― ¿Y qué piensas que harán los Clarkson, si se enteran de lo que estás haciendo conmigo? ―le digo entre molesta y preocupada― ¿no crees que tomarán cartas en el asunto? ―le señalo y él mueve su cabeza de lado a lado― ¿Que se inventarán una nueva treta, así como lo hicieron en Mónaco? ―le recuerdo y ahora me sonríe.―Pues, he pensado muy bien las cosas y hay todo un plan en todo esto―me asegura y yo resoplo por la nariz―es arriesgado, lo sé, pero es la única manera en que saldremos bien librados de todo esto―me asegura y yo lo miro ceñudo.―Solo recuerda que esto ha sido una trampa desde un principio―le indico toda molesta―que de seguro ellos ya deben saber que tú estás enterado de todo y que lo más probable es que ya tengan calculado todo eso―le señalo, pero, tal parece que Dylan cree que las tiene todas con él, porque se está riendo esta vez.―Conozco a Henry desde hace años―me revela―él fue socio de mi padre y ahora es el mío―dice y tal parece que ha encontrado algo divertido, porqu
Tres días han pasado desde la discusión que hemos tenido Dylan y yo, referente a la manera tan arbitraria que está tomando nuestro matrimonio para hacer negocios fuera del radar de los Clarkson.Tres días en los cuales me he ido a dormir a los sillones de su despacho sola y tres días en los cuales he amanecido en sus brazos.Tres días que me he dormido con un par de tragos de más y me he despertado con resaca y con una bebida efervescente que se encarga de eliminarla, la cual es dejada por mi marido falso.Todavía no hemos llegado a un acuerdo y sin embargo, hago mi vida como la esposa perfecta ante todos los demás.No es que quiera más dinero, pero sí estoy consciente de que quiero mi libertad y que no siga utilizando mi nombre para descapitalizar su empresa y colocar el dinero en otras más, de tal manera de que Henry Clarkson y sus otros asociados noten que algo extraño está pasando.Y hoy la resaca es peor que las anteriores.Ya Dylan se ha ido de mi lado, como siempre, justo antes
― ¡Mi Dios, Dylan! ¿Qué te ha pasado? ―le digo toda preocupada, mientras lo tomo por el brazo, ya que está a punto de desmayarse.Así que lo incorporo en una silla y trato de ver en dónde lo hirieron, pero parece que no es su sangre, sin embargo, noto que tiene algunos moretones en su cuerpo.― ¡Sheldon, ven por favor, es Dylan! ―le grito desesperada y este viene solícito.―Pero ¡qué demonios, Dylan! ―dice algo turbado y entre ambos tratamos de llevarlo a la habitación.― ¡No, tú no! ―me grita esta vez―tú me llevarás allá y luego te largarás para el despacho y me dejarás solo―me acusa y yo trato de respirar profundo.―Por supuesto que me quedaré, Dylan―le digo y trago en seco―sigues siendo mi esposo, estés borracho o no―le aseguro y él me mira con las cejas arqueadas, como cuando un perrito te ve, porque está demandando tu amor.― ¿Y te dormirás abrazada a mí? ―me dice y yo no puedo evitar reírme―porque yo te amo, corazón, sabes que es cierto―me reitera y yo pongo los ojos en blanco.
Dylan me mira fijamente a los ojos y me sonríe con una felicidad genuina y me pasa la mano por la sien y yo hago lo mismo, y toma mi mano y me besa la palma con tanta devoción, que me hace suspirar.―Gracias por perdonarme―me dice y me vuelve a besar la mano―gracias por permitirme estar nuevamente a tu lado―me señala y ahora me besa en los labios delicadamente―quiero que te quedes conmigo para siempre―me asegura y me corta la respiración esta vez―no te quieras separar de mí jamás―dice en un ruego que me hace temblar ahora―por favor.―No seas tonto, Dylan―le respondo con una sonrisa, pero con el ceño fruncido―somos una pareja y vamos a tener peleas siempre―le aseguro y él me sonrío―no podemos estar de acuerdo, porque alguien tiene que bajarte a la realidad―le recuerdo y él me vuelve a besar y me aferra a él y yo le tomo la nuca con mis dedos, sintiendo su sedoso cabello.Y él se separa un momento de mí y me pasa la mano por debajo de la camisa de mi piyama, para sacármela, dejando mis
―Como usted ordene, mi señora―me dice de lo más divertido, pero no comenta absolutamente nada, en cambio, toma mis labios tiernamente, mientras me mira a los ojos fijamente, como si le gustara ver mi reacción―te amo, Valery, pase lo que pase, yo te amo―me recuerda y yo… pues… no sé ni qué hacer ante todo eso, porque el sentimiento me llena por completo.En cambio, me entrego al beso apasionadamente, como todo lo que valiera la pena, lo que en verdad importa, es él y su cálido cuerpo junto al mío, lo cual me enternece irremediablemente.Entonces, mis piernas se abren instintivamente para él, permitiendo que su miembro se deslice arriba y abajo sobre mi piel sensible, haciendo que relaje los músculos de mi pelvis completamente, llenándolos de unas cosquillas que me hacen reír.―Shhh, chhh―me dice al oído, mientras me vuelve a masajear mi abertura delicadamente, arrancándome varios gemidos, de paso, y desliza varias veces su virilidad encima de mi centro, como si quisiera que mi cuerpo s
Y es cuando veo a Dylan igualmente sorprendido como yo.― ¡Vaya, vaya! ―me dice con sorna―así que los rumores son ciertos―indica, al tiempo que mira las manchas de sangre en la cama―siempre creí que era toda una exageración, después de todo, nuestros cuerpos están diseñados para estar juntos―asegura, pero es que yo estoy que me desmayo.― ¡Mi Dios, me ha venido el periodo! ―le respondo y por un momento siento asco de todo―Pero ¿si hacen falta varios días para que suceda? ―le señalo y él ahora se ríe a carcajadas― ¡no veo lo gracioso, Dylan! ―le indico molesta―mejor me coloco algo, antes de que vuelva más fuerte mi flujo―le digo y trato de irme al baño, pero es que ahora este bobo pareciera que hubiera comido payaso, porque se muere de la risa.―No, corazón, eso se debe a otra cosa―me comenta cuando se recupera de la risotada y yo ahora lo miro extrañada, así que me explica que el proceso de desfloración implica que haya algo de sangrado―aunque no ha sido tanto, por lo que veo, apenas
―Y el mundo sigue girando, a pesar de que tú te la estés pasando tan bien―me dice el muy descarado―ahora, no tienes que leerlo todo, ya que solo es la formalización de lo que está haciendo Dylan, por ser tu esposo―me asegura, sin embargo, no compro lo que vende.―No, Sheldon―le digo toda extrañada―uno no firma documentos sin leerlos―le señalo y él ahora parece molesto.Entonces, Dylan se aparece en la sala y mira a Sheldon con el ceño fruncido.― ¿No se supone que esperarías a que regresara? ―le indica y su comentario me deja contrariada―que me dejarías disfrutar mi luna de miel, antes de agobiarnos con más trabajo―le dice ahora, pero me mira directamente y toma mi mano y la besa―no me gusta despertar sin ti, corazón―comenta y yo me río―sobre todo, porque no hay nada más delicioso que hacer el amor al despertar―asegura y yo me pongo de todos los colores y mis ojos se quieren salir de mis órbitas.―Y yo pienso que has notado que no estamos solos―le hago ver y le señalo con la mirada a
La mirada de Dylan se nota bastante atribulada, como si se hubiera dado cuenta de que empezó a contar algo que es muy íntimo, sin embargo, trato de sonreírle, para darle valor.―Supongo que esta es la historia de la falsa amiga que se queda al final con el galán― le digo entre sarcástica y consternada, tratando de suavizar el momento para él, quien se queda mirándome fijamente.―Pues, hay gente que es mala y traicionera en todos lados―me responde entre divertido y triste―a mi madre la sorprendió la traición doble, algo que no pudo asimilar durante mucho tiempo y la sumió en la depresión―añade y yo no puedo salir de mi sorpresa.Pero, hay una cosa que me llama la atención de todo esto.―Me dijiste que tu padre no se quedó contigo, en cambio sí se quedó con tu dinero―le señaló y él me mira y respira profundo.―Sí, así fue―me dice con algo de pesar―puso de excusa que estaba haciendo inversiones con ese dinero y era cierto, sin embargo, no vi los dividendos de todo lo que hizo hasta el fi