—Tranquilo, estaré aquí cuando salgas —le digo a Adrien, él asiente, ya estaba en la camilla, listo para entrar a su cirugía, y sus manos estaban frías de los nervios, tomo su mano y la llevo a mis labios para darle un beso, él sonríe—. Todo saldrá bien —
—Eso espero —dice
En ese momento entra Gabriel, sonriendo como si esto fuera la mejor noticia de su vida, en parte eso me tranquilizaba, el hecho de que estuviera tan seguro de su resultado.
—Bueno amigo, ¿estás listo? —le pregunta, Adrien sonríe.
—No tengo otra opción —dice, Gabriel niega.
—La tienes, y es morir —dice, yo me lo quedo mirando en shock, ¿En serio acaba de decir eso?.
—Eso no es una opción —digo de forma tajante, Gabriel ríe y luego mira a Adrien.
—Creo que se te olvido m
—Habla Gabriel —exige la madre de Adrien, por fin Gabriel sonríe.—Salió todo bien, ya está en la sala de recuperación —dice, dejo escapar un fuerte suspiro, la madre de Adrien agarra mi mano y la aprieta sonriendo, yo asiento.—Te lo dije, cariño ——¿Cuándo podemos verlo? —pregunto.—Si quieres puedes pasar de inmediato, debería estar despertando luego —dice él, yo miro a la madre de Adrien invitando a que ella pase primero.—Pase usted, es su hijo —digo, ella niega sonriendo, toma mi mano en las suyas.—Estoy segura que cuando despierte querrá verte primero, yo soy su madre pero estoy segura, por la forma en que te mira, que eres el amor de su vida —dice, yo asiento con lágrimas en los ojos y sigo a Gabrie
Ya habían pasado tres días desde mi operación, en ningún momento había estado solo, Agatha se había quedo a dormir conmigo todos estos días, Gabriel había trasladado una cama a mi lado y ella con gusto la había ocupado, solo había ido al departamento a bañarse y había vuelto de inmediato. Ahora que ella estaba preparando todo, solo podía mirarla y pensar en la gran mujer que era.¡Yo era un maldito con suerte!Durante estos días mi familia me había venido a ver, mis amigos, y eso me hacía sentir bien, sobre todo que conocieran a la gran mujer con la que quería pasar el resto de mi vida.—Quiero pasar el resto de mi vida contigo, ¿sabes? —digo, ella levanta la mirada del bolso y me mira, enarca una ceja.—Es porque soy tu niñera —dice, yo nie
Cuando llegamos al departamento, se encuentran la madre de Adrien, su padrastro, su hermana, Antoine y Roberta, todos le sonríen al vernos entrar. Su madre es la primera en acercarse a nosotros, le toma la cara entre sus manos y le llena las mejillas de besos, yo sonrío por la imagen tan tierna.—Te eche de menos —dice, Adrien sonríe divertido.—Mamá, me acabas de ver hace unas horas ——Lo sé, pero igual —dice ella, lo deja y luego me abraza a mí—. Que bueno que llegaron bien —dice, yo asiento.Había manejado no muy rápido, Adrien aún tenía dolor y no quería que algunos baches en la calle le provocaran dolor, él me había mirando sonriendo diciéndome que no se iba a romper si yo iba más rápido pero me negué y él no insistió
—Hola mamá, ¿Cómo estás? —le pregunto cuando contesta el celular.—Hola cariño, ¿Bien y tú?, ¿Cómo se encuentra mi yerno? —pregunta, me hace sonreír al usar esa palabra, nunca se refirió así a mi ex pareja, creo que sabía que no era para mí. Yo siempre lo hice, la verdad no entiendo porque estuve con él tanto tiempo, no sentí ni lo mínimo que siento ahora por Adrien, ambos son demasiado diferentes.—Estamos bien, ya estamos en el departamento de Adrien —digo.—¡Qué bueno! ——Te llamo para decirte que Adrien te compro un boleto de avión para que nos vengas a visitar y conozcas a la familia de Adrien, además ya te prometí que recorreríamos París —digo, ella lanza un gritito.<
—Quiero hacerte una pregunta —me dice Adrien, yo lo miro, ambos estamos en el departamento, en nuestra cama, después de una sesión de sexo tal como nos gusta, aún esperando que nuestras respiraciones se regularicen.—¿Qué pregunta? —pregunto, me enderezo en su pecho, así que de esta forma puedo observarlo fijamente, sus bellos ojos, sus deliciosos labios, en fin, todo él.—Sé que ya ha pasado más de un mes desde que estás aquí, y sé que son tus vacaciones… —comienza, no digo nada, sé a lo que se refiere pero lo dejo continuar—. Y hemos estado todo este tiempo juntos, ya sabes amándonos y viviendo juntos también, y hace unos días quiero preguntarte, ¿has pensado en la posibilidad de quedarte aquí a vivir conmigo?, es decir, podemos si tú quieres tener una rel
Hoy por fin iba a dar las vacaciones que me merecía, es decir, me había pasado años manejando una empresa de inversiones, la empresa que mi padre me había heredado, y si bien no me estaba desconectando completamente, no estaría 24/7 sentada en mi escritorio, sentía que tenía que vivir mi vida, tenía veintinueve años y me estaba perdiendo mucho, me apasionaban las finanzas y manejar mi empresa pero el estrés y las ganas de viajar por el mundo, de descansar me estaban comiendo viva. ¿Cómo me di cuenta de esto?, simple, comencé a ver imágenes de otros países, miré por mi ventana una ciudad tan conocida para mí, me sabía las calles al revés y al derecho, era hora de disfrutar de mi vida.Así que comencé a preparar a mi hermano menor, bueno, unos cuatro años menor, quería que se hiciera cargo por un tiempo, primero ser&iac
Tenía mis maletas preparadas, la reunión sería en dos días, pero quise irme antes para poder conocer un poco el lugar, le había comentado a Roberta, ella estaba más emocionada que yo, y fue la que me convenció para irme antes.—¿Ya te vienes? —me pregunta Roberta cuando le contesto el celular, yo río.—Ahora voy para el aeropuerto —digo.—Muy bien, cuando llegues no vas a descansar, nos iremos de fiesta, no hay nada mejor que una noche en París, además tengo a alguien para presentarte que estoy segura te va a gustar —dice ella, yo ruedo los ojos.—¿Por qué estás tan empeñada en que tenga una cita allá? ——Nena, cuando lo veas me hallarás toda la razón —dice, yo ruedo los ojos.—Tú siempre —digo con sarcasmo.—Hey, ese ton
Como había pensado, Roberta llevaba una de lujos aquí, nos habíamos parado frente a una gran casa, muy linda, llena de ventanales. Imaginaba que por dentro sería igual de hermosa.—Linda casa —digo sonriendo cuando Antoine apaga el motor del auto.—Lo sé, él es muy trabajador —dice ella abrazándose de Antonine, yo asiento, el maletero se abre y Antoine se ofrece a sacar mi maleta, la verdad, acepto, está bastante pesada, no me había limitado solo a traer ropa para unos pocos días.No sabía cuánto quería quedarme.—Esta es una casa de clase media —dice ella riendo, yo la miro sorprendida.—Bueno, ya sabemos que otros lugares siempre están más desarrollados —digo, mirando todo a mi alrededor, toda la cuadra está iluminada por las farolas, las cosas son de diseño parecido, todas co