Esa mañana en la empresa que manejaba el clan Lennox, todos los empleados miraban asombrados como el hijo del jefe llegaba de buen humor al trabajo.
- Interesante – opino Samantha cuando su hermano paso a su lado - ¿puedo saber el motivo de esa sonrisa? – pregunto divertida mientras ingresaban a la oficina.
- ¿Tan raro es verme feliz? – pregunto divertido a la vez que se sentaba en su silla cómoda ubicada detrás de su escritorio.
- En las mañanas, si – confeso la rubia – porque lo normal es verte de mal humor.
- Bueno todo es gracias a esa humana.
- ¿Eh? ¿cómo que gracias a ella? – pregunto extrañada.
- Hm… es muy eficiente.
- Ah, ya te entendí – dijo divertida - entonces ¿si ha cumplido tus expectativas?
- Y más, mira – dijo divertido mostrándole la nota de la mañana.
- … - Samantha arqueo la ceja divertida al leer la nota, era una forma de comunicarse con él sin ser personal – demasiado interesante.
- Lo mismo opine – indico divertido, para luego ponerse un poco serio - bueno olvidemos eso por un momento y mejor ponme al corriente de todo lo que paso en nuestra ausencia.
Samantha asintió e igual se puso seria mientras empezaba a explicarle a su hermano todo lo que habia ocurrido en la empresa en esos 3 días que se salieron de viaje.
- Perfecto – comento el pelinegro tras escuchar el reporte - ¿algo más que deba saber?
- De trabajo no, pero la tarde en que saliste de viaje llego Teresa Hamilton a la empresa con algunas maletas.
- ¿Maletas?
- Aja, pensó que ella te acompañaría a la reunión de lideres.
- ¿Y quién le dijo que pensaba en llevarla?
- Ni idea, pero estuvo a punto de hacerme un drama porque no la esperaste – indico la rubia dejando escapar un suspiro - hasta que le recordé que a esas reuniones solo van los lideres, puros alfas y nosotras tenemos prohibido ingresar a esas reuniones, solo se nos deja ir si nuestra familia presenta una excepción muy especial, la cual es que no exista un alfa varón en la familia principal y como miembro representante mandan a una mujer.
- Pensé que eso era un conocimiento básico que se nos enseña en la escuela – opino dejando escapar un suspiro.
- Pues no quiso aprenderlo o falto a clases ese día – indico Samanta sonriendo de lado – el caso es que se fue resignada de regreso a casa con todo y maletas.
- Bien.
- Pero ella me estuvo fastidiando los siguientes días, llamándome para pedirme las llaves de tu departamento.
- ¿Para qué? ¿qué quiere de mi departamento? – pregunto Marcelo frunciendo el ceño.
- Según me dijo y entendí, quería las llaves para entrar y arreglar el lugar con algunos detalles románticos para recibirte cuando llegaras a casa.
- No – indico molesto – oye llámale a la humana para que no la deje entrar por si hoy va a la casa, que no importa lo que diga NADIE que no autorice entra al departamento.
- Voy, ya le llamo para avisarle – indico la rubia tomando el teléfono para marcar al celular de la humana.
Tras unos 3 timbres, la llamada fue contestada.
- ¿Hola?
- Soy yo.
- ¿Eh? ah hola señorita Lennox.
- Oye te llamo para infórmate de que tal vez vaya alguien al departamento e intente entrar si o si, pero no importa el argumento o que diga que es la prometida de Marcelo, NO la dejes pasar.
- Oh… claro, ¿entonces nadie puede entrar?
- Así es, mi hermano ama la privacidad de su departamento y no quiere que ella entre a su casa.
- Perfecto, no dejo entrar a nadie – menciono la humana – ah, por cierto, hace rato llego un paquete para su hermano.
- ¿Paquete? – pregunto confundida mirando de reojo a su hermano – ¿pediste algo?
- No… ah espera, deben ser los nuevos sobres de té que pedí, dile que abra la caja y si son, que los acomode en la alacena.
- Dice mi hermano que puedes abrirlo, debe ser unos sobres de té – le explico - si es eso, acomódalos con los otros.
- A claro, a ver – menciono la castaña abriendo la caja con cuidado – oh es verdad son varias bolsitas de té, ya las organizo con las demás.
- Bien e igual te encargo eso, nadie puede entrar al departamento si mi hermano no está – declaro Samantha terminando la llamada.
- ¿Qué número marcaste para comunicarte con ella?
- Le llame a su celular – explico la rubia.
- Cierto, pásame su número para que igual la tenga registrado por cualquier cosa – exigió el lobo, provocando que su hermana sonriera mientras se lo pasaba.
- Ya te di el informe, ahora iré a ver los pendientes de las facturas de su viaje – informo la rubia.
- Cuando tengas ese reporte me dices para que te firme los papeles que hacen falta – le indico el pelinegro, para así empezar a ver sus propios pendientes del día.
De esta forma paso la mañana para los hermanos, entre papeles y pendientes normales para ellos; así dio paso a la hora de la comida donde ellos se prepararon para ir a casa de sus padres, pero justo cuando salieron de la empresa ella apareció buscando interceptarlos.
- Marcelo - le saludo corriendo hasta él con una gran sonrisa.
El nombrado solo rodo los ojos al notar que ella habia ido a la empresa a buscarlo.
Teresa Hamilton era una hermosa loba que muchos desearían tener a su lado ya que físicamente era preciosa: su cabello era largo y lacio de un raro color blanco, ojos color azules como el cielo, de piel muy clara y poseía un cuerpo que muchos denominarían perfecto porque tenía las medidas que toda humana o loba desearía poseer; era una joven loba popular entre todos, aunque la mayoría de sus admiradores se desilusionaron cuando ella anuncio su compromiso con Marcelo Lennox, pero notaba que a ese lobo no le interesaba por lo cual a veces ella se sentía frustraba porque él no caía ante sus encantos como otros e igual se suponía que estaban comprometidos, pero este jamás la llamaba o pasaba a verla a casa de sus padres, por lo que decidió ir ella misma a buscarlo a su empresa o donde fuera que pasaran tiempo juntos.
- ¿Qué quieres? – le pregunto al ver que se acercó a él y trato de abrazarlo, pero fue más rápido y se alejó para evitar el contacto innecesario.
- Am… bueno venía a invitarte a comer tontito – hablo ella buscando sonar relajada e ignorar que la acababa de alejar apropósito - casi no hemos pasado mucho tiempo juntos y me gustaría que tú y yo…
- Eso ya no es necesario – le interrumpió Marcelo.
- ¿Eh?
- Te libero del compromiso.
- Que… Marcelo de que estas ha…
- Teresa no me interesa tener una relación contigo no eres mi tipo – menciono mirándola a los ojos – y por si no lo has notado no me agradas mucho así que dejemos esta farsa y que cada quien busque su propia felicidad por su cuenta, porque el tú y yo no existe ni existirá.
- Pero…
- Bueno me debo ir, se me hace tarde para llegar a comer con mis padres – declaro avanzando y pasando a un lado de ella – por favor ya no me busques.
La chica se habia quedado muda ante esas palabras, ya que no entendía porque pasaba eso o porque lo hacia ese lobo. Ella por un momento creyó haberse sacado la lotería cuando sus padres le informaron de su compromiso con el primogénito de los Lennox, pero ahora… así como así, de la noche a la mañana lo habia perdido todo.
En eso Teresa vio a Marcelo subir a su automóvil deportivo en compañía de su hermanita para juntos irse a casa de sus padres como le dijo, pero le dolía notar que no significo nada para él ya que ni la miro a ver.
Ella frunció el ceño y rechino los dientes dejando a la vista sus colmillos ya que se sentía furiosa y frustrada, pero de algo estaba segura: no renunciaría a una vida feliz por culpa de ese lobo y si no podría tenerlo por las buenas seria por las malas, así que busco dirigirse a su casa para buscar algo y de ahí dirigirse al departamento del lobo para esperarlo.
Ignorando los planes de su ahora ex prometida, Marcelo y Samantha llegaron a la casa de sus padres para comer con ellos ya que siempre que regresaban de esas juntas, la señora de la casa buscaba reunir a toda su familia para comer y así poder enterarse de lo que habia pasado en la junta. Curiosamente en esta reunión también fue llamado Erik, ya que estaban a unos meses de que se celebrara su boda con Samantha.
Justo cuando los hermanos estaban por ingresar a la casa, alguien los llamo.
- Sam, Mar – en eso los hermanos notaron que Erik recién llegaba y corría a saludarlos o más bien corría hacia su linda prometida para darle un beso en los labios, ya que la habia extrañado muchísimo esos días que salió de viaje.
- Erik… - le saludo Samantha con un suave sonrojo adornando sus mejillas y dejando a la vista sus apéndices lobunos.
- Te extrañe muchísimo guapa – dijo el rubio acariciando el rostro de ella y acercándose a lamer las orejas de ella mientras restregaban sus rostros en señal de afecto.
Marcelo solo rodo los ojos ante tantas muestras de cariño y busco dar unos pasos hacia un lado por seguridad, ya que los vio salir de casa.
- Ejem…
- Aw… el amor – en eso la pareja escucho una voz junto a ellos y vieron que los señores Lennox estaban a su lado observándolos atentamente, por lo que ambos se separaron rápidamente con la cara sonrojada.
- Chico, mi casa la respetas – se quejó el lobo mayor.
- Oh vamos Liam deja a los enamorados, se miraban tan lindos y les arruinaste el momento – se quejó una loba de cabello corto color rubio, de piel de tonalidad clara y de una mirada color celeste, quien pese a verse mayor dejaba notar su belleza natural.
- Pero Alice, ellos…
- Pero nada mi amor, tu hija ya es grande y si ella lo desea puede estar de cariñosa con su prometido – indico Alice.
- Madre… - se quejó Samantha sonrojándose más.
- Jeje si mi amor, no te apenes por demostrar tus sentimientos – hablo la mayor guiñándole el ojo a su hija y provocando que su hijo se riera por esa situacion – y tú, Marcelo no te burles ya que de seguro heredaste lo romántico y detallista de tu padre.
- Lo dudo, yo jamás actuare así.
- Nunca digas nunca hijo – indico divertida la mayor
- Mejor olvidemos eso y pasen – dijo Liam.
- Oh si, vengan pedí la comida favorita de todos – indico feliz Alice.
Al llegar a su casa Teresa se miraba furiosa, ya que no podía permitirse perder ese compromiso.Ella era la tercera hija de la familia Hamilton, es decir, no era nadie porque era mujer y la menor de la casa, por lo cual no tenía derecho a nada y apenas recibía algo de cariño de su familia porque toda la atención estaba centrada en sus hermanos. Pero eso habia cambiado cuando anuncio su compromiso y ya era alguien porque todos le prestaban atención a ella y no deseaba perder esa felicidad.Al ir a su habitación rebusco en sus cajones para encontrar ese artículo, cuando lo encontró sonrió feliz al ver que aún tenía algo de líquido: era un frasco de feromonas, el cual usaría para buscar seducir a Marcelo y de esta forma lograr hacer que cambie de opinión sobre romper el compromiso ya que aún tenía una oportunidad porque no habían anunciado de forma formal su rompimiento.Con ese plan en mente se fue rumbo al apartamento de él ya que habia escuchado que recién habían metido a una nueva cr
Emma dejo escapar un suspiro ya que por un momento se sintió algo abrumada, no pensó que las cosas terminaran de esa forma.Con cuidado dejo las compras cerca de la entrada de la cocina y fue a su habitación para revisar su cuerpo ya que sentía un poco de dolor en su espalda en esos momentos.- ¡Ah! ¡maldita! ¡pero juro que me vengare! – gritó furiosa al verse en el espejo – buaa… me dejo un gran moretón y de seguro mañana me dolerá mucho snif… - se quejó mientras tomaba el tubo con crema para golpes y empezaba a aplicárselo en la zona afectada – tch… pero ¿qué le pasa? solo habia visto que los lobos actuaban así cuando se embriagaban - comento dejando escapar un suspiro – joo… además se arruino mi plan para hoy y… ¡ah! es verdad el señor Marcelo me salvo… ¡nooo! Samantha me regañara si se entera porque se supone no debía verme – se lamentó y en eso recordó algo importante – ¡LA CENA! – dijo preocupada, donde se acomodó nuevamente su ropa y salió de su habitación para empezar con los
Emma desvió la mirada, realmente ni en sus sueños más locos hubiera imaginado que algo así le pasaría, por ello ni habia pensado en que pediría si algo así pasaba.- No lo habías pensado ¿verdad? – se burló Marcelo, al ver que ella estaba pensativa.- Bueno no es como si desde siempre supiera que sería tu luna y ya tendría resuelta mi vida o algo por el estilo - indico molesta.- ¿Y más o menos en que has pensado hasta ahora?- Que mi vida se ha complicado de un momento a otro – indico ella dejando escapar un suspiro – y yo que estaba feliz con mi nuevo trabajo: fácil, sencillo, buena paga y hogar gratis.- ¿Buena paga? ¿acaso tienes deudas?- Algo así…- No pareces una mujer que viva endeudada.- Deudas de ese estilo no, pero la colegiatura no es nada barata.- ¿No has acabado la escuela?- Estoy por terminar mi carrera – indico feliz.- Oh ya veo… entonces eres menor que yo – opino pensativo – ¿cuántos años tienes?- 18 ¿y tú?- 25- Je… tas viejo – dijo burlona ella.- ¡Que…! – dij
Marcelo estaba sorprendido por la forma en cómo se dejó ordenar y siguió las indicaciones de Emma para ayudarla en la cocina, realmente la situacion lejos de molestarle le habia gustado y hasta se podría decir que fue divertido.A la hora de dormir cada quien se fue a descansar a su propio cuarto, ya que no tenían prisa en pasar la noche juntos e igual aún estaban asimilando eso de ser una pareja destinada.A la mañana siguiente Marcelo sintió un ligero déjà vu al despertar gracias a que su olfato capto un delicioso aroma que provenía de la cocina, movido por la curiosidad se levantó de su cama y camino hasta la puerta de habitación, donde al abrirla la vio a ella tarareando una canción mientras cocinaba y se podía apreciar que estaba feliz disfrutando de sus acciones.El pelinegro sonrió al ver que ella si fue sincera en ese aspecto, ya que se podía ver que le gustaba cocinar. Justo en eso se le ocurrió una broma por lo que con cuidado busco acercarse hasta ella.Emma estaba entreten
La riña de ambos hermanos termino cuando hicieron enojar a Emma, quien les hizo parar ya que la estaban lastimando y tras el regaño les ordeno que le ayudaran a poner la mesa o no habría postre.- ¿Que comeremos hoy? – pregunto Marcelo al empezar a oler esos deliciosos aromas que despedía la comida.- Carne en salsa de espinacas con pasta.- Je… pensé que como chef le pondrías nombres raros a la comida – opino el lobo empezando a probar la comida- Odio cuando hacen eso, en vez de solo decir directamente lo que te están sirviendo te marean con miles de palabras sin sentido – dijo Samantha, quien se miraba muy feliz al probar de nuevo de la comida de ella.- Igual odio cuando hacen eso ya que creo que buscas engañar a la gente – menciono Emma.- Ah cierto, no saque el vino – dijo la castaña colocándose de pie rápidamente para sacar la botella de la nevera - esta comida va con vino blanco, según leí por internet es el mejor para acompañar las carnes – indico algo dudosa mostrando la bot
Las lecciones estaban progresando y Samantha estaba asombrada de la gran disposición de la castaña para aprender e igual con esa convivencia casi diaria estaba empezando a verla como a una amiga, quien la consentía haciéndole postres especiales solo para ella.Justo esa tarde Samantha regreso a la casa de sus padres con una actitud ligeramente sospechosa, ya que entro de forma furtiva y se fue corriendo hasta la nevera para esconder el recipiente que habia traído del departamento de Marcelo, porque Emma le habia hecho varias mini tartas para que disfrutaran Erik y ella.- Samantha Lennox – en eso ella se asustó al escuchar esa voz detrás suya, por lo que con cuidado se giró tratando de aparentar calma y hasta fingir, pero vio que su madre le miraba con una ceja arqueada y sus brazos estaban cruzados - ¿qué estas escondiendo hija?- Am… ¿yo? na… nada – dijo tratando de sonar segura de sus palabras.- Samantha – le llamo divertida acercándose a ella – sabes hija tendrás 22 años, pero si
Alice se habia quedado un poco intrigada por la nueva amiga de su hija e igual notaba que se estaba comportando un poco rara, ya que desde el incidente con los postres Samantha ya no pasaba a comer con ellos como solía hacerlo antes y ya empezaba a sentirse un poco sola la casa sin la visita de sus hijos.- Amor ¿crees que nuestros hijos nos estén ocultando algo? – le pregunto a su esposo mientras disfrutaban de su desayuno esa mañana.- ¿Por qué lo dices mi amor?- Es que últimamente ellos están algo misteriosos y ya van semanas que no se de Marcelo.- ¿Quieres que lo llamemos para que venga a verte un rato?- Yo estaba pensando en ir a visitarlo, porque siento que nos está escondiendo algo.- Nos esconde algo ¿cómo qué?- Exactamente no sé, pero digamos que mi instinto de madre me indica que debo ira verlo.- Bueno ya que vas puedes preguntarle que está esperando para que hagamos oficial el rompimiento del compromiso con los Hamilton porque esa niña no le ha dicho nada a sus padres
Marcelo recién estaba llegando a su hogar, donde su mente ya empezaba a imaginar y saborear el delicioso postre que Emma le prometió, que jamás percibió el aroma diferente que estaba en su casa.- Emma ya regresé – indico feliz abriendo la puerta, pero en eso se quedó estático al ver a su madre sentada en la mesa de la sala, quien le miraba a ver con una ceja arqueada.- Bienvenido – le saludo Emma, sonriéndole.- Mamá ¿qué haces aquí? – pregunto asombrado y confundido el lobo- Pues como no has tenido la amabilidad de ir a visitarme, tuve que venir a verte ya que me tienes en el olvido – dijo ella colocándose de pie y fingiendo estar afligida – entonces ¿quién es Emma? – pregunto celosa.- Ese es mi nombre señora – indico la castaña.- Marcelo ¿qué está pasando aquí? – hablo la loba un poco molesta.- … - el lobo estaba un poco preocupado y molesto porque sabía a donde iba ese interrogatorio y sentía que Emma aun no estaba para enfrentarse a su madre, pero ya estaba ocurriendo así qu