Estamos en camino hacia la casa de mis padres, miro a Agatha, se le ve muy nerviosa pero intenta contenerse, pero sé que lo está, mira por la ventana, la verdad no ha dicho mucho desde que le comente sobre lo de venir a ver mi madre, ella aceptó, no la habría traído obligada.
—Tranquila —le digo dándole una sonrisa, ella me mira e intenta sonreír pero sale más como una mueca, yo tomo su mano y le doy un pequeño apretón.
—Creo que me puse un tanto nerviosa —dice, yo asiento sonriendo.
—Tranquila, todo va a salir bien —digo, ella asiente y se lleva mi mano a sus labios y deja un beso.
Sé que esto la pone nerviosa, tiene miedo de que mi madre no la acepte, y sé que ahora que me ama, eso le importa.
Me ama.
Sonrío sin que ella pueda verme, me siento como un maldito crío cuando le prometen comprarle algo, pens&eacu
Al llegar anoche a su departamento habíamos tenido nuestra sesión de sexo como siempre, luego de eso, me había preguntado que tal me había parecido su familia, me había contado de su padrastro y que era como un padre también para él, recuerdo que al escuchar salir esas palabras de sus labios me enderece para mirarlo, me di cuenta de que mi respuesta era muy importante para él y yo ya sabia porqué. Ambos teníamos eso en común, el ser apegados a nuestra familia.A fin de cuentas, me había sentido demasiado bien en su casa, me hicieron sentir como si nos conociéramos de toda la vida, y la actitud de su madre me parecía tan familiar que eso me provocaba sentirme aún más cómoda. Al decir esto, el alivio y felicidad en la cara de Adrien me hizo sonreír.Habíamos llegado hace veinte minutos a la cl&iacut
Salimos de la consulta con un mejor humor del que entramos, pero sí más nerviosos, teniendo en cuenta que Adrien le tenía miedo a las cirugías y yo por mi parte tenía miedo de que pudiera salir a flote algún riesgo, mañana a las ocho de la mañana teníamos que estar en la clínica porque a las nueve entraría a cirugía y antes tenían que prepararlo, tenía grabados cada uno de los consejos que me había dado Gabriel.—¿Que quieres hacer? —pregunta Adrien, yo me lo quedo mirando, el sol le da por detrás, lo hace ver grande e imponente en su traje, se ve exquisitamente caliente, sonrío de forma sensual, Adrien hace lo mismo, me capta de inmediato.—Podríamos ir a comprar las cosas que vas a necesitar, algo de comida para preparar y luego quedarnos en tu departamento —digo, él asiente.—Vamos ráp
—Tranquilo, estaré aquí cuando salgas —le digo a Adrien, él asiente, ya estaba en la camilla, listo para entrar a su cirugía, y sus manos estaban frías de los nervios, tomo su mano y la llevo a mis labios para darle un beso, él sonríe—. Todo saldrá bien ——Eso espero —diceEn ese momento entra Gabriel, sonriendo como si esto fuera la mejor noticia de su vida, en parte eso me tranquilizaba, el hecho de que estuviera tan seguro de su resultado.—Bueno amigo, ¿estás listo? —le pregunta, Adrien sonríe.—No tengo otra opción —dice, Gabriel niega.—La tienes, y es morir —dice, yo me lo quedo mirando en shock, ¿En serio acaba de decir eso?.—Eso no es una opción —digo de forma tajante, Gabriel ríe y luego mira a Adrien.—Creo que se te olvido m
—Habla Gabriel —exige la madre de Adrien, por fin Gabriel sonríe.—Salió todo bien, ya está en la sala de recuperación —dice, dejo escapar un fuerte suspiro, la madre de Adrien agarra mi mano y la aprieta sonriendo, yo asiento.—Te lo dije, cariño ——¿Cuándo podemos verlo? —pregunto.—Si quieres puedes pasar de inmediato, debería estar despertando luego —dice él, yo miro a la madre de Adrien invitando a que ella pase primero.—Pase usted, es su hijo —digo, ella niega sonriendo, toma mi mano en las suyas.—Estoy segura que cuando despierte querrá verte primero, yo soy su madre pero estoy segura, por la forma en que te mira, que eres el amor de su vida —dice, yo asiento con lágrimas en los ojos y sigo a Gabrie
Ya habían pasado tres días desde mi operación, en ningún momento había estado solo, Agatha se había quedo a dormir conmigo todos estos días, Gabriel había trasladado una cama a mi lado y ella con gusto la había ocupado, solo había ido al departamento a bañarse y había vuelto de inmediato. Ahora que ella estaba preparando todo, solo podía mirarla y pensar en la gran mujer que era.¡Yo era un maldito con suerte!Durante estos días mi familia me había venido a ver, mis amigos, y eso me hacía sentir bien, sobre todo que conocieran a la gran mujer con la que quería pasar el resto de mi vida.—Quiero pasar el resto de mi vida contigo, ¿sabes? —digo, ella levanta la mirada del bolso y me mira, enarca una ceja.—Es porque soy tu niñera —dice, yo nie
Cuando llegamos al departamento, se encuentran la madre de Adrien, su padrastro, su hermana, Antoine y Roberta, todos le sonríen al vernos entrar. Su madre es la primera en acercarse a nosotros, le toma la cara entre sus manos y le llena las mejillas de besos, yo sonrío por la imagen tan tierna.—Te eche de menos —dice, Adrien sonríe divertido.—Mamá, me acabas de ver hace unas horas ——Lo sé, pero igual —dice ella, lo deja y luego me abraza a mí—. Que bueno que llegaron bien —dice, yo asiento.Había manejado no muy rápido, Adrien aún tenía dolor y no quería que algunos baches en la calle le provocaran dolor, él me había mirando sonriendo diciéndome que no se iba a romper si yo iba más rápido pero me negué y él no insistió
—Hola mamá, ¿Cómo estás? —le pregunto cuando contesta el celular.—Hola cariño, ¿Bien y tú?, ¿Cómo se encuentra mi yerno? —pregunta, me hace sonreír al usar esa palabra, nunca se refirió así a mi ex pareja, creo que sabía que no era para mí. Yo siempre lo hice, la verdad no entiendo porque estuve con él tanto tiempo, no sentí ni lo mínimo que siento ahora por Adrien, ambos son demasiado diferentes.—Estamos bien, ya estamos en el departamento de Adrien —digo.—¡Qué bueno! ——Te llamo para decirte que Adrien te compro un boleto de avión para que nos vengas a visitar y conozcas a la familia de Adrien, además ya te prometí que recorreríamos París —digo, ella lanza un gritito.<
—Quiero hacerte una pregunta —me dice Adrien, yo lo miro, ambos estamos en el departamento, en nuestra cama, después de una sesión de sexo tal como nos gusta, aún esperando que nuestras respiraciones se regularicen.—¿Qué pregunta? —pregunto, me enderezo en su pecho, así que de esta forma puedo observarlo fijamente, sus bellos ojos, sus deliciosos labios, en fin, todo él.—Sé que ya ha pasado más de un mes desde que estás aquí, y sé que son tus vacaciones… —comienza, no digo nada, sé a lo que se refiere pero lo dejo continuar—. Y hemos estado todo este tiempo juntos, ya sabes amándonos y viviendo juntos también, y hace unos días quiero preguntarte, ¿has pensado en la posibilidad de quedarte aquí a vivir conmigo?, es decir, podemos si tú quieres tener una rel