― ¡Mi Dios, Dylan! ¿Qué te ha pasado? ―le digo toda preocupada, mientras lo tomo por el brazo, ya que está a punto de desmayarse.Así que lo incorporo en una silla y trato de ver en dónde lo hirieron, pero parece que no es su sangre, sin embargo, noto que tiene algunos moretones en su cuerpo.― ¡Sheldon, ven por favor, es Dylan! ―le grito desesperada y este viene solícito.―Pero ¡qué demonios, Dylan! ―dice algo turbado y entre ambos tratamos de llevarlo a la habitación.― ¡No, tú no! ―me grita esta vez―tú me llevarás allá y luego te largarás para el despacho y me dejarás solo―me acusa y yo trato de respirar profundo.―Por supuesto que me quedaré, Dylan―le digo y trago en seco―sigues siendo mi esposo, estés borracho o no―le aseguro y él me mira con las cejas arqueadas, como cuando un perrito te ve, porque está demandando tu amor.― ¿Y te dormirás abrazada a mí? ―me dice y yo no puedo evitar reírme―porque yo te amo, corazón, sabes que es cierto―me reitera y yo pongo los ojos en blanco.
Dylan me mira fijamente a los ojos y me sonríe con una felicidad genuina y me pasa la mano por la sien y yo hago lo mismo, y toma mi mano y me besa la palma con tanta devoción, que me hace suspirar.―Gracias por perdonarme―me dice y me vuelve a besar la mano―gracias por permitirme estar nuevamente a tu lado―me señala y ahora me besa en los labios delicadamente―quiero que te quedes conmigo para siempre―me asegura y me corta la respiración esta vez―no te quieras separar de mí jamás―dice en un ruego que me hace temblar ahora―por favor.―No seas tonto, Dylan―le respondo con una sonrisa, pero con el ceño fruncido―somos una pareja y vamos a tener peleas siempre―le aseguro y él me sonrío―no podemos estar de acuerdo, porque alguien tiene que bajarte a la realidad―le recuerdo y él me vuelve a besar y me aferra a él y yo le tomo la nuca con mis dedos, sintiendo su sedoso cabello.Y él se separa un momento de mí y me pasa la mano por debajo de la camisa de mi piyama, para sacármela, dejando mis
―Como usted ordene, mi señora―me dice de lo más divertido, pero no comenta absolutamente nada, en cambio, toma mis labios tiernamente, mientras me mira a los ojos fijamente, como si le gustara ver mi reacción―te amo, Valery, pase lo que pase, yo te amo―me recuerda y yo… pues… no sé ni qué hacer ante todo eso, porque el sentimiento me llena por completo.En cambio, me entrego al beso apasionadamente, como todo lo que valiera la pena, lo que en verdad importa, es él y su cálido cuerpo junto al mío, lo cual me enternece irremediablemente.Entonces, mis piernas se abren instintivamente para él, permitiendo que su miembro se deslice arriba y abajo sobre mi piel sensible, haciendo que relaje los músculos de mi pelvis completamente, llenándolos de unas cosquillas que me hacen reír.―Shhh, chhh―me dice al oído, mientras me vuelve a masajear mi abertura delicadamente, arrancándome varios gemidos, de paso, y desliza varias veces su virilidad encima de mi centro, como si quisiera que mi cuerpo s
Y es cuando veo a Dylan igualmente sorprendido como yo.― ¡Vaya, vaya! ―me dice con sorna―así que los rumores son ciertos―indica, al tiempo que mira las manchas de sangre en la cama―siempre creí que era toda una exageración, después de todo, nuestros cuerpos están diseñados para estar juntos―asegura, pero es que yo estoy que me desmayo.― ¡Mi Dios, me ha venido el periodo! ―le respondo y por un momento siento asco de todo―Pero ¿si hacen falta varios días para que suceda? ―le señalo y él ahora se ríe a carcajadas― ¡no veo lo gracioso, Dylan! ―le indico molesta―mejor me coloco algo, antes de que vuelva más fuerte mi flujo―le digo y trato de irme al baño, pero es que ahora este bobo pareciera que hubiera comido payaso, porque se muere de la risa.―No, corazón, eso se debe a otra cosa―me comenta cuando se recupera de la risotada y yo ahora lo miro extrañada, así que me explica que el proceso de desfloración implica que haya algo de sangrado―aunque no ha sido tanto, por lo que veo, apenas
―Y el mundo sigue girando, a pesar de que tú te la estés pasando tan bien―me dice el muy descarado―ahora, no tienes que leerlo todo, ya que solo es la formalización de lo que está haciendo Dylan, por ser tu esposo―me asegura, sin embargo, no compro lo que vende.―No, Sheldon―le digo toda extrañada―uno no firma documentos sin leerlos―le señalo y él ahora parece molesto.Entonces, Dylan se aparece en la sala y mira a Sheldon con el ceño fruncido.― ¿No se supone que esperarías a que regresara? ―le indica y su comentario me deja contrariada―que me dejarías disfrutar mi luna de miel, antes de agobiarnos con más trabajo―le dice ahora, pero me mira directamente y toma mi mano y la besa―no me gusta despertar sin ti, corazón―comenta y yo me río―sobre todo, porque no hay nada más delicioso que hacer el amor al despertar―asegura y yo me pongo de todos los colores y mis ojos se quieren salir de mis órbitas.―Y yo pienso que has notado que no estamos solos―le hago ver y le señalo con la mirada a
La mirada de Dylan se nota bastante atribulada, como si se hubiera dado cuenta de que empezó a contar algo que es muy íntimo, sin embargo, trato de sonreírle, para darle valor.―Supongo que esta es la historia de la falsa amiga que se queda al final con el galán― le digo entre sarcástica y consternada, tratando de suavizar el momento para él, quien se queda mirándome fijamente.―Pues, hay gente que es mala y traicionera en todos lados―me responde entre divertido y triste―a mi madre la sorprendió la traición doble, algo que no pudo asimilar durante mucho tiempo y la sumió en la depresión―añade y yo no puedo salir de mi sorpresa.Pero, hay una cosa que me llama la atención de todo esto.―Me dijiste que tu padre no se quedó contigo, en cambio sí se quedó con tu dinero―le señaló y él me mira y respira profundo.―Sí, así fue―me dice con algo de pesar―puso de excusa que estaba haciendo inversiones con ese dinero y era cierto, sin embargo, no vi los dividendos de todo lo que hizo hasta el fi
―Pues, no soy del tipo de mujeres que se meten en los asuntos de su marido―le espeto molesta y ella ahora se ríe con ganas.―En serio, Valery―se me burla de mí―vas a hacerte la desentendida, cuando estoy a punto de cerrar tu local―trata de persuadirme, pero es que no está entendiendo.―Y tú estás castigándome por cosas que no te constan―le digo toda molesta―has venido a ponerme entre la espada y la pared, solamente para que te confiese algo de lo cual no tengo la menor idea―le reclamo y ella ahora resopla por la nariz.―No, querida Valery―se mofa―vine a hacer un inspección y qué mal que no estás cumpliendo con mis estándares, eso es todo―me dice con una ceja levantada―y a pesar de que no eres digna de estar en esta avenida dentro de la villa, te he ofrecido un trato, el cual estás rechazando, solamente porque quieres encubrir a tu marido, a sabiendas que está haciendo tratos sucios a nuestras espaldas―señala, muy pagada de sí misma.―No, querida, tú estás siendo toda una prepotente, p
Entonces, Dylan, Maggie y yo nos vamos en la limosina, rumbo a nuestra nueva boutique, con mi corazón palpitando a mil por hora, solamente de pensar en todo lo que está haciendo mi esposo ahora verdadero y presente y lo más importante, loco por mí.Pero, cuando vamos de camino, noto que Maggie y Nessim se están ignorando el uno al otro deliberadamente, como si estuvieran disgustados y ahora me pregunto por qué, sin embargo, trato de ser de lo más discreta, después de todo, son cosas de ellos dos.Y ahora recuerdo que Nessim mostró interés en Maggie desde un principio y ella ahora me ha confesado que está enamorada de Sheldon.Solamente espero que ese triángulo amoroso no estalle en algo peor, sin embargo, conozco bien a Maggie y estoy muy segura de que le ha dado a cada uno su lugar.Pero, de algún modo siento pesar por Nessim, quien siempre ha estado dispuesto para mí al defenderme de gente como Neil, quien hasta me ha hecho daño físico.―Hemos llegado―anuncia Dylan y la limosina se