Capítulo 52

Entonces, siento cómo una lágrima cruza por mi mejilla por darme cuenta en la forma en que he sido traicionada por mi propio esposo.

―Eso no es de tu incumbencia―le dice esta vez Dylan, como si esa fuera una respuesta para todo―ahora, lo que habíamos convenido―le solicita y ahora Neil se ríe con ganas.

―Verás, amigo Dylan, el haber convencido a toda esa gente, mientras tú te encargabas de desviar la atención de Amanda, pues, ha supuesto que tenga que subir el precio por mi trabajo―le indica la rata de mi hermanastro y sigo con un nudo en la garganta, en tanto que tengo una mezcla de sentimientos entre largarme de una buena vez de aquí o saber todo lo que han confabulado en mi contra, engañándome en el momento más feliz y vulnerable de mi vida.

Entonces, escucho a Dylan reírse a carcajadas, luego de la cual, se recompone.

―Sigues siendo el mismo Neil McCain, quien no sabe cuando ganó todo lo que podía en un negocio―le contesta, todavía riéndose―te recuerdo que tus opciones estaban limi
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