miró un poco extrañado, supongo que pensó que estaría loca por pedirlo pero, ¿no tiene unos hermosos labios? Lamí los míos un poco ansiosa y sujete a Adrián de la mejilla, su piel es muy suave. En ese momento quería chocar sus labios contra los míos, en verdad, y eso fue lo que hice. —Lo siento— me disculpé antes y en un solo empujón uni mis húmedos labios con los suyos, moví mis labios sobre esos suaves y deseados labios, pero no correspondido, entonces me ví apenada y me separé—. Yo...—¿Que tratas de hacer?— me interrumpió con una vos fría, casi me asusta su tono—. Mierda— restrego su cara desesperado, me echó una ojeada y salió disparado pero se detuvo. De bajo del marco de la puerta estaba Miller de pie con una postura ligeramente tranquila, sus ojos estaban puestos en mi y luego pasaron a Adrián quien se encontraba de frente a él—. Señor...—Vete— dijo de una forma tangente, y Adrián hizo caso omiso sin mirarme. Miller se acercó a mi y me sentí pequeña ante su presenc
—¿Te gusta Adrián?— la mirada de Miller era tan inexplicable, pero mucha más la manera en la que se acercó, se apoyó en la madera de la puerta y su rostro estuvo a milímetros del mío —. Responde. Pestañe sin saber que decir, ¿Cuál era la respuesta? ¿Me gustaba? No lo sabía, sí, lo había besado pero eso no podía significar nada.—¿Por qué te quedas en silencio?— habló entrecerrando los ojos.—¿Por qué debería de responder?— ataque y trate de cerrar la puerta pero Miller es más fuerte.—¿Por qué no quieres responder?— arqueó la ceja un poco burlón.—¿Por qué debería?— ataque de nuevo y me aferre a la idea que poder cerrar la puerta, tenía el ceño fruncido y ya empezaba a molestarme —. ¿Puedes irte?Lo siguiente que escuche fue una carcajada de su parte, estaba arta de ese hombre.—¿Irme?— sonrió—. ¿Por qué debería irme de mi CASA?— Hizo énfasis en la última palabra.Me resigné y dejé se cerrar la puerta.—La última vez que entraste a mi habitación terminé en el hospital.—Y lástima que
Max y el moreno; Alex me miraban atentos, los dos se veían como unos depredadores a punto de comerse a su presa. Mi corazón latía muy rápido y los nervios de punta me avisaban que tendría un ataque. El sonido de la madera llamó nuestra atención, aquel sonido venía detrás de mi, eran de unas botas que impacta la madera. En el rostro del rubio se forma una sonrisa macabra. Unas manos frías se posan en mis hombros desnudos; toda mi piel se eriza y quedó aturdida.—Sophie Brown, es un placer conocerte— una ronca voz llega a mi sistema auditivo. Solo puedo escuchar mi corazón latir en mis oídos. Escucho de nuevo los pasos, como se mueve, pero estoy tan aturdida que no veo nada, hasta que veo un hombre en mi campo de visión. Es un hombre robusto con piel clara, parece que está alrededor de los 40, tiene un cabello negro pero puedo apreciar las canas hacerle una iluminación en su cabellera, tiene una barba en forma de candado y sus músculos muy marcados. Cuando terminé de detallarlo levan
MILLER—¡la puta que te parió!— exclamé, el nivel de estrés parecía consumirme.Adrian ni sé inmutó, parecía acostumbrado a mi carácter, en cambio, solo me lanzó una mirada fría.—¿Crees que Gastón este detrás de esto?— mire a a Adrián enseguida. Imposible, no había realizado algún movimiento peligroso que lo llevará a mi.Maldito Gastón, había olvidado su existencia.—¿Cómo carajos se enteró de Sophie?— habíamos buscado a la chica por toda la mansión, luego revisamos las cámaras de seguridad y se veía como era arrastrada por unos hombres—. Me esforcé en ocultarla.Eso pareció llamarle la atención a Adrián quien su rostro se llenó de confusión.—¿Por qué la aceptó como pago?— indagó —. ¿Por qué sigues permitiendo que se quede aquí? ¿eh? Arqueo una ceja por sus preguntas, ¿Acaso es lo que creo? —Solo quiero que toque para mí— Sonreí y recordé su concierto, sus dedos bailando sobre piano y el sonido hermoso que salía de este alegró un poco mi día oscuro.—Ahi vas de nuevo con tu maldi
SOPHIEMe quedé estática, mi corazón palpitaba a mil, retrocedo un poco y miro a mi alrededor.Debo huir.—¿Estás bien?— dió unos pasos hacia mi—. Te ves palida, ¿Segura? Tragué seco, e imaginé una posible muerte. —Mierda— tropecé con la pared, me encontraba acorralada, Malcom seguía caminando hacia mi hasta que estuvo lo suficientemente cerca—. ¡No! Cerré mis ojos y aguanté la respiración. Toda mi vida pasó en un microsegundo, posiblemente iba a morir en los siguientes minutos. Entonces, extrañé a papá, todos los momentos en los que la pasamos juntos, extrañé a abrazarlo y verlo, extrañé tocar para él, a mi maestra y compañeros.Entonces las puertas se abrieron de golpe, un hombre desconocido atravesó la habitación hasta llegar a Malcom, le susurró algo al oído y el semblante del rubio cambio al instante.Los dos salieron de la habitación disparados. Solté todo el aire retenido y me dejé caer.—Gracias al cielo. Debía huir. Me levanté de inmediato y salí de la habitación, no r
MILLERPuedo observar el rostro triste de Sophie, sus mejillas están completamente rojas al igual que sus ojos y labios. Mi mirada se posa ahora en Adrián quien parece melancólico, imagino que limpiarle las lágrimas a Sophie parece romperle el corazón.Gastón está de pie frente a mi, mira la escena con una cara de asco y eso por alguna razón me causa gracia, entonces entre las sombras resalta un personaje que puedo reconocer desde lejos, esa maldita cabellera blanca me ha perseguido por toda mi miserable vida, vive escondido, entre las sombras, parece que nunca saldrá a la luz.Emilio parece. Decirle algo a Sophie y eso me trae algunos flashback:UNAS HORAS ANTESMuerdo mi labio esperando una respuesta, pero en la otra línea se queda en silencio.—¿Seguro que con eso pago mi deuda?— indagó Emilio con desconfiada, Emilio era un viejo amigo frecuentaba demasiado en killer, mi hermosa creación.Muevo la cabeza.—¿Crees que estoy para bromas estúpidas?— habló tangente.—Mmm, pero no creo
SOPHIE Mi mirada está perdida, mientras veo el desierto por la ventana, a mi lado está Adrián quien escribe algo en su tablet. ¿Esposa? ¿Por qué todos creen que pueden venderme como si fuera un objeto? mi pecho de oprime por el dolor de la situación. Ahora le pertenezco a alguien más.Estoy cansada, todo esto es agotador, duele pero no trataré de luchar más, solo haré caso omiso a sus órdenes.—¿Estás bien?— preguntó tangente Adrián quien tenía la mirada puesta en su tablet.Asentí y asumí que él podía verme, mis mejillas me dolían al igual que mi cuerpo. Pude sentir la mirada de Adrián por encima de mi hombro pero no dije nada ni mucho menos me inmute. Al paso de unas horas cuando había oscurecido el carro se detuvo enfrente de un enorme portón, unos hombres con linterna verificaron todo y nos dejaron pasar.Detallé el lugar con cautela, era una mansión grande y hermosa, con jardines y fuentes.—Es la mansión Blossom, su prometido Emilio es el heredero de la familia más rica del paí